sábado, 22 de septiembre de 2012

Desmintiendo el Efecto Nostradamus II: El extraño caso de José Argüelles

Uno de los principales gurús de la new age, creador
de las fuentes para el mito del fin del mundo en
2012.

El mundo está por acabarse. Si no se acaba, la conciencia cósmica (quien sabe lo que sea eso) de la humanidad cambiará y se volverá casi toda de luz renovada. Si se acaba el mundo y no hay un cambio de conciencia cósmica, tal vez los extraterrestres por fin nos contacten, siendo todos testigos del tránsito del mítico planeta Nibiru. Si no se acaba el mundo, ni hay cambio de conciencia, ni contactamos con extraterrestres, entonces tal vez un asteroide impacte la Tierra. Si no se acaba el mundo, ni hay cambio de conciencia cósmica, ni contactos extraterrestres, ni cometas estrellándose, tal vez el campo magnético de la Tierra se invierta y deje al planeta desprotegido ante el mayor ciclo de erupciones solares. Pero si no se acaba el mundo, ni hay un cambio de conciencia cósmica, ni contacto extraterrestre, ni cometas estrellándose, ni una inversión de los polos… bueno, ya habrá otro fin del mundo.

Debo admitir sin embargo, que a pesar de que las supuestas pruebas de un efecto Nostradamus son nulas, en los últimos meses me he visto inclinado a creer que algo pasará. Señal evidente de esto es que dejaron de grabar la fantástica serie Dr. House; apenas llevaban 8 años de capítulos sensacionales (¡solo 8 años!) y de la nada anunciaron el final de la serie. Sabía que eso no era normal.  Ok, solo estoy bromeando pero apuesto que más de uno consideró el final de Dr. House como una señal del fin del mundo, ¿o no?
Dejando de lado las bromas, si hay algo cierto en todo esto, es que los profetas del apocalipsis de la New Age han asegurado hasta las más grandes pamplinas incoherentes, que hace dos o tres años, uno jamás imaginaría que estas tonterías podían unirse para darle forma a una gran tontería. Si usted no cree lo que le digo, tal vez cambie de opinión luego de ver las Chifladuras 2012 recopiladas en el Retorno de los Charlatanes.

¿Pero cómo inició esta ola de irracionalidad combinada que hoy llamamos efecto Nostradamus? Si usted piensa que inició con las estelas y jeroglíficos de los antiguos mayas, piénselo de nuevo.

Para empezar, muchos de los elementos fantásticos que hoy conforman el efecto Nostradamus ya existían por sí solos en el mundo de las pseudociencias y las supersticiones. En los años 70, el escritor de pseudohistoria y ciencia ficción (bueno, mas ficción que ciencia) Zecharia Sitchin aseguró haber traducido escritos sumerios de hace unos 5000-8000 años de antigüedad en los que relataba cómo la civilización extraterrestre, llamada Anunnaki, creaban a los humanos del barro. Los Anunnaki, según las “traducciones” de Sitchin, habitan el planeta Nibiru que, de acuerdo al propio Sitchin se ubica en los límites del sistema solar.

Basados en esto, los [pseudo]teóricos del antiguo astronauta profetizan (basados según ellos en jeroglíficos que por cierto, ningún arqueólogo ha mirado jamás) que la órbita de Nibiru se cruzará con la de la Tierra, causando una colisión cósmica apocalíptica. Ante esto, los alienígenas buscan advertirnos del desastre con mensajes de paz y conciencia (quien sabe cómo eso evitaría una supuesta colisión cósmica, pero bueno). Desde luego que ni los astrónomos han confirmado la existencia de un planeta en los límites del sistema solar con las características de Nibiru, y ni los arqueólogos han encontrado jamás algún escrito que hable de extraterrestres en la antigüedad. Esto parece pasar por alto para aquellos fanáticos de los misterios.
A principios del siglo XXI, el sitio web Zetatalk de la médium Nancy Lieder, anunciaba que la psíquica había contactado a través de telepatía con los habitantes de un planeta ubicado en la estrella Zeta Reticuli; Lieder asegura que los zeta-reticulianos le advirtieron que el planeta Tierra estaba en peligro ya que Nibiru se estrellaría con éste en 2003.

2003 vino y se fue, y Nibiru nunca apareció, entonces Nancy, digo, los extraterrestres, cambiaron los cálculos de la colisión cambiándola a finales del 2012.

Paralelo a estas afirmaciones, el historiador del arte mexicano-estadounidense, José Argüelles dio a conocer en 1987 su teoría de la Convergencia Armónica en su libro, “El Factor Maya”. Argüelles criticaba al racionalismo crítico, la Ilustración y la Revolución Industrial por haber difundido la noción de que la ciencia moderna representa el pináculo de los logros humanos, descartando de este modo “otras vías de acceso del conocimiento humano” como la intuición y el misticismo.

Argüelles asegura que los creadores del “mito” del progreso científico (o sea la comunidad científica) se han encargado de ocultar información que demuestra que el “Establishment científico” está equivocado. Entre lo que ocultan los malvados científicos se encuentran avistamientos inexplicables de ovnis, experiencias paranormales y fenómenos observados en las superficies de Marte y la Luna.

Argüelles asegura  también que los mayas desarrollaron un sistema de pensamiento más avanzado previo al ya mencionado “mito” del progreso científico. Argüelles se convirtió en todo un gurú de la new age defendiendo abiertamente posturas irracionales, y con eso se hacía creer inmune a las críticas por parte de la ciencia. Según su “teoría”, los mayas procedían de otro planeta cuyos habitantes tenían conocimientos más avanzados (¿más avanzados en parasicología o en que, ya que Argüelles no consideraba a la ciencia como autentico conocimiento?).

Según esto, el calendario de cuenta larga representa el paso de la Tierra por un supuesto rayo generado desde el núcleo galáctico que tiene al Sol por “intermediario”. Este proceso terminaría en 2012. En el 93, Argüelles aseguró haber entrado en contacto con el rey maya Pakal a través de una piedra profética en el Templo de las Inscripciones en Palenque. Un tiempo más tarde, aseguró ser la propia reencarnación de Pakal.

Son los escritores de ficción como Sitchin, Lieder y Argüelles, en mayor medida que los antiguos mayas o que Nostradamus, los verdaderos creadores del apocalipsis del 2012. Por supuesto, el mito no estaba completo con las afirmaciones de los ya mencionados charlatanes.los  movimientos esotéricos de la new age se encargaron de agregar cada vez más cosas al mito. La inversión de los polos, los terremotos predichos por la Biblia, El Libro del Chilam Balam como texto profético, la intrusión de mitos y personajes que nada tenían que ver como los aborígenes norteamericanos, el programa de computadora llamado web bots, y las cuartetas de Nostradamus, entre otros.

Algo que deberíamos resaltar de las afirmaciones de Argüelles sobre el calendario de cuenta larga es quizás, el pequeño pero no menos importante detalle, de que sus cálculos son en realidad equivocados. El desfase entre el calendario ritual de los mayas, el llamado Tzolkin, y el calendario Gregoriano que seguimos nosotros (el cual toma en cuenta los años bisiestos, mientras que el de los mayas no; detalles que Argüelles “pasó” por alto para su cálculos), son razones suficientes para que historiadores y arqueólogos del mundo prehispánico ignoren por completo las afirmaciones y reclamos de este tipo, quien murió el año pasado.

Lo cierto es que nadie que tenga un poco de cordura (excepto los fanáticos de ovnis, los supersticiosos de la new age y los productores de The History Channel) hacen caso a las afirmaciones de Argüelles. Es curioso que incluso los propios defensores del fin del mundo en 2012 o los que aseguran un cambio de conciencia a causa de un rayo de energía proveniente del centro de la galaxia, ignoren el verdadero origen de estas creencias: las afirmaciones locas y sin sentido de un tipo bastante extraño como Argüelles.

SI TE INTERESA ESTE TEMA
*Chifladuras 2012, una recopilación de las afirmaciones más extravagantes sobre el fin del mundo en diciembre de este año.

*El sitio web 2012 hoax ofrece una increíble cantidad de información bien documentada sobre los charlatanes de la new age que se han encargado de difundir este mito en la red, entre ellos Argüelles

*2012, el fin delmundo ¿otra vez?, artículo principal de portada de uno de los números de la revista Skeptic, disponible en línea.

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