martes, 25 de febrero de 2020

Mario Bunge (1919 - 2020)

"Todo auténtico filósofo de la ciencia tiene dos finalidades: la una teórica y la otra práctica. La primera es entender la investigación científica y algunos de sus resultados. La otra es ayudar a los científicos a afilar conceptos, refinar teorías, examinar métodos, poner al descubierto supuestos filosóficos, participar efectivamente en controversias científicas y sembrar dudas acerca de hallazgos que parecen incontrovertibles. Ambas finalidades se complementan."
El día de hoy desperté con una noticia que, aunque todos sabíamos que llegarían en algún momento, lo cierto es que a todos nos parece demasiado pronto: Mario Bunge murió hace solo unas horas, durante la noche del 24 de febrero. Como muchos por aquí sabrán, Bunge es, en mi humilde opinión (la cual he visto que comparten otros tantos) el filósofo más importante en la segunda mitad del siglo XX y de las primeras décadas del XXI, no solo por su capacidad de abordar un abanico de temas de la ciencia, la filosofía y la política, sino por ser el creador de todo un sistema filosófico original y fértil sobre el que se han basado el trabajo de numerosos académicos alrededor del mundo. Justo anoche estaba repasando el "Epílogo" de la versión actualizada de su bella obra, La investigación científica (2000).

Mi opinión también tiene un componente personal: Bunge fue el escéptico que más me ayudó en mi formación contra las pseudociencias, al ofrecer explicaciones sistemáticas de este fenómeno, y esclarecer los motivos por los cuales es importante denunciarlas; pero no solamente deben ser denunciadas pseudociencias como el psicoanálisis, la parapsicología o la homeopatía, blancos relativamente simples, sino también las pseudociencias sociales, aquellas que infectan universidades, instituciones públicas y gobiernos enteros, matando a la gente de hambre, tal como hacen el marxismo y la economía escolástica conocida como modelo neoclásico.


Para consultar más rápido