domingo, 9 de octubre de 2022

E. O. Wilson, la biología y el racismo científico (III)

Necesitamos tener conversaciones brutalmente honestas sobre las formas en que nuestras disciplinas han fomentado el racismo científico y contribuido a la supremacía blanca. Debemos reconocer y exaltar el trabajo antirracista realizado por académicos negros, morenos e indígenas. Existe una necesidad urgente de que incorporemos ampliamente el antirracismo en nuestra ciencia y divulgación científica. Stacy Farina.

Recapitulando lo que vimos en la segunda parte de este caso, habíamos comentado que el nuevo debate sobre las posturas del difunto biólogo Edward O. Wilson acerca de la raza (y las implicaciones de esto en sus aportes científicos), había pasado de ser un caso débil sostenido en un artículo muy malo de Scientific American (aunque muy tergiversado y sobreexplotado por sus detractores. Véase la primer parte de esta serie para profundizar), a volverse un caso que sacudió a algunos de los defensores iniciales de Wilson cuando la revista Science for the People, con un largo historial crítico contra la sociobiología, publicó el descubrimiento de los historiadores de la ciencia Stacy Farina y Mattew Gibbons sobre la correspondencia que sostuvo Wilson con defensores del nocivo "realismo racial". También comentamos que, en ese momento, otros se unieron al debate, incluyendo al editor de la revista Skeptic, Michael Shermer, quien a su vez introdujo al entomólogo y colega de Wilson, Bert Hölldobler para defender a su amigo muerto.


Solo unos días después de la publicación de Farina y Gibbons, los también historiadores de la ciencia Mark Borrello y David Sepkoski publicaron su propio artículo en The New York Review (TNYR), con el título incendiario de "Ideology as Biology". Aunque la defensa de Hölldobler también lo cita, sería Shermer quien terminaría empecinado en llegar al extremo de buscar desprestigiar a los autores de este nuevo "ataque" contra Wilson, comenzando con una serie de intercambios irónicos e insultantes por Twitter con Sepkoski, y terminando con un artículo en el que se pregunta: ¿Fue un racista el GRAN CIENTÍFICO E. O. Wilson? ¡NO! (Nada más le faltó poner: "y que Dios lo tenga en su santa gloria").
 

Ideología como Biología



El artículo de Borrello y Sepkoski inicia como cualquier artículo que tiene algo que ver con la vida de Wilson: recordando la controversia desatada por su obra Sociobiología. La nueva síntesis (1975). Los autores nos relatan brevemente que las polémicas en esa época también incluían acusaciones de racismo (y otros "ismos") a los que Wilson y sus defensores se tuvieron que enfrentar. Con el tiempo, estas controversias acabarían en una clase de "tregua", dado que sus protagonistas (tanto detractores como defensores de la sociobiología) pasarían a ocuparse de otros asuntos. E. O. Wilson, por ejemplo, voltearía a la conservación ambiental creándose todo un nombre en la historia del ecologismo:

La cuestión de si Wilson propugnaba ideas racistas quedó sin resolver. También lo fue la cuestión más amplia de cómo está genéticamente determinado el comportamiento humano y si las categorías raciales son incluso útiles para describir las variaciones genéticas. Hoy en día, es menos común llamar "sociobiología" al estudio de las diferencias raciales o hereditarias en el comportamiento humano, pero campos que van desde la psicología evolutiva hasta la antropología y la genética molecular han sido influenciados, a menudo sutilmente, por el marco de Wilson.
Estos historiadores no se olvidan que, en entrevistas y presentaciones, era usual que Wilson continuara defendiendo la sociobiología y acusara a sus críticos de ser "opositores ideológicos", rechazando a su vez algún sesgo que volviera parciales sus comentarios. Entonces, Borrello y Sepkoski explicitan lo que nos van a presentar a partir de aquí:
Con base en nuestra revisión de la correspondencia inédita del archivo de EO Wilson alojado en la Biblioteca del Congreso, y en nuestra investigación sobre la historia del racismo científico, nuestro objetivo es brindar una nueva visión de la historia de la sociobiología y aclarar la propia posición de Wilson sobre la raza.

Los autores escriben después sobre el contexto en que se encontraban E. O. Wilson y el psicólogo racista J. Philippe Rushton (que comentamos en la entrada anterior),  y cómo el primero alentó al segundo, y cómo Rushton hacía uso de las obras de Wilson para justificar sus posturas obviamente racistas:

El aliento de Wilson a Rushton revela una cosmovisión alineada. En el momento en que Wilson escribió su carta de apoyo a Rushton, los dos estaban en medio de una correspondencia entusiasta en la que Rushton dejó en claro su visión hereditaria de la inteligencia racial, y Wilson no solo aprobó el caso de Rushton sino que alentó su persistencia en hacerlo.
Esta tesis es quizás la más criticada a Borrello y Sepkoski, pero hay que prestar mucha atención en cómo busca refutarse. Los historiadores en TNYR sostienen que, contexto y debates históricos a parte, esta entusiasta correspondencia, por sí misma, revelaría una cosmovisón alineada entre Wilson y Rushton. Qué tanto, es lo que muestra el intercambio entre estos autores:

La correspondencia de Wilson con Rushton había comenzado en 1978, cuando Rushton lo invitó a contribuir con un capítulo sobre sociobiología en un volumen sobre altruismo. Si bien Wilson rechazó esta invitación (estaba demasiado ocupado), los dos volvieron a estar en contacto una década más tarde cuando Rushton le pidió a Wilson que leyera un artículo que estaba preparando sobre las diferencias reproductivas entre las poblaciones humanas. Específicamente, Rushton argumentaba que la “teoría de la selección r/K” se aplica a diferentes razas humanas. Este modelo fue desarrollado en la década de 1960 por Wilson y el biólogo de poblaciones Robert MacArthur para caracterizar distintas estrategias reproductivas evolutivas entre diferentes especies de animales.

[...]

La intención de Rushton era más bien demostrar que "la genética del comportamiento parece sugerir que las relaciones r/K son hereditarias"entre humanos , y que, además, diferentes “razas” humanas tienen diferentes estrategias, específicamente, que los negros son seleccionados por r, mientras que los blancos son seleccionados por K. Además, le explicó cuidadosamente a Wilson que este modelo explicaba las disparidades raciales en el coeficiente intelectual, postulando que las personas negras no son seleccionadas por su gran inteligencia porque su estrategia de selección favorece, esencialmente, la cantidad sobre la calidad.

Como autor del modelo r/K, uno habría esperado que Wilson se hubiera indignado con la propuesta de Rushton, que implicaba, como lo hicieron muchos científicos del siglo XIX, que las "razas" humanas constituían especies diferentes, una visión que ningún biólogo de renombre, incluyendo Wilson, habría defendido públicamente. Pero Wilson inmediatamente envió una carta a Rushton aplaudiendo su aplicación del modelo r/K como “una de las [ideas] más originales e interesantes que he encontrado en psicología”, y agregó que el trabajo fue “valiente”. “En este país, todo el asunto se vería empañado por cargos personales de racismo hasta el punto de que una discusión racional sería casi imposible”, escribió, instando a Rushton a “¡seguir adelante!”.
O Wilson nunca leyó ni prestó atención a la versión pseudocientífica de su propia teoría, que Rushton explicaba completa en su artículo, o sencillamente encontró esta aplicación de sus ideas como algo "valiente" y de lo "más original e interesante" en realidad. Tomando en cuenta que, como habíamos visto anteriormente, otros sí fueron capaces de exponer y denunciar que las ideas de Rushton "se apoyan en la cita selectiva y la tergiversación de la literatura de investigación y en el uso de fuentes poco fiables", suena casi risible la primera opción (que, por cierto, es la que prácticamente defenderán Shermer y Hölldobler). ¿O nos inclinamos a creer que Wilson habría sido tan imbécil como para pasar por alto todo, a pesar del tiempo que tuvo y el papel en el que se involucró a sí mismo? Parece que los detractores de Borrello y Sepkoski piensan que es mejor decir que Wilson fue, durante décadas, un completo tonto y descuidado científico, antes que admitir la tesis de lo que revela su correspondencia de varios años: que compartía ideas sobre la naturaleza humana con racistas, como J. P. Rushton. Y existen más pruebas para sostener esta segunda posibilidad.

Como Farina y Gibbons, Borrello y Sepkoski relatan la historia de cuando Rushton le pidió a Wilson que apadrinara un artículo que mandaría para publicarse en PNAS. Wilson rechazó la propuesta, pero solo porque "un artículo sobre diferencias raciales en el PNAS sería contraproducente para los dos", esto debido a las críticas que ya había recibido con anterioridad por sus ideas, e incluso nombrando a sus principales detractores:

Tengo un par de colegas aquí, Gould y Lewontin, que utilizarían cualquier excusa para volver a plantear la acusación. Por lo tanto, soy la persona equivocada para patrocinar el artículo, aunque me complacería arbitrarlo para otro miembro menos vulnerable de la Academia Nacional si encuentra a uno como posible patrocinador.

Si aún no queda uno convencido que rechazó a Rushton por el miedo a repercusiones, en lugar de creer que se trataba de un mal uso de su teoría, podemos seguir con la historia: 

El artículo de Rushton no fue enviado a PNAS , sino a la revista Ethology and Sociobiology. Esta revista fue un bastión descaradamente wilsoniano, fundada en 1979 por admiradores de la sociobiología. Como se prometió, Wilson actuó como árbitro formal del artículo, recomendando que el documento se aceptara con solo una aclaración menor de una figura, sin encontrar ninguna falla en su aplicación incorrecta de las diferencias de selección r/K a poblaciones humanas individuales. En sus comentarios, Wilson afirmó:

Este es un artículo brillante, uno de los más originales y heurísticos escritos sobre biología humana en los últimos años. Es la primera teoría coherente de la variación racial humana en el comportamiento y la fisiología reproductiva. Si no fuera sobre las diferencias raciales, o si fuera sobre otra especie, sería fácilmente aceptado como artículo principal en Nature o Science. Si se puede publicar en esta o en alguna otra revista dedicada a la sociobiología humana será una prueba de nuestro coraje y fidelidad a la objetividad en la ciencia. Es seguro que causará revuelo, y preveo una gran cantidad de debates finalmente constructivos y nuevos análisis.
El artículo, a pesar de recibir la bendición del padre de la sociobiología, fue rechazado de Ethology and Sociobiology, con un árbitro afirmando que "el autor no logra comprender la selección rK o la está malinterpretando deliberadamente". ¿Cómo es que el padre de la sociobiología no vio lo que cualquier otro especialista detectó con tal claridad?

Hölldobler, en defensa de su amigo, asegura que esta actitud tan entusiasta de Wilson se debía a que uno de los coautores era Charles J. Lumsden, su alumno quien también había sido su coautor en el libro Genes, Mind and Culture (1981). Hölldobler piensa que el artículo al que se hace referencia es "Gene-culture coevolution of complex social behavior" (efectivamente publicado en PNAS) que, en su opinión "podría estar en desacuerdo con el concepto de coevolución gen-cultura, pero no creo que este artículo sea tan escandalosamente controvertido". Esto parece una confusión, ya que "Gene-culture coevolution..." es un artículo que sí se publicó en PNAS, mientras Borrello y Sepkoski refieren a un segundo artículo no publicado en esta revista y mandado a Ethology and Sociobiology, donde también fue rechazado, y que igualmente recibió alabanzas de parte de Wilson, aunque éste sí parecía ser controvertido al mostrar presuntas pruebas de inferioridad racial de los afrodescendientes basándose en la teoría r/K. Al parecer, este segundo artículo no fue publicado en ninguna parte (o por lo menos no nos ofrecen ninguna referencia ni Farina y Gibbons ni Borrello y Sepkoski). Ya que esta defensa no se sostiene, sigamos con el caso.

En otra carta, Rushton detalla sus "contribuciones" a la investigación racial como evidencia de la persecución que estaba recibiendo de parte de "igualitarios extremos". Contrario a lo que nos haría suponer la hipótesis del E. O. Wilson tonto, el documento cuenta con varias anotaciones del puño y letra de este entomólogo, demostrando que sí lo leyó y entendía que Rushton estaba  proponiendo cosas como que <<los "negroides" tenían cerebros promedio más pequeños que "mongoloides" y "caucasoides", y un artículo que sugiere que las "diferencias raciales en el comportamiento sexual" hacen que los negros sean más susceptibles al SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual.>> Y lo que respondió Wilson no fue alguna crítica, o aunque fuera algún cuestionamiento amistoso, sino     que se declaró horrorizado por la persecución que sufría Rushton a causa de estas ideas:

Wilson también informó que se había involucrado con la Asociación Nacional de Académicos, "para discutir cómo se podría resolver este dilema". Este grupo de defensa de extrema derecha fue establecido en 1987 por una coalición de intelectuales conservadores con el propósito declarado de preservar la "herencia intelectual occidental" y defender al profesorado conservador de las críticas liberales (más recientemente, sus miembros han liderado una cruzada contra la enseñanza de la "herencia intelectual teoría crítica de la raza" en las escuelas). Si bien Wilson le dijo a Rushton que el problema que había planteado con la NAS era "cómo permitir los estudios de coeficiente intelectual y variación racial sin exacerbar el racismo genuino", continuó proponiendo una visión de la sociedad en la que "podríamos hablar más fácilmente en términos de lo que los diferentes individuos (y grupos) se ofrecen unos a otros". Aquí citó el "conocimiento común" de "dotes intelectuales y de personalidad negativamente correlacionados" (es decir, la suposición de que las personas muy inteligentes son menos agradables y viceversa).
Los autores de TNYR notan aquí que Wilson parece entender por "racismo" algo completamente distinto a lo que usualmente entendemos, ya que "parece ignorar explícitamente un componente importante de su definición estándar, a saber, las teorías hereditarias de las diferencias raciales en la inteligencia."

Rushton murió en 2012, luego de una carrera con una descarada agenda racista, promoviendo la eugenesia y dirigiendo asociaciones de dereche, como la Pioneer Fund. El Departamento de Psicología de la Ontario Western University, donde trabajaba Rushton, declaró en 2020 que "gran parte de su investigación era racista e intentaba encontrar diferencias de inteligencia entre grupos racializados y explicarlas como causadas por diferencias genéticas entre razas." Mientras tanto, comentan Borrello y Sepkoski, "Wilson nunca públicamente o, hasta donde sabemos, desacreditó a Rushton en privado ni repudió el realismo racial que Rushton promovía, a pesar de que se le ofrecieron abundantes oportunidades para hacerlo." Aún más, en entrevistas posteriores defendió a otros conocidos racistas científicos, como Richard Herrnstein, coautor del infame The Bell Curve (1994). Hölldobler, en un reciente artículo para Skeptical Inquirer defendiendo nuevamente a Wilson, también asegura sobre Herrnstein que "nunca lo llamaría racista. Actualmente somos muy rápidos en etiquetar a las personas como racistas y, me temo, permitiremos que los verdaderos racistas escapen." Y cómo lo haría, si "durante cierto período de tiempo, mi grupo de biología del comportamiento y el grupo de Herrnstein se reunían regularmente en seminarios de discusión. Recuerdo que las pruebas de coeficiente intelectual se consideraban medidas apropiadas de algún tipo de inteligencia humana, y varios grupos de forma independiente encontraron diferencias entre grupos geográficos o socioeconómicos." Al menos nos aclara que "en retrospectiva, algunas de sus conclusiones son totalmente inaceptables para la mayoría de nosotros hoy". Con estos amigos, para qué quieres enemigos, ¿no?

Borrello y Sepkoski terminan su ensayo con una conclusión que deja abierta la cuestión principal, contrario a lo que dirían algunos de sus detractores:

Todo esto no quiere decir que Wilson fuera, él mismo, un nacionalista blanco. Tampoco es motivo para "cancelarlo" o descartar sus prolíficos aportes a la ciencia. Pero él no es una autoridad infalible. Preservar una imagen ingenuamente hagiográfica de su carrera oscurece hasta qué punto el sesgo racista y sexista sigue siendo una vulnerabilidad flagrante de la ciencia que se ha construido sobre sus teorías; de hecho, tal sesgo puede motivar y cegar a los científicos ante interpretaciones profundamente defectuosas de los datos. El racismo en la ciencia, hoy en día, rara vez se anuncia con una capucha blanca. Más bien, persiste en suposiciones tácitas y ocultas, y se esconde detrás de afirmaciones sobre la objetividad inherente de la investigación científica. 

Lejos de ser excepcional, la atracción de Wilson por los defensores de puntos de vista extremistas es una característica demasiado común de las controversias científicas sobre temas políticos acalorados. Es natural, cuando uno se siente a la defensiva e injustamente atacado, gravitar hacia aquellos que afirman que uno está en lo correcto, eres bueno o valiente. Al negarse a aceptar las críticas, Wilson se recluyó en un rincón de extrema derecha. Intencionalmente o no, muchos de sus defensores actuales pueden estar haciendo lo mismo.
Desde hace un tiempo, mucho antes de toda esta controversia, varios autores han señalado justamente esta última advertencia, donde intencionalmente o no, Michael Shermer está haciendo justamente lo mismo, cada vez mirándose más hacia la derecha ideológica.

Shermer vs Sepkoski. Una ácida controversia


Después de la publicacion del artículo en TNYR, David Sepkoski sería quien daría la cara para defenderlo de aquellos que aseguraban que él y su colega estaban equivocados o acusaban ideológicamente a Edward O. Wilson de ser racista. Hölldobler dedicó solo algunas palabras a Borrello y Sepkoski (concentrándose en el de Farina y Gibbons, así como en las viejas controversias con Science for the People), recomendándoles se leyeran el artículo de Michael Shermer, "Was the Great Scientist E. O. Wilson a Racist? NO!":

Shermer demostró que los cuatro historiadores de la ciencia, los dos autores del artículo en Science for the People y los dos de los ensayos en New York Review of Books, estaban muy ansiosos por insinuar que Ed Wilson era un racista. Nunca hicieron la pregunta (como deberían hacer los buenos historiadores de la ciencia): ¿Por qué Ed Wilson escribió cartas en apoyo de Rushton?
Da la impresión que Hölldobler no está al tanto de los ácidos intercambios entre Shermer y Sepkoski antes de la publicación del artículo que elogia tanto. 

Shermer, desde un inicio, se mostró como un abnegado defensor de Wilson. Su revista Skeptic publicó dos artículos de homenaje y una entrevista exclusiva a E. O. Wilson, y con las controversias sobre el supuesto racismo interiorizado de Wilson, el portal de la misma revista publicó tres contra-réplicas, incluido el propio artículo de Shermer. En Twitter y podcasts por igual,  Shermer aseguraba que el artículo de Sepkoski y Borrello era deshonesto, al esperar hasta que Wilson muriera para revelar esas presuntas conexiones con el racismo científico. Sepkoski usaría Twitter para responder a todos los reclamos de Shermer, siempre con un tono irónico (como parece que le gusta a Shermer que le respondan, dados sus comentarios):



Ey Michael Shermer, en su último reclamo de podcast, "esperamos hasta" que EO Wilson muriera para revelar sus conexiones racistas. No. La única razón por la que publicamos entonces es porque USTED y otros lo hicieron de interés periodístico al atacar Monica McLemore y exigiendo pruebas. Y ahora estás lloriqueando.
¿Eres consciente, Michael, de que los historiadores no son periodistas y, por lo general, no piden "comentarios" a nuestras fuentes antes de publicar? ¿Habríamos llamado a un hombre de 90 años y le habríamos preguntado "oye, Ed, eres racista?" Estoy seguro de que eso habría aclarado todo...
Shermer respondería a cambio que Sepkoski debería retractarse de su artículo... porque su artículo podría tener consecuencias adversas contra el difunto Wilson. Sí, el principal crítico en estos meses en contra de lo "políticamente correctos" en lugares como Scientific American, argumentando que el artículo de Sepkoski y Borrello no es políticamente correcto. Como era obvio, Sepkoski respondió con gracia:


Michael Shermer: "En el clima actual en el que todos los asuntos relacionados con la raza son radiactivos y las personas son canceladas incluso por el error levemente racial sin importar las intenciones, usted David Sepkoski tenía que saber que asociar a Wilson con Rushton haría precisamente eso. Deberías retractarte de ese artículo."

David Sepkoski: "LOL. Para derrotar la "cultura de la cancelación", me exiges que me retracte de un ensayo que presenta hechos que no te gustan. Clásico. Además, a diferencia de usted, no creo que sea mi trabajo defender la reputación de otros hombres blancos que hacen o dicen cosas que tienen consecuencias sociales."



Carajo: Shermer finalmente responde, y saca todo el Libro de jugadas del agravio blanco. Me hace gracia en particular que me exija que me retracte de mi ensayo sobre Wilson, no porque sea falso o incorrecto (como afirmó anteriormente), sino porque... ¡CULTURA DE LA CANCELACIÓN!
Sepkoski parece presuponer que el ataque de Shermer está motivado, y al igual que las defensas de Wilson a Rushton, no es tanto que Shermer mismo se dé cuenta de ello. Haciendo un repaso por quienes han defendido a capa y espada a Wilson han sido o anglosajones blancos cercanos a las mismas áreas de estudio (Shermer, Hölldobler, Dawkins, Pinker, Aaronson, Coyne) o personas claramente motivadas (por justas razones o no) contra ciertas posturas políticas reflejadas en aquellos autores y publicaciones (Scientific American y Science for the People) que han criticado a Wilson (Shermer y Hölldobler de nuevo, y Jogalekar). 

Hay que entender bien esto: no significa que estos autores (o Shermer en específico) tengan un "Libro de jugadas del agravio blanco" cada que se sientan agraviados, ni tampoco quiere decir que no existan argumentos y pruebas importantes en favor de E. O. Wilson, que puedan ser racionalmente valoradas. Lo que quiere decir es que este tipo de temas se lo toman a pecho (o sea, se mantienen bastante motivados emocionalmente), no solo por el "amor a la verdad" que puedan tener, sino porque les parece un problema cercano emocional e ideológicamente hablando. El resto de intercambios de Shermer con Sepkoski ciertamente indican que el primero tiene bastante interés en el desprestigio del artículo del segundo.

A tal punto llega, que Shermer incluso cuestiona que Rushton haya sido realmente un racista: 


Michael Shermer: "La Fundación Wilson lo denunció incluso admitiendo que ni siquiera habían mirado la correspondencia. Se basaron totalmente en usted. Yo no lo hice. Leí la correspondencia, y mucho más. Te equivocas sobre Wilson e incluso sobre Rushton. Deberías haber hecho tu tarea."

David Sepkoski: "Espera, ¿vas a defender a RUSHTON? ¡Impresionante! ¡Esto va a ser más divertido de lo que pensaba! Y que tú, un historiador fracasado, me digas "debería haber hecho tu tarea" es la guinda del pastel. Tus tweets me han alegrado el día... lo digo de verdad."

Cuidado, todo el mundo: ¡Michael Shermer está en el caso! ¡No sólo va a aclarar lo de Wilson, sino que va a limpiar el nombre de J. Philippe "el-tamaño-del-pene-está-inversamente-relacionado-con-la-inteligencia-y-leí-en-Penthouse-que-los-hombres-negros-tienen-penes-grandes" Rushton!
Por si quedaban dudas Shermer respondió al anterior tuit de la siguiente manera:

Me alegro de haberte animado, David. Yo en tu lugar estaría de capa caída después de la sacudida que ha recibido tu artículo. Por supuesto que piensas que Rushton era un racista. Yo también lo pensaba hasta que miré las pruebas. Deberías intentar eso algún día en lugar de razonar motivadamente.
Shermer diciendo que Rushton no era racista, Hölldobler defendiendo a Herrnstein... con esos amigos, Wilson no necesita enemigos definitivamente. La "evidencia" a la que se refiere, probablemente sea su entrevista a la ex-esposa de Rushton, la antropóloga Elizabeth Weiss, en febrero pasado, donde Shermer pregunta sobre las posturas racistas de Rushton, pero Weiss afirma que él no era racista en realidad (Rushton incluso "amaba a Denzel Washington"). Caso cerrado (?).

Casualmente, Shermer eliminó esta última respuesta a Sepkoski, aunque este historiador de la ciencia tomó una screenshot para la posteridad:


En el día de la histórica confirmación de Ketanji Brown Jackson,  Michael Shermer ha anunciado que va a reivindicar a un investigador que sostuvo que los negros son menos inteligentes y más propensos a la violencia que los blancos. Deja que lo asimile por un momento.

Llegando hasta aquí, es evidente cuánto se degradó este debate, que para los seguidores de ambos habría sido de mayor interés si Shermer se hubiera comportado como el Doctor en Historia de la ciencia que también es, respondiendo a los argumentos y pruebas ofrecidas en los artículos que ponían en evidencia la relación entre E. O. Wilson y J. P. Rushton. Pero aquí no acabó la controversia, pues como lo primetió durante semanas, Shermer publicó un artículo en el que defendía a Wilson de cualquier sospecha de racismo. 


¿Argumentos contundentes o rasgadura de vestiduras? La respuesta de Michael Shermer



"Was the Great Scientist E. O. Wilson a Racist? NO!" Con un título casi apologético, propio de cualquier defensa teológica hacia un santo, empieza esta nueva rasgadura de vestiduras, digo, ensayo de Michael Shermer, unos cuantos días después de haber sido ridiculizado y expuesto por el historiador de la ciencia David Sepkoski desde Twitter. Según Shermer, como se podrán imaginar, Wilson no era ni apoyó el racismo (o sea, sí apoyó la carrera de un conocido racista académico, pero él no era racista en sí, sino que lo apoyó por otra razón... ¿se entiende?), y los que dicen lo contrario son personas entorpecidas por la ideología que solo saben seguir la "cultura de la cancelación".

Sobre los argumentos y evidencias que presenta... bueno, no presenta nada que no hayan presentado ya otros, como Jerry Coyne, Bert Hölldobler o el propio Wilson en su momento: citas de libros y artículos, anécdotas de colegas (amigos y críticos) y estudiantes, y una constante apelación a la "ingenuidad política" (bella manera de decir que se pasó de pendejo al defender las ideas de Rushton como "sólidas, ya que se adaptaron de forma directa a partir de un principio bien documentado de selección r/K en biología") de Wilson como una explicación más amigable para esa fea correspondencia con el racista J. P. Rushton. 

Entre algunos puntos a destacar, se encuentra que Shermer vuelve a apartarse de Rushton a la hora de exponer algunas de sus teorías pseudocientíficas y claramente racistas, asegurando que "cualquiera que desee relacionarse con Rushton, y mucho menos defenderlo, corre el riesgo de verse empañado por asociación."

También es destacable la respuesta del biógrafo Richard Rhodes, autor de Scientist. E. O. Wilson: A Life in Nature (2021). Shermer reproduce la respuesta de Rhodes a su pregunta sobre una relación de Wilson con el racismo:

Ed no era racista. Más que la mayoría de la gente, porque creció en una sociedad racista, estaba al tanto de lo que significa esa palabra. Sin embargo, fue alguien que alentó a las personas a seguir líneas de investigación que podrían conducir a avances, por inesperados o políticamente incorrectos que fueran. Estaba especialmente ansioso por ver investigaciones que pudieran respaldar su trabajo en sociobiología. Sospecho que es por eso que alentó a Rushton, con mucho cuidado, si las citas de NYRB son precisas. Era también, en esos días, para usar sus propias palabras, “políticamente ingenuo”.

Un tercer punto, es que el ensayo de Shermer es más "visual" con respecto a la correspondencia Wilson-Rushton, al mostrarnos las cartas que se enviaban mutuamente y las defensas de "libertad académica" de Wilson ante la Universidad para con su colega sociobiólogo.

Sin embargo, el caso, contrario a la conclusión de Shermer, no queda cerrado, y tampoco me parece que agregue algo más al asunto. Lo cierto es que, por lo menos desde el artículo de Hölldobler, quedaba claro que para Wilson el racismo no parecía tener relevancia en su visión del mundo (donde incluía a la especie humana).

Lo que sí que aporta Shermer, es un caso típico de una defensa más ideológica que científica. Primero que nada, porque nadie, ni la autora de SciAm, ni los autorres en SFTP ni los de NYBR han negado que Wilson haya sido un gran científico, con aportes importantísimos en distintas ciencias naturales así como en el activismo ambiental. Lo que sí nos dicen, es que mantengamos el debate sobre su legado, porque eso contribuye a que lo podamos entender mejor. Nada de esto tiene que ver con "cancelaciones", a menos que te pongas a especular sobre las negras intenciones detrás de sus autores (tal vez sí sea el caso para SFTP, teniendo en cuenta su historial de crítica a la sociobiología), que a su vez, se vuelve en una conjetura indemostrable.

Segundo, contrario a Shermer, es falso que los críticos se le hayan ido a la yugular a Wilson porque "consideraba a todas las criaturas, incluidos los humanos, como seres biológicos, parte de la vida evolucionada en la Tierra". Esto es una tremenda tergiversación de la controversia científica y política que se vino después de 1975, año en que Wilson publicó su legendaria (o infame, según a quién le preguntes) obra Sociobiología: la nueva síntesis. La idea de que los seres humanos somos seres biológicos que evolucionan como todos los seres vivos de la Tierra viene (por lo menos) desde Darwin, y es una afirmación que sus críticos más importantes (obviamente no cuento a los creacionistas como "importantes") aceptaban gustosamente. Y es que, sus críticos más importantes fueron biólogos evolutivos y otros científicos afines. Lo que se criticaba a Wilson, lo mismo que en su momento se les criticó a Maynard-Smith y Dawkins (con algunas diferencias), era el endurecimiento de la ortodoxia neodarwiniana y su determinismo genético, los que podían servir para la justificación de premisas ideológicas de derecha. Podemos estar o no de acuerdo con las críticas que se le dio a Wilson (o a Maynard-Smith y Dawkins), pero decir que se reducen a que los querían quemar en la hoguera porque "consideraba a todas las criaturas, incluidos los humanos, como seres biológicos", es un estúpido, tendencioso y simplista hombre de paja.

Tercero, exageraciones ridículas. Shermer menciona que la autora de SciAm "incluso calificó de racista a Gregor Mendel, el científico del siglo XIX que estableció el papel de la genética en las plantas de guisantes, aunque no hay absolutamente ninguna evidencia para esta afirmación extraordinaria" y todavía se burla con "a menos que sea racista demostrar que el color de los guisantes está determinado genéticamente." ¿En serio? Tantos años que lleva explicando ese tema, y ahora hay que explicárselo a él. No, una afirmación extraordinaria sería decir que Mendel era extraterrestre. Decir que un europeo del siglo XIX, con una educación formal del siglo XIX en un imperio del siglo XIX, era un racista, en ausencia de evidencia documental, es una afirmación sin evidencia documental, pero a nadie le sorprendería, ni sería extraordinario si el día de mañana aparece alguna carta de Mendel hablando de forma realista sobre razas, porque eso era lo propio y esperable entre un científico natural europeo en el siglo XIX (quizás el único naturalista europeo famoso de la época de quien podemos estar seguros que no promovía ningún tipo de racismo, dada las toneladas de cartas que escribió, sea Alexander von Humboldt, curiosidades históricas aparte).

Por último, pero no menos importante, esa insistencia falaz de las consecuencias adversas. Aunque los autores que exponen el caso de Wilson especifiquen que NO hay motivo para hablar de una "cancelación", para Shermer el solo hecho de publicar un artículo estudiando y exponiendo la correspondencia Rushton-Wilson, es razón suficiente para estar buscando que lo cancelen (¿aunque ya esté muerto? Parece que sí), porque esos autores "bien saben que en el actual medio cultural de sensibilidad sobre todo lo relacionado con la raza lo que sucedería." No lo sé, pero el sensible me parece otro, después de dedicar decenas de tuits, buscar que cuatro colegas cercanos a Wilson (no uno o dos, cuatro, y seguro vendrán más)  publicaran tributos y defensas en la revista que diriges, debatir ácidamente contra historiadores de la ciencia por redes sociales, y ahora escribir un artículo nuevo sobre el mismo asunto. ¿Alguna prueba en favor de los temores de Shermer? Una declaración de la Fundación E. O. Wilson que rechaza el racismo y los racistas, que siente mucho que Wilson apoyara a Rushton, pero que en ningún momento llama a "cancelar" (lo que sea que eso signifique en este caso) a Wilson, ni lo acusa de racista; y que una organización ambiental importante (¿cuál? Quién sabe) estaba a punto de otorgar un premio póstumo a Wilson, pero que ahora se lo está pensando. Ese es el daño que han hecho los "críticos [que] están equivocados, peligrosamente equivocados".

Esto es lo que encontré en el artículo de Shermer. Y como también era de esperar, el artículo fue promovido y compartido por otros "ilustrados" como Steven Pinker, que dice que la "calumnia" (!) contra Wilson es orquestada por y muestra el "totalitarismo del wokismo" que nos quiere dejar "sin espacio o pensamientos privados". ¡¡Ke meyooo!! Como mencionamos arriba, también Hölldobler consideró que Shermer "demostró" el error en el que calleron los historiadores de la ciencia al tratar este asunto.

Sepkoski no quedó impresionado por el anunciado ensayo de Shermer. Este último asegura de su selección de la correspondencia Wilson-Rushton: "Eso es todo. Eso es lo peor de la afiliación Wilson-Rushton." Una falsedad fácilmente demostrable, pues incluso omite cartas ya mostradas por Farina y Gibbons y por Borrello y Spekoski en sus respectivos artículos.


Entonces, después de prometer demoler nuestro ensayo sobre Wilson, esto es lo mejor que se le ocurrió a Shermer: un repetido de excusas por el apoyo de Wilson a Rushton ("libertad académica", bla, bla) en el que especula sobre nuestras "intenciones" pero no puede demostrar que nos equivocamos.

Y después de criticarnos falsamente por no "reproducir" las imágenes de las cartas (como si esa fuera una práctica estándar para los materiales disponibles públicamente), publica un lote muy selectivo y bromea con ligereza: "Eso es todo. Eso es lo peor de la afiliación Wilson-Rushton". Deshonesto.
Sepkoski incluso reproduce aquellos documentos que Shermer selectivamente omitió, como la recomendación de Wilson como revisor, para la revista Ethology and Sociobiology:


Para ser muy claro: Michael Shermer alega que su reproducción selectiva de la correspondencia Wilson-Rushton es la historia completa. Aquí hay un par de elementos que no reproduce, quizás porque no encajan en su narrativa falsa.


Además, la "Asociación Nacional de Académicos", con la que Wilson estaba coordinando el apoyo a Rushton, no es apolítica. Y citar a los amigos de Wilson que dicen que no era racista no prueba exactamente nada. No sé si era racista, solo sé lo que decía en sus cartas.


De nuevo, Shermer, ¿por qué dice que la aplicación de Rushton de la teoría r/K a la raza es "una de las más originales e interesantes que he encontrado" y en su revisión por pares, dice lo siguiente? Eso no suena como alguien que simplemente está apoyando el derecho de un colega a ser impopular.
El caso contra Shermer por un sesgo de selección parece demostrado. Shermer no parece haber vuelto a responderle ni un solo tuit a Sepkoski. Lo que sí hizo fue ignorar las críticas y pasar a atacar un hombre de paja, como el propio Sepkoski evidenció también:


 Entonces Shermer es solo un mentiroso. Afirma que esta fue mi "respuesta" a su ensayo de mierda, ignorando todas las respuestas sustantivas que yo y otros hicimos a sus afirmaciones falsas y razonamiento pobre. Desviar, desviar, desviar...

Pero la diversión terminó cuando Sepkoski se enteró de acciones académicamente despreciables que estaría emprendiendo Shermer en su contra:



Me acabo de enterar de que Michael Shermer está llevando a cabo una campaña de desprestigio en mi contra contactando a científicos y tergiversando mis argumentos. Esto es irónico dado que estoy en posesión de docenas de cartas que documentan que Wilson hizo lo mismo contra sus oponentes de la sociobiología.

Esto no me disuadirá de trabajar en este tema, pero me hace cuestionar si deseo relacionarme con actores deshonestos como este en las redes sociales. El desacuerdo es esencial en la erudición, pero cuando el desacuerdo se vuelve reflexivo y personal, no sirve para nada.

Dejé de comentar en el blog cuando las "guerras de la evolución" de principios de la década de 2000 se salieron de control, porque una discusión razonable se volvió imposible. Ese parece ser el caso aquí, también. Desafortunadamente, los hombres blancos privilegiados harán todo lo posible para proteger el statu quo.
Es así como llegamos de un artículo malo de fines del año pasado, en Scientific American, a meses de intercambio cada vez más agrio y enfurecido por parte de quien se ha desempeñado como el mayor apologista de E. O. Wilson de nuestros días. Sepkoski también hizo duras críticas a la defensa de Bert Hölldobler que, hasta donde he visto, nunca fueron respondidas. Por otra parte, la revista Skeptical Inquirer publicaría un homenaje con tres tributos a Wilson (¿alguien realmente cree que hacen falta más? Al parecer, sí), escritos cada uno por Richard Dawkins, Steven Pinker y Sean B. Carroll, junto a una emotiva editorial de Kendrick Frazier, sin profundizar ninguno en el asunto sobre la relación de Wilson con despreciables académicos como Rushton. Hacia el número siguiente, la misma revista publicaría su primer artículo crítico contra Wilson:"A Different Take on E. O. Wilson", escrito por Massimo Pigliucci, respondido en el mismo número por Hölldobler con su lamentable defensa de Herrnstein y recomendando a su vez el ensayo de Shermer como su mejor fuente. (Para ser justos, el artículo de Pigliucci parece más un escrito hecho hace algunos meses atrás, sin enterarse de las últimas controversias).

De mi parte, creo que, desde el artículo de blog que Jogalekar y Aaronson que presentaron a inicios del año, y las rasgaduras de vestidura por parte de los "defensores de la Ilustración", como Shermer, se hicieron porque alguien se atrevió a cuestionarse si era pertinente un debate sobre las opiniones y pensamiento de Wilson, algo que consideraban impensable. Me queda claro que sus defensores no solo están interesados en apoyar una causa justa o buscar la verdad, sino que tienen una agenda ideológica (o contra-ideológica) y no desaprovecharán ninguna oportunidad para mostrarla. La ironía de la vida.

Las controversias sobre el legado de Wilson parecen haber cesado (nuevamente), aunque es poco probable que la calma de estos últimos meses dure mucho. Es probable que Pigliucci aún le responda a Hölldobler. También la sociobiología seguirá inspirando visiones completas del mundo, incluyendo al racismo científico y también a visiones más extravagantes, como el "nihilismo darwinista". Hay que tener en cuenta que las controvertidas conexiones de la sociobiología y el racismo no es un asunto nuevo, y ya en los años 70's hubo quienes acusaban a los sociobiólogos de encaminarnos hacia alguna clase de Cuarto Reich si no se exponían como ideología que se hacían pasar por biología. Estos intercambios, a diferencia de nuestro tiempo, que se comparten por Twitter y en blogs de opinión, se publicarían en las páginas de una revista científica de prestigio: Nature. Saber el desarrollo de esos debates quizás brinde algo de luz sobre los actuales, por lo que valdrá la pena repasarlo en un artículo aparte. 

SI TE INTERESA ESTE TEMA

* "Ideology as Biology", por Mark Borrello y David Sepkoski, en The New York Review

* "The legacy of a giant", entrevista a David Sepkoski, por Christian Jones y Dave Evensen, en el portal del College of Liberal Arts & Science. 

* "Was the Great Scientist E. O. Wilson a Racist? NO!", por Michael Shermer, en su blog Skeptic

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