domingo, 30 de junio de 2013

La retórica del ateísmo

"Me parece (con razón o sin ella) que los argumentos directos contra el cristianismo y el teísmo difícilmente producirían algún efecto en el público; y que la libertad de pensamiento se promueve mejor a través de la iluminación gradual de las mentes de los hombres que sigue al avance de la ciencia. Por ello siempre ha sido mi norma evitar escribir sobre religión y me he confinado a la ciencia" Charles Darwin.

Debatiendo en una página de facebook católica, esperando encontrar argumentos racionales que pudieran refutar los argumentos que doy (vaya ingenuo que soy), solo encontré comentarios que daban la vuelta al asunto, concentrándose siempre en cosas del tipo "por qué te concentras en lo malo, también mira lo bueno", "los silogismos no ayudan frente a mi fe" o incluso afirmaciones de que los casos de pederastas en la iglesia son básicamente irrelevantes y no tienen por qué afectar la fe. Aunque aun hoy día me puede sorprender, lo cierto es que en un debate con un creyente religioso, casi por lo general no es capaz de entender la retórica que uno utiliza (les digo que soy medio ingenuo).

En este momento, tal vez algunos que se dicen ser bien ateos, ateos everywhere, piensen algo como "espera, ¿cómo que retórica? Más bien lógica, ¿no?" A lo que les tendré que contestar con un NO, no me equivoqué, sí estoy hablando de retórica dentro de la argumentación del ateísmo. Así como en la política, la religión y en los tianguis de los fines de semana, así también el ateísmo suele jugar con la persuasión y el convencimiento, buscando (lo admitan o no) el convencimiento mas elocuente. Esto mismo se puede notar en debates públicos como los que suelen participar personalidades como Richard Dawkins, Víctor Stenger, Bertrand Russell, Christopher Hitchens (bueno, participaban, los dos últimos participaban), Sam Harris, Michael Shermer o Daniel Dennett. Y es que, bueno, ellos saben a lo que se va a un debate público: se va buscando mover ideas, hacer que el público reflexione sobre el tema tratado, que cuestione sus postulados personales y que cuestione también los postulados que se le proponen. Ese es el objetivo de un debate, más allá de ganar adeptos, se trata de hacer pensar.

Y para esto no solo se necesita de la rigurosa argumentación lógica y la evidencia científica, sino que también de un bello y coherente discurso retórico. Miremos algunos ejemplos:











Podría poner más videos mostrando ejemplos similares, con mensajes contundentes, que no dejan lugar a dudas de su validez, pero ese no es el punto, sino que tratemos de ver la retórica detrás de todo esto. Si examinamos los argumentos que presentan estas personalidades en los videos, podemos ver que éstos son coherentes con el conocimiento en disciplinas como la astronomía, la cosmología y la historia. Además de eso, los argumentos esgrimidos tienen coherencia con otros tipos de argumentos en contra de la irracionalidad y el dogmatismo. Ninguno de los ejemplos contradice otro ejemplo distinto (Carl Sagan no contradice lo que afirma Sam Harris y viceversa). Todo esto se presenta al público como argumentación sólida, sustentada en los hechos (ya sean científicos, estadísticos o históricos), lógica y verificable. Pero también debemos notar que todos traen consigo una carga emocional en la que se busca persuadir al oyente.

Tal como lo dice Neil deGrasse Tyson, es un tipo de discurso que no se escucha, sino que se siente. El público (sea creyente o no) capta el mensaje y mira las implicaciones en la vida real de dicho mensaje. Así es como el público comienza a pensar si en lo que cree realmente tiene algún sentido o si de verdad es necesario cuestionar las creencias mas arraigadas que se pueda tener. Más que por la carga de razonamientos que se le da, hace esto por la carga emocional en la que siente que lo que dicen no solo es verdad, sino que además describe la realidad, describe lo que pasa y cómo lo que pasa es incorrecto (piense en el ejemplo de la tetera de Russell o en la historia de los niños que mueren día a día).
La carga emocional es tan importante  como la argumentación lógica en un debate, pues es con ésta en la que se logra que el público se sienta personalizado en el tema, como si éste pudiera colaborar a la solución de un problema en específico.

Desde luego que estos son un ejemplo mas que nada de una implicación moral en lo que respecta a la validez de las religiones o del ateísmo. Pero esto no es el único tipo de implicaciones que se puede obtener al analizar las afirmaciones religiosas. Podemos obtener implicaciones históricas (como la de Hipatia), epistemológicas, políticas y sociales en general.

Pensemos en otro caso en el que se busca persuadir al público cuando se habla de la ridiculez de la religión: la parodia religiosa. Ya sea que utilicemos el ejemplo de la tetera russelliana o que hagamos apología del Monstruo de Espagueti Volador, se exponen los principios religiosos (casi por lo general concentrándose en la religión dominante de la región, en este caso, el cristianismo), se hace una parodia de éstos siendo lo más ridícula posible, y se concluye que la ridiculez de la parodia se corresponde fielmente a la ridiculez de la creencia religiosa. En este caso, el público capta la crítica una vez que se expone la broma, dando a entender que solo se necesita una analogía tonta para darse cuenta a primera vista que la creencia religiosa es tonta en sí misma. Dicho de otra manera, no se busca ridiculizar la religión sino que se expone por qué las religiones son ridículas por sí mismas. Algunos claro, lo captan algo tarde, tal como aquí:




Aunque el video muestra al televidente que llama al programa como un tonto, lo cierto es que el razonamiento al que llega basado en las analogías con sus creencias son una muestra (bastante cómica) de la utilidad de las parodias como forma de convencimiento. Quedamos convencidos que ese tipo era un tonto que no había pensado realmente sobre sus propias creencias. De modo que hasta ahora vemos dos tácticas de persuasión notable en el debate público (de todo tipo de temas, no solo sobre religión): la implicación de la responsabilidad moral y la diversión de las parodias y analogías con los sinsentidos del contrario. Si miramos el último video, estoy seguro que más de alguno de ustedes se identificó cuando han debatido con algún defensor religioso que cae en absurdos de este tipo. Lo que pasa, es que éstas son preguntas retóricas. 

El sarcasmo y la parodia, aunque pueden parecer ofensivos para algunos, pone de manifiesto las incoherencias de una forma divertida que llama la atención del público.

Lo malo, en nuestro caso, de debatir por escrito sentados frente a una computadora es que no se miran gestos y expresiones. No se transmite del mismo modo, ya sea la responsabilidad moral o el sarcasmo, que si debatiéramos frente a frente. De modo que más de una vez nos topamos (yo me he topado con esto seguido) con respuestas sin sentido a preguntas como las siguientes:

*¿Cuál dios es el que existe? ¿qué justificaciones hay para decir que un dios existe y otro no?

-La respuesta común basada en "la fe": El creyente suele dejar de lado las preguntas para decir las bondades de la creencia en su dios en especial, de cómo su experiencia personal le confirman que el dios en que cree es el dios verdadero (claro, por lo regular, nunca han sido creyentes de otra religión. A lo mucho, eran de una denominación diferente de la misma religión).

- Lo que el ateo quiso decir o quiso dar a entender: En este caso se intenta hacer algo similar a la parodia religiosa, y eso es comparar la racionalidad de las creencias personales en disputa con las creencias de otros. Cuando se comparan las evidencias de la existencia de Yavhé con las de Ra, Thor o Quetzalcoatl, es fácil darse cuenta que se pueden hacer reclamaciones similares, con ninguna evidencia. Una vez que esto queda claro, es evidente que en realidad no hay justificación alguna para decir que un dios es mas real que otro en el que otra cultura haya creído, porque, hasta donde podemos ver, todos los dioses son creaciones meramente culturales. Es decir, el hombre creó a los dioses a su imagen y semejanza, con todo y sus miedos, dudas e ignorancia. 

Crisis existencial: descripción gráfica.
*Demuestra que tu dios existe.

-La respuesta común basada en "la fe": esta respuesta depende del nivel de fundamentalismo que tenga su amigo creyente. Si es de un nivel "católico", les dirá que sinceramente no pueden demostrarlo y que ellos solo creen en Dios o porque tienen alguna experiencia personal muy emotiva o porque así les inculcaron sus padres. Si usted debate con un fundamentalista nivel "evangélico" seguramente sacará a relucir cosas como que la Biblia contiene claras lecciones de ciencia y la historia, por supuesto, negando evidencias reales de la biología evolutiva, la paleontología y la cosmología.

-Lo que el ateo quiso decir o quiso dar a entender: Esta es en realidad una de las cuestiones mas tramposas que un ateo puede utilizar, porque éste sabe bien que su adversario no podrá demostrar la existencia del dios en el que cree, más de lo que un creyente en Ra o Thor podrá demostrar la existencia de su dios personal. Sin embargo, trata de jugar con la lógica de su contrincante, esperando que responda ridiculeces y de esta manera exponerlos. Esto es un recurso deshonesto en un debate que suelen (solemos) cometer como ateos en más de una ocasión. La ciencia no puede demostrar la existencia de ningún tipo de Dios, pero tampoco la puede negar. Solo puede prescindir de esta idea, descartándola por innecesaria. Si nos fijamos bien, ninguno de los debatientes públicos como Dawkins o Harris utilizan este recurso porque saben que es un sofisma de baja categoría. Dios no es una cuestión científica, y no tiene sentido negarlo o afirmarlo utilizando la ciencia, ya que la ciencia solo estudia fenómenos observables, existentes.

nuevo 22/08/13*Dios es culpable del mal.

-La respuesta común basada en "la fe": casi siempre se suele invocar al libre albedrío que hace que los humanos seamos los únicos responsables de nuestros actos. Otros, como los testigos de Jehová, dicen que en este mundo no gobierna el bien (o sea Dios), sino que el diablo es el "gobernante del mundo" lo cuál explica el mal en este. Desde luego en la segunda venida de Cristo, nuestro señor promete un gobierno bajo su liderazgo haciendo que todo sea bueno... no sé por qué no estoy aguantando la respiración esperando que esto suceda. Unos más con una perspectiva filosófica (como lo hicieron Agustín de Hipona, Tomás de Aquino y Leibniz) nos dicen que el mal es sencillamente la ausencia de Dios en nuestros corazones. Desde luego, siempre es la ausencia de su dios personal y no la ausencia de algún otro dios en el que alguna otra persona crea el causante del mal, ¿por qué será?

-Lo que el ateo quiso decir o quiso dar a entender: señor creyente, los ateos sabemos perfectamente que ningún dios es culpable de ningún crimen, desastre y calamidad en la historia humana. ¿Cómo podría un ser inexistente ser culpable de ello? Lo que se trata de decir con una afirmación de este tipo es: 

Que el concepto de "Dios" como un ente personal que se define con las cualidades de omnipotente, omnisapiente e infinitamente bueno es lógicamente inimaginable por ser un concepto contradictorio. Se trata de explicar que imaginar un ser que cumpla con todas esas características es tan lógico como imaginar un círculo cuadrado. Si existe un ser que es todopoderoso y lo sabe todo y además es infinita bondad, ¿por qué permitiría que para empezar el diablo se revelara en su contra y que el ser humano (su "mayor creación" que tanto ama) se condenara, si para empezar, él sabía que eso ocurriría antes de que siquiera moviera un dedo para crearlos? Se infiere que un ser omnisapiente sabía qué era lo que iba a crear y qué iba a suceder con su creación. 

Si sabía que el ser humano se condenaría al pecado original y con esto al sufrimiento mortal, ¿por qué Dios lo permitió siendo tan bueno y sabiendo que ocurriría millones de años antes de siquiera crear el sistema solar? Uno podría contestar que es una "prueba de fe" de dios al hombre, pero ahí de nuevo se tiene que preguntar ¿acaso no sabía antes de siquiera ponernos a prueba que fallaríamos? Si lo sabía y no hizo nada para evitarlo, entonces se concluye de forma lógica que no es bueno. Si no lo sabía y que entonces no pudo evitar la desgracia, entonces no es omnisapiente. En cualquiera de los dos casos lógicamente posibles se niega el concepto Dios. Por tanto se concluye que un ser con todas esas cualidades como definición es lógicamente inimaginable (como dije, es como si tratáramos de imaginar las cualidades que definen un círculo cuadrado). Ahora, si fuéramos contra toda probabilidad, toda lógica y todo sentido común, y asegurásemos que a pesar de todo Dios existe, solo quedaría decir una última cosa:


De hecho, hay que admitirlo, un debate de un ateo común y desquehacerado con un creyente común y desquehacerado por internet no es mas que una pérdida de tiempo. Ni el ateo cederá ante las clásicas afirmaciones teístas y algo ingenuas que esgrimirá el creyente, ni el creyente le concederá la razón total, admitiendo que su dios es un absurdo lógico. Seamos sinceros, lo único que obtenemos de debates de este tipo, es mejorar nuestra retórica, y la forma en el que discutimos con otros. Puede que si estás en algún foro o grupo obtengas algo de reconocimiento por tus buenos argumentos y tu divertido sarcasmo, los cuales comienzas a pulir en este tipo de debates, pero más allá de eso no obtendrás nada. ¿Podríamos decir lo mismo de los debates públicos como los de los grandes héroes del ateísmo? No lo creo. 

Los debates públicos no tienen como objetivo el convencer al adversario, sino el de hacer pensar al público que presta atención  los argumentos de ambos bandos, para que así se interese en el tema debatido, profundice y formule su propia opinión. Es así como, de hecho, me interesé más y más en estos asuntos, y mirenme, aquí estoy hablándoles sobre estos temas. La utilidad del debate no es ganarle al contrincante sino hacer pensar, persuadir y por fin, convencer. Esto no se mira en los debates por internet y eso por eso que debemos admitir que, más allá de la diversión personal o la ociosidad, éstos son ejercicios inútiles.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*El artículo Rational Atheism. An open letter to Messrs. Dawkins, Dennett, Harris and Hitchens, de Michael Shermer, da un brevísimo repaso sobre los puntos flacos en la retórica del ateísmo y el anti-teísmo.

*El blog Ateísmo para Cristianos contiene buenos artículos que hablan más sobre el tema a debatir:




8 comentarios:

  1. Completamente en desacuerdo contigo. Si algún dios tiene algún significado real (es decir, si existe de alguna forma que no sea en las emociones de los creyentes), eso significa que tiene algún efecto real sobre el mundo. Por ejemplo, muchos creyentes afirman que rezar afecta el mundo real cambiando el resultado de ciertos procesos no deseados. Entonces, si el dios postulado existe y tiene efecto sobre el mundo real, ¿por qué no vamos a poder verificar si esos efectos existen y son reales? ¿Por qué está mal pedir demostración?

    Afirmar que esto es un mal argumento abarata la posición atea, lisa y llanamente.

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    1. En primer lugar, no se ni a qué te refieres con el "significado real" de dios, y de hecho, en el artículo no me concentro en discutir si algún dios existe o no. Mucho menos me pongo a defender que la fe tenga algún efecto, digamos, "objetivo", con el que se cambie algo o se "muevan montañas". Quiero suponer (y si me equivoco, corrígeme) que tu comentario se refiere a lo que describo como el reclamo retórico "demuestra que dios existe", o no? Cuando un ateo le pide a un creyente, ya sea en algún foro o en el mismo facebook que demuestre la existencia del dios en el que cree, el ateo sabe desde el principio que no hay evidencia verificable sobre ese o algún otro dios, y es por eso que el ateo no cree en los dioses. No digo que no se deba verificar o refutar alguna afirmación que de el creyente asegurando que es una prueba del dios en el que cree, digo que éste es un recurso algo tramposo porque ya se sabe que la respuesta correcta es "no hay pruebas de ningún dios"

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    2. Falacia de falso escocés. Primero demuestra la existencia de dios, después demuestra que tales cambios son producto de él y prueba de paso que es el único dios. De paso, demuestra que los testimonios de los creyentes son evidencia real consecuentes de dichos cambios. Y sí, es un mal argumento aunque no quieras aceptarlo y te escudes en una falacia.

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    3. Daniel: no es un recurso tramposo. Dices «ya se sabe que la respuesta correcta es "no hay pruebas de ningún dios"». Yo lo sé, el creyente no; si lo supiera, no sería creyente. La idea es que entienda que no sólo se está equivocando, sino que está quedando como un tonto.

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    4. Carlos: la única falacia que hay en este diálogo es la tuya, de hombre de paja. Cuando quieras discutir lo que realmente digo, y no lo que a tu acalorada mente se le ocurre que digo, vuelves y lo discutimos. Mientras tanto, cierra el hocico.

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    5. Ese es el punto, más que demostrar que el creyente se equivoca, se trata de dejar en ridículo. Desde luego, algunos debatientes creyentes son sinceros en admitir que no hay pruebas científicas para demostrar la existencia de dios, y que éste no puede afirmarse o negarse mediante la ciencia. Lo mismo podemos decir de un unicornio o un dragón en mi garaje desde luego.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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