Cuando hablamos de críptidos, es común que pensemos en monstruos de lagos, primates gigantes vagando en bosques del Norte o en criaturas medio alienígenas capaces de chupar la sangre de cabras y otros animales de granja. Quizás quienes, buscando tener aunque sea rastros fósiles de aquellas míticas criaturas, prefiera hablar de cómo podrían haber sobrevividos animales extintos como el mamut, el brontosaurus, los plesiosaurus, el megalodón o, aunque sea, el tilacino. A esto último, los amantes del misterio lo identifican como criptozoología de animales extintos. Y aunque ciertamente podríamos decir que tiene como base una ciencia (la paleontología), las especulaciones sobre la supervivencia de los animales prehistóricos generalmente carece de todo fundamento medianamente razonable, pues lo único que interesa es que la criatura sea imponente y motive la imaginación (nadie está interesado en pequeños insectos, en anfibios diminutos o en peces minúsculos que, casualmente, llegan a re-descubrirse de vez en cuando).
Otro "campo" cercano a esto, es lo que los autores de El gran libro de la criptozoología (2008) llaman "Criptopaleozoología". Inspirados en el trabajo de Adrienne Mayor, se postularía como aquel campo que estudiaría "el recuerdo o la creencia que relaciona a criaturas mitológicas extraordinarias con observaciones de animales extintos fosilizados, incluyendo las tentativas de los observadores de explicar los rastos fósiles de especies prehistóricas, incluyendo fósiles de criaturas marinas y plantas, huesos, dientes, garras, madrigueras, huevos e incluso sus huellas fosilizadas." Este tipo de estudios que, como mencionan, también se les suele llamar "leyendas fósiles" o "geomitología", brindaría una explicación paleontológica a criaturas como los dragones, los gigantes, los grifos y los cíclopes, a partir de la identificación errónea de restos fósiles de dinosaurios y otras criaturas desaparecidas hace millones de años.
Pero hoy me gustaría hablar de otra manera de entender la relación entre fósiles y criaturas presuntamente desconocidas: los paleocríptidos. Estos, postulo, serían aquellas propuestas de especies paleontológicas que no han encontrado suficiente respaldo en la evidencia fósil para establecerlas o que la evidencia misma ha servido para descartarlas. Los paleocríptidos, aunque podrían verse como hipótesis científicas fallidas, usualmente cuentan con números reducidos de defensores, incluyendo paleontólogos, paleoartistas y biólogos profesionales, aunque el consenso científico considere que no existen razones para creer que tales criaturas existieron realmente.
Revisemos una colección de 5 paleocríptidos, para también observar aquellos debates científicos, algunos de ellos zanjados desde hace tiempo, que derivan en polémicas populares bastante cercanas a las doctrinarias actitudes pseudocientíficas.