Edward O. Wilson. |
Una polémica justa y necesaria
Cuando la Dra. Monica McLemore instó a la comunidad científica a abordar la relación de Wilson con el racismo científico en un artículo de opinión de Scientific American, recibió una rápida y fuerte reacción de los biólogos y otros partidarios de Wilson.
[...]
El racismo en la academia y la educación es un tema perennemente relevante... Por lo tanto, como dijo la Dra. McLemore, ahora es el momento de “la verdad y la reconciliación” al confrontar cómo algunos biólogos prominentes han trabajado para dar credibilidad, tanto cultural como en el registro científico, a las nociones pseudocientíficas de una jerarquía racial biológica.Y es que hay un hecho que no se puede ignorar, independientemente de si tu héroe de la divulgación científica defendió o no alguna forma de racismo:
Las ideas evolutivas continúan siendo utilizadas por los "realistas raciales", científicos y comentaristas por igual, para promover la ideología sobre el origen y las implicaciones de las diferencias individuales entre los humanos que caen en grupos raciales construidos socialmente. El antirracismo en la biología evolutiva requiere una confrontación honesta de estos temas. Si bien muchos han realizado este importante trabajo a lo largo de las décadas, incluidos Theodosius Dobzhansky, Jerry Hirsch, Stephen J. Gould, Richard Lewontin y Joseph Graves Jr, aún queda mucho trabajo por hacer. Al responder a la pregunta de por qué el racismo científico persiste hasta el día de hoy, podemos ver cómo los sistemas, y las personas dentro de esos sistemas, funcionan para mantener la credibilidad de las ideas racistas y profundamente defectuosas.
El racismo, como otras varias formas de discriminación (desde el machismo hasta la transfobia), se vale de discursos que apelan a la ciencia, especialmente a la biología y afines. En ocasiones, también apela directamente a presuntas autoridades que defienden el punto de vista con el que se siente cómodo, sin importar si tal autoridad realmente sostiene una postura favorable a la discriminación no. Podemos encontrar ejemplos fáciles de ambos tipos de discursos: del lado de quien sí ha afirmado posturas abiertamente discriminatorias, encontramos al genetista James D. Watson, que además de haber sido galardonado con el Nobel de Medicina de 1962 por su descubrimiento (entre otros, junto a Francis Crick) de la estructura molecular del ADN en 1953, es una desagradable persona con un largo historial de sexismo y racismo; por el lado de los fake news atribuidos a alguna autoridad científica, podemos nombrar las presuntas afirmaciones del también genetista Francis Collins acerca del "gen gay" y el origen de la homosexualidad.
El racismo presuntamente basado en la ciencia parece ser tan popular hoy, como lo fue durante los siglos XVIII y XIX (una diferencia importante es que hoy en día, al menos, ya no es más que una pseudociencia marginal rechazada por el grueso de la comunidad científica). Tanto así, que asociaciones científicas como la Sociedad Estadounidense para la Genética Humana (ASHG, por sus siglas en inglés), tuvo que publicar, en 2020, una declaración sobre los "buenos genes" y la genética humana contra el supremacismo blanco, en donde leemos:
La genética demuestra que los seres humanos no pueden dividirse en subcategorías o razas biológicamente distintas, y cualquier esfuerzo por reivindicar la superioridad de los seres humanos basada en cualquier ascendencia genética carece de pruebas científicas. Además, es inexacto afirmar que la genética es el factor determinante de los puntos fuertes o los resultados de los seres humanos, cuando la educación, el entorno, la riqueza y el acceso a la atención sanitaria suelen ser factores más potentes. No existe ninguna base factual para los intentos de definir comunidades o regiones de personas con genes "buenos" o "malos" y un siglo de ciencia ha desacreditado tales afirmaciones, que pueden alimentar opiniones desacreditadas e ideologías racistas. La aplicación incontrolada y poco ética de falsas "teorías" genéticas ha dado lugar a atrocidades en el pasado, desde las esterilizaciones forzadas hasta el Holocausto, y aún hoy puede alimentar políticas sociales poco éticas en todo el mundo. A lo largo de las décadas, nuestro campo también ha reflexionado sobre su propio papel en esas ideas ahora condenadas, y nos pronunciamos como comunidad y como individuos para combatir su resurgimiento.
La "sociobiología" de Rushton y su correspondencia con Wilson
J. Philippe Rushton. |
Señalamos que el modelo r/K es frecuentemente malinterpretado y sobregeneralizado, que las predicciones que Rushton deriva del modelo r/K son arbitrarias, y que estas predicciones se apoyan en la cita selectiva y la tergiversación de la literatura de investigación y en el uso de fuentes poco fiables.
The Wilson Papers comprende cientos de cajas de documentos y numerosas grabaciones digitales. Comenzamos a explorar estas existencias en septiembre de 2021, debido a nuestro amplio interés en el debate sobre Sociobiología. No teníamos la intención de investigar el racismo científico. Sin embargo, las cuatro carpetas con la etiqueta “Rushton, John Philippe” llamaron nuestra atención. Y a la luz de la controversia iniciada por el artículo de opinión de Scientific American, esperamos compartirlos y brindar un contexto adicional para comprender el legado de Wilson y el legado más amplio del racismo científico.La correspondencia de Wilson con Rushton abarca varios años y, para estos investigadores, el tono de la misma parece la de un mentor para con su protegido, algo "conmovedor", afirman, aunque después uno se acuerda de las detestables doctrinas de Rushton y se te pasa.
El contenido de la correspondencia Wilson-Rushton
Estimado profesor Vanderwolf: Primera regla para alguien que se encuentra en un hoyo: deja de cavar. La University of Western Ontario está en un pozo profundo, al borde de violar la libertad académica de una manera que le dará una notoriedad de proporciones históricas.
Sin duda, usted y el profesor Cain han encontrado fallas en los escritos del profesor Rushton sobre la raza, pero algunos destacados especialistas en genética humana y psicología cognitiva los han juzgado sólidos y significativos.
También asegura que una encuesta "encontró que una gran minoría de especialistas en genética humana y pruebas cree en una base hereditaria parcial para las diferencias de coeficiente intelectual promedio entre negros y blancos". La carta es aún más sospechosa cuando Wilson decide utilizar como fuente a una organización de derecha, la National Association of Scholars (NAS), asegurando que uno de sus análisis "concluye que la libertad académica es el problema en este caso y que la libertad académica de Rushton está amenazada". Rushton agradeció a Wilson que aplacara a uno de sus "más duros críticos". Vanderwolf, por su parte, insistía que los ensayos de Rushton tergiversaban los datos y las pruebas en las que pretendía apoyarse.
Tal como admiten Farina y Gibbons:
Este intercambio no es lo que salvó la carrera de Rushton; por lo que podemos decir, fue intrascendente para la investigación. Pero es posible que la relación que se había desarrollado en la década anterior entre Rushton y Wilson contribuyó significativamente a establecer la credibilidad científica de Rushton, que usó con éxito para apelar los cargos de erudición poco ética de su institución y seguir siendo profesor titular por el resto de su la vida.
Pero esto apenas es el inicio de varias cartas. Otro caso comprometedor ocurrió en julio de 1989. Rushton recibió una evaluación del Presidente del Comité de Promoción y Permanencia (P&T), el Dr. Greg Moran, calificando su desempeño como “insatisfactorio”, porque "su desempeño general entre 1988-1989 estuvo por debajo del nivel mínimo aceptable para un miembro de la facultad en este departamento", y la razón para esta opinión aún cuando Rushton había hecho varias publicaciones en ese período: los miembros del comité compartieron la opinión unánime que "su trabajo sobre la base genética de las diferencias raciales es sustancialmente defectuoso y que su registro publicado indica serias deficiencias académicas". El 4 de abril de 1990, Ed Wilson escribió una carta defendiendo la veracidad de los datos publicados por Rushton como "sólidos, adaptados de una manera directa a partir de principios bien documentados de selección rK en biología", y la razón por la que no hay otros biólogos opinando sobre lo mismo, la "respuesta es el miedo a ser llamado racista, lo que es virtualmente una sentencia de muerte en la academia estadounidense [sic] si se toma en serio. Admito que yo mismo he tendido a evitar el tema de la obra de Rushton, por miedo." Wilson también mandó una carta al NAS, pidiendo que se concentraran en el caso de Rushton:
Por mucho que les guste, sus críticos [de Rushton] simplemente no podrán condenarlo por racismo, y llegará un día en que los más honestos lamentarán el día en que se unieron a este renacimiento izquierdista del macartismo.
La NAS, como Rushton reconocería al año siguiente en una carta de agradecimiento a Wilson, desempeñaría un importante papel en la continuidad dentro de la universidad y el que las investigaciones en su contra concluyeran sin ninguna consecuencia. Rushton, escriben Farina y Gibbons, siguió siendo profesor de psicología en la University of Western Ontario durante el resto de su carrera, lo que le dio credibilidad a la vez que recorría el país hablando con grupos de neonazis. Rushton jamás se cansó de agradecer el apoyo de Wilson, convencido de la relevante influencia del entomólogo en su triunfo.
Decir que los datos de Rushton sobre la base genética de las diferencias raciales son "sólidos" no parece ser el comentario de un científico ignorante y políticamente ingenuo, como intentan retratar sus defensores (como veremos más adelante), ni parece un comentario propio de alguien que en Nature habría publicado que no se había encontrado "ninguna justificación para el racismo en el estudio verdaderamente científico de la base biológica del comportamiento social." Acudir a un think tank derechista tampoco parece muy propio de un humanista liberal, como también lo fue.En otra carta dirigida al biólogo Bernard Davis (famoso por sus críticas a la acción afirmativa en las universidades y autor del término "falacia moralista"), pidiéndole que apoyara a Rushton, Wilson afirma:
Rushton está rompiendo el tabú y es posible que, después de una espeluznante persecución, finalmente se salga con la suya. La discusión libre, que permita nuevas ideas y la liberación de tensiones, puede ser posible en los próximos diez años.
Farina y Gibbons también comentan que entre la correspondencia de Wilson no solo encontramos fraternas cartas con Rushton y Davis, sino también con otros realistas raciales, como Arthur Jensen y Richard Herrnstein. Los autores también comentan que el apoyo de Wilson a este tipo de académicos tan cuestionables parece haberse incrementado como respuesta al frente común de críticas que Richard Lewontin y Stephen Jay Gould lanzaban contra los racistas científicos y contra la sociobiología en general. En una carta a Davis, llama a Lewontin y Gould sus "antirracistas de izquierda favoritos" y aseguraba que "el antirracismo es el último refugio de los sinvergüenzas".
Las primeras reacciones: Jerry Coyne y Greg Mayer
La correspondencia es contundente: E. O. Wilson sí apoyó la carrera de realistas raciales, pero, ¿esto significa que Wilson también era un realista racial, y por tanto, un racista? Lo primero que se tenía que decir es que, a diferencia de McLemore, Farina y Gibbons habrían hecho un trabajo impecable donde se documentan pruebas de la complicidad de Wilson con Rushton y otros racistas científicos. Esto es justo lo que reconoce el biólogo evolutivo Jerry Coyne, uno de los primeros que también mostraron su indignación con el artículo de McLemore. Coyne parece dudar ahora sobre los reclamos por promover el racismo por parte de Wilson, aunque hace una acertada observación sobre el legado científico del difunto entomólogo:
Al final, entonces, ¿qué pienso de Wilson después de estas nuevas revelaciones, que definitivamente NO son un éxito? Pienso menos en él como persona. Si bien fue un excelente científico en casi todos los sentidos, se equivocó en el caso de Rushton. Se equivocó (y fue una tontería) al apoyar las ideas de Rushton, se equivocó al patrocinar artículos de Rushton y no fue lo suficientemente crítico con el racismo obsesivo de Rushton en un momento en que debería haberlo sido. ¿Wilson era un "racista"? Es difícil para mí responder esa pregunta, y todo lo que puedo decir ahora es "No estoy seguro". Preferiría aplazar el tratamiento de esa caracterización cargada hasta que más investigaciones revelen lo que dijo o escribió Wilson.
¿Debemos devaluar las ideas científicas de Wilson o su legado si trató favorablemente a un conocido racista? Ciertamente se puede reevaluar quién era Wilson como persona, pero yo diría que las verdaderas contribuciones de Wilson al campo -su trabajo sobre las hormigas, su trabajo de conservación, su popularización de la biología evolutiva y su promoción de un campo que estudia las bases evolutivas/genéticas del comportamiento animal- sí, todo eso es bueno. En general, dado que su vida me parece un bien neto, y su ciencia suele ser excelente (una advertencia: critiqué la tendencia a la selección de grupos de sus últimos años y escribí una reseña muy crítica de su libro Social Conquest of Earth), le honraría como científico.
Nunca está de más recordar que ninguno de los investigadores que han señalado estas relaciones tan cuestionables con racistas científicos por parte del padre de la sociobiología, creen que el legado científico de Ed Wilson sea menos que necesario y completamente relevante para entender gran parte de la biología (así como varias de sus controversias filosóficas y sociales) de la segunda mitad del siglo XX.
Opinión un poco más escéptica es la presentada por el matemático Greg Mayer, en el mismo enlace del blog de Coyne. Para Mayer, "lo que han podido encontrar [Farina y Gibbons] es poca cosa" y ofrece tres puntos principales para pensar esto. Primero, Mayer se concentra en los casos donde E. O. Wilson apadrinó un artículo de Rushton para PNAS (omite a su vez el otro artículo para la misma publicación, que Wilson rechazó apadrinar por temor a futuras críticas en su contra por racismo, tal como le hizo saber a Rushton). Mayer cree que el visto bueno de Wilson no fue exactamente por Rushton, sino por el coautor del paper, Charles Lumsden, quien a su vez fue coautor con Wilson de Genes, Mind and Culture (1981) y de Promethean Fire (1983):
En mi opinión, el factor motivador obvio en la presentación de este artículo a Wilson, y de la decisión favorable de Wilson como editor, es la participación de Lumsden, el importante colaborador junior de Wilson. Uno puede levantar una ceja acerca de enviar documentos a sus amigos, pero esta era la política de PNAS en ese momento. Si Wilson estaba interesado en ayudar a Lumsden o a Rushton (o a ambos) puede determinarse a partir del registro superviviente de documentos y correspondencia (y los recuerdos de Lumsden), pero al menos es prematuro juzgar esto con base en la evidencia proporcionada. Supongo que examinar la correspondencia mostrará que Wilson tuvo una relación de apoyo constante con Lumsden durante muchos años.
Sobre las cartas, Mayer lo explica de forma sencilla: "el contexto clave para el apoyo de Wilson a Rushton es la propia experiencia de Wilson con los intentos de silenciarlo y calificarlo de racista que se remonta a la publicación de Sociobiology en 1975." Según este matemático el caso se ve socavado en parte por la propia declaración de Farina y Gibbons que la carta que destacan era "en última instancia, intrascendente". Habría que decirle que, el hecho que al final de la historia, se presuponga la participación de Wilson como probablemente intrascendente, no dice nada sobre las intenciones ni lo que apoyaba Wilson sobre la defensa de Rushton. Mayer insiste:
Wilson claramente simpatizaría con alguien que piensa que existe una variabilidad genética en la población humana, y que Wilson cree que está siendo atacado por esa creencia.
El estudio adicional de los artículos de Wilson será revelador, pero Wilson ha expresado públicamente durante mucho tiempo su profunda angustia por los ataques, tanto verbales como físicos en un caso, que experimentó durante el apogeo de la controversia de Sociobiology Espero que su correspondencia privada esté repleta de referencias a estos eventos y sus disputas con Lewontin y Steve Gould.
Por último, Mayer nos recuerda que Wilson criticó conceptos como el de "subespecie" en zoología o el de raza geográfica:
Wilson estaba muy familiarizado con el concepto zoológico de subespecies porque pensaba que en realidad NO existían. Su artículo con WL Brown de 1953 en Systematic Zoology es un ataque clásico a toda la idea de subespecies. En términos generales, Wilson no creía que hubiera razas. Wilson claramente creía que había una variación genética interesante dentro y entre las poblaciones humanas (así como las de otras especies animales), pero no creía que estas variaciones estuvieran lo suficientemente estructuradas y concordantes como para permitir una identificación útil de los patrones geográficos generales. Pensó que se podían estudiar caracteres individuales, y estos podrían mostrar patrones geográficos, pero que los patrones eran discordantes entre los caracteres. (Enlace del original).
Así que Wilson, según esta explicación, estaría tan traumatizado con sus experiencias amargas por las reacciones contra la sociobiología, que defendería a cualquier impostor intelectual que se viera presionado por los mismos que lo presionaron a él, siempre en nombre de la libertad académica. La "hipótesis de la ingenuidad" se vería reforzada por el hecho que Wilson jamás mostró actitudes ni tesis racistas en sus libros, artículos ni presentaciones. Esta será una explicación similar presentada por colegas cercanos a él, aunque otros se mostraron más decepcionados, como la presidenta de la Fundación E. O. Wilson para la Diversidad.
La declaración de la Fundación E. O. Wilson
La Fundación EO Wilson para la Biodiversidad, su Junta Directiva y personal rechazan el apoyo del profesor Wilson a Rushton. Reconocemos los efectos insidiosos del racismo sistémico. Tal racismo estructural, ya sea que opere intencionalmente o no, otorga ventajas injustas basadas en la raza y efectos nocivos, incluso maliciosos, en los demás. La aparente defensa del profesor Wilson de la línea de investigación de Rushton sin examinar las implicaciones del daño que podría causar a las personas es uno de esos efectos.
La Fundación EO Wilson para la Diversidad no aprueba ni apoya el racismo, en ninguna forma, ni lo tolera por parte del personal, socios y contratistas. Reconocemos que siglos de racismo, violencia, discriminación y marginación, incluso en las ciencias, han obstruido la participación de personas negras, latinas, indígenas y asiáticas y comunidades de color en la conservación y en otros lugares, y nos comprometemos a ser parte de romper este ciclo.El mensaje, firmado por la presidenta de la fundación, Paula J. Erlich, dejaba pocas dudas sobre el reprobable actuar de Wilson en la investigación contra Rushton. La declaración no fue bien recibida por quienes defendieron desde un inicio a Wilson. Michael Shermer, por ejemplo, lanzó un tweet furioso:
Tal vez deberían investigar un poco antes de doblegarse ante la chusma woke con la esperanza de salvar sus puestos de trabajo. Cobardes sin carácter; y están equivocados.
Sobra decir que el mensaje de Shermer da por hecho que la fundación no conoce o no sabe investigar, que se han doblegado ante un grupo imaginado por el propio Shermer (la "chusma woke"), ya que el mensaje de la fundación hace explícita referencia al artículo de Farina y Gibbons, quienes hicieron un trabajo de investigación documental, que nada tiene que ver con ataques ideológicos. Por supuesto, los detractores del artículo mencionan que fue publicado en Science for the People, una publicación de orientación marxista, famosa por ser la principal fuente de ataques contra la sociobiología durante los años más intensos del debate sobre esta disciplina. No es sorprendente que esta revista se uniera a la renovada controversia sobre las opiniones de Wilson sobre la raza, pero termina siendo irrelevante si las correspondencia sí revela apoyos explícitos a las teorías raciales de Rushton.
Después de las polémicas, el 18 de abril Erlich editó y amplió la declaración de la fundación, moderando el tono y ofreciendo una de las citas de Wilson que se encuentra en Sobre la naturaleza humana (2004):
la mayoría de los científicos han reconocido durante mucho tiempo que es un ejercicio inútil tratar de definir razas humanas discretas. Tales entidades de hecho no existen. De igual importancia, la descripción de la variación geográfica en un rasgo u otro por parte de un biólogo o antropólogo o cualquier otra persona, no debe llevar consigo juicios de valor sobre el valor de las características definidas.
Esto, sin embargo, no significa una retractación, y como asegura en su nota a pie, "la Fundación EO Wilson para la Biodiversidad ha revisado la correspondencia desde la publicación de nuestra declaración en febrero, y nuestra posición no ha cambiado. Continuaremos examinando y reflexionando sobre la oportunidad de demostrar nuestros valores mientras llevamos a cabo nuestra misión."
¿Vigilantismo científico? La respuesta de Bert Hölldobler
Bert Hölldobler junto a E. O. Wilson. |
Cuatro días después de la publicación del artículo de Farina y Gibbons en Science for the People, los historiadores de la ciencia Mark Borrello y David Sepkoski publicaron su aporte original al asunto en The New York Review of Books, con un artículo de título bastate sugerente: "Ideology as Biology", lo que a su vez recuerda al libro de Dick Lewontin, Biology as Ideology (1991), que no parece coincidencia. Aunque parece que, en un inicio, el artículo de Borrello y Sepkoski fue (más o menos) opacado por el de Farina y Gibbons, no pasó mucho tiempo desapercibido, especialmente por uno de los que más se han desgarrado las vestiduras a lo largo de esta renovada polémica: el ya citado editor de la revista Skeptic, Michael Shermer.
Con el fallecimiento de Wilson, Skeptic no publicó uno, sino dos tributos a Wilson, uno del psicólogo Frank Sulloway y otro del biólogo Mark Moffett (ambos pupilos del difunto entomólogo), junto a una entrevista a Wilson realizada en 1998 por Frank Miele para la misma revista. Después de las publicaciones de Science for the People y del New York Review, Shermer buscó que los "aliados" de Wilson hablaran en favor de su colega muerto, incapaz de defenderse de estos nuevos escritos, que consideró como ataques difamatorios (lo que ha recalcado varias veces). El más importante en responder al llamado de Shermer fue el entomólogo y coautor de varias de las obras de Wilson, Bert Hölldobler. Shermer también haría una respuesta amplia, especialmente después de un agrio intercambio de tweets con David Sepkoski, aunque todo esto lo revisaremos con más atención en otra ocasión, junto al artículo del New York Review (spoiler: parece que Shermer ha quedado muy mal parado). Por el momento, nos concentraremos en la respuesta de Hölldobler, quien la publicó en un artículo tan sugerente como el de Borrello y Sepkoski: "Self-Righteous Vigilantism in Science".
Usando como título la misma acusación que Wilson usó de "vigilantismo farisaico" contra sus críticos, hay que admitir que Hölldobler tiene buenos argumentos contra el caso más extremo (y lamentable para quienes admiramos a Wilson), en donde el difunto entomólogo sería un supremacista blanco. No parece ser el caso, y Hölldobler lo argumenta así (desde la experiencia de años hasta citas contundentes):*En todos sus años de trabajo junto a Wilson, nunca escuchó afirmaciones racistas de parte de su colega muerto. Sobre Rushton (el psicólogo supremacista al que el autor de Sociobiology le prestó apoyo en momentos de crisis), Wilson nunca lo citó en ninguna obra y tampoco lo mencionó jamás frente a Hölldobler, lo que le sugiere que no tomaba en serio su trabajo o lo ignoraba por completo.
*Wilson ya había sido acusado de racismo o, al menos, se había enfrentado a acusaciones que ligaban el determinismo biológico (inherente a la sociobiología) con el racismo, y lo había hecho de forma magistral, exponiendo la "trampa peligrosa de la sociobiología" de la falacia naturalista (confundir el "es" con el "deber ser"), que los sociobiólogos debían evitar a partir de una constante vigilancia en su propio trabajo.
*Hölldobler además cita a quien fue el principal detractor de Wilson, Richard Lewontin, asegurando nada menos que:
La sociobiología no es una doctrina racista, pero cualquier tipo de determinismo genético puede y alimenta otros tipos, incluida la creencia de que algunas razas son superiores a otras. Sin embargo, esto está muy lejos de la intuición de Wilson. Debido a que Wilson se preocupa por los universales de la naturaleza humana, su punto principal es que todos somos iguales.
*Quizás el mejor argumento sea el conjunto de citas de E. O. Wilson en sus obras, hablando sobre el asunto del racismo, como esta: "La mayoría de los científicos han reconocido durante mucho tiempo que es un ejercicio inútil tratar de definir razas humanas discretas. Tales entidades de hecho no existen."
Si Wilson no fue un racista ni tampoco apoyaba ideas semejantes, ¿por qué apoyó y recomendó en su momento a un reconocido supermacista y realista racial como Philip Rushton? En opinión de Hölldobler, todo se reduce al trauma de Wilson sufrido por las múltiples (y en ocasiones, violentas) críticas contra su persona al ser acusado de racista por sostener la sociobiología humana:
Habiendo mirado ahora el trabajo de Rushton con mayor atención, es claro para mí que Ed no pudo haber puesto mucho escrutinio al trabajo de Rushton sino que estaba motivado por la impresión que obtuvo de la propia descripción de Rushton de su situación, a saber, que él estaba siendo perseguido por ideólogos de extrema izquierda, como lo había sido el propio Wilson después de la publicación de Sociobiology. Tenga en cuenta también que Rushton tenía sólidas credenciales académicas como ex becario John Simon Guggenheim y miembro de la Sociedad Canadiense de Psicología. Sin embargo, la recomendación de Ed de un manuscrito enviado por Rushton a la revista Ethology and Sociobiology, en el que Rushton aplicó erróneamente el modelo de selección r/K de Wilson, fue en mi opinión un grave error de juicio. Cuando Wilson alentó a Rushton a seguir esta línea de investigación y le aconsejó que no se desanimara, advirtiéndole en un momento que "todo el asunto se vería empañado por cargos personales de racismo hasta el punto de que la discusión racional sería casi imposible", supongo que la respuesta de Wilson estuvo teñida por su propia y dolorosa experiencia y decisión de continuar con su trabajo a pesar de los ataques viciosos de Science for the People, en lugar de un examen en profundidad del artículo de Rushton. Si pudiéramos preguntarle a Ed hoy, estoy seguro de que diría: "Cometí un error, me equivoqué". ¡Pero un error de juicio al revisar un artículo para una revista no convierte a Ed Wilson en un racista o en un promotor de la ciencia racial!
Vale la pena detenerse en esta hipótesis: primero, por el lado bueno, es una hipótesis que parece ser consistente con el resto de argumentos y conocimientos que tenemos sobre el pensamiento de Wilson (similar a lo que adelantaba Greg Mayer), además que se trata de la interpretación más benevolente que se puede dar (Wilson estaba evidentemente sesgado por su propia experiencia, así que se olvidó de ser científico y se volvió promotor de Rushton solo porque estaba viviendo una situación similar a la suya, aunque nunca se detuvo a analizar si en su caso, las acusaciones de racismo estaban justificadas realmente). Por otro lado, es básicamente una disculpa rápida a Wilson, buscando que el tema quede zanjado, y en parte basados en evidencia anecdótica y en dar por hecho que el testigo (Bert Hölldobler) dice la verdad, aunque no lo podamos demostrar del todo (la mayoría de los argumentos expuestos, a lo mucho, son circunstanciales y no demuestran la verdad de esta hipótesis).
Aún así, me parece, es un caso relativamente sólido, y acaba haciendo una de las defensas mejor argumentadas en favor de Wilson. Michael Shermer buscaría complementarla con un aporte personal, así como con la publicación de una carta del antropólogo Melvin Konner complementando el comentario de Hölldobler. Pero ni Hölldobler, y mucho menos Shermer, zanjaron el debate, y la crítica no se hizo esperar. El historiador David Sepkoski no quedó convencido de las afirmaciones de Hölldobler por tratar de forma superficial lo que él y Borrello expusieron por un lado, y por otro, el agrio intercambio con Shermer continuaría, acusándose mutuamente de estar sesgados y calumniando.
* "More accusations that E. O. Wilson was a racist", por Jerry Coyne y postfacio por Greg Mayer, en su blog Why Evolution is True.
* "Was the Great Scientist E. O. Wilson a Racist? NO!", por Michael Shermer, en su blog en Substack, Skeptic.
Nadie ha llamado a cancelar a SciAm. Simplemente, a uno le gusta publicar en revistas que no se hayan convertido en una mierda.
ResponderEliminarAjá, y por eso tenemos estos comentarios:
EliminarAaronson: De todos modos, en respuesta a la difamación de Wilson por parte de Scientific American, escribí en mi Facebook que no volveré a aceptar escribir para ellos ni ser entrevistado por ellos... a menos que y hasta que haya un cambio completo de dirección editorial. Animo a todos los demás científicos a comprometerse de la misma manera, haciendo así público que la entidad que ahora se llama a sí misma "Scientific American" tiene la misma relación con la legendaria casa de Martin Gardner que un cadáver con un ser vivo.
Jogalekar: A mis pocos amigos y colegas que todavía escriben en la revista y cuyas opiniones sigo respetando, me gustaría preguntarles: ¿Por qué? ¿Merece la pena seguir escribiendo en una revista que ha sacrificado los hechos y la voz liberal de la ciencia real en el altar de la ideología política y el maquillaje? ¿Qué hace falta para que no digas más? Como diría Oscar Wilde, un error como éste es un error, dos parecen más bien un descuido; en la lista de los últimos años, éste es el "error" 100+, lo que indica que ahora es una política oficialmente aprobada. ¿Cree usted que el hecho de ser una persona con información privilegiada le permitirá salvar la reputación de la revista? Si piensa así, no es diferente de los uno o dos republicanos moderados que piensan que todavía pueden salvar el otrora gran partido de Lincoln y Eisenhower. Tanto el GOP como Scientific American están más allá de la redención desde mi punto de vista. Salgan, comiencen su propia revista o únanse a otra, una que realmente respete las voces liberales y diversas y los hechos científicos; aplaudamos por ello. Te mereces algo mejor, el mundo se merece algo mejor. Y la memoria de Ed Wilson seguro que se merece algo mejor.