sábado, 7 de marzo de 2020

Medusas voladoras del espacio exterior

Publicación original en el grupo Historia y Filosofía de la Pseudociencia.

¿Y si en vez de hablar sobre platillos voladores estuviéramos hablando de "animales voladores no identificados", estilo medusas voladoras gigantes con forma de platillo, similares a los que Arthur Conan Doyle imaginaba en Espanto en las alturas (1913)? Aunque esto nos parezca cómico, paranormalistas de los años 50's, como el famoso Charles Fort, el ufólogo John Bessor, y el propio iniciador de la fiebre ovni, Kenneth Arnold, creían en la posibilidad de que los platillos voladores fueran alguna clase de animal que vivía en la estratosfera. También llamada la "hipótesis de los animales extraterrestres" en relación con los platillos voladores (término acuñado por Bessor) o teoría criptozoológica de los ovnis, Arnold llegó a asegurar en entrevistas que había estado cerca de estas "criaturas" en repetidas ocasiones, que su conducta era parecida a la de los peces en el mar (si te les acercas, generalmente huyen a gran velocidad), y que no representaban gran amenaza. Para este piloto propenso a las fantasías, los ovnis-animales eran como rinocerontes o elefantes que, aunque enormes, si los dejas tranquilos no hacen daño a nadie. 


Fort en su Libro de los condenados (1931) reflexionaba sobre el tema de las visitas de organismos espaciales:
"A menudo se han visto cosas o seres desconocidos y luminosos, a veces cerca de esta tierra, y a veces en lo alto del cielo. Puede ser que algunos de ellos fueran seres vivos que ocasionalmente provienen de otro lugar de nuestra existencia, pero que otros eran luces en los barcos de exploradores, o viajeros, de otro lugar."

¿Por qué estas ideas sostenidas por algunos iniciadores de la ufología fueron olvidadas incluso dentro del propio campo? Aunque es indudable que el surgimiento de los viajes espaciales y el avance de la tecnología en general contribuyeron a descartar estas ideas (los astronautas nunca reportaron animales gigantes en forma de platillo viviendo en la estratosfera), creo que hay una variable igual de importante: el "espíritu de la época" o la cultura del espíritu de la época, para ser más precisos.

Es decir, si nos ponemos a revisar la historia, la idea de criaturas voladoras "no identificadas" viviendo en las nubes no es tan rara: ángeles, dioses, dragones, grifos y otras criaturas habitaban aquel lugar inalcanzable para el ser humano. Antes de la era espacial aún era posible postular ecosistemas flotantes inobservables que coincidían tanto con la cultura de épocas anteriores como con las fantasías de la ciencia-ficción. La era espacial, la Guerra Fría y su consecuente carrera espacial hacían que las personas prestaran mucha atención a los cielos (sobre todo en EEUU y la URSS), esperando que algún objeto extraño los cruzara y destruyera su respectiva ciudad. El "espíritu de la época" o la idea de buscar aeronaves desconocidas serían el medio en el que se desarrollarían los ovnis como naves y no como otra cosa. La hipótesis de naves de alta tecnología tripuladas por extranjeros con intenciones desconocidas era más acorde con este medio imperante que la anticuada noción de seres biológicos fantásticos.

"Medusa voladora" (Der Flying Gople) fotografiada en 1975 en Dinamarca. Este aparente ovni viviente resultó ser humo expulsado por un tubo de escape de una fábrica cercana.

Así fue como los animales voladores de Arnold, Fort y otros fueron olvidados, demostrando que no solo en ciencia se cuentan con hipótesis obsoletas que se olvidan con el tiempo, sino que también en la pseudociencia podemos encontrar este mismo fenómeno, con algunas características similares. (De hecho, también es posible encontrarse este tipo de ideas descartadas, si uno escudriña en la historia de la religión, la política o el arte).

ENLACES RECOMENDADOS:

"Charles Fort, Ken Arnold and the Space Animal UFOs"


y

"Kenneth Arnold and the Cryptozoological Theory of UFO"


No hay comentarios:

Publicar un comentario

No se permiten ataques personales, ofensas, enlaces a páginas inseguras o no deseadas, ni ningún tipo de trolleo en general. Si planeabas publicar alguna de las anteriores, ahórrame el tiempo de rechazar tu comentario y vete a otro lado.