jueves, 27 de diciembre de 2012

Celebrando el 2do aniversario de El Escéptico de Jalisco... porque más vale tarde que nunca

Un día 6 de diciembre, pero de hace dos años, publiqué por primera vez en este blog. Este escrito, debí de haberlo publicado el mismo 6 de diciembre de este año, pero soy muy malo con las fechas, así que olvidé por completo el día de mi aniversario en el mundo blog (imaginen cuando olvide otros aniversarios).

Ignorando el pequeño detalle de que estoy festejando esto a poco mas de dos semanas del día, les dejo como motivo de celebración la entrada a dos novedades: mi primer artículo que escribí aquí ahora corregido y aumentado, y un nuevo artículo. Sin más que decir, ¡felicítenme! (ok, no).









El lado ocultista de Newton*


Newton no fue el primero de la era de la razón; fue el último de los magos, el último de los babilonios y sumerios, la última gran mente que contempló el mundo visible e intelectual con los mismos ojos que los que empezaron a construir nuestro legado intelectual hace bastante menos de 10.000 años. Isaac Newton, hijo póstumo, nacido sin padre el día de
Navidad de 1642, fue el último niño prodigioso al que los Reyes Magos podrían rendir sincero y adecuado homenaje.” John Maynard Keynes.

“Da pena imaginar los descubrimientos que Newton podría haber hecho en matemáticas y física si su gran intelecto no se hubiera distraído con tan extravagantes especulaciones.” Martin Gardner.

 La historia de la ciencia, contrario a lo que se suele creer, está plagada de curiosas anécdotas relacionadas con lo oculto y lo extraño.

Así podemos nombrar casos antiguos como el de los pitagóricos cuyas enseñanzas combinaban las  matemáticas con un misticismo cerrado; o historias contemporáneas tal como el caso de Nikola Tesla, quien en su momento alegaba haber hecho contacto con extraterrestres a través de las entonces recién descubiertas señales de radio.

 Sin embargo, tal vez no exista historia mas extraña en la ciencia y tan interesante como la de Newton. Un ocultista hecho y derecho.

 Conocido popularmente como el brillante físico matemático que siendo joven inventó el cálculo diferencial (aún continúa la polémica con Leibniz), descubrió el teorema del binomio, introdujo las coordenadas polares, demostró que la luz blanca era una mezcla de colores, explicó el arco iris, construyó el primer telescopio de reflexión y demostró que la fuerza que hacía caer las manzanas era la misma fuerza que guía a los planetas  y provoca las mareas. Autor del libro científico más célebre de la ciencia, Phillosophiae Naturalis Principia Mathematica; Newton también fue un apasionado de la alquimia, un fundamentalista cristiano y un profeta que usaba las matemáticas y la Biblia para calcular el fin del mundo. De hecho sus obras de alquimia y profecías son mucho más voluminosas que sus obras de física.

La cara oculta de Newton

La peculiar personalidad de Newton, introvertida y ensimismada, sigue siendo un enigma. Sus contemporáneos se fijaron en su melancólico semblante. Aunque de vez en cuando sonreía, casi nunca reía. Permaneció soltero toda su vida y no sentía ni el más mínimo interés por el sexo. Murió siendo virgen.

 A Newton no le interesaban ni la música ni el arte, y en cierta ocasión describió despectivamente la poesía como “disparates ingeniosos”. Nunca hizo ejercicio, no tenía aficiones recreativas ni interés por los juegos, y estaba tan obsesionado con su trabajo que muchas veces se olvidaba de comer o comía de pie para ganar tiempo. Tenía pocos amigos, e incluso con ellos se mostraba con frecuencia pendenciero y rencoroso.

Unos cuantos psicoanalistas freudianos han considerado muy importante que su padre muriera antes de que él naciera y han sugerido que Newton fue un homosexual reprimido. Ideas imposibles de demostrar postuladas desde una teoría ya de por sí indemostrable y carente de sustento.

Newton casi nunca reconoció el mérito de otros científicos cuyos trabajos anteriores habían influido en el suyo. Siempre insistió en recibir todo el crédito por sus descubrimientos y acusó duramente al también matemático y filósofo  Leibniz (cuya metafísica despreciaba), de haberle robado su invención del cálculo.

Alquimista y profeta

Aunque otros científicos de la época, en especial Robert Boyle, se interesaron también por la alquimia, ninguno estuvo tan obsesionado por este tipo de investigación como Newton. Leyó todos los libros antiguos de alquimia que pudo encontrar, y llegó a acumular más de 150 en su biblioteca. Construyó hornos para innumerables experimentos y dejó escritas cerca de un millón de palabras sobre el tema. Se veía a sí mismo como un continuador de una tradición secreta de sabiduría oculta que se remontaba a la antigüedad más remota. Incluso sospechaba que los antiguos ya conocían la ley del cuadrado inverso.

Newton pasó años tratando de transmutar metales comunes en oro, escribió trabajos en los que el naturalismo y la magia se juntaban, y estudió tradiciones místicas antiguas. Todos estos esfuerzos por hacer descubrimientos alquímicos fueron infructuosos.

Pocos años después de la publicación de sus Principia, Newton sufrió una tremenda crisis mental que tardó un año o más en superar. Se caracterizó por graves insomnios, profunda depresión, amnesia, pérdida de capacidad mental y delirios paranoicos de persecución. En años recientes, unos cuantos estudiosos han sugerido la posibilidad de que padeciera envenenamiento con mercurio y otros metales tóxicos, causado por sus experimentos alquímicos. Otros han conjeturado que durante toda su vida fue un maniacodepresivo, con cambios de humor alternativos que le hacían pasar de la melancolía a la actividad eufórica.

Para este Newton “eufórico”, la alquimia y la física no eran sus únicas pasiones. Otra disciplina en la que destacó, aun más que algunos de los especialistas de su época, fue en la teología.

Tal y como nos narra Martin Gardner en ¿Tenían ombligo Adán y Eva?, Newton era un devoto anglicano que creía firmemente que la biblia es una revelación de Dios, aunque admitía que los textos originales habían sido muy deformados por la desaprensiva Iglesia Católica Romana. Aceptaba al pie de la letra la versión del Génesis sobre la Creación en seis días, la tentación y caída de Adán y Eva, el arca de Noé, la sangrienta redención a cargo de Jesús, su nacimiento de una virgen, la resurrección de su cuerpo y la vida eterna de nuestras almas en el cielo o en el infierno. Jamás dudó de la existencia de ángeles y demonios, y de un Satán destinado a ser arrojado a un lago de fuego el día del Juicio Final.

El obispo James Usher, erudito irlandés del siglo XVII, había determinado que la Creación tuvo lugar en el año 4004 a.C. Newton “revisó” esta fecha en la dirección equivocada, fijándola quinientos años después.

El universo de Newton era una inmensa máquina que funcionaba siguiendo leyes creadas y mantenidas por una divinidad personal pero trascendente. El espacio infinito era el “Sensoriam” de Dios, el medio del que se valía para observar y controlar el cosmos. Aunque para Kant, y otros seguidores posteriores de Newton, el universo era determinista y nunca se desviaba de sus leyes inalterables, Newton, siendo adulto mayor, estaba convencido de que, “de vez en cuando”, Dios tenía que reajustar las órbitas de los planetas para mantenerlas libres de perturbaciones provocadas por cometas y otras fuerzas.

Este concepto, que Dios tiene que manipular el universo para repararlo, fue uno de los mas atacados por su rival, Leibniz, quien le cuestionaba duramente que, si Dios es perfecto, omnipotente y omnisciente (como el propio Newton creía), ¿por qué iba a crear un universo tan defectuoso que necesitaba reparaciones perpetuas?

 Para Newton, nos cuenta Gardner, el panteísmo era algo inaceptable. Su Dios era el Dios de la biblia, a cuya imagen y semejanza fuimos creados, pero nos es tan totalmente ajeno que no podemos comprender en qué nos parecemos a Él. En lo que más se apartó Newton de la religión predominante en Inglaterra fue en su rechazo de la Trinidad. Era arriano (el arrianismo fue un precursor de lo que hoy se conoce como unitarismo), y para él Jesús era verdaderamente el divino hijo de Dios, pero ni mucho menos igual al Padre.

El trinitarismo, en opinión de Newton, era una burda herejía inventada por la Iglesia Católica en los siglos IV y V. Se guardó esta creencia para sí mismo, sabiendo perfectamente que si se llegaba a conocer sería expulsado de su colegio de Cambridge (irónicamente llamado Trinity), donde fue profesor de matemáticas durante veintiséis años. Más adelante, esta creencia habría puesto en peligro su puesto en la Real Casa de la Moneda, donde trabajó durante la última mitad de su larga vida.

Newton, así como la mayoría de sus contemporáneos (incluido el mismo Leibniz), miraba en la naturaleza, y en las matemáticas que la explicaban, la mayor prueba de una creación divina. Dios, según Newton, era el motor último del universo que se ocupaba de que fuerzas como la gravedad, tuvieran sentido.

Esta forma de pensar marcaría por completo su cosmología, en la que aseguraba que el tiempo y el espacio eran fijos, eternos e infinitos. Para su época, era imposible formular una teoría de la relatividad, sin embargo, muchos especulan en que Newton no habría tenido problemas en aceptar dicha idea si tan solo hubiera sido un contemporáneo del siglo XX.  Se cuenta que Einstein en un momento dijo “perdóname Newton”, disculpándose por la “destrucción” del universo newtoniano fijo, infinito y místicamente bello.

De forma un poco egocéntrica, aseguraba ser la única persona en poder interpretar de forma correcta las profecías contenidas en el libro del profeta Daniel, del Antiguo Testamento, y en el Apocalipsis, del Nuevo Testamento. “Habiendo tenido tanto éxito en la resolución de algunos de los acertijos del universo de Dios, dedicó su talento a intentar resolver los acertijos planteados por la Sagrada Palabra de Dios,” afirma Gardner.

Newton estaba convencido de que la biblia tenía el mensaje del juicio final. Creía que él había sido elegido por Dios para descifrar dicho mensaje apocalíptico. Creía que 1260 años después de la refundación del Sacro Imperio Romano llevada a cabo por Carlomagno (en el año 800 d.C.) el Armagedón seria una realidad en la Tierra. Es decir, el fin del mundo, de acuerdo a esto, ocurrirá en 2060.

Al igual que el movimiento sionista cristiano, creía que la segunda venida de Cristo a la Tierra tendría lugar solo cuando se instaurara nuevamente el Templo de Salomón, destruido por los babilonios miles de años atrás.

Las creencias de Newton le llevarían a escribir varios tratados sobre el tema, incluyendo una guía inédita para la interpretación profética titulada Reglas para la interpretación de las palabras y el lenguaje en la Escritura. En este manuscrito, se detallan los requisitos necesarios para lo que él considera que la correcta interpretación de la Biblia.

¿Y qué hay del 666, el número de la Bestia, según el Apocalipsis? Como los adventistas actuales, Newton creía que aún no conocemos su significado.

En otro de sus libros, titulado Observaciones sobre las profecías de Daniel y el Apocalipsis de San Juan, Newton expresó su creencia de que la profecía de la Biblia no se entendería "hasta el fin de los tiempos ", y que aún así "ninguno de los impíos entendería”. En dicho tratado asegura que “el Evangelio será predicado en todas las naciones antes de la gran tribulación, y el fin del mundo”.

Una vez estando en una edad madura, Newton cambiaría de opinión, asegurando que era una tontería utilizar la biblia para predecir el futuro. Todo lo que se podía hacer, decía, era reconocer las predicciones cumplidas después de que ocurran los hechos profetizados.

Lo cierto es que Newton decía una verdad casi innegable hoy en día en torno al fin del  mundo. Decía que este comenzaría el día en que se comenzara a levantar nuevamente el Templo de Salomón. La ubicación en donde alguna vez se erigió el legendario templo, es la misma en donde actualmente se encuentra el Domo de la Roca, uno de los santuarios más importantes del Islam. El intentar derrumbar dicho lugar sagrado para construir un templo judeocristiano incitaría la ira del mundo musulmán, causando muy probablemente la tercera guerra mundial y con esto, causando un auténtico Armagedón.

Newton fue sin lugar a dudas, el mayor genio científico que la humanidad ha conocido en toda su historia. Pero su genialidad fue utilizada en mayor medida para descifrar enigmas bíblicos, profecías apocalípticas y experimentos mágicos. Solo queda imaginar qué tantos descubrimientos y teorías hubiera sido capaz de postular, de haber prestado mayor atención a la ciencia y menos a la superstición.

*El artículo fue un ensayo que presenté en una exposición en mi clase de Seminario de Filosofía Natural de Newton.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*¿Tenían ombligo Adán y Eva?, de Martin Gardner, Editorial Debate.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Día del escepticismo: Saganismo, la filosofía del Cosmos


Tanto en facebook como en este blog, han sobrado los que me acusan de tener una visión ingenua sobre la naturaleza de la ciencia. Una visión, dicen, “saganista”. Con esto (pienso yo) se refieren a una visión como la que presenta el legendario astrónomo Carl Sagan en su célebre serie, Cosmos. Una visión en la que la ciencia es la luz ante la oscuridad de la irracionalidad y la ignorancia; una visión en la que el conocimiento de la evolución del Cosmos, desde sus orígenes hasta el origen de la inteligencia humana, despierta un sentimiento de humildad y sencillez frente a un universo enigmático y caótico, pero comprensible. Una visión en la que la ciencia y la tecnología son la base para el progreso en la sociedad.

Para muchos, estas ideas no son más que una visión utópica de la ciencia. Una visión romántica y bella, pero que no se aplica al mundo real.
Grandes intelectuales y estudiosos de la historia, la sociología y la filosofía de la ciencia, suelen concordar en la idea de que, los divulgadores científicos, en su afán de hacer entender al público qué es la ciencia y cómo funciona, caen en reduccionismos que hacen que la ciencia se vea como un evangelio mesiánico, fácil de entender, en el que existe un método rígido que se puede seguir al pie de la letra.

¿Qué es el saganismo?

Los divulgadores científicos a menudo inmortalizan los grandes en la historia de la ciencia, a la vez que minimizan e incluso ridiculizan a otros personajes que no tuvieron gran influencia en el avance científico.

Muchas veces los eruditos de la filosofía de la ciencia se concentran en criticar las afirmaciones de los divulgadores sobre los conceptos de ciencia, investigación científica y método científico. Los divulgadores, dicen, suelen confundir al público haciendo ver estos conceptos como sinónimos.

Otros tantos, con perspectivas menos racionalistas y más tendientes a un humanismo clásico (en el que se mira a la ciencia como algo casi ajeno o distinto a la cultura), aseguran que la incertidumbre en la ciencia la hace una disciplina que puede caer en relativismos e incluso (tal como afirman los sociólogos influidos por anarquistas epistemológicos) en subjetivismos. La ciencia según esto, sería un asunto o de tiempos históricos o de puras convenciones.
Aquí es donde notamos varios puntos importantes a destacar:

1º El “Saganismo” así como las disciplinas que estudian la ciencia buscan establecer los fundamentos y alcances histórico-culturales de  ésta en la sociedad.

2º En filosofía y sociología de la ciencia, las posturas y modelos que explican la ciencia suelen encontrarse divididos. En muchas ocasiones se cae en posturas que afirman ideas que simplemente no se sostienen sobre el funcionamiento de la ciencia (como ejemplo el anarquismo epistemológico).

3º La mayoría de los teóricos en filosofía, sociología e historiografíade la ciencia suelen mirar a la ciencia como algo separado del resto de la cultura. Ciencia y humanidades (arte, literatura, filosofía, política…) son vistas como dos extremos, dos culturas. Cosa que el saganismo y la divulgación científica actual no hace.

4º En el “saganismo” se observa un auténtico progreso científico. En filosofía y sociología de la ciencia se suele ser muy escéptico cuando se oye hablar de progreso científico.
Ante todo esto, me surge una duda a destacar: ¿Es en verdad correcto comparar la perspectiva de las disciplinas que estudian la ciencia con algo que en redes sociales se suele llamar como saganismo? Tal vez, antes de contestar a esta pregunta, sería mejor contestar qué es el saganismo.



¿Es acaso una doctrina, una postura, una ideología o una disciplina? Si consideráramos al saganismo como una doctrina entonces significaría que es más de naturaleza cerrada y dogmática. Tal visión simplemente no podría usarse para comprender la ciencia o la naturaleza.

Si fuera una ideología tendríamos el mismo problema. Una ideología, como por ejemplo la ideología marxista o la ideología neoliberalista, se sustenta en bases inamovibles, que de ser refutadas simple y sencillamente se viene abajo. Es posible crear lo que se conoce como ideología científica usando a la misma ciencia como base, pero para esto, hace falta un claro entendimiento sobre el funcionamiento de la ciencia y las consecuencias de una ideología que la utilice de sustento. De modo que si el saganismo es una ideología nos falta mucho por estudiar entonces.

Si la viéramos como una disciplina, habría que preguntarnos qué tipo de disciplina es y como disciplina, cuál es su objeto de estudio. ¿Sería el saganismo una disciplina o rama de la ciencia? No lo creo, pues de ser así debería ser capaz de construir hipótesis y modelos teóricos que expliquen su objeto de estudio, el cual sería… ¿la ciencia misma? Si es una disciplina que, así como la filosofía y la sociología, puede estudiar la ciencia “desde fuera” tendría que ser capaz de conocimientos sobre el funcionamiento de la ciencia. Pero hasta donde notamos en Cosmos, no trata de darnos nuevos conocimientos sobre qué es la ciencia sino que trata de explicarnos los alcances y beneficios de ésta en la sociedad (en este punto, tal vez si se parece a la filosofía y la sociología de la ciencia).

Si el saganismo no puede definirse como una disciplina, una ideología o una doctrina (ya sea epistémica o histórica), no veo razones para compararla con filosofía de la ciencia, sociología de la ciencia o historia e historiografía de la ciencia. Estas últimas son disciplinas diferenciadas, con todo un desarrollo histórico y teórico, que ciertamente han sabido explicar (en ocasiones) cómo avanza el conocimiento científico.

Entonces, ¿cómo podemos definir al saganismo? Francamente, estoy seguro que, si Carl Sagan siguiera vivo en nuestros días y viera lo que se ha llegado a postular usando su apellido, se decepcionaría en parte y se reiría a la vez. Tal vez se decepcionaría al ver que sus palabras han sido deificadas por algunos e interpretadas como dogmas por otros. Tal vez se reiría, pero no en plan de burla sino como una risa de alago y nerviosismo, al ver que su amor por el Cosmos, su curiosidad y su deseo por conocer permanece vivo en millones de personas.

Pienso que, si le preguntáramos al propio Sagan sobre cómo definiría al saganismo, éste nos contestaría que sería la perspectiva o la forma en la que un amante de la ciencia trata de dar a entender a otros su amor. Así como un enamorado busca que todos se enteren de su relación, un amante de la ciencia busca que otros le comprendan y que sientan algo similar a lo que siente al maravillarse con supernovas, planetas extrasolares, fósiles de hace millones de años o universos microscópicos dentro de cada una de nuestras células. A la vez, nos diría Sagan que el saganismo no podría mirar la ciencia como una manifestación humana alejada de la historia o la cultura.

La ciencia es parte de la historia y la cultura, y como tal, es parte del propio ser humano. Así como el arte, la religión, la filosofía o la literatura, la ciencia es algo que debe mirarse como una obra creada por la inteligencia y la creatividad humana. No existen “dos culturas”, existe solo una, en la ciencia y humanidades se pueden mirar como todas esas maneras en las que el humano ha intentado comprender y expresarse sobre el Cosmos.

El saganismo, pienso nos diría Sagan, sería una forma de divulgar la ciencia, no de establecer qué es la ciencia (aunque no habría razón  para no pensar en esto también). Creo que esto es lo que los divulgadores científicos entenderían y verían con ánimo.

Las mayores enseñanzas del saganismo

Una vez que postulamos un concepto de saganismo, cabría preguntarnos: si el saganismo es una forma de divulgar, de enseñar la ciencia por el puro placer que causa la cultura científica, ¿cuáles serían sus mayores enseñanzas?

Aunque por la misma definición podríamos mirar al saganismo como algo que trasciende el propio pensamiento y la propia obra de Carl Sagan, considero que no encontraríamos lecciones más profundas sobre la responsabilidad de la ciencia en la sociedad que en títulos como Cosmos, Miles de Millones, Los Dragones del Edén, La Conexión Cósmica, El Cerebro de Broca, El Mundo y sus Demonios o Un Punto Azul Pálido. Para mí, entre todas sus valiosas palabras (las cuales no deben nunca estar exentas de una crítica constructiva), las mayores enseñanzas saganistas serían estas:

·         Los seres humanos, a lo largo de nuestra  historia, hemos acumulado un bagaje evolutivo peligroso. Ha sido capaz de discriminar a sus hermanos, sentir odio por extranjeros, utilizar su creatividad para la destrucción; pero a la vez, los humanos hemos sido capaces de comprender causas en los fenómenos naturales, hemos aprendido de nuestros errores del pasado, adquirimos visiones humanistas y humanitarias en las que miramos a los otros con el mismo aprecio que sentimos cada uno por nosotros mismos. Somos capaces de ayudarnos unos a otros, sentimos amor por nuestros hijos y podemos ponernos en “los zapatos de los demás” y entender la situación en la que otros viven. Estas características humanas son las claves para nuestra supervivencia.

·         La historia nos ha mostrado que el fanatismo y la superstición no son sino amenazas para la humanidad y el planeta mismo. A raíz del fanatismo han surgido conflictos, guerras, masacres, genocidios, destrucción. Mientras que de la superstición surgen racismos, ignorancia, arrogancia y miedo. La historia muestra la verdad de estos enunciados al recordar episodios tristes como la destrucción de la Biblioteca de Alejandría, y el linchamiento salvaje de una de sus más representativas pedagogas: Hipatia. La irracionalidad ha triunfado por sobre el conocimiento en muchas ocasiones, pero si algo nos enseña el pasado, es que no debemos permitir que esto mismo vuelva a ocurrir.

·         Si uno quisiera preparar un pastel de manzana desde el comienzo, uno debe primero, crear un universo. Tan simple como pueda sonar, esta frase tiene dentro de sí una reflexión profunda a raíz de la cosmología en la que un pastel de manzana tiene más cosas en común con las estrellas, y con nosotros mismos, de lo que nos podríamos imaginar.

·         Gracias a miles de millones de tortuosa y lenta evolución, por fin surgió en el Cosmos una forma en la que éste es capaz de conocerse a sí mismo: la conciencia. La conciencia humana ha sido la causante de que ahora mismo, nos encontremos reflexionando sobre las ideas de un miembro de nuestra especie. Este miembro de nuestra especie nos enseñó hace unas cuantas décadas que, lo que hacemos al preguntarnos sobre nuestros orígenes, nuestro desarrollo y nuestra historia, no es otra cosa más que cuestionar al Cosmos. Un Cosmos del cual surgimos y del cual surgió todo lo que podemos ver a nuestro alrededor. Un Cosmos en el que materia reciclada de estrellas ahora se pregunta sobre las estrellas y sobre más allá. Somos por tanto, la forma en la que el Cosmos se conoce a sí mismo.

·         Hoy en día somos capaces de responder quién es el representante de cada nación sobre la Tierra. Hoy en día cada nación puede dar cuentas sobre lo que se ha hecho en su territorio, lo bueno y lo malo. Pero debemos preguntarnos cada uno de nosotros ¿quién habla en nombre de la Tierra? Si llegaran extraterrestres desde otra galaxia solicitándonos un informe sobre cómo hemos cuidado el planeta, qué cuentas podríamos rendirles. La amenaza de guerras nucleares, discriminación, irracionalidad, nacionalismos obsoletos, guerras civiles, fanatismos religiosos, hacen pensar a muchos que la humanidad puede dividirse. Sin embargo, vista la Tierra desde el espacio, las fronteras étnicas, nacionales, religiosas o de raza sencillamente desaparecen. Solo puede apreciarse un planeta azul, uno solo. un punto azul que empalidece conforme nos alejamos a través del océano del espacio-tiempo. Un pequeño pedazo de Cosmos en el cual todos habitamos juntos. No existen las divisiones humanas, existe solo una especie humana: homo sapiens, y es esta especie la responsable de preservar la vida en su pequeño y pálido punto azul, ya que ha sido esta especie capaz de reconocer su propia existencia, y como tal, es capaz de reconocer cuánto daño puede causar a su ambiente y a sí mismo.

·         Resulta sencillo engañarnos a nosotros mismos, pero si buscamos el camino del conocimiento, debemos tratar de ser lo más objetivos posibles, dejando de lado nuestras creencias y abriendo la mente a nuevos descubrimientos. El equilibrio entre escepticismo y asombro debe ser tal, que no puedes permitirte el cerrarte a opiniones distintas a las tuyas; debes tener una mente abierta  porque, de otro modo serás incapaz de reconocer nuevas ideas. Pero tampoco permitas que tu mente se abra de mas o de lo contrario se caerá tu cerebro al piso y serás incapaz de distinguir auténticos conocimientos de autenticas charlatanerías. Se debe tener siempre presente que afirmaciones extraordinarias requieren siempre de evidencia extraordinaria.

Si continuáramos, sencillamente lograríamos crear una enciclopedia. Quizás no exista mayor enseñanza saganista que el hecho de hacernos conscientes que, cada uno de nosotros somos ciudadanos, sí, pero ciudadanos del Cosmos.

¿Soy saganista?

La responsabilidad del cuidado de este planeta recae en cada uno de nosotros. Hemos sido durante mucho tiempo, la principal causa de extinciones masivas, cambios climáticos, deforestación y contaminación; sin embargo, aunque fuimos causantes principales de estos problemas, somos a la vez, la mejor y más rápida solución. Contamos con una herramienta, que si bien no es perfecta y dista mucho de otorgarnos verdades absolutas, es sin lugar a dudas la mejor con la que contamos para lograr un equilibrio entre la naturaleza y la sociedad: esta es la ciencia.

El usarla de forma responsable es el mayor legado que podemos dejar a las siguientes generaciones. Claro está que no todos piensan así, de hecho muchos ni siquiera piensan en este asunto. Aun falta mucho por hacer, mucho por conocer, pero sobre todo mucho que valorar y amar. Disfrutar y aprender en el viaje cósmico a través del espacio-tiempo en esta nave llamada Tierra, sería la solución a cientos, tal vez miles de problemas que hoy en día aquejan a la civilización humana. La clave está en querer buscar, en querer cuestionar siempre con cuestión escéptica, qué podemos hacer para que este mundo cambie.
Muchos sin duda, encontraran estas ideas por demás idealistas, alejadas del mundo real. No tendrán ningún escrúpulo en acusarme de ser un saganista hecho y derecho.

Pero la pregunta es qué entienden por saganista. Si estas personas entienden por saganista a un idealista de la ciencia que se deja llevar por fabulosas historias románticas, perdiendo de vista el mundo en el que estamos parados, les contestaría entonces que yo no soy saganista.
 Pero si entendemos por saganista a una persona que mira en la ciencia, no solo la humildad y maravilla que despiertan el placer de conocer solo por conocer, sino que también ve la solución de muchos problemas actuales; una solución en la que, de ser global se alcanzaría una verdadera era de la razón y de paz. Si se entiende por saganista a aquel que es incapaz de decir que el otro es diferente a uno por su color de piel, su nacionalidad o su creencia religiosa. Si entiende por saganista aquel que no duda en cuestionar a aquello que parece fantástico, y aquellos que ocupan un lugar de autoridad. 



Si todo esto es lo que se entiende por saganista, entonces yo contestaría que sí, soy un saganista hecho y derecho… ¡y a mucho orgullo!

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*Cosmos, de Carl Sagan. Serie documental y libro, simplemente fantásticos.

*La Ciencia por Gusto, de Martín Bónfil Olivera. Un libro que despierta la curiosidad de conocer de cualquiera, y al ser una obra divulgativa resulta fácil de leer y comprender en poco tiempo.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Desmintiendo el efecto Nostradamus III: De profetas inexistentes, alienígenas que salvan el mundo y una interesante apuesta


“Hay mucho que hacer para quienes quieren desacreditar -los arqueólogos y astrónomos que toman una mirada larga y escéptica a la gran ola sin sentido de Nibiru y explican con precisión científica qué está mal en este cuento de hadas cósmico. Tendrán su trabajo cortado en los próximos años. Y en el 22 de diciembre de 2012 habrá una nueva historia pseudocientífica apareciendo y el circo empezará de nuevo, porque no importa cuántos nuevos cuerpos celestes se encuentren en nuestro sistema solar, siempre habrá necesidad de un misterioso Planeta X.”  Govert Shilling.

Ya hemos visto que los mayas nunca hablaron de un fin delmundo en 2012 y que el mito del apocalipsis a finales de este año es solo un invento de autores de la new age. Aun así, no es difícil encontrar en redes sociales y sitios web nuevas advertencia sobre lo que viene. Se habla de un cambio cósmico de conciencia (lo que sea que eso signifique), el “ataque” de un cinturón fotónico a la Tierra,  alineaciones galácticas con el Sol y la Tierra (las cuales ocurren cada año sin causar absolutamente nada), choques con asteroides o planetas lejanos que civilizaciones ancestrales ya conocían, como el famosísimo Nibiru, o incluso “apagones solares” de tres días.

Sin embargo, antes de que existiera esta paranoia en torno al engaño del 2012, las personas han recurrido una y otra vez a las profecías de un catálogo variado de videntes quienes, sin sorprendernos, han fallado predicción tras predicción.

Esto es un fenómeno que se ha venido produciendo desde los inicios mismos de la civilización. Es fácil encontrar en civilizaciones antiguas como la egipcia, la fenicia, la sumeria, la griega, en los hebreos o en la civilización maya, códices, libros y jeroglíficos que se refieren a cómo será el futuro. Algunas veces, suelen hablarnos sobre cómo será el fin del mundo.

Durante milenios no existió mejor método de predicción en occidente que la famosa astrología; una combinación de ciencia y mística que no solo era capaz de decir cuál sería el camino de una estrella o la duración de una estación del año, sino que además podía ayudar con la predicción de la personalidad, la salud y del futuro. Por supuesto que, una vez que se separó ciencia de superstición con la consolidación de la astronomía, la astrología quedó relegada a uno más de los cientos de ejercicios esotéricos. Sin embargo, este nunca pasó de moda dentro de la supersticiosa y tradicional sociedad occidental.

Con el paso del tiempo y con la facilidad de comunicación que comenzaba a otorgar la tecnología en siglo XX, se difundieron cada vez mas formas de engaño, digo, de predicción del futuro. La llegada de internet marcaría un boom en una industria en crecimiento: la industria de la pseudociencia, donde chochitos curalotodo, platillos voladores, dobladores de cucharas y videntes apocalípticos eran la norma y no la excepción.

Desde 2008 (más o menos), el fin del mundo en 2012 ha sido una de las afirmaciones fantásticas más vendidas en el mundo. Se sabe de grupos sectarios que han decidido abandonar su vida capitalista y consumidora por una vida espiritual y vegetariana. Otros, han hecho grandes fortunas vendiendo bunkers anti-apocalipsis, o creando pequeñas colonias con casas fortificadas contra el Armagedón. Pero tal vez sea la venta de libros, series, documentales, conferencias y seminarios que se exponen y publican sobre el tema. Siempre usando la imagen misteriosa de la cultura maya o sorprendentes portadas de un universo en colapso.

La creencia moderna en un fin del mundo no es nada nueva, y tiene mucho que ver con una arraigada concepción del hombre que simplemente se niega a morir: la concepción de la Tierra, y del ser humano, como centro de todo. Como tal, es de vital importancia cuándo será la “segunda venida” y así salvar las almas de los virtuosos. El planeta Tierra, por el simple hecho de ser el planeta Tierra, es un lugar privilegiado en el Cosmos, tanto que éste trata de destruirlo, como si fuera una especie de brabucón espacio-temporal.
Aunque nada de esto posee un auténtico sustento lógico, miles de personas en el mundo se preocupan por lo que pasará en menos de una semana.

Sin embargo, algo curioso que se puede notar, aún en los principales gurús y astrólogos que presagian el alineamiento cósmico o la inversión de los polos, es que no han dejado de planear sobre cómo será su fiesta de navidad. De hecho, ya es posible encontrar los almanaques de nuevas predicciones para el 2013. Pareciera pues, que la superstición está de moda pero en cuanto caduca una predicción solo queda en el olvido (junto a miles de millones de otras predicciones fallidas) y se da inició la moda de la siguiente predicción apocalíptica.
Aunque este hecho lo podremos confirmar para el 22 de este mes, lo cierto es que miles de personas seguirán convencidas que algo ocurrirá hasta el mismo 21 de diciembre. Estoy muy seguro que no faltará el vendedor de misterios que, al día siguiente, diga que a partir de ese momento, la humanidad ya habrá cambiado de conciencia o trascendido a una 5ta dimensión (quien sabe cómo, pero supongamos que les creemos).

Así que aprovechando los pocos días que aún le queda a esta moda de la new age, hagamos un pequeño repaso sobre las afirmaciones más extravagantes sobre el apocalipsis del 2012.

*El calendario maya indica el final de nuestros tiempos. Aunque en un principio los charlatanes aseguraban esto, después cambiaron de opinión diciendo que, lo que en realidad los mayas nos indican con sus calendarios, es que viene un cambio cósmico-espiritual de consciencia global, causado, según algunos, por la alineación de la Tierra, el Sol y el centro de la Vía Láctea.  Todo esto, afirman, se encuentra inscrito en las 7 profecías mayas, y prueba de su exactitud son los desastres naturales que en épocas recientes han venido ocurriendo. No es sorprendente encontrar en estos momentos personas que siguen afirmando semejantes sandeces. 


Facebook nos muestra una imagen meme la cual refleja en pocas palabras la impresión que tenemos los incrédulos cuando alguien llega con nosotros y nos dicen que “los mayas dijeron esto o aquello”:



Cuando uno les expone eso, inmediatamente cuestionan valerosamente, ¿por qué entonces el calendario maya dice que todo termina en 2012?

Ante la idea de que el calendario maya (cualquiera de lostres, aunque para los místicos su favorito es el de cuenta larga), el astrobiólogo e investigador senior de la NASA, David Morrison, nos explica  en su Top 20 de las preguntas sobre el fin delmundo en 2012, que “los calendarios existen para determinar el paso del tiempo, no para predecir el futuro. Los astrónomos Mayas eran inteligentes, y desarrollaron un calendario muy complejo. Los calendarios antiguos son interesantes para los historiadores, pero por supuesto que no pueden igualar la habilidad que tenemos hoy para medir el paso del tiempo, o la precisión de los calendarios utilizados actualmente. El punto es, de todos modos, que un calendario, ya sea contemporáneo o antiguo, no puede predecir el futuro de nuestro planeta o avisarnos de eventos a ocurrir en una fecha específica como el 2012.

Una vez aclarado esto, ¿aun hay alguien aquí que sigue creyendo que los mayas predijeron el fin del mundo?

Véase más: Profecía Maya 2012, artículo de El Diccionario de los Escépticos, de Robert Todd Carroll.

*Nibiru y los alienígenas ancestrales. Algo que miro con fascinación y decepción a la vez sobre nuestros tiempos, es la facilidad con la que algunos logran mezclar su creencia en ovnis con cualquier cosa. Ejemplo de esto es el propio fin del mundo, en el que, ahora resulta que está ligado con los extraterrestres (¡Mother of god!).

De acuerdo a algunas páginas de internet, la NASA ha estado investigando de forma secreta y durante años el misterioso planeta X, conocido ya por la cultura sumeria hace 8,000 años con el nombre de Nibiru. De acuerdo a estos astutos detectives de la verdad oculta (sarcasmo), Nibiru está a punto de acercarse de nuevo a la órbita de la Tierra (desde la época en que vivían los sumerios que su órbita no se acercaba), y existe una enorme posibilidad o de contactar con la civilización extraterrestre que creó a los sumerios, y a los humanos en general, o de que Nibiru se estrellé con nosotros.

Todo esto está sucediendo justo en este momento frente a nuestras narices, pero la NASA, junto con gobiernos malvados, ocultan la verdad a todos. Bueno, a todos excepto a estos fabulosos investigadores que fueron capaces de revelar la verdad al más puro estilo de WikiLeaks (mas sarcasmo). Ya hablando en serio, uno se pregunta en qué cabeza cabe semejantes cosas.

La respuesta es, en la cabeza de fanáticos de libros de ficción pseudohistórica como los que publicaron (y aun se publican) personajes como Erick von Daniken, Georgeo Tsoukalos, Immanuel Velikovsky y Zecharia Sitchin.

Estas personas abusan de la ignorancia colectiva que se vive en la sociedad en torno a la astronomía, y a la ciencia en general. Así utilizan conceptos de aparente seriedad, cuando en realidad no es más que un montón de palabrería sin sentido.

Tomen de ejemplo cuando estos tipos hacen referencia a Nibiru y sus “avistamientos” allá por la época de los sumerios. Nuevamente, el astrobiólogo David Morrison nos explica al respecto: “Nibiru es un nombre de la astrología babilónica relacionado en ocasiones con el dios Marduk. Nibiru aparece como un personaje menor en el poema babilónico de la creación Enuma Elish, según los registros en la biblioteca de Assurbanipal, Rey de Assyria (668–627 a.C.). Sumeria floreció mucho antes, alrededor del siglo 23 al 17 a.C. Al contrario de lo que dice Zecharia Sitchin, los eruditos, quienes estudian y traducen los registros escritos de la antigua Mesopotamia, contradicen las afirmaciones de que Nibiru es un planeta y era conocido por los sumerios. Los sumerios fueron en verdad una gran civilización, importante por el desarrollo de la agricultura, la distribución de agua, la vida urbana y especialmente la escritura. Sin embargo, dejaron pocos registros astronómicos y lo más seguro es que no sabían de la existencia de Urano, Neptuno o Plutón… La afirmación de que los sumerios tenían una astronomía sofisticada, o incluso de que tenían un dios llamado Nibiru, son producto de la imaginación de Sitchin.

¿Y qué sucede con el planeta X? los magufos insisten en que la NASA y los diabólicos gobiernos del Nuevo Orden Mundial descubrieron hace tiempo el llamado planeta X con telescopios en el Polo Sur, pero que se lo ocultan a todo el mundo para evitar el pánico. ¿La realidad? Resulta ser que en astronomía, se ha entendido por “planeta X” a todo planeta hipotético que se encuentre mas allá de la órbita de Neptuno.

Cuando recién se descubrió Plutón, llegó a decirse que era el planeta X. De hecho, Percival Lowell (el principal astrónomo de finales del siglo XIX que buscaba un planeta mas allá de Neptuno), cuando postuló la existencia de un planeta que alteraba levemente la órbita de Neptuno, llamó a este posible planeta como planeta X. En 1938, el pupilo de Lowell, Claiton Bohr descubrió al hipotético planeta predicho por Lowell; al principio se le llamó planeta X, pero después se le bautizó como Plutón.

Dejando un poco de lado la lección de historia, lo que se intenta señalar con este ejemplo es justamente que planeta X es el nombre que se le da a un hipotético planeta que altera la órbita de alguno planeta ya conocido. En la actualidad el término está en desuso debido a la misma confusión y abusos que causan los medios amarillistas junto con los vendedores de misterios, quienes hoy día entienden como sinónimos a Nibiru y el planeta X.
Cuando los magufos del fin del mundo hablan del planeta X, no hacen otra cosa más que hablar de Nibiru.

Las historias de alienígenas ancestrales, conspiraciones gubernamentales, encubrimientos globales y civilizaciones astrales suenan por demás maravillosas, pero es importante recalcar que solo son cuentos, maravillosos sí, pero solo cuentos.


*The [Pseudo] History Channel y El Efecto Nostradamus. Como ya por todos es sabido, el canal, antes de contenido cultural y educativo, The History Channel desde hace un tiempo se ha venido presentando como el mayor canal de pseudociencia y pseudohistoria de la televisión por cable.

En 2008 (¿o fue en 2009?) History comenzó a transmitir una serie llamada El Efecto Nostradamus en la que cínicamente aseguraban al principio que “no se apoyarán ni se negarán las <<teorías>> expuestas, sino que solo presentaran las <<pruebas>>”. Con este escudo legal y moral, History cedía sus micrófonos por una hora entera a misteriólogos de la new age que aseguraban que culturas como la maya, la egipcia o la india (mal llamada hindú) de alguna forma llegaron a la conclusión de que el fin de los tiempos sería en el invierno del 2012.

 Pero aquí no acaba el asunto; los charlatanes denominados por History como “expertos” aseguraban que profetas inexistentes como la madre Shipton o el mago Merlín, junto a las profecías de charlatanes de ayer y hoy, como Nostradamus, Solari Parravicini o los pequeños mentirosos piadosos de la virgen de Fátima, coincidían con los hechos de la actualidad. El lema del programa decía entonces que “a esta convergencia entre varias profecías distintas hechas en distintas partes del mundo, y en distintas épocas, que coinciden con lo que sucede actualmente se le conoce como Efecto Nostradamus.
Hace no mucho que The History Channel dejó de transmitir tan fantasiosa serie. Ni siquiera la página oficial del canal pseudocultural menciona a esta serie; pareciera como si los productores de  History se hubieran ido a mirar al espejo y se dijeran a sí mismos: “¡@#€ta madre! De plano esas son autenticas ma@#€º.”

Claro está que para History el negocio de lo paranormal y la charlatanería sigue siendo vigente. Así es como ahora están de modo los Alienígenas Ancestrales, Milagros Decodificados y el próximo especial Antes del Fin del Mundo, con sus “mejores” programas sobre el tema en cuanto al fin del mundo este 21 de diciembre.

*¿Los mayas te hablan en la noche o qué pedo Peña Nieto? Durante todo este año, escuché y leí cada pedradona al ahora “señor presidente” Enrique Peña Nieto, pero quizás la más inolvidable fue cuando hace poco más de un año (aun siendo precandidato del PRI) fue incapaz de dar tres libros que marcaron su vida sinequivocarse de autor o de nombre, en la presentación de su primer (y hasta ahora único) libro en la FIL. Decían que Peña Nieto era pues, el único hombre en escribir más libros de los ha leído. Y eso que apenas lleva uno.

Sin embargo, las metidas de pata de este buen político mexinaco, digo mexicano, continuaron. El 13 de Enero de este año, en una presentación de su campaña en Mérida, afirmó que  “…en el legado de la cultura milenaria de los mayas, está escrito que en el 2012 viene un cambio, viene una nueva era."

Aprovechándose del amarillismo y la charlatanería, decidió hacerse eco con el milenarismo para asegurar semejante sandez, dando a entender que los mayas ya sabían que algo importante ocurriría en 2012. Peña Nieto, al parecer interpreta esto como que los mayas ya sabían que él llegaría a la presidencia.

“Aprovechaba, por supuesto, que más del 50% de los habitantes de Yucatán son mayas o mestizos mayas. Porque crean lo que crean los esotéricos de Estados Unidos o Europa, ‘los mayas’ no están extintos como los atlantes. Mayas son por igual los zapatistas que el compositor Armando Manzanero (cuyo segundo apellido es Canché, que en maya significa ‘serpiente de madera’ o ‘tarima’).

¿De dónde saca Peña Nieto, con tanta contundencia, esa afirmación que conjunta de manera asombrosa la más basta superstición, la más supina ignorancia y la más desvergonzada demagogia populista y manipuladora? ¿Qué fuentes podría citar este personaje para decir que "los mayas" (así, de bulto, todos juntos como en una conga) "predijeron" algo, especialmente esa estupidez inventada por los negociantes del new age? ¿Qué sabe del tema este caballero, autor, al parecer, de más libros de los que ha leído (escribió uno)?.

Como pregunta Paco Ignacio Taibo II: ¿los mayas le hablan en la noche o qué pedo? Al parecer, lo que tiene Enrique Peña Nieto es un escritor de discursos que oyó campanas y se subió a la estupidez de los delirios místico-brujeriles de los políticos mexicanos…” afirma el periodista Mauricio José Schwarz en una entrada sobre el tema en El Retorno de los Charlatanes.

La superstición en la política mexicana (e internacional) ha sido tema de controvertidos artículos y publicaciones. En México se publicó hace unos años un libro llamado Los Brujos del Poder, en el que su autor relata las anécdotas paranormales de los políticos, desde las convicciones espiritistas de Francisco I. Madero hasta los consejeros de la new age que acompañaban a Vicente Fox.

En el caso de nuestro queridísimo actual presidente, lo único que quedó por hacer cuando afirmó lo que afirmó fue darse un golpe en la frente y pensar: “uta madre, y este es el wey que tenemos por presidente.”

Véase más: Peña Nieto ylas “profecías mayas”, artículo de Mauricio José Schwarz en el Retorno de los Charlatanes.

*Facebook y el cinturón fotónico. La ultima chifladura del 2012 de la que he estado enterado, es la que en los últimos días se ha difundido en las redes sociales como carta cadena, conocida como el cinturón de fotones.

De acuerdo a los misteriólogos de la new age, el cinturón fotónico es un montón de fotones, agrupados en una especie de anillo o cinturón, van a envolver a la Tierra, causando así una “transición espiritual” (sea lo que sea que eso signifique). Este “evento” ocurriría (sí,  adivinaron)  el 21 de diciembre de este año. El cinturón fotónico proviene, de acuerdo a esto, del cúmulo de las Pléyades, y causará  el “Gran Cambio” o el “Punto Cero”, en el que la humanidad cambiará de conciencia cósmica.

Esta fantasiosa idea no tiene el más mínimo de sentido y carece de toda prueba. Según parece, el cinturón fotónico fue planteado por primera vez en 1950 en un libro llamado El Último Día del ingeniero alemán Paul Otto Hesse. En su obra, Hesse describe su creencia en el cinturón fotónico pero nunca aporta una sola prueba sobre su existencia.

Hoy en día, los físicos postulan que es teóricamente posible la existencia de algo así como un anillo compuesto por fotones, pero de existir, solo podría darse lugar en ambientes increíblemente extremos, como en los límites gravitacionales de un agujero negro. No hay forma en que un cinturón fotónico envuelva a la Tierra en los próximos días; las Pléyades se encuentran a más de 500 años luz de distancia, lo que significa que cualquier cosa que suceda en ese cúmulo estelar no tiene el más mínimo efecto sobre nuestro sistema solar; y en cualquier caso, un cinturón de partículas de luz no provocaría ningún cambio espiritual en la humanidad.


Si bien, cada una de estas “situaciones” (y las que me faltaron) me sacaron una buena carcajada en su momento, lo cierto es que, por mas chistosas que suenen, muchas personas las creen. Muchas personas con tendencias suicidas o incluso homicidas han llegado a creer que vivían las últimas horas del mundo, causando desgracias en fechas que se suponían apocalípticas, pero que simplemente estaban “equivocadas.”

Actualmente, la NASA dio a conocer que desde 2007 más o menos, ha recibido cerca de 5,000 correos de personas preocupadas sobre la colisión del planeta con Nibiru, el cinturón fotónico, las cuartetas de Nostradamus y los calendarios “apocalípticos” de los mayas.

Muchas personas están intrigadas con las cosas que han visto en el internet o en la televisión, pero también muchos se han enojado por los supuestos encubrimientos por parte del gobierno… Otros están genuinamente asustados de pensar que el mundo se va a acabar”, narra David Morrison, encargado de la NASA en responder dichos correos.



El esfuerzo por desmitificar este engaño del fin del mundo ha sido grande, pero por cada sitio web o blog que ofrece información crítica, hay unos 20 que venden libros, folletos, casas anti-fin del mundo, o incluso tiendas virtualespara comprar lo necesario para sobrevivir al día después del fin del mundo.

Como sea, si tu eres un magufo que asegura que este 21 de diciembre el mundo llegará a su fin, o eres del tipo de magufo que ya cambió de opinión y dice que habrá un cambio de conciencia cuántica por que el cinturón fotónico de las Pléyades, que por que el sistema solar se alineará con el centro de la Vía Láctea, o porque contactaremos con los habitantes de Nibiru, hagamos una apuesta. Tú propón la cantidad.

Si el fin del mundo en verdad comienza el 21 de diciembre, me ocuparé de robar un banco y darte en tus manos la cantidad que pides, y así podrás irte al paraíso (o serás abducido, o Jesús te raptará en su segunda venida) orgulloso de haberle callado la boca a un escéptico y de haberle quitado una buena cantidad de dinero para presumírsela a tus nuevos amigos alienígenas.

Pero si por el contrario, no se acaba el mundo el 21 de diciembre y llegamos a navidad, tú me darás la misma cantidad de dinero quedándote con una placa en la frente diciendo “ingenuo”. Entonces, ¿Quién quiere apostar?

LOL.

SI TE INTERESA
*El Top 20 de las Preguntas sobre el Fin del Mundo en 2012, por David Morrison y publicado por la Skeptic’sMagazine, es un interesante artículo que pregunta a pregunta aclara las principales preocupaciones de los cibernautas sobre el 21 de diciembre del 2012.

*El artículo Profecía Maya 2012, del Skeptic’s Dictionary, donde Robert Todd Carroll nos cuenta cómo surgió el mito de que los mayas predijeron el fin del mundo.

*Chifladuras 2012 es una recopilación de Mauricio-José Schwarz sobre las mas fantasiosas afirmaciones que se han hecho en los últimos días sobre el día del juicio final.