domingo, 25 de octubre de 2020

El Papa y el matrimonio igualitario: por qué no creo que haya un cambio tangible (aún) en la Iglesia católica


Comentario extendido de mi publicación original en mi perfil de facebook. Aprovechando que el mar de comentarios sobre lo que dijo el papa sobre el matrimonio de parejas del mismo sexo está más calmado, van algunas cosillas que quería decir de a rápido. Siempre que salen noticias positivas desde la Iglesia, me es imposible no recordar las cosas que decía (más o menos) Mario Bunge: que él era ateo, pero no comecuras, y que debía elogiarse siempre que la Iglesia, una de las instituciones internacionales más importantes del mundo (para bien o para mal... yo digo que más para mal que para bien), mostrara avances en el camino correcto hacia el progreso y la aceptación de los derechos de todos. Sin embargo, hay mucho más en la ideología aceptada por la Iglesia que me impide creer que estamos ante un ejemplo de progreso ético, aún cuando sea motivo de reconocimiento los comentarios del papa Francisco.

No he visto el documental en donde el papa Francisco presenta esas afirmaciones sobre los matrimonios de personas del mismo sexo, por lo que aún tengo esa duda sobre el contexto de la frase que todo mundo aplaude. Y sí, yo también la aplaudo. Aplaudo la frase, no le aplaudo a la Iglesia y ciertamente tampoco podría dar un aplauso largo al papa. Sencillamente, su historial le precede, y aunque desde un inicio se ha querido vender una imagen liberal y progre del papa, nunca debe olvidarse que se trata de una autoridad religiosa que cree que es infalible e incuestionable. Pero eso es ya ponernos a reflexionar en general de la Iglesia y sus ideas, y solo íbamos por el comentario del papa.

Otra cosa curiosa del tema, es que el editor de Skeptic, Michael Shermer, también salió a decir que él había predicho que los cristianos terminarían aceptando este derecho LGBT+, o para citar su tuit:

 


"Lo dije en mi libro de 2015 The Moral Arc: los cristianos que condenan el matrimonio entre personas del mismo sexo llegarían a aceptarlo, luego respaldarlo y, finalmente, atribuirse el mérito de otra revolución moral (como la abolición de la esclavitud). Aceptación de unión civil 1er paso." 

Shermer, después, publicó otro tuit en el que insiste en la continuación de su predicción:

 


"El siguiente paso absolutamente necesario para la iglesia católica: permitir que los sacerdotes se casen, incluidos y especialmente los sacerdotes homosexuales. El impulso de amar a otro ser humano, del mismo sexo o diferente, es tan poderoso como cualquier otro en nuestra naturaleza. ¿Por qué privar a la gente de esta profunda necesidad? ¿WWJD?"

Bueno, creo que es obvio que Shermer está apresurando las cosas. Primero, porque ya han salido muchos comentaristas y medios católicos a decir que los comentarios del papa son eso, comentarios personales que no representan a la Iglesia. Olvídense de la infalibilidad papal cuando conviene (sabemos que los apologistas católicos son hipócritas y siempre lo serán, o por lo menos los que siguen mandando en esta generación), los católicos de verdad (no los que fueron bautizados y se aprendieron el "Credo", para después olvidarse de la iglesia en sus vidas diarias) no aceptarán un cambio así de radical en su visión del mundo, aún cuando Francisco impusiera la enseñanza del respeto a los derechos de las parejas LGBT+ como doctrina absoluta, y lo más seguro es que esta muestra de progreso termine quedando en el olvido en unas semanas.

Claro, podría pasar lo que Shermer apunta, pero creo que seguimos muy, muy lejos de eso. Y por ahora, hay muchas razones para pensar que no es así; Shermer se equivoca. Veamos solo cuatro ejemplos sencillos para probarlo:

* El decano y pastor la Arquidiócesis de Washington DC, monseñor Charles Pope, escribió para National Catholic Register (NCR):
"La enseñanza sigue siendo clara de que los actos homosexuales, junto con la fornicación y el adulterio, son pecaminosos y no pueden ser aprobados bajo ninguna circunstancia. Ningún Papa puede destronar la enseñanza bíblica de que el matrimonio es la unión de un hombre con una mujer hasta que la muerte los separe, dando fruto en los hijos que Dios se dignará enviarles." (Subrayado es mío).

* El editor fundador de la revista Convivium, el padre Raymond J. de Souza escribe para el mismo portal que:

"Como ha sido bien documentado en las biografías del Papa Francisco, en 2010 como arzobispo de Buenos Aires luchó contra el “matrimonio” entre personas del mismo sexo pero abogó por las “uniones civiles” o algunas protecciones legales para las parejas del mismo sexo. 

[...]

El Santo Padre no cambió la enseñanza de la Iglesia sobre la naturaleza del matrimonio, ni sugirió que otros arreglos pudieran hacer que las relaciones entre personas del mismo sexo fueran equivalentes al matrimonio.

[...]

Al decir que las "personas homosexuales" tienen "derecho" a estar "en una familia" o "parte de la familia" (según la traducción), no parece que el Papa Francisco esté hablando de asuntos legales complejos como la FIV o la adopción. Probablemente se esté refiriendo a las familias de origen y que las personas homosexuales no deben ser expulsadas o privadas del amor de sus padres, hermanos y parientes. Si el Santo Padre tuviera más en mente que eso, lo habría dicho; repite aquí lo que enseñó en Amoris Laetitia." (Subrayado es mío). 
* El director en administración del grupo provida Fundación Lemon México, Fernando Limón Romero, escribió para ACN:
"Otros personajes y grupos, como el jesuita estadounidense James Martin (quien dicho sea de paso participa como activista en la campaña del pro abortero candidato presidencial de Estados Unidos, Joe Biden), y los tradicionales enemigos de la Iglesia, pretenden hacer creer que a partir de declaraciones del Papa Francisco recientemente divulgadas en una película sobre su persona, “ya cambio” la postura oficial de la Iglesia en torno al homosexualismo, las llamadas bodas gay y, consecuentemente, la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo. Nada más falso, ya que la Doctrina de la Iglesia no está sujeta a la volubilidad de las personas ni el ritmo de los tiempos, sino que se asienta en tres pilares: la Revelación, el Magisterio y la Tradición. 
Ciertamente, no son los tiempos de claridad con carisma de San Juan Pablo II, ni tampoco los de la claridad en la profundidad, de la humilde erudición del Papa Benedicto XVI, por lo que resulta indispensable guiarse en base a la Revelación, la Tradición y el Magisterio perenne; sobre todo después de que palabras pronunciadas por el Papa Francisco sobre las llamadas “parejas del mismo sexo”, puedan dar parque al enemigo del alma –a través de sus huestes que mantienen siempre enfiladas sus baterías contra la Iglesia y la Iglesia Doméstica (la Familia) fundada en el Matrimonio–, para impulsar su ¨progresismo¨, destructor de la vida y los derechos fundamentales de la persona." (Subrayado es mío).

 * Por último, las declaraciones de Rodrigo Iván Cortés Jiménez, presidente del Frente Nacional por la Familia, recogidas en el portal oficial de la revista Proceso:

"“Estamos muy indignados y ofendidos porque, con el fin de imponer la ideología de género, se descontextualizaron las declaraciones que el Papa Francisco hizo en el documental 'Francesco', haciéndolas parecer como si apoyara al matrimonio entre personas del mismo sexo, lo cual es una falsedad rotunda”.

Cortés Jiménez indica que, en todo el mundo, la masonería y la comunidad LGBT+ se están valiendo de los medios de comunicación para “instrumentalizar a su favor, de la manera más brutal y grosera, esas palabras dichas por el Papa”." (Subrayado es mío).
No importa si las afirmaciones de estos católicos devotos representan la realidad de lo que exige la comunidad LGBT+ (obviamente, la mayoría no son verdad... ¿esperábamos algo distinto de católicos fundamentalistas y sacerdotes?), sino que se sigue notando ese clásico estilo antiderechos de la Iglesia católica (que se ocupan de respaldar con las declaraciones oficiales tanto de la Biblia como de la misma Iglesia), y no solo eso: se nota el claro desprecio hacia la comunidad LGBT+. Tanto así, que se sienten "indignados y ofendidos" con la sola posibilidad que su líder principal pueda tener opiniones favorables a los derechos humanos modernos. 

Así las cosas, creo que estamos lejos de un momento de aplausos a la Iglesia, y definitivamente estamos lejos de alguna predicción cumplida sobre el progreso moral. 

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