Debo admitir que durante preparatoria y mis primeros semestres en la licenciatura, me mantuve firme en mi convicción de no entrar en debates relacionados con la política, a no ser que la política fuera un segundo término (como las discusiones sobre la intromisión de la religión en el Estado laico, o las pseudoterapias en el servicio de salud pública. Pensaba que la política era un tema donde la subjetividad juega más que la objetividad y el razonamiento crítico. Y sigo creyendo que eso es verdad en gran parte, pero ahora ya no pienso que eso signifique que no sea importante.
La política juega un papel importante, y no solamente influencia la investigación científica, sino que influye en la sociedad completa, y en sus distintas actividades, sean la economía o las artes, la religión o el deporte. Sin importar el tema (incluso en ciencia y filosofía), la política está ahí. Y los debates políticos suelen verse llenos de polarizaciones causadas por las emociones que provoca en el público que siempre se encontrará a favor o en contra de una ideología, un gobierno, una política-económica, un partido político, una iniciativa o un líder.
En México, durante los últimos años, se ha venido dando una polarización en la opinión pública debido a diversas variables relacionadas con el actual gobierno, que van desde fake news, tergiversación y sensacionalismo por parte de medios "opositores", hasta ineptutid, recortes en áreas como ciencia, salud y cultura por la llamada "austeridad republicana", serios fallos económicos y sociales, incumplimiento en las propuestas de campaña más relevantes y hombres de paja lanzados desde el micrófono del presidente con enemigos de los que no se distingue bien qué tan reales son (los fifís, los conservadores, los neoliberales...) y cuán culpables son de la situación actual del país.
Antes de debatir a favor o en contra del presidente, de su partido, de sus iniciativas o de sus opositores, les propongo prestar atención a los siguientes consejos (basados en mi experiencia y mucho o poco conocimiento en política), para así aspirar a un debate con auténtico contenido y que no termine siendo solo un hilo enorme de dimes y diretes en tu perfil personal. Antes que cualquier apoyo a cualquier partido político o la adhesión a cualquier ideología política, nunca hay que olvidarnos del respeto por la claridad, la rigurosidad y los hechos del mundo real.