domingo, 19 de septiembre de 2021

Neil deGrasse Tyson y la persistente antifilosofía

Aunque me parece que es
uno de los libros más
interesantes que ha escrito, su
sección "Filosofía" me deja con un
mal sabor de boca.

Estos últimos días me ha estado llamado la atención un fenómeno persistente, del que ya hemos hablado antes extensamente, pero que sigue presentándose, para mi continua tristeza, dentro de grupos y publicaciones "racionalistas": la antifilosofía, esa curiosa mala filosofía (¿o mala metafilosofía?) realizada en tiempos recientes, generalmente, por personas con conocimientos limitados del campo, aún cuando tales personas tengan doctorados impresionantes.

Primero fue una conversación en un podcast de ateísmo en el que invitaron al edutuber y periodista científico Maurcio-José Schwarz. Como comenté por facebook, antes del evento uno de sus presentadores me preguntó sobre qué esperar con este autor en relación a la filosofía. Lo que le comenté fue básicamente lo mismo que he afirmado desde hace mucho: personalidades como Schwarz pueden hacer que un programa sea sumamente interesante y entretenido, siempre y cuando hable de aquello que conoce bien (y Schwarz ciertamente posee contenido bastante bueno sobre ateísmo, divulgación, periodismo, política y literatura, entre otros). Le comenté que las opiniones de este periodista son francamente lamentables en lo que respecta a la filosofía, pues como él mismo lo ha dicho muchas veces, desconoce el campo (no ha leído un filósofo en años, tal como confiesa en varios lugares). Y aunque estoy seguro que esta persona tenía la mejor de las intenciones al crear su contenido para podcast, lo cierto es que la entrevista terminó girando en relación a la filosofía, titulándola "¿Es la filosofía necesaria para la ciencia?". Ya saben, ese tipo de preguntas que tal vez daría para hablar mucho con un especialista en el tema. Pero invitaron a alguien que lo desconoce y ha metido la pata estrepitosamente en cada lugar donde lo llega a tocar.

Haiga sido como haiga sido, lo cierto es que Schwarz no suele presentar nada novedoso en los "cuestionamientos" a la legitimidad de la filosofía, y en este blog ya hemos discutido mucho sus puntos de vista (aquí, aquíaquí y aquí) como para volver a dedicarle otro artículo más. De hecho, ni siquiera estaba planeando escribir nada, hasta que ayer llegué a casa, y me encontré con que ya habían llegado los libros que compré hace un par de días: Auge y caída de los dinosaurios, por Steve Brusatte (2019) y Cartas de un astrofísico, por Neil deGrasse Tyson (2020). Imaginen mi decepción con este último y, al hojearlo, encontrarme con que Tyson persiste en un actitud antifilosófica tan rancia y equivocada como la de nuestro querido edutuber periodista mexicano-español.

sábado, 11 de septiembre de 2021

11/S: ¿Qué nos han enseñado los conspiranoicos a 20 años de los atentados terroristas?

20 años se dicen fácil, aunque su análisis y reflexión no lo sea. Desde aquel 11 de septiembre del 2001, se han aprendido muchas lecciones, todas conectadas al siempre recordado como impactante y triste ataque a las torres gemelas (y al Pentágono). Fueron muchos los que aprendieron mucho de este suceso, pero hay un grupo de personas que siguen enseñando lo mismo, sin importar cuánto ha pasado el tiempo (y sin importar cuantas veces los refuten): los teóricos de la conspiración paranoica o conspiranoicos, como los llamamos con cariño.

A 20 años del atentado, no se ha presentado ni una prueba contundente para siquiera suponer que el "conocimiento oficial" (como que fue un atentado terrorista perpetrado por Al-Qaeda) tenga que revisarse nuevamente. Y es que, piénselo, vivimos en tiempos en que incluso se pone a debate (político, que no científico) el origen del virus causante de la actual pandemia desde las más altas esferas de poder, tanto en Occidente como en Oriente, pero nadie de seriedad, ni traidores, ni ex-espías, ni activistas, ni profesores, ni testigos ni investigadores independientes, considera que los argumentos esgrimidos por "truthers" ofrezcan pistas de relevancia para desenmascarar una conspiración o revelar algún misterio. Al contrario, hay mucho (en serio, mucho) material que ha desbaratado una y otra y otra... y otra vez, los alegatos conspiranoicos como curiosas formas de ingenuidad mezclada con desinformación y mucho sospechosismo. Por esto mismo, no me molestaré en analizar nuevamente los argumentos conspiranoicos (si quiere, aquí hay buena información, aquí también, aquí igual, por acá, por aquí, aquí, aquí, aquí, aquíaquí y algo más breve aquí).

Tal vez los conspiranoicos nunca lleguen a aprender nada realmente, pero nosotros hemos aprendido mucho de ellos. Y no me malentienda, que no me refiero a que hemos aprendido algo de importancia sobre el 11/09 o sobre cualquier otro suceso histórico gracias a la conspiranoia, sino que hemos aprendido bastante de la psicología de los truthers, sus perfiles, así como su peligroso y desmotivador impacto en la sociedad.

sábado, 4 de septiembre de 2021

¿Qué ha logrado la criptozoología?

El "gato-zorro" mirando despreciativamente a los que creían que era una nueva especie que confirmaba los sueños de los fanáticos de monstruos.

Considere los siguientes titulares del 2019, a modo de ejercicio: "El gato zorro de Córcega ¿mito o realidad de una nueva especie salvaje?", "Descubren una nueva especie de gato, por años se creyó que era mito" o "Gato-zorro: una nueva especie sorprende a la comunidad científica". Seguramente, si un amante de los monstruos se topa con este tipo de titulares, lo primero que pensará es una respuesta positiva a la pregunta con la que titulo esta entrada, ¿no cree? Si los titulares no son suficientes, tal vez nuestro hipotético criptofan  se emocionará más con algo como lo publicado en El País:

“Este animal forma parte de la mitología de nuestros pastores. Contaban que estos gatos forestales atacaban las ubres de sus ovejas y cabras. Es a partir de ese relato, transmitido de generación en generación, que comenzamos nuestras investigaciones”, contó Cecchini a la AFP. El programa comenzó en 2008.

“Partimos de esa mitología y entramos en la realidad de un programa de investigación científica aplicando todos los métodos que conocemos. Logramos, poco a poco en estos últimos diez años, determinar que el animal existía todavía. Finalmente, lo fotografiamos con cámaras infrarrojas nocturnas y, por fin, al cabo de varios años, logramos también capturarlo”, relató por su parte Benedetti a la emisora nacional.