viernes, 7 de enero de 2011

El problema con las teorías de la conspiración

Corregido y aumentado 25/07/13

México, al igual que muchos otros, es un país rico en cultura, diversidad étnica, creencias religiosas, tradiciones ancestrales… con  todo esto se le puede identificar a este país. Pero si hay otro calificativo para México yo pensaría en uno del que nunca he escuchado decir en ningún medio de comunicación: México, país de las teorías de la conspiración.

Y es que, aunque las principales y más famosas teorías de la conspiración se encuentran en países como EEUU y naciones europeas, nuestro país, hasta donde conozco, no se queda atrás en la creación de ideas basadas en la paranoia. Cualquier noticia, cualquier suceso que pasa, nunca falta alguien que no ofrezca una opción "alternativa" en la que algún grupo o persona rica y poderosa no haya sido la creadora de todo.

Hace ya poco más de tres años, el país (y gran parte de occidente) fue azotado por una epidemia de influenza (Tipo A subtipo H1N1), en la cual, no pasó mucho tiempo para que Internet se plagara de todo tipo de teorías de la conspiración asegurando desde que era una enfermedad creada por EEUU y arrojada intencionalmente, que era un  mito del gobierno panista, un fraude de la industria farmacéutica y el G8 para recuperarse de la crisis, o que era un arma biológica posiblemente arrojada por alguna organización terrorista. Incluso no faltó la nota que afirmara que la influenza era de origen sobrenatural, un castigo de dios, o un virus arrojado por extraterrestres. En fin, toda clase ideas tan ridículas, pero que sin embargo tenían un alto impacto en ese momento. Escuché hablar a más de uno que todo era un cuento, según ellos,  al estilo del chupacabras, para así encubrir verdaderas noticias en política y economía (pues los noticieros solo hablaban del curso de la epidemia).

Encubrimiento, montajes gubernamentales, sociedades que quieren conquistar el mundo, conspiraciones étnicas-religiosas, complots extraterrestres… las teorías de la conspiración se acomodan de acuerdo a los gustos, creencias, conocimientos –o ignorancia- y miedos de la persona a la que se le venden estas historias. Pero ¿las personas deberían hacerles caso a los teóricos –paranoicos- de la conspiración? ¿O solo deberían ver este fenómeno simplemente como producto de la cultura popular?


Volviendo al tema de la influenza tipo A, uno de los argumentos en contra de la causa natural de la epidemia que me tocó escuchar, vino de mi maestro de química, el cual, afirmaba que la influenza era un  mito, porque él nunca había visto a un cerdo con los síntomas de la supuesta enfermedad (recordemos que las investigaciones, sugieren que el virus A H1N1, mutó de un virus de origen porcino), y que todo era un invento para llenar las noticias de la epidemia y así realizar quién sabe qué malignos planes de negocios no conocidos. Una cosa es decir que los gobiernos ocultan algo, pero otra muy distinta es que un profesor de universidad afirme que no hay una epidemia mortal, solo porque nunca había visto un cerdo enfermo (ya que en primer lugar, los síntomas que se les atribuyen a los humanos, no necesitan aparecer en cerdos). 

En México es común creer que los principales medios de comunicación masiva manipulan y ocultan información que "no les conviene" a X o Y poderoso que se sepa. Es curioso que los hábiles e inteligentes mexicanos descubran siempre las conspiraciones de Televisa. Desde el asesinato de Colosio hasta las afirmaciones de movimientos como #YoSoy132 contra "el fraude" electoral que le dio la victoria al actual presidente Peña Nieto. Vaya que los mexicanos no nos pueden engañar, pues para nosotros siempre "solo hay una explicación para esto: conspiraciones." (Sarcasmo).

Y esto, es precisamente el problema principal de las teorías de la conspiración: solo se basan en especulaciones hechas por personas que no tienen conocimientos de lo que sucede o sucedió; de modo que especulan con los pocos  datos que conocen, a la vez que ponen en duda todo lo referente a información en contra de su idea diciendo que es parte de la conspiración y así logran armar una conspiración de las magnitudes que más le guste. Desde conspiraciones nacionales, internacionales, ancestrales, sobrenaturales o alienígenas. Sin embargo, el especular e imaginar que algo podría o no estar pasando no demuestra que en verdad esté o no esté pasando.

Otro ejemplo famoso en la historia de México de conspiranoia es el magnicidio de Colosio, hecho que se convirtió en todo un icono del mundo conspiracionista, al igual que el caso de JFK. De acuerdo a la conspiración, Luis Donaldo Colosio fue asesinado por algún grupo poderoso que se encontraba gobernando el país en aquel entonces. El sospechoso favorito, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, suele catalogarse como el asesino intelectual.

 Aunque el caso ha sido el más investigado en toda la historia del país, las evidencias halladas solo apuntaban a Mario Aburto como único asesino. Aun así la desconfianza del pueblo ante tales afirmaciones era (y aun es) evidente. Se llegó a asegurar incluso que el verdadero Aburto había sido asesinado, colocando en la cárcel a una persona que nada tenía que ver con el caso, un falso Aburto. Esta historia sigue siendo (a mi parecer) la mayor teoría de la conspiración en México. Sin embargo, y al igual que en el caso de JFK no hay nada más allá de la creencia de las personas que pueda incriminar a Salinas o a cualquier otro además de Aburto (o de Oswald en el caso JFK) como único asesino. Aun así, las personas creen que hubo una gran conspiración que hasta la fecha continúa siendo solapada y promocionada por los gobernantes actuales. Tanto en el caso Colosio como en el de JFK, tenemos el clásico ejemplo de conspiración. Es probable que nunca sepamos toda la verdad detrás de estos dos casos, pero una teoría de la conspiración no es en absoluto la respuesta que las personas deberían aceptar como cierta.

Conspiraciones y teorías de la conspiración

Algo es muy cierto: se conocen muchos casos de verdaderas conspiraciones. Grupos, asociados, líderes y empresas,  a lo largo de la historia se han vuelto protagonistas de conspiraciones.

Casos celebres de este tipo son el asesinato de Abraham Lincoln, la muerte de Rasputín y la dinastía Romanov, el escándalo Watergate, los proyectos secretos como el MK Ultra de la CIA, etc.  En México, los asesinatos de personajes como Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Francisco Villa, y auténticos fraudes electorales tanto en el porfiriato como en el tiempo post-revolucionario se cuentan como algunas conspiraciones verdaderas en nuestro país. En el México moderno, la mayoría de las campañas electorales fueron escenario de "irregularidades" y en las cuales se demostró que eran alteradas (algunos historiadores políticos, aseguran que no hubo elección presidencial en el siglo XX –con excepción de la del éxito de Madero en 1910- que no presentara alguna irregularidad sospechosa, hasta las elecciones del 2000). Aun hoy en día se habla que en 2006 hubo una nueva conspiración para mantener al partido del PAN en el poder (idea que no es tan descabellada de acuerdo a algunos analistas). Estos son solo algunos ejemplos de verdaderas conspiraciones ocurridas en la historia de México y el mundo. Pero ya que han ocurrido conspiraciones en la historia y la política, ¿significa entonces que todo lo que se "explica" con un complot es realmente producto de la manipulación y el encubrimiento? 

Para responder a esto, hay que saber diferenciar entre una conspiración y una teoría de la conspiración. Y es en este punto donde la gente confunde la realidad con la paranoia. Pero ¿por qué pasa esto? ¿Por qué la gente cree en teorías de la conspiración? ¿Cómo diferenciar entre una teoría de la conspiración y una posible conspiración real?

El problema de las teorías de la conspiración con el pensamiento crítico

Robin Ramsay, periodista y autor del libro Teorías de la Conspiración, pone de manifiesto que para distinguir una conspiración real de una conspiranoia, uno puede analizar con atención lo que la supuesta teoría intenta explicar, el número de cosas que intente englobar, los supuestos conspiradores y el supuesto propósito. Entre más hechos intente englobar una teoría de conspiración es menos probable que sea verdadera. Entre menos hechos sean los explicados por la teoría de la conspiración es más factible que sea real. Todo esto es un asunto de mera probabilidad, pues en política lo único de lo que podemos estar seguros es que nunca estamos absolutamente seguros.
Poco tiempo después del
atentado del 11/09, las teorías de la conspiración
se volvieron virales en internet.
Sin embargo, estas ideas no se sostienen.

Esto se puede ejemplificar con la más grande y famosa teoría de la conspiración de la actualidad: la conspiración del 11/09, el atentado a las torres gemelas. De acuerdo a esta el propio gobierno de EEUU  planeó todo el atentado. Se trató de una farsa, una excusa para invadir países de medio oriente y así quedarse con el petróleo de éstos. Además era una manera de expulsar a los banqueros judíos del país. Según esta teoría, Al Qaeda es inocente del atentado, las grabaciones de Osama Bin Laden son un montaje creado posiblemente por la CIA, y la guerra contra el terrorismo es una forma de encubrir a los enemigos de EEUU y así encarcelarlos en Guantánamo, a la vez que los gringos invaden y se apropian de tierras orientales y sus bienes. Tan ilógica como pueda sonar esta idea, lo cierto es que en la actualidad millones de personas creen en esto justamente. Piensan que su gobierno (en EEUU) les mintió, tal y como "lo ha hecho" por décadas.

 Pero, ¿qué pasa si la teoría de la conspiración se analiza con un punto de vista crítico? Intentemos poner en práctica la "ley descarta-conspiraciones" de probabilidad expuesta por Ramsay: la teoría de que las torres gemelas fueron destruidas por el propio gobierno norteamericano, que Al Qaeda es inocente de los atentados, que fue un plan para obtener más riquezas, que la guerra contra el terrorismo es un fraude, que aunque presumiblemente son cientos los involucrados nadie ha confesado ni demostrado nada y que además EEUU fue tan tonto como para dejar demasiadas "evidencias" (como las grabaciones que supuestamente muestran detonaciones en las torres gemelas) es demasiada especulación, demasiado Hollywoodesco como para ser cierto ¿no lo creen?

Pero la teoría de conspiración parece encajar con todo. Después de todo, EEUU sí invadió Irak y Afganistán, así que ¿por qué creer que la teoría está equivocada? El problema radica principalmente –y como cualquier otro tipo de creencias y mitos populares- con las evidencias. En verdad no hay evidencias que muestren que hubo una mega conspiración, y al contrario, hay evidencia de sobra para descartarla como una especulación sin base alguna. En primer lugar, decir que Al Qaeda no es culpable aun teniendo las confesiones del propio Osama, las cajas negras de los aviones impactados (que demuestran que a bordo había terroristas y no hombres de negro), y la física de la caída de las torres (si el avión se hubiera estrellado en la base de la torre, entonces hubieran caído como un árbol cortado, hacia un lado) es un ejemplo de ignorancia y/o deshonestidad con relación a los hechos. Las torres fueron golpeadas en la parte superior, causando que las vigas de tal parte se fundieran y colapsaran sobre sí mismas, dando este "efecto" que se suele ver en las demoliciones controladas. La teoría conspirativa engloba una amplia cantidad de datos y hechos. Y las investigaciones serias muestran que la teoría de la conspiración del 11/09 no tiene pies ni cabeza.

Este mismo ejemplo es aplicable a toda clase de ideas conspiranoicas, desde las que afirman que la famosa red social Facebook es un proyecto de la CIA,  que proyectos atmosféricos y científicos como HAARP son armas meteorológicas de la nueva guerra meteorológica, o que Jesucristo vivió mas de 33 años y además tuvo descendencia con María Magdalena la cual fue ocultada por el priorato de Sion (tal y como afirma el Código Da Vinci y otros escritos pseudohistóricos), hasta las especulaciones que afirman que los judíos, los iluminati, los masones o los extraterrestres dominan el mundo frente a las narices de todos. Con todo este océano impresionante de conspiraciones falsas, sigue una persistiendo una duda: ¿por qué las personas siguen creyendo en semejantes historias?

Las razones van desde lo más sensato a lo mas ilógico: una de las razones justificadas del por qué esta cultura conspiracionista se debe en gran medida a los auténticos secretos, mentiras y encubrimientos que los gobiernos han hecho. Esto crea un ambiente de desconfianza del pueblo hacia sus gobernantes, acusando a estos últimos de tramar siempre algo siniestro aunque en realidad no pase nada.

El psicólogo e historiador
 de la ciencia,
 Michael Shermer,
 es escéptico de
 las teorías de la conspiración.
El doctor en psicología e historia de la ciencia Michael Shermer, explica en su ensayo Conspiracy Contradictions los procesos psicológicos que participan para la creación de la creencia en una teoría de la conspiración: 
...citando la patronicidad (la tendencia a encontrar patrones significativos en el ruido aleatorio) y la agenticitidad (la inclinación a creer que el mundo es controlado por agentes invisibles intencionalmente). Las teorías de conspiración conectan los puntos de los acontecimientos al azar en los patrones de significado y luego infunden los patrones con la agencia intencional. Si añadimos las tendencias del sesgo de confirmación (que busca y encuentra pruebas que confirmen lo que ya creemos) y el sesgo retrospectivo,  tenemos las bases para la cognición  conspirativa.
Si a todo esto le agregamos los medios de comunicación sensacionalistas, las historias atractivas novelescas de "detectives y ladrones",  los conspiracionista paranoicos, y los verdaderos secretos de estado (como los revelados por Wikileaks, que son muy diferentes a malévolas conspiraciones) lo que en realidad tenemos es una amplia gama de toda una cultura conspiracionista lo bastante enraizada en la sociedad como para que desaparezca en un futuro cercano. De modo que no importa que tanto pueda demostrar alguien que las teorías de la conspiración son inverosímiles y bizarras, las personas creen en ellas, no por los asuntos que involucran los hechos y las evidencias sino por mera cuestión de fe. La conspiración es emocionante, hace pensar que uno vive en una película de acción-suspenso en la que los malos deben ser derrotados por astutos genios que descubren sus malignos planes.

Sin embargo, y aun con las dudas escépticas del pensamiento crítico, las personas siguen –y seguirán- creyendo en teorías de la conspiración.  Hay una parte de todo esto que  ni los escépticos podemos ignorar:  y es que tal y como escribe Shermer, “no podemos descartar todas las teorías de conspiración, porque las conspiraciones reales ocurren a veces. En su lugar debemos buscar signos que indican que una teoría de la conspiración es probable que sea falsa.

Al respecto, y en sintonía con Shermer, el periodista Rafael Muñoz Saldaña opina que las teorías de la conspiración y su gestión “es producto de una curiosa confluencia entre fenómenos sociales, trastornos mentales, apatía para asumir una actitud critica y la innegable realidad de un mundo en el que todos nos sentimos amenazados por epidemias, crímenes, alimentos transgénicos, armas de destrucción masiva, crisis económica e inestabilidad política. Es tentador atribuirlo  a grupos aislados y perversos en vez de aceptar el deterioro general de la historia y la decadencia de los modelos de desarrollo en los que hemos confiado. No olvidemos, por otra parte, la eterna susceptibilidad humana a renunciar al poder de su razonamiento.” Y continúa diciendo que “no podemos negar la realidad de algunas conspiraciones, sin embargo tampoco podemos aceptar todas las teorías que las proponen.”

Muñoz Saldaña concluye que en cuanto a conspiraciones y teorías de conspiración, solo “aceptemos aquellas teorías de conspiración que, como toda teoría,  sigan un método de prueba y examen crítico, no importa que pasen décadas para estudiarlas”.

Pero Michael Shermer aclara que "el hecho de que los políticos a veces mienten o que las empresas en ocasiones engañan, no significa que cada evento es el resultado de una tortuosa conspiración. La mayoría del tiempo las cosas solo pasan, y nuestros cerebros conectan los puntos de patrones significativos."

Solo nos queda recordar la base de todo principio de una buena investigación: mantengan las hipótesis e idas simples. Entre menos especulaciones y más análisis críticos serios será mucho mejor y su hipótesis será más probable. Después de todo, habiendo explicaciones razonables y simples, sustentadas en evidencia, ¿para que buscar explicaciones complejas?

SI TE INTERESA ESTE TEMA



*Teorías de la Conspiración, de Robin Ramsay, RTM Editores, 2006

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