miércoles, 12 de junio de 2019

Más malas noticias para los homeópatas

"¿Esto significa que el paper sospechoso ha sido declarado fraudulento? Pienso que sí. En cualquier caso: ¡Otra victoria de la razón sobre la sinrazón!"  Edzard Ernst.



Ay, la homeopatía. Esta definitivamente no es su época, y no solo lo digo porque es uno de los pseudotratamientos más denunciado por su claro anacronismo (originaria de lo tiempos en que aún se pensaba en términos de "fuerza vital", allá por inicios del siglo XIX), sino por su declive como negocio. Y es que, mire usted, si hacemos un recuento nada más del último años hasta nuestros días, los homeópatas solo han recibido malas noticias: en España, en abril del año pasado, se daba a conocer las nuevas regulaciones a las que se vería sometida la industria homeopática, donde los chochos ahora tendrán que pasar por pruebas de seguridad y calidad evaluados por la Agencia Española de Medicamentos; por las mismas fechas, la Organización Médica Colegial de España reclamaba al Ministerio de Sanidad para que ya no se vendiera homeopatía en las farmacias; en agosto del 2018 se dio a conocer también que el servicio de salud británico dejaría de financiar a la homeopatía, una noticia que sorprendió a muchos, ya que Inglaterra se había caracterizado por ser una firme defensora de esta pseudoterapia; en septiembre pasado se publicó un nuevo meta-análisis realizado por investigadores de la Homeopathy Research Institute de Londres, el cual, como los demás estudios, no encontró prueba de la efectividad de los tratamientos homeopáticos individualizados; en enero de este año, la Sociedad Farmacéutica de Australia instaba a que la homeopatía quedara fuera de los estantes de las farmacias, advirtiendo en contra de los chochos que "la salud pública se pone en riesgo si las personas eligen la homeopatía en lugar de los tratamientos que las pruebas demuestran que son seguros y efectivos".

Ante tanta pedrada, algunos homeópatas se han inventado la conspiranoia sobre un lobby anti-homeopatía empeñado en atacar a la pobre terapia de chochos por no sé qué intereses ocultos (una idea que, como se ha mostrado, no es más que humo para distraer a incautos de la realidad). Entonces, en septiembre del 2018 la revista Scientific Reports (open access de Nature Research) publicó un estudio que parecía dejar callados a los críticos de la homeopatía: "Ultra-diluted Toxicodendron pubescens attenuates pro-inflammatory cytokines and ROS- mediated neuropathic pain in rats", un estudio que encontraba efectos de un producto homeopático, el Toxicodendron pubescens o Rhus Tox, en ratas. El gusto les duró poco a quienes festejaron esta publicación (desinformando al asegurar que era la revista Nature la que publicaba y demostraba la efectividad de la homeopatía), pues se necesitó un mes de publicado para ser duramente cuestionado por la comunidad científica. Poco menos de un año después, Scientific Reports ha anunciado que se retracta y retira el artículo oficialmente, quedando descartado como prueba de cualquiera de las cosas que sus autores y sus difusores hayan asegurado. Este es solo otro bochornoso episodio para la homeopatía, cuyos practicantes que lo promovieron con bombo y platillo desde el año pasado tienen una de dos opciones: o continúan negándose a aceptar que el estudio puede ser considerado un ejemplo típico de fraude o aceptan que (otra vez) han quedado en ridículo a nivel internacional.

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