"Hasta que nuestros líderes implementen cambios importantes en las políticas para mitigar la crisis climática, la generación de Greta estará totalmente justificada para darles una conferencia por maltratar egoístamente la estabilidad de nuestro clima global. Y basándonos en los abominables ataques a Greta que enmascaran torpemente un profundo sentimiento de culpa, sus críticos lo saben." Dana Nuccitelli.
El llamado "efecto Greta", como algunos ya han señalado con anterioridad, no responde a un fenómeno nuevo, sino que se trata del más reciente eslabón de una lamentable cadena de recordatorio sobre los fallos internacionales en política ambiental. No es sorprendente que ante la popularidad de Greta Thunberg, y la movilización mundial que ha causado, haga despotricar a los viejos enemigos de la lucha contra el cambio climático, desde los libertarios que escriben con su conocida mezcla de hipocresía y conspiranoia, hasta políticos mezquinos que han hecho poco en la lucha contra el calentamiento global, como el presidente ruso Vladimir Putin. Opiniones como estas son fácilmente predecibles, cuyo propósito se encuentra justo entre la conveniencia del aún muy lucrativo negocio de marcadear con la duda y la negación en favor de enormes empresas, y el sesgo ideológico más rancio e infundado, basado en la idea que la libertad económica es lo único que importa. Tampoco faltan los comentarios de despistados oscurantistas, como el charlacanista Slavoj Zizek que, después de tanta verborrea, acaba dando el sencillo mensaje que Greta en realidad no es original en su planteamiento (algo que ni Greta ni los activistas de la Huelga Mundial por el Clima niegan), sino que es algo que otros ya han dicho, que es una "apóstol" en este sentido.
Lo que sí fue para mí una sorpresa, debo decir una desalentadora sorpresa, fue ver varios de mis contactos que se mueven entre el movimiento escéptico, criticando a Greta Thunberg por razones tan irrelevantes, especulativas y hasta falaces. En otras ocasiones, se presentan puntos que básicamente complementan el mensaje principal de la Huelga Mundial por el Clima, antes que restarle importancia. Y aunque no todas las críticas entre el movimiento escéptico son malas (por ejemplo, la escrita por David Osorio es bastante buena y con puntos que de verdad se deben tener en cuenta), por lo menos entre los grupos y páginas por los que "me muevo" en redes sociales me han dejado mucho qué desear. Aquí me propongo dar un repaso a cuatro reflexiones que, creo yo, sintetizan bastante bien las malas críticas contra Greta Thunberg, por parte de escépticos: me refiero a las del miembro del Círculo Escéptico Argentino Matías "Matt" Suárez Holze, del filósofo de la ciencia español Manuel Corroza Muro, del periodista científico Mauricio-José Schwarz y el autor best seller científico, Steven Pinker.
El llamado "efecto Greta", como algunos ya han señalado con anterioridad, no responde a un fenómeno nuevo, sino que se trata del más reciente eslabón de una lamentable cadena de recordatorio sobre los fallos internacionales en política ambiental. No es sorprendente que ante la popularidad de Greta Thunberg, y la movilización mundial que ha causado, haga despotricar a los viejos enemigos de la lucha contra el cambio climático, desde los libertarios que escriben con su conocida mezcla de hipocresía y conspiranoia, hasta políticos mezquinos que han hecho poco en la lucha contra el calentamiento global, como el presidente ruso Vladimir Putin. Opiniones como estas son fácilmente predecibles, cuyo propósito se encuentra justo entre la conveniencia del aún muy lucrativo negocio de marcadear con la duda y la negación en favor de enormes empresas, y el sesgo ideológico más rancio e infundado, basado en la idea que la libertad económica es lo único que importa. Tampoco faltan los comentarios de despistados oscurantistas, como el charlacanista Slavoj Zizek que, después de tanta verborrea, acaba dando el sencillo mensaje que Greta en realidad no es original en su planteamiento (algo que ni Greta ni los activistas de la Huelga Mundial por el Clima niegan), sino que es algo que otros ya han dicho, que es una "apóstol" en este sentido.
Lo que sí fue para mí una sorpresa, debo decir una desalentadora sorpresa, fue ver varios de mis contactos que se mueven entre el movimiento escéptico, criticando a Greta Thunberg por razones tan irrelevantes, especulativas y hasta falaces. En otras ocasiones, se presentan puntos que básicamente complementan el mensaje principal de la Huelga Mundial por el Clima, antes que restarle importancia. Y aunque no todas las críticas entre el movimiento escéptico son malas (por ejemplo, la escrita por David Osorio es bastante buena y con puntos que de verdad se deben tener en cuenta), por lo menos entre los grupos y páginas por los que "me muevo" en redes sociales me han dejado mucho qué desear. Aquí me propongo dar un repaso a cuatro reflexiones que, creo yo, sintetizan bastante bien las malas críticas contra Greta Thunberg, por parte de escépticos: me refiero a las del miembro del Círculo Escéptico Argentino Matías "Matt" Suárez Holze, del filósofo de la ciencia español Manuel Corroza Muro, del periodista científico Mauricio-José Schwarz y el autor best seller científico, Steven Pinker.