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lunes, 12 de febrero de 2024

#DíaDeDarwin El creacionista honesto: el caso de Darwin

El título tal vez parecerá una broma para quienes hayan tenido el disgusto de "debatir" con creacionistas. Ya sea que lo hayan hecho desde la computadora o frente a su puerta con un par de misioneras de faldas largas, las estrategias y argumentos creacionistas siguen siendo, en esencia, los mismos que antes que apareciera la teoría de la selección natural en el terreno científico. Sí, desde antes ya eran básicamente los mismos argumentos. Charles Darwin los había adoptado de la teología natural durante su juventud, Jean-Baptiste de Lamarck los había combatido en su Filosofía zoológica (1809) y David Hume los había cuestionado en sus Diálogos sobre la religión natural (1779), y así podríamos seguir retrocediendo en la historia, encontrándonos con eruditos tratados de filosofía y teología (entre más atrás en el tiempo, más indistinguible se vuelve un campo del otro) que ya hablan de los organismos como máquinas. Y si son máquinas, no pueden haberse creado a sí mismas, según nuestra propia experiencia en creación de máquinas. Por lo tanto, alguien las tuvo que haber creado, y dada la cantidad y "perfección" en el funcionamiento y lugar que ocupan en el mundo, sería innegable que ese "alguien" es de una inteligencia sobrehumana. Ese "alguien" lo llamamos Dios, por lo tanto, Dios existe.

¿Cómo podríamos pensar que alguien intelectualmente honesto (consigo mismo y con los demás) podría seguir creyendo en la validez de este tipo de razonamientos después de, entre tantos otros, Hume, Lamarck y sobre todo Darwin? Tal vez, se podría argumentar, los creacionistas actuales no son conscientes de la historia del creacionismo. Hay que tener en cuenta que por "creacionismo" nos podemos estar refiriendo a toda una ontología (o visión del mundo), una pseudociencia (o la forma más conocida de negacionismo de la ciencia) o a un conjunto de argumentos, y aunque están relacionados entre sí, no siempre es fácil de diferenciar una de otra. 

Pero eso no parece tan convincente. Por ejemplo, el teólogo (que no filósofo, no me cansaré de repetirlo) William Lane Craig asegura que el problema con el diseño inteligente es que algunos, como los proponentes del creacionismo del diseño inteligente mismo, piensan en éste como una hipótesis o teoría alternativa a la ciencia, cuando en realidad se trataría de una "inferencia filosófica". No hay que olvidar que Craig en el pasado también ha defendido el diseño inteligente, admitiendo primero que no sabe "si una inferencia de diseño en el campo de la biología está justificada", pero al menos sabe que "los argumentos típicos contra el Diseño Inteligente son, en el mejor de los casos, no concluyentes o, en el peor, falaces". Craig no es un creacionista que ignore la historia del creacionismo (ni la de la biología evolutiva), pero aún así, mantiene un razonamiento prácticamente indistinguible de los manejados por los creacionistas antes y después de Darwin (eso sí, más sofisticado que la mayoría de ellos).

domingo, 12 de febrero de 2023

#DíaDeDarwin: ¿Ha fracasado el diseño inteligente? Parece que sí (aunque aún hay algo que preocupa)



Ya estamos de nuevo en el Día de Darwin, recordando el natalicio del naturalista y padre de la biología evolutiva Charles Darwin, así como para reflexionar su mayor aporte al entendimiento: la teoría de la selección natural. La resistencia ideológica a esta teoría de la evolución tiene una historia tan larga como la propia teoría evolutiva, y la resistencia ideológica que se hace pasar por resistencia científica, el diseño inteligente, aunque es una estrategia relativamente reciente, ha mantenido la misma preocupación que su variante abiertamente ideológica (religiosa) para la educación y la cultura científica. Aunque hay algunas señales del estancamiento y abierto fracaso político del diseño inteligente (y del creacionismo en general), aún hay algo que me inquieta. Dejemos la inquietud para el final. 

A principios del mes pasado, el biólogo evolutivo Jerry Coyne publicó un interesante artículo titulado "Intelligent Design nearly down the drain", donde asegura que el diseño inteligente ha fracaso, si tomamos como referencia al manifiesto del Discovery Institute (la mayor asociación promotora de esta variante del creacionismo), el "Wedge Document" o estrategia Wedge, publicado en 1998, donde se explicaban la visión de esta asociación creacionista a 5 y 20 años en el futuro (negritas del artículo de Coyne):

sábado, 12 de febrero de 2022

#DíaDeDarwin: E. O. Wilson, la biología y el racismo científico (parte I)

Un día como hoy, pero de hace 213 años, nacía Charles Darwin, quien fuera uno de los más grandes científicos (sino es que el más grande) de todos los tiempos. Usualmente, el Día de Darwin sirve como un homenaje al padre de la biología evolutiva, así como una excusa para la promoción de la biología evolutiva, con un número considerable de eventos divulgativos para explicar cosas como qué es la selección natural, la evolución humana o cómo la teoría evolutiva entra en el complejos conflictos epistemológicos, como los de creación vs evolución, ciencia vs religión, razón vs fe o materialismo vs espiritualismo. Pero creo que también es un buen momento para recordar algunas lecciones espinosas de la historia de la biología, y para comentar controversias recientes relacionadas. Una de esas espinosas lecciones es el racismo científico

Es por eso que hoy aprovecharemos para comentar en extenso sobre la última controversia del recientemente fallecido entomólogo Edward O. Wilson, uno de los autores más controvertidos en la biología de la segunda mitad del siglo XX, tanto por sus diversas reflexiones (por ejemplo, su idea que los buenos científicos deben ser semianalfabetas matemáticos), como por ser el fundador de la sociobiología, una disciplina que encendió las alarmas contra el determinismo biológico allá por los 70's y 80's. Siendo el entomólogo más prestigioso del mundo, uno de los más hábiles divulgadores científicos y un gran activista ambiental, Wilson se ganó el respeto y admiración de millones de amantes de la ciencia, entre ellos, muchos escépticos científicos. Sin embargo, luego de su fallecimiento en diciembre pasado, a la edad de 92 años, la polémica revivió por un artículo en Scientific American (SciAm) que invitaba a evaluar su "complicado legado" por sus ideas presuntamente racistas.

El artículo fue mal recibido, calificado de estúpido, indignó a científicos destacados, e incluso fue la gota que colmó el vaso para muchos, quienes incluso llamaron a la comunidad científica para no volver escribir en SciAm. Ciertamente, el artículo fue muy malo (hoy el artículo solo lo pueden ver quienes están suscritos a la revista), pero una nueva investigación parece aportar pruebas de una de las partes más oscuras del legado de Wilson: su apoyo a conocidos "realistas raciales" y el papel que tuvo este entomólogo en el ascenso de ese tipo de autores.

viernes, 12 de febrero de 2021

#DíaDeDarwin: ¿Y si Nessie es una tortuga?

Representación de la hipotética "plesiotortuga", por Thomas Finley.
Ya es el Día de Darwin, y como es costumbre en este blog, lo festejamos con una entrada relacionada con la evolución, solo que esta vez, esa relación es más especulativa (quizás demasiado). En esta ocasión toca hablar nuevamente de uno de esos mitos que se niegan a morir.  Desde mediados de enero los periódicos han estado notificando sobre un "prestigioso científico afirma haber resuelto el misterio del Lago Ness". Nos dicen que el investigador profesional ha publicado en una revista revisada por pares su innovadora teoría que pondría fin al debate sobre el querido monstruo del Lago Ness: en realidad, es una tortuga prehistórica gigante. El artículo que trae a los medios vueltos locos se titula "Loch Ness Monster as Cryptid (Presently Unknown) Sea Turtles", publicado en marzo del 2020 (!), por Henry Bauer.

Hay varios puntos cuestionables en toda esta historia: ni el científico en cuestión ni la revista donde publica su idea son muy prestigiosos realmente, y su innovadora explicación en realidad es tan vieja como el propio fenómeno Nessie. Aún así, este nuevo artículo presenta puntos que ameritan ser comentados, por no mencionar ya que hay aquí claras señales de un mal desempeño por parte de los medios de comunicación que han estado anunciando en estos días este trabajo como si fuera una gran novedad, o como si fuera la confirmación científica del mítico Nessie.

martes, 12 de febrero de 2019

Día de Darwin: una charla con Roberto Díaz: "En la paleontología contamos con realidades inverosímiles a las cuales tenemos que aprender a sacarle jugo"


Biólogo, paleontólogo y divulgador youtuber
de la ciencia, Roberto Díaz nos platica
sobre el "oficio" del divulgador y los retos sociales
a los que se enfrenta la paleontología en México.
Lo prometido es deuda, y como ya había comentado, estoy de regreso en mi blog, su blog. Debo admitir que el "mes sabático" en el que no publiqué nada me sentí muy tentado a venir y publicar sobre temas variados, que igualmente comenté brevemente por facebook. No se me ocurrió mejor manera de regresar que cumpliendo con una de las promesas para este blog: entrevistar a algunos de los científicos, filósofos y otras personalidades que actualmente luchan por producir, esclarecer, divulgar y educar con conocimiento científico y escepticismo.

Las entrevistas irán apareciendo (según tengo planeado) cada dos meses, aproximadamente. Hoy, como bien sabemos, celebramos el natalicio de Charles Darwin, padre de biología evolutiva y uno de los más grandes científicos de la historia que, como todos los grandes científicos, sus ideas a menudo no son correctamente comprendidas. En esta ocasión, y con motivo del Día de Darwin, les presento la entrevista que le hice al paleontólogo mexicano Roberto Díaz Sibaja quien, como suelo mencionar en redes sociales, es mi "paleontólogo de cabecera", pues sus artículos y videos de divulgación son de referencia casi obligada para los fanáticos hispanoparlantes de los dinosaurios y del mundo prehistórico en general.

lunes, 12 de febrero de 2018

Día de Darwin: la biotecnología y sus demonios (ideológicos) o una más sobre la tecnofobia de Álvarez-Buylla*

Hoy es 12 de febrero y como de costumbre celebramos en este espacio el Día de Darwin con un artículo especial (aquí puede ver los especiales de 2012, 2013, 2016 y 2017) relacionado al legado de este gran científico y humanista. Si en el pasado hemos mencionado a los antidarwinistas y creacionistas, esta vez toca el turno de hablar sobre los mitos entorno de una de las ramas de la tecnología y la ciencia aplicada más prometedoras y brillantes, pero más atacadas sin razones verdaderas: la biotecnología, y más en específico, la creación, producción y consumo de organismos transgénicos.

En México, además de hablar de los mismos argumentos anti-trasngénicos de siempre, los tecnófobos invocan también la tradición, el milenarismo y la biodiversidad de ciertas plantas como el maíz (una riqueza biocultural y patrimonio cultural) para asegurar que los transgénicos no son necesarios, y por tanto el gobierno de la nación debería prescindir de ellos y/o prohibir su consumo (cuando eres activista anti-transgénicos la lógica sale sobrando). Quizás no haya mayor vocera de la tecnofobia alarmista en nuestro país que la doctora Elena Álvarez-Buylla (de quien ya habíamos comentado por aquí), quien ha sido denunciada por atacar ideológicamente a la ciencia por J. M. Mulet, Martín Bonfil Olivera y (de manera indirecta) por los miembros del Instituto de Biotecnología de la UNAM, los doctores Francisco G. Bolívar Zapata, Luis Herrera Estrella y Agustín López Munguía Canales.

En diciembre pasado se le otorgó a Álvarez-Buylla el Premio Nacional de Ciencias 2017 en la categoría de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales "por su aportación a la comprensión de la dispersión de los transgenes de las variedades nativas del maíz, y su contribución al entendimiento de la progresión del cáncer epitelial." La doctora no tardó mucho en aprovechar el momento en que cámaras y micrófonos estaban a su disposición para volver a despotricar contra la biotecnología, alegando que sus ataques son científicos y no ideológicos. Esta afirmación, basado en los argumentos falsos que esgrime la premiada bióloga y miembro fundador de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (que de compromiso científico tiene poco), no tiene sustento.

domingo, 12 de febrero de 2017

Día de Darwin: El creacionismo refutado por Darwin

Nos encontramos celebrando el Día de Darwin, y como cada año, aquí lo festejamos con un artículo sobre la vida y obra de uno de los más grandes científicos de la historia: el naturalista Charles Robert Darwin (aquí pueden ver los artículos del 2012, 2013 y 2016. Muy bien, lo confieso, no escribí nada aquí en 2014 y 2015). Su obra capital Sobre el origen de las especies por medio de selección natural, o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la existencia, o sencillamente, El origen de las especies, fue publicado (muy probablemente) un 24 de noviembre de 1859 por la editorial John Murray. De esta primera edición solo se puede encontrar en las colecciones de libros raros. Aunque existen varias reediciones modernas. La reproducción más popular de esta publicación en el siglo XX fue la edición facsimilar hecha por Ernst Mayr, prologada por él mismo y publicada en 1959 por Harvard University Press, según nos cuenta la historiadora de la ciencia, Janet Browne, en su bello librito La historia de El origen de las especies de Charles Darwin (2008). Pero la primera edición no fue la definitiva, y Darwin corrigió y aumentó su obra con el paso de los años.

jueves, 11 de febrero de 2016

Día de Darwin: Biofilosofía para festejar

La cara de Darwin al enterarse
de que será festejado leyendo
filosofía.


Debido a que sigo sin tener suficiente tiempo como para estar por aquí tan seguido como quisiera, y dado que no quería dejar pasar el día de Darwin sin compartir algo con ustedes, les dejo aquí algunas lecturas que recomiendo sobre los temas más actuales en  filosofía de la biología (o biofilosofía, para los amigos).


martes, 12 de febrero de 2013

Día de Darwin: el primer antidarwinista


Primero que nada...
¡FELIZ DÍA DE DARWIN!

Ahora sí..

El debate entre ideas opuestas ha sido parte de la civilización desde sus inicios. Sin embargo, pocas ideas han trascendido tanto en la historia como lo ha hecho la evolución. Y es que no solo revolucionó las ciencias naturales, sino que provocó una sacudida mental a la ética, la filosofía, la política, la religión y a la cultura en general.

Un día como hoy, pero de 1809 nació la mente que causaría esta increíble revolución, tal vez, la más importante del siglo XIX: Charles Robert Darwin. El gran naturalista (reconocido como uno de los grandes genios de la ciencia, comparable con mentes como Galileo, Newton y Einstein), durante su juventud disfrutó de las enseñanzas escritas que había dejado el teólogo William Paley sobre cómo la naturaleza demostraba la existencia de Dios.

Paley bautizó su apología como teología natural. Para Darwin, esta doctrina dejaba muy en claro por qué el mundo natural es bello y complejo, a la vez cómo esta belleza era la obra indiscutible de un creador. El más famoso argumento de Paley es el argumento del relojero; según este, la vida es análoga a una maquina como un reloj. Si uno encontrara un reloj de bolsillo en una pradera, lo último que alguien pensaría sería que éste llegó a existir por casualidad, de forma espontanea y sin ningún relojero que lo creara. Forzosamente tendríamos que concluir que ese reloj es una maquina demasiado compleja como para haber surgido de la nada, y tuvo que haber tenido un creador para existir. Del mismo modo, la vida es demasiado compleja como para haber surgido de la nada y sin ningún creador. Por tanto, la vida tuvo un creador, y ese creador no pudo haber sido otro más que el Dios bíblico. Por tanto, Dios existe.

La teología natural puede verse como el fundamento filosófico
del actual creacionismo del diseño inteligente.
La bella retórica de Paley cautivó al joven Darwin, y muy probablemente influyó en su decisión de volverse naturalista. Sin embargo, Darwin como hombre de ciencia, y a lo largo del tiempo en que formuló su genial idea dentro de su mente, se dio cuenta que la teología natural, aunque bella, estaba equivocada. Comparar la vida con una maquina era solamente una falsa analogía. El proceso por el cual ha pasado la vida durante millones de años es un proceso que prescinde por completo de algún guía o algún diseñador.

Algunas décadas después del viaje en el Beagle, Darwin publicaría su obra magna: Sobre el Origen de las Especies por medio de Selección Natural, o la Lucha por la Existencia. El libro contenía una increíble cantidad de datos sobre naturalismo; una increíble información sobre agricultura, ganadería, entomología, botánica y algo de las entonces nuevas ciencias de la geología y la paleontología. Mostrado con elegancia y coherencia, los datos que mostraba El Origen de las Especies buscaban ser el fundamento de la tesis principal: los organismos vivos actuales, descienden de organismo más antiguos, en su mayoría extintos en la actualidad. Todos los organismos vivos tienen ancestros, y toda la vida tiene un ancestro en común y a lo largo de millones de años la vida se ramificó como un enorme árbol. El mecanismo por el cual todo esto ocurrió (y aun ocurre) lo llamo selección natural.

La selección natural, nos dice, es el mecanismo por el cual se preservan los rasgos favorables de las especies, mientras que los desfavorables o inútiles se eliminan con el paso del tiempo. Así especies adaptadas a ciertos ambientes y ciertas formas de vida pueden sobrevivir con rasgos que favorezcan su existencia o extinguirse si no se adaptan al medio y al cambio.

Darwin sabia que asegurar lo anterior era un asunto tabú, incluso dentro de los círculos académicos. Aunque ya existían posturas evolucionistas (como las ideas de Lamarck o de Erasmus Darwin), y un alto grado de escepticismo sobre el relato bíblico del Génesis, la idea de que existe un mecanismo en la naturaleza que no es guiado por ningún dios y que es el responsable de la existencia de la diversidad biológica, era demasiado escandaloso.

Darwin se aseguró de guardar silencio por años, hasta tener una buena cantidad de información y pruebas que mostrara a la selección natural como una auténtica hipótesis científica. De este modo luego de un largo tiempo de espera y siendo un resumen algo apresurado, se publicó El Origen de las Especies el 24 de noviembre de 1859.

Tal y como Darwin predijo, las críticas no se hicieron esperar. Sin embargo, algo que posiblemente no esperaba el naturalista, es que su teoría trascendiera el dialogo científico y llegara al diálogo político, ético y cultural. La teología natural había quedado atrás, ahora en los círculos científicos se debatía intensamente la teoría de la selección natural.

Un paleontólogo en específico sería el mayor atacante de la selección natural, a tal grado, que sería (hasta donde conozco) el primero en difundir una postura que hasta el día de hoy existe. Aquel paleontólogo no era otro que Richard Owen, y las ideas tan radicales que predicó llevan el nombre de antidarwinismo.
El legendario divulgador científico y escritor de ciencia ficción, Isaac Asimov, nos relata en la introducción de su ensayo Los Lagartos Terribles, que “entre los científicos hay bellacos, como en cualquier otro grupo”.

Richard Owen con un fósil de Moa.
Asimov nos cuenta que su candidato favorito para un puesto eminente en la “bellaquería científica” es Sir Richard Owen. “Fue el último de los ‘filósofos naturales’ de primer orden –nos dice Asimov sobre Owen-, que aceptaban las ideas místicas del naturalista alemán Lorenzo Oken. Creían ellos en el desarrollo evolutivo por vagas fuerzas internas, que guiaban a las criaturas hacia ciertas metas especiales.

Cuando en 1859 Charles Darwin publicó El Origen de las Especies, en que  presentaba pruebas de la evolución por selección natural, Owen quedó horrorizado. La selección natural, tal como la describía Darwin, era una fuerza ciega, que transformaba las especies actuando sobre variaciones casuales de los individuos.

Luego de esto, se desató una polémica, tal y como se desata en ciencia a la hora de poner a prueba una nueva teoría. La teoría, para ser considerada válida debe contar con evidencias que la respalden, sobreviviendo de este modo a las críticas que otros científicos puedan hacer. Y así fue como se trató a la selección natural, buscando sus evidencias extraordinarias ante tal afirmación extraordinaria.

Sin embargo, Owen buscaba destruir por completo las ideas de Darwin. “Owen escogió criticar el libro de Darwin en todos los diferentes artículos que logró publicar –continua narrando Asimov-. Eligió presentar anónimas esas recensiones, citando extensamente sus propios trabajos,  con exaltados elogios, para aparentar que los impugnadores eran muchos. Eligió dar un extracto nada fiel del contenido del libro, ridiculizándolo en vez de aducir objetivamente argumentos adversos. Y, aun peor, incitó a otros a atacar a Darwin, en forma venenosa y anticientífica, ante públicos profanos, proporcionándoles para ello información falsa.”

Darwin, ya sea por sus investigaciones o por su mal estado de salud, no solía enfrascarse en debates públicos. Si acaso, comentaba y respondía a reclamos por correspondencia. Richard Owen y Darwin intercambiaron algunas cartas discutiendo el tema de la evolución, y décadas antes de que se publicara El Origen de las Especies, Owen era uno de los paleontólogos que ayudó a Darwin a identificar los fósiles recolectados tras el viaje del Beagle.

Un dato curioso es que revelaciones posteriores por parte de Owen, demostraría que las criaturas extintas recolectadas por Darwin en su viaje (como armadillos y perezosos gigantes), estaban relacionadas  con las especies actuales de la misma zona, pero no descendían de estas, ni eran parientes de criaturas de similar tamaño en África, tal como Darwin creía.

Lo cierto es que, aunque aceptáramos la acusación que Asimov hace a Owen de ser un “…cobarde, maligno y despreciable”, también tenemos que aceptar (así como el propio Asimov acepta), que Richard Owen fue un gran científico, figura imposible de omitir en la historia de la paleontología.

Otro punto destacable es que, aunque podemos verlo como el primer científico antidarwinista, nunca fue un creacionista. Owen creía que los organismos biológicos surgen como resultado de algún tipo de proceso evolutivo. Para esto, creía que existían seis tipos de mecanismos: el desarrollo de la partenogénesis prolongado, parto prematuro, malformaciones congénitas, atrofia lamarckiana, hipertrofia lamarckiana y transmutación. De estos, la transmutación era el menos probable, según Owen.

Algunos historiadores de la ciencia argumentan que Owen abrazaba el evolucionismo, pero se alejó del asunto cuando en 1844 se publicó de forma anónima Vestigios de la Historia Natural de la Creación (décadas más tarde se sabría que fue obra del periodista y editor Robert Chambers), y con esto se desataría  un militante debate, una polémica sobre evolución y el origen de las especies vivas antes de que se publicara El Origen de las Especies.

Owen había demostrado una secuencia evolutiva del caballo a través de los fósiles  de estos equinos y sus antepasados. En 1852 descubrió las glándulas paratiroideas, al disecar un rinoceronte (no pasó mucho para que también se descubriera en el ser humano).

Pero el mayor éxito de Owen que lo haría saltar a la fama, se la debe a la creación de una palabra. Fue uno de los primeros en estudiar unos extraños fósiles bastante antiguos de lo que parecían ser gigantes monstruos. Fósiles de unos animales inexistentes por varios millones de años, que median hasta cinco veces más que el elefante vivo más grande conocido.

Los enormes esqueletos, reconstruidos por los restos fósiles, eran de una naturaleza netamente reptiliana. Por esta razón, Richard Owen los llamó “lagartos terribles”, “Dinosaurios” por su traducción en griego. Asimov nos dice de forma sarcástica que “realmente esos gigantescos reptiles antiguos tienen más cercano parentesco con los caimanes que con los lagartos; pero yo reconozco de ‘Dinocrocodilia’ hubiese sido un nombre inadmisible.  El nombre arraigó, y hoy yo estoy seguro de que muchos niños saben describir varios dinosaurios, aunque no sepan describir un hipopótamo, ni hayan visto un okapi.”

Los años pasaron; Owen continuó impartiendo tanto conferencias de paleontología como de antidarwinismo. El biólogo, y pupilo de Darwin, T.H. Huxley le haría frente ante los reclamos y debates sobre evolución humana y parentesco con otros primates. Owen, a pesar de ser un evolucionista, pensaba que el ser humano era un “algo aparte” en la naturaleza, es decir, no descendía ni tenía parentesco con los animales.

En sus intentos de desprestigio, Owen trató de manchar el nombre de Huxley por haber sido un defensor de la idea de que “el origen del hombre  es un mono transmutado”. Durante su carrera, Huxley hacia hincapié en que la anatomía comparada del ser humano con primates recién descubiertos como el gorila, demostraba el parentesco entre especies. Evidencia visual de la comparación entre el cerebro humano y el de los gorilas, por ejemplo, demostraba que no existían “estructuras faltantes” (como el hipocampo menor y el cuerno posterior), tal y como Owen aseguraba para probar que los monos no tenían nada que ver con los humanos. Huxley acusaría a Owen de perjurio y charlatanería por mentir en la evidencia.

Tiempo más tarde Owen reconocería que tales estructuras faltantes en realidad sí se encontraban en el cerebro de primates, aunque con menor desarrollo; pero que el tamaño de los cerebros primates (más pequeños que el cerebro humano), era un argumento para diferenciar a los humanos y los primates.
 Las afirmaciones y argumentos de Owen eran cada vez menos escuchadas, mientras que las conferencias de Huxley se volvían un éxito rotundo, dejando de lado al antidarwinismo y al creacionismo; mirando a los seres humanos como una especie de entre miles.

Algo que es interesante observar en el antidarwinismo de Owen es que no solo buscaba criticar la selección natural como teoría científica, sino que le molestaba la idea de que el ser humano, aun con su gran cerebro y su cultura única, fuera un animal. Este es el mismo sentimiento que imperó en el antidarwinismo a través de los años. No es en sí la idea de que la vida evoluciona y se adapta lo que molesta, sino el pensar que un ser tan “perfecto” como el humano haya pasado (y siga pasando) por el mismo mecanismo evolutivo por el cual especies “salvajes” han pasado.

¿Fósil de transición o
solo un "pájaro viejo"?
En enero de 1863 Owen compraría el fósil recién descubierto de Archaeopterix para el Museo Británico. El hallazgo demostraba una de las predicciones de Darwin, un “proto-pajaro” que mostraba características reptilianas (es decir, un fósil de transición), eran ciertas. Owen jamás admitió que el fósil fuera algo más que un pájaro muy antiguo.

Tal vez veamos a Richard Owen como el malo de la historia, pero hay que reconocer que, en gran medida, fueron los debates y críticas que mostró ante la teoría de Darwin lo que impulsó la investigación profunda y la divulgación de esta idea a un público hasta entonces ajeno a la ciencia. Un público que miraba a la ciencia como algo a parte, casi esotérico. Ahora el debate científico se convertía en un debate de interés social.
Darwin, al final de su vida confesaría que “solía ​​tener vergüenza de odiarlo tanto [a Richard Owen], pero ahora cuidadosamente acaricio mi odio y desprecio en los últimos días de mi vida”.

En la actualidad, el antidarwinismo sigue vivo, aunque principalmente avivado por el fundamentalismo del creacionismo y la pseudociencia del diseño inteligente. El antidarwinismo actual, muestra exactamente las mismas características del antidarwinismo de Owen de hace más de 150 años. Una postura dogmática, deshonesta y militante que ignora la evidencia con tal de preservar la creencia o la ideología dominante.
De la historia, estudios y argumentos de Owen tal vez haya que aprender, del antidarwinismo no.

Una vez más...


¡FELIZ DÍA DE DARWIN!


y...


¡Feliz cumpleaños Mamá!

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*Historia de El Origen de las Especies de Charles Darwin, de Janet Browne, Editorial Debate, México, 2008.


*El sitio web del Museo de Historia Natural de Londres ofrece una pequeña pero instructiva biografía de Richard Owen.

sábado, 11 de febrero de 2012

Día de Darwin: Mirando arañas

"Si deseas vivir y prosperar, deja ir a la araña con vida" Proverbio popular.


Con motivo de festejar este día, les presento una recopilación de imágenes del animal mas hermoso de todos (a mi juicio): las arañas.


Las arañas, con sus sentidos superdesarrollados de la vista (en unos casos) y del tacto (en otros, de hecho en la mayoría), hacen de estas pequeñas cazadoras un éxito de la selección natural detrás de los depredadores. Miles de especies de estos artrópodos de ocho patas comparten el mundo con nosotros, debajo de la mesa, en las cocheras, en grietas del patio y en las macetas de la abuela. Algunas son peligrosas para nosotros, como la bella viuda negra o la escurridiza araña violinista. Aún así, su letalidad no les quita belleza, sino al contrario, la aumenta.



Dicen que una imagen vale mas que mil palabras, así que espero estas imágenes valgan mas que un bicho de ocho ojos.


La araña pavorreal macho maratus volans, es una araña saltarina hermosa, que utiliza los colores brillantes para atraer pareja. Las hembras elijen a los machos mas vistosos, dando un vivo ejemplo de la selección sexual


La Tabuina varirata es una de las arañas saltarinas de mas reciente descubrimiento. Encontrada  en Nueva Guinea en una expedición de 2009, junto a otras 55 especies de distintos animales.


No, no me equivoqué de especie, esta es una foto de una araña. Existen unas 300 especies de 13 familias distintas de arañas que imitan hormigas, con el objetivo de acercarse a los hormigueros sin ser atacadas, y así disfrutar de un platillo de hormigas. Para esto, las arañas mimecomorfistas evolucionaron de una forma espectacular. Al alargar y constreñir su cefalotórax , logra la ilusión de una cabeza de hormiga separada de un tórax.


Entre las arañas saltarinas, existe un "Goliath" acechando todos los días: se trata de las arañas portia. Estas arañas no solo gozan de una excelente vista, sino que además son de los artrópodos mas inteligentes que existen, ya que son capaces de hacer mapas mentales y "estrategias" para atacar y tomar desapercibida a una de sus primas saltarinas. Se sabe de arañas portia que, imitando insectos, atraen a otros tipos de arañas para cazarlas. Con tamaño e inteligencia, las portia son el terror de las arañas cazadoras.


Nosotros como seres humanos, con miedos y prejuicios, hemos sido capaces de crear diversidad de mitos increíbles. Desde fantasmas hasta vampiros. Pero nadie, ni siquiera la menta mas creativa (o loca) se imaginaría que existe una araña vampiro, chupadora de sangre de animales vertebrados. La araña saltarina Evarcha culicivora, es una araña que se alimenta de sangre de aves y mamíferos, cazando mosquitos hembra que recién picaron a un vertebrado. Gracias a su sensacional visión es capaz de diferenciar un mosquito "lleno" de sangre entre un montón de mosquitos volando.
Las arañas anteriores son peligrosas y mortales, si y solo si eres del tamaño de una mosca. Pero ésta es una belleza de la cual hay que cuidarse. La viuda negra se caracteriza por su hermoso color negro brillante (indicador de alta toxicidad) y una marca en el abdomen con forma de reloj de arena rojo. El veneno de esta pequeña araña no mas grande que la uña de un dedo pulgar, es mucho mas tóxico que el de una serpiente de cascabel. Su tóxica mordida es una mezcla de neurotoxinas que atacan el sistema nervioso, provocando malestares y dolores. Las muertes asociadas a las viudas negras son extremadamente raras desde la invención del antídoto. Algo fascinante sobre su veneno, es que así como es eficaz para matar grillos (y a uno que otro humano), también podría ser de vital ayuda para la disfunción eréctil del hombre, pues nuevas investigaciones sugieren que fármacos derivados de este podrían ser los sustitutos del viagra.
Para muchos, de estar en el lugar del tipo que pone su mano, saldrían corriendo y gritando por semejante "animalón." Las arañas doradas se encuentran entre las arañas mas grandes del mundo, y son de las constructoras de redes mas fuertes que existen. Se ha documentado que arañas de este tipo lograron atrapar y matar aves y murciélagos en sus redes. Si uno busca en google o en youtube a las arañas doradas, seguramente encontrará videos de National Geographic o fotografías que muestran sus espectaculares hazañas. A pesar del susto de los aracnofóbicos, lo cierto es que estas arañas son totalmente inofensivas, y por demás hermosas obras de la evolución.
El género Laxosceles es uno de los mas mortales. Las arañas reclusa o también llamadas arañas violinistas, son arañas que no tejen redes (a diferencia de arañas como la viuda negra), que se encuentran en zonas boscosas y húmedas. La mordedura de una de estas pequeñas alimañas puede causar la amputación de un miembro debido a que sus toxinas destruyen el tejido. También se sabe de casos en que las víctimas de mordeduras sufren dolor crónico en la zona de la mordida por años. Los casos de muertes por estas arañas son muy raras.
Los biólogos y entomólogos suelen mirar con maravilla, y  hasta cariño,  a las arañas que estudian. Pero son pocos los estudiosos (y las personas cuerdas) que mirarían con cariño a una araña de tela de embudo de Sidney. Estas arañas, muy parecidas a las tarántulas, son quizás la especia mas agresiva y peligrosa de todo el mundo. Posee dos colmillos huecos con un veneno capaz de matar a un humano en menos de una hora, llamado atracotoxina. Sus colmillos, capaces de atravesar una bota de cuero, a menudo se entierran en los pies de descuidados australianos que se ponen sus zapatos sin antes revisarlos. Durante el verano, las llamadas a emergencias por mordidas de telas de embudo se vuelven demasiado frecuente, debido a que es la temporada de apareamiento de estas arañas. Múltiples estudios (de múltiples casos de mordidas) han demostrado que mas del 80% de las arañas que mordieron humanos, eran arañas macho que buscan hembras en el verano.
Esta es la peor pesadilla de un aracnofóbico: la tarántula Goliath es el arácnido mas grande del mundo, con un tamaño comparable al de un plato extendido de comida. Estas gigantes del mundo de las arañas son un manjar para los aldeanos del Amazonas, donde habitan; cuando los europeos descubrieron esta especie se sorprendieron de su comportamiento y de las víctimas que escoge: las aves. Así adquirió el nombre poético de "araña de las aves". Hoy en día forma parte de la lista de las mascotas exóticas mas comunes. Su veneno es similar al de una abeja, de modo que no causa gran daño, a menos que uno sea alérgico o que no se trate la mordida generando una infección.

Y con esto, solo me queda decir

¡¡¡Feliz cumpleaños Darwin!!!



¡¡¡Feliz cumpleaños mamá!!!



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*La sección dedicada a los arácnidos en el entomoblog.

*El Maravilloso Mundo de los Arácnidos, de Anita Hoffmann, Colección la Ciencia para Todos, CONACYT-FCE, México, 1993. 

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