Usualmente, cuando hablamos de pseudociencia y negacionismo, se suele hacer en el "marco" del (mal) llamado
Modelo Estándar de la Ciencia Social: la cultura y la educación de las personas pueden hacer que apoyen o rechacen la ciencia, sus valores, sus métodos y sus descubrimientos. Es por cuestiones sociales (en especial cuando ven confrontadas sus creencias, valores y estilos de vida) que las personas niegan el calentamiento global, la efectividad de las vacunas o la seguridad de los alimentos transgénicos. ¿Pero podría estar en nuestros genes la fórmula para combatir de forma exitosa el negacionismo, la conspiranoia y la posverdad? Así parece pensarlo el sociólogo y autor de
Knowledge Resistance (2019),
Mikael Klintman.
Su razonamiento parece basarse por completo en la psicología evolucionista, tal cual lo presenta (enlace del original):