Tal vez
no exista en este mundo una pseudoterapia mas atacada y (por desgracia) más
usada en el mercado, que la homeopatía. La industria homeopática ha crecido de
forma impresionante. Ya son famosos los casos en que universidades de
prestigio, aun contra su responsabilidad académica de fomentar el conocimiento
científico y el pensamiento crítico, ofrecen cátedras en homeopatía y terapias
“naturales” (una cantidad tristemente célebre de universidades, que hoy día
conforma gran parte de la lista de la vergüenza en
crecimiento); así como también, casos de gobiernos que apoyan económicamente
los laboratorios homeopáticos.
Menos célebres entre el público, pero siempre
dando la batalla, son los casos de campañas para desenmascarar esta
pseudociencia como un mero timo. Ahí tenemos a James Randi junto a la Skeptic’s Society, Quackwatch y al
Consejo Nacional contra Fraudes en la Salud combatiéndola en los Estados
Unidos; a la campaña mundial (que por cierto, este año parece no haberse
celebrado) 10:23, suicidio homeopático, en
la que se ha mostrado la inutilidad de los chochitos azucarados; la labor tanto
de científicos, como en los casos de los sitios, la Medicina Basada en la Ciencia, el monográfico escrito de Miguel Ángel Sabadell, ¿Es efectiva la Homeopatía? O el libro La Homeopatía ¡Vaya Timo!; como también de
ciudadanos preocupados por la problemática social llamada pseudociencia.
Ejemplos de esto bien podría ser la serie transmitida desde España, Escépticos o los esfuerzos de divulgación de ARP-SAPC con su boletín“El Escéptico Digital”; o los esfuerzos de múltiples blogs como el Popurrí Escéptico, elRetorno de los Charlatanes, Sobrenatural.net,
Papá Escéptico, la AsociaciónEscéptica de Chile, el Médico Escéptico,
el Círculo Escéptico, Amazings, Alerta Pseudociencia,
o incluso este humilde espacio.