El terraplanismo es todo un fenómeno en internet. Como ya habíamos visto en otro lugar, esta moda anticientífica tiene poco más de un par de años de existencia, a pesar que cuenta con antecedentes populares en los siglos XIX y XX, propios de una historia tragico-cómica que muestra la máxima expresión de la irracionalidad y el analfabetismo científico, mezclado con la forma más extrema de efecto Dunning-Kruger que cualquiera pueda encontrar en el ciberespacio.
Mi facebookfriend, Lalo Hidalgo, ha realizado una tarea que para muchos de nosotros sería más que impensable: confrontar directamente a los terraplanistas en debates abiertos, soportando tontería tras tontería sobre la mega-conspiración satánico-judía-masónica mundial para ocultarnos la "verdad" sobre la forma aplanada de nuestro planeta único y detergente diferente. Lalo es administrador del grupo TERRAPLANISMO AVANZADO, un grupo con más de 3,000 miembros donde se pueden apreciar las más increíbles afirmaciones y maromas retóricas de terraplanistas convencidos de lo que aseguran, aún cuando se puede tratar de casos fáciles de refutar.
Lalo, piloto retirado y, como él dice, "escéptico hasta las chanclas", ha tenido sus encontronazos virtuales con todo tipo de magufos, pero el terraplanista es un caso especial, digno de estudio antropológico, tal como lo ha corroborado con su experiencia. Por Daniel Galarza Santiago.
Esta curiosa foto circula en redes con la leyenda: "El mejor disfraz de Halloween". Totalmente de acuerdo. |
Mis primeros contactos con los habitantes de Tierraplana se dieron hace un par de años, de manera por demás fortuita. Primero fueron algunas notas aisladas, después un enlace a una página en Facebook y al final un encuentro cercano – en Twitter – con el idiota de Oliver Ibáñez que no supe cómo interpretar (me bloqueó, para no variar). Como haya sido, aquello fue el inicio de un viaje por el surrealismo, la ignorancia, el resentimiento y, en ocasiones, la más franca de las estupideces.
El mundillo de los terraplanistas (a los que cariñosamente nos referimos como TP) está principalmente constreñido a las redes sociales como Facebook y Twitter, y a su plataforma favorita de divulgación de “información” terraplana: YouTube (aunque a veces los habitantes de Tierraplana se atreven a salir al mundo real y realizar reuniones y “convenciones”). El fenómeno es a tal grado peculiar que a las pocas – y poco concurridas – reuniones terraplanistas que se han llevado a cabo se les ha dado una gran difusión en los medios. No cabe duda: lo estrafalario llama la atención y vende noticias, aunque sea irrelevante.
Mi aventura empieza cuando un contacto en Facebook leyó un comentario mío al respecto de esta loca idea de que la Tierra es plana como un disco o una pizza y me recomendó entrar a un grupo que se dedica a confrontar a los terraplanistas en un tono de humor – a veces negro y a veces MUY negro – y que al no estar manejado por terraplanistas era más “digerible” que los grupos exclusivos. Allí todos son bienvenidos y el debate es fomentado.
Bueno, si hay algo a lo que no le hago caras es un buen debate y ni tardo ni perezoso solicité mi ingreso al grupo, seguro de que de algo podría servir mi participación, especialmente por mi experiencia como piloto de línea aérea y mi afición a las ciencias y la divulgación. Pobre iluso, no sabía lo que me esperaba ni en dónde me estaba metiendo.
Después de haber participado ya en un buen número de grupos y foros de diferentes índoles en internet, sé perfectamente bien que lo mejor es primero observar y no actuar hasta no estar familiarizado con la dinámica del grupo y los estilos de por lo menos los miembros más activos. Esperé varios días para meter mi cuchara y las reacciones no fueron exactamente lo que esperaba. Aun cuando aquellos que no comulgan con la idea del terraplanismo sí mostraron la sensatez que yo esperaba, las respuestas de los terraplanistas rompieron mis expectativas por la mitad. Ni una gota de sensatez, mentiras flagrantes y negación absoluta: una secta diseminada geográficamente pero reunida en el mismo lugar del ciberespacio. ¿Qué diablos estaba sucediendo?
En esos días había yo empezado a escribir lo que pensé que podría ser un pequeño ensayo acerca de la forma de pensar de los antivacunas y otros grupos de personas con creencias similares que aceptan y promueven terapias alternativas y fraudulentas como la homeopatía, el biomagnetismo o la nueva medicina germánica, por nombrar unas cuantas. Pensaba que con la experiencia adquirida interactuando con estas personas desde hace ya un buen tiempo tendría suficiente material para mi ensayito, pero al rato de participar en el grupo de terraplanismo, me di cuenta de que tenía mucho que aprender todavía, y me metí de lleno. Mi ensayo tendría que esperar.
Para ser honesto, mi incursión en Tierraplana ha sido de lo más fructífera, por varias razones. Me ha empujado a refrescar mis conocimientos en temas de aeronáutica, física, geología, geografía, astronáutica y astronomía, y además he aprendido mucho acerca de esos y otros temas. He tenido que investigar y leer acerca de temas de los que no tenía la más remota idea de su existencia, todo con tal de tener elementos para refutar los “argumentos” que los terraplanistas presentan de vez en cuando.
También he afilado un poco mis habilidades de expresión escrita y de síntesis, y mi detección del sarcasmo, aunque este ambiente es tan extraño que la misma ley de Poe a veces deja de operar, tal vez ya sea tiempo de revisarla y establecer otra que aplique en estos niveles. Algo así como la mecánica clásica de Newton y la relatividad de Einstein, porque esto sí que está a otro nivel.
Otro beneficio de interactuar con los terraplanistas ha sido que me han permitido complementar e incluso confirmar las premisas de mi ensayo, y refinar mis conocimientos del tema. Sus posturas son tan extremas y tan variadas que cualquier antropólogo social podría pasar el resto de su vida estudiándolos sin problema.
Para aquellos de ustedes que no estén familiarizados con el concepto de un planeta plano como tortilla, les voy a dar algunos datos sin meterme en grandes complicaciones antes de seguir con mi narración. Traten de no reír demasiado fuerte.
Para empezar, los terraplanistas piensan que la Tierra es como una tortilla gigantesca, circundada por grandes muros de hielo y nieve que impiden la caída de las aguas de los océanos. Así, tal cual. De hecho usan como modelo un par de mapas que, en sus febriles mentes, son las mejores representaciones posibles de la “forma real” del planeta: el mapa de Gleason y el logo de la Naciones Unidas, que no son más que proyecciones acimutales equidistantes, centradas en el Polo Norte.
El sustento para afirmar que la Tierra es plana es muy sencillo: SE VE PLANA, el horizonte no muestra curvatura y por lo tanto NO PUEDE SER ESFÉRICA. De hecho, sus argumentos, más que sustentarse en observaciones metódicas de todos los elementos a nuestra disposición (movimiento de los cuerpos celestes, la posición del sol a lo largo del año, los eclipses lunares, etc.), se basan en lo que ellos consideran errores o mentiras de la “ciencia oficial”.
Las cosas NO SON como nos las han contado, todo es una conspiración para mantenernos controlados y solo aquellos que “despiertan” son capaces de darse cuenta: son negacionistas hasta la médula.
Debido a ello, los terraplanistas presentan la que considero su segunda premisa más importante: LA GRAVEDAD NO EXISTE.
La simple existencia de la fuerza ejercida por la gravedad sobre los cuerpos echa por tierra al modelo terraplanista, por lo que para ellos es de suma importancia negar la existencia de esta fuerza a como dé lugar. Eso, por supuesto, los mete en una serie de problemas que no pueden responder y en algún momento, alguno de sus más avispados promotores encontró la “solución”: LOS CUERPOS CAEN POR DENSIDAD. No me pidan que les dé más explicaciones, por favor. Los berenjenales en los que esta gente se mete para justificar tan soberana idiotez son más profundos que la fosa de Las Marianas. Es ridículo y patético.
He de aclarar que los terraplanistas ofrecen diferentes explicaciones para los mismos fenómenos, dependiendo de la “rama” del terraplanismo a la que estén adscritos. Por ejemplo, para explicar el efecto de la atracción gravitacional en la Tierra, la Flat Earth Society dice (hasta donde recuerdo) que la Tierra se está moviendo por el espacio con una aceleración de 9.81 m/s2, lo que explica “claramente” por qué los cuerpos en la Tierra caen con ese mismo valor de aceleración (aunque no explica la existencia de las nubes, por supuesto).
Además de estas dos – para ellos – importantísimas premisas (la Tierra es plana y la gravedad no existe, con sus variaciones de rigor), los terraplanistas nos regalan con un sinnúmero de absurdos dignos de una novela que combine lo más estrambótico de la fantasía con la más fumada de las obras de ciencia ficción (¡toma eso, L. Ron!). A continuación, algunas ideas de los habitantes de Tierraplana:
De casi todo lo anterior existen diversas versiones. La verdad es que lo único en lo que los terraplanistas están completamente de acuerdo es en que los demás estamos equivocados, o les mentimos por alguna razón que solo ellos saben.
Pedirles que proporcionen datos acerca de las características físicas de su modelo o los mecanismos detrás de los fenómenos naturales es un ejercicio en futilidad. Algunos llegan a atreverse a dar algunos datos con la advertencia de que son especulaciones, pues “nadie ha podido nunca medir las dimensiones de la Tierra”, y la mayoría de las veces responden con un simple “INVESTIGA” o desvían la atención exigiendo que primero se les respondan sus preguntas.
El problema es que las preguntas que normalmente hacen los terraplanistas son tan incongruentes como sus ideas y es prácticamente imposible responderlas; en sus cuestionamientos sobreponen su ideología a la realidad, mezclando sus fantásticas “explicaciones” y negando automáticamente cualquier esbozo de algo que no vaya de acuerdo a sus conceptos previos. Es como si pidieran que se les explique cómo funciona la gravedad si la gravedad no existe. Negacionismo puro y duro.
Ahora, discernir la intención del TP con el que se está interactuando puede ser todo un reto porque, verán, hay TP de chile, dulce, manteca y mierda. Algunos solo son trolles, pero hay trolles que solo fingen ser TP y otros que sí lo son. Otros son, como ya lo he dicho, negacionistas de hueso colorado que no entienden cómo puede ser tan pendeja la gente que cree que la Tierra es esférica y que de vez en tanto se ponen como energúmenos y lanzan una de sus ‘ofensivas militares’ favorita: EL ATAQUE DE MEMES.
Lo que al principio se me hacía verdaderamente absurdo era pensar que pudiera haber personas con un cierto nivel académico que creyeran que la Tierra es plana, pero luego me acordé de Paulina Rivero Weber y se me pasó. Me he topado con TP que ostentan licenciaturas en diferentes áreas, incluso algunos en el área de la enseñanza escolar, pero en realidad la formación académica no es – en la mayoría de los casos – un impedimento para ser terraplanista, por una razón relativamente sencilla: el terraplanismo es cuestión de ideología, no de razonamiento o de observación científica, además de que sí hay muchos de ellos con preescolar trunco y eso tampoco ayuda.
Una característica que me atrevería a decir que es un común denominador entre los TP es su exacerbado sesgo de confirmación y el hecho de que sufren del Dunning-Kruger más profundo que jamás haya visto. Su ‘conspiranoia’ es exquisitamente selectiva y se alimenta de sus resentimientos y su postura antisistema. Con algunas honrosas excepciones, no es raro ver que los TP sean antivacunas, pro nazismo, pro vida, homófobos, usuarios y promotores de terapias alternativas, y profundamente religiosos (en diferentes estilos).
Y aquí se complica el asunto un poco más. Para los terraplanistas, cualquier persona que piense que la Tierra es esférica, es un “adoctrinado” y lo más posible es que su perfil en Facebook (o en cualquier otra red social) sea falso. Las acusaciones brincan por el motivo más ridículo que puedan pensar y los ataques personales están a la orden del día. Batallas campales para ver si alguno de los bandos toma posesión del terreno enemigo.
Porque no vayan a creer que solo los terraplanistas tienen sus cosas raras, no, también hay no-terraplanistas que le pueden sacar el tapón a la persona más ecuánime del mundo. Como en botica de pueblo: aquí hay de todo.
Haciendo a un lado las facetas feas de aquellos que no somos terraplanistas, hay un detalle que me ha llamado mucho la atención porque refleja posibles fallas del sistema educativo y los medios de divulgación científica, a la vez que muestra rasgos de personalidad interesantes en los participantes. Es común ver que en un afán por demostrar que el contrincante está equivocado, se usen argumentos de forma equivocada o incluso se den datos erróneos. Y contagiarse es fácil, lo digo por experiencia, no estoy libre de pecado.
Uno de los errores comunes es mencionar, con la aparente intención de ser académicamente estrictos, que la Tierra es un GEOIDE y acompañar el comentario con la ya famosa imagen del planeta en colores y “deforme”, como si fuera una papa magullada. Esa imagen NO está relacionada con la FORMA del planeta sino con sus características gravitacionales y usarla como ejemplo conduce a malas interpretaciones. Las buenas intenciones acaban siendo motivo de pleitos y disgustos innecesarios y todo se enreda más.
De igual manera, hay quienes se dejan llevar por el entusiasmo científico y ofrecen explicaciones del concepto de la gravedad que le darían dolores de cabeza al mismísmo profe Feynman. El afán protagónico nos gana y perdemos de vista el objetivo, lo que tiene el efecto colateral de reforzar la idea que tienen los terraplanistas de que los demás hemos sido manipulados por el Establishment y no somos más que marionetas al servicio de los poderes fácticos.
En mi exploración de los valles y mesetas de Tierraplana he sido objeto de burla, me han mentado la madre, me han acusado de tener cara de pedófilo, me han amenazado con venir a mi casa para sacarme arrastrando, me han bloqueado, los he bloqueado, me he burlado, he retado a más de uno a que tengamos un debate público, me han dicho que solo finjo haber sido piloto y que seguramente todo lo que escribo es copy-pasteo, que soy masón y estoy en la nómina de la NASA y muchas otras cosas más, algunas no muy amables y otras francamente aberrantes. Pero me he divertido, he aprendido mucho y he hecho buenos e interesantísimos contactos.
He conocido aficionados a la astrofotografía, expertos en telecomunicaciones, gente inteligente, amable, bien preparada, agradable y muchos con un sentido del humor y una habilidad para el sarcasmo incomparables. Mi manejo del idioma ahora incluye palabras propias de la gente de otras tierras, aunque todavía me llego a confundir cuando en un comentario leo “boludo” y en el siguiente comentario “cojonudo”, o cuando un mexicano escribe “wee”, y un chileno le responde “wea”. En esos casos solo sigo de frente y les pongo una reacción de “wow”.
En fin, es muy posible que mi paso por las comarcas terraplanas esté por concluir y ahora sí retome mi abandonado ensayito. A menos que me digan que existe gente que piensa que las estelas de los aviones son chorros de productos químicos arrojados a la población para controlar sus mentes y también para modificar el clima. Eso ya sería el colmo.
Ah, casi lo olvido: si ven que alguien se da autolikes, lo más seguro es que sea terraplanista, su necesidad de aceptación es tan grande como sus delirios.
Mi aventura empieza cuando un contacto en Facebook leyó un comentario mío al respecto de esta loca idea de que la Tierra es plana como un disco o una pizza y me recomendó entrar a un grupo que se dedica a confrontar a los terraplanistas en un tono de humor – a veces negro y a veces MUY negro – y que al no estar manejado por terraplanistas era más “digerible” que los grupos exclusivos. Allí todos son bienvenidos y el debate es fomentado.
Bueno, si hay algo a lo que no le hago caras es un buen debate y ni tardo ni perezoso solicité mi ingreso al grupo, seguro de que de algo podría servir mi participación, especialmente por mi experiencia como piloto de línea aérea y mi afición a las ciencias y la divulgación. Pobre iluso, no sabía lo que me esperaba ni en dónde me estaba metiendo.
Después de haber participado ya en un buen número de grupos y foros de diferentes índoles en internet, sé perfectamente bien que lo mejor es primero observar y no actuar hasta no estar familiarizado con la dinámica del grupo y los estilos de por lo menos los miembros más activos. Esperé varios días para meter mi cuchara y las reacciones no fueron exactamente lo que esperaba. Aun cuando aquellos que no comulgan con la idea del terraplanismo sí mostraron la sensatez que yo esperaba, las respuestas de los terraplanistas rompieron mis expectativas por la mitad. Ni una gota de sensatez, mentiras flagrantes y negación absoluta: una secta diseminada geográficamente pero reunida en el mismo lugar del ciberespacio. ¿Qué diablos estaba sucediendo?
En esos días había yo empezado a escribir lo que pensé que podría ser un pequeño ensayo acerca de la forma de pensar de los antivacunas y otros grupos de personas con creencias similares que aceptan y promueven terapias alternativas y fraudulentas como la homeopatía, el biomagnetismo o la nueva medicina germánica, por nombrar unas cuantas. Pensaba que con la experiencia adquirida interactuando con estas personas desde hace ya un buen tiempo tendría suficiente material para mi ensayito, pero al rato de participar en el grupo de terraplanismo, me di cuenta de que tenía mucho que aprender todavía, y me metí de lleno. Mi ensayo tendría que esperar.
Para ser honesto, mi incursión en Tierraplana ha sido de lo más fructífera, por varias razones. Me ha empujado a refrescar mis conocimientos en temas de aeronáutica, física, geología, geografía, astronáutica y astronomía, y además he aprendido mucho acerca de esos y otros temas. He tenido que investigar y leer acerca de temas de los que no tenía la más remota idea de su existencia, todo con tal de tener elementos para refutar los “argumentos” que los terraplanistas presentan de vez en cuando.
También he afilado un poco mis habilidades de expresión escrita y de síntesis, y mi detección del sarcasmo, aunque este ambiente es tan extraño que la misma ley de Poe a veces deja de operar, tal vez ya sea tiempo de revisarla y establecer otra que aplique en estos niveles. Algo así como la mecánica clásica de Newton y la relatividad de Einstein, porque esto sí que está a otro nivel.
Otro beneficio de interactuar con los terraplanistas ha sido que me han permitido complementar e incluso confirmar las premisas de mi ensayo, y refinar mis conocimientos del tema. Sus posturas son tan extremas y tan variadas que cualquier antropólogo social podría pasar el resto de su vida estudiándolos sin problema.
Tierraplana
Mapa de Gleason. |
Para aquellos de ustedes que no estén familiarizados con el concepto de un planeta plano como tortilla, les voy a dar algunos datos sin meterme en grandes complicaciones antes de seguir con mi narración. Traten de no reír demasiado fuerte.
Para empezar, los terraplanistas piensan que la Tierra es como una tortilla gigantesca, circundada por grandes muros de hielo y nieve que impiden la caída de las aguas de los océanos. Así, tal cual. De hecho usan como modelo un par de mapas que, en sus febriles mentes, son las mejores representaciones posibles de la “forma real” del planeta: el mapa de Gleason y el logo de la Naciones Unidas, que no son más que proyecciones acimutales equidistantes, centradas en el Polo Norte.
Las cosas NO SON como nos las han contado, todo es una conspiración para mantenernos controlados y solo aquellos que “despiertan” son capaces de darse cuenta: son negacionistas hasta la médula.
Debido a ello, los terraplanistas presentan la que considero su segunda premisa más importante: LA GRAVEDAD NO EXISTE.
La simple existencia de la fuerza ejercida por la gravedad sobre los cuerpos echa por tierra al modelo terraplanista, por lo que para ellos es de suma importancia negar la existencia de esta fuerza a como dé lugar. Eso, por supuesto, los mete en una serie de problemas que no pueden responder y en algún momento, alguno de sus más avispados promotores encontró la “solución”: LOS CUERPOS CAEN POR DENSIDAD. No me pidan que les dé más explicaciones, por favor. Los berenjenales en los que esta gente se mete para justificar tan soberana idiotez son más profundos que la fosa de Las Marianas. Es ridículo y patético.
He de aclarar que los terraplanistas ofrecen diferentes explicaciones para los mismos fenómenos, dependiendo de la “rama” del terraplanismo a la que estén adscritos. Por ejemplo, para explicar el efecto de la atracción gravitacional en la Tierra, la Flat Earth Society dice (hasta donde recuerdo) que la Tierra se está moviendo por el espacio con una aceleración de 9.81 m/s2, lo que explica “claramente” por qué los cuerpos en la Tierra caen con ese mismo valor de aceleración (aunque no explica la existencia de las nubes, por supuesto).
Además de estas dos – para ellos – importantísimas premisas (la Tierra es plana y la gravedad no existe, con sus variaciones de rigor), los terraplanistas nos regalan con un sinnúmero de absurdos dignos de una novela que combine lo más estrambótico de la fantasía con la más fumada de las obras de ciencia ficción (¡toma eso, L. Ron!). A continuación, algunas ideas de los habitantes de Tierraplana:
- El plato terrestre está cubierto por un domo o bóveda
- El polo norte es en realidad el centro del disco terrestre
- El espacio no existe
- El sol y la luna están circundando el plato terrestre a una altura de 5,000 km, sostenidos por fuerzas magnéticas
- La luna tiene luz propia
- La vista humana tiene un límite EN DISTANCIA
- La NASA nos miente y todas las imágenes que existen de la Tierra tomada por satélites son falsas. De hecho TODAS son CGI
- Los observatorios astronómicos solo están para engañarnos
- El hombre jamás pisó la luna
- Todas las agencias espaciales están en contubernio con la NASA
- La Estación Espacial Internacional no existe
- Los satélites no existen
- La NASA nos miente. ¿Ya lo había dicho?
- Está prohibido visitar o sobrevolar la Antártida y además esta se encuentra protegida por cuerpos militares
- Los vuelos de Sidney a Santiago de Chile hacen escala en Los Ángeles
- Si la Tierra fuera esférica, los aviones tendrían que ir ajustando su trayectoria de vuelo (bajar la nariz) periódicamente para compensar por la curvatura terrestre.
- El péndulo de Foucault no indica nada porque necesita de un mecanismo para mantenerlo en movimiento constante
- Los giróscopos comprueban que la Tierra es plana.
- La NASA nos miente y es una ‘empresa sionista’
- La estrella Polaris es visible desde Argentina y es la posible causa de los eclipses de luna
- Las imágenes satelitales de la Tierra no muestran los miles de satélites que supuestamente están en órbita, por lo tanto los satélites no existen
- No se ven las estrellas en las fotos de la Tierra desde la luna, por lo tanto es CGI
- La “ciencia oficial” dice que la Tierra gira a 1,600 km/h, ¿por qué no lo sentimos?
- EL AGUA NO SE CURVA, por lo tanto la Tierra no puede ser esférica porque el agua se caería
- Australia no existe
- Internet y demás comunicaciones se transmiten a través de cableado submarino, por lo tanto los satélites no existen
- Las antiguas civilizaciones creían que la Tierra era plana, por lo tanto no puede ser esférica
- Los profesionales de la navegación marítima y aérea están equivocados o están pagados para mantener el secreto
- La NASA... Bueno, ya saben.
De casi todo lo anterior existen diversas versiones. La verdad es que lo único en lo que los terraplanistas están completamente de acuerdo es en que los demás estamos equivocados, o les mentimos por alguna razón que solo ellos saben.
Pedirles que proporcionen datos acerca de las características físicas de su modelo o los mecanismos detrás de los fenómenos naturales es un ejercicio en futilidad. Algunos llegan a atreverse a dar algunos datos con la advertencia de que son especulaciones, pues “nadie ha podido nunca medir las dimensiones de la Tierra”, y la mayoría de las veces responden con un simple “INVESTIGA” o desvían la atención exigiendo que primero se les respondan sus preguntas.
El problema es que las preguntas que normalmente hacen los terraplanistas son tan incongruentes como sus ideas y es prácticamente imposible responderlas; en sus cuestionamientos sobreponen su ideología a la realidad, mezclando sus fantásticas “explicaciones” y negando automáticamente cualquier esbozo de algo que no vaya de acuerdo a sus conceptos previos. Es como si pidieran que se les explique cómo funciona la gravedad si la gravedad no existe. Negacionismo puro y duro.
Ahora, discernir la intención del TP con el que se está interactuando puede ser todo un reto porque, verán, hay TP de chile, dulce, manteca y mierda. Algunos solo son trolles, pero hay trolles que solo fingen ser TP y otros que sí lo son. Otros son, como ya lo he dicho, negacionistas de hueso colorado que no entienden cómo puede ser tan pendeja la gente que cree que la Tierra es esférica y que de vez en tanto se ponen como energúmenos y lanzan una de sus ‘ofensivas militares’ favorita: EL ATAQUE DE MEMES.
Lo que al principio se me hacía verdaderamente absurdo era pensar que pudiera haber personas con un cierto nivel académico que creyeran que la Tierra es plana, pero luego me acordé de Paulina Rivero Weber y se me pasó. Me he topado con TP que ostentan licenciaturas en diferentes áreas, incluso algunos en el área de la enseñanza escolar, pero en realidad la formación académica no es – en la mayoría de los casos – un impedimento para ser terraplanista, por una razón relativamente sencilla: el terraplanismo es cuestión de ideología, no de razonamiento o de observación científica, además de que sí hay muchos de ellos con preescolar trunco y eso tampoco ayuda.
Una característica que me atrevería a decir que es un común denominador entre los TP es su exacerbado sesgo de confirmación y el hecho de que sufren del Dunning-Kruger más profundo que jamás haya visto. Su ‘conspiranoia’ es exquisitamente selectiva y se alimenta de sus resentimientos y su postura antisistema. Con algunas honrosas excepciones, no es raro ver que los TP sean antivacunas, pro nazismo, pro vida, homófobos, usuarios y promotores de terapias alternativas, y profundamente religiosos (en diferentes estilos).
Y aquí se complica el asunto un poco más. Para los terraplanistas, cualquier persona que piense que la Tierra es esférica, es un “adoctrinado” y lo más posible es que su perfil en Facebook (o en cualquier otra red social) sea falso. Las acusaciones brincan por el motivo más ridículo que puedan pensar y los ataques personales están a la orden del día. Batallas campales para ver si alguno de los bandos toma posesión del terreno enemigo.
Porque no vayan a creer que solo los terraplanistas tienen sus cosas raras, no, también hay no-terraplanistas que le pueden sacar el tapón a la persona más ecuánime del mundo. Como en botica de pueblo: aquí hay de todo.
Geoide. |
Haciendo a un lado las facetas feas de aquellos que no somos terraplanistas, hay un detalle que me ha llamado mucho la atención porque refleja posibles fallas del sistema educativo y los medios de divulgación científica, a la vez que muestra rasgos de personalidad interesantes en los participantes. Es común ver que en un afán por demostrar que el contrincante está equivocado, se usen argumentos de forma equivocada o incluso se den datos erróneos. Y contagiarse es fácil, lo digo por experiencia, no estoy libre de pecado.
Uno de los errores comunes es mencionar, con la aparente intención de ser académicamente estrictos, que la Tierra es un GEOIDE y acompañar el comentario con la ya famosa imagen del planeta en colores y “deforme”, como si fuera una papa magullada. Esa imagen NO está relacionada con la FORMA del planeta sino con sus características gravitacionales y usarla como ejemplo conduce a malas interpretaciones. Las buenas intenciones acaban siendo motivo de pleitos y disgustos innecesarios y todo se enreda más.
De igual manera, hay quienes se dejan llevar por el entusiasmo científico y ofrecen explicaciones del concepto de la gravedad que le darían dolores de cabeza al mismísmo profe Feynman. El afán protagónico nos gana y perdemos de vista el objetivo, lo que tiene el efecto colateral de reforzar la idea que tienen los terraplanistas de que los demás hemos sido manipulados por el Establishment y no somos más que marionetas al servicio de los poderes fácticos.
En mi exploración de los valles y mesetas de Tierraplana he sido objeto de burla, me han mentado la madre, me han acusado de tener cara de pedófilo, me han amenazado con venir a mi casa para sacarme arrastrando, me han bloqueado, los he bloqueado, me he burlado, he retado a más de uno a que tengamos un debate público, me han dicho que solo finjo haber sido piloto y que seguramente todo lo que escribo es copy-pasteo, que soy masón y estoy en la nómina de la NASA y muchas otras cosas más, algunas no muy amables y otras francamente aberrantes. Pero me he divertido, he aprendido mucho y he hecho buenos e interesantísimos contactos.
He conocido aficionados a la astrofotografía, expertos en telecomunicaciones, gente inteligente, amable, bien preparada, agradable y muchos con un sentido del humor y una habilidad para el sarcasmo incomparables. Mi manejo del idioma ahora incluye palabras propias de la gente de otras tierras, aunque todavía me llego a confundir cuando en un comentario leo “boludo” y en el siguiente comentario “cojonudo”, o cuando un mexicano escribe “wee”, y un chileno le responde “wea”. En esos casos solo sigo de frente y les pongo una reacción de “wow”.
En fin, es muy posible que mi paso por las comarcas terraplanas esté por concluir y ahora sí retome mi abandonado ensayito. A menos que me digan que existe gente que piensa que las estelas de los aviones son chorros de productos químicos arrojados a la población para controlar sus mentes y también para modificar el clima. Eso ya sería el colmo.
Lalo Hidalgo G. es un piloto de línea aérea retirado, y un "escéptico hasta las chanclas". Administra los grupos de facebook México contra las seudoterapias y fraudes contra la salud y TERRAPLANISMO AVANZADO. En este último puede encontrársele divirtiéndose con terraplanistas y trolls.
Siiiii Lalo, yo conozco uno que afirma "con certeza" que la estela que se desprende de los aviones son las conocidas "babas del diablo" como se denominan en Argentina. Que son fabricadas, obviamente por MONSANTO y que causan una gran cantidad de fenómenos muy negativos para la humanidad. Lo peor es que es una buena persona que en otros aspectos tiene razonamientos muy centrados. LO he conocido en reuniones políticas adonde no decía ninguna insensatez. No quise interrogarlo sobre TP porque no pude salir de la estupefacción y dudaba si no se estaba burlando de mí.
ResponderEliminarLos terraplanistas están a nivel presocrático. Y es que Aristóteles ya daba pruebas de la esfericidad de la tierra con la sombra que proyecta esta en los eclipses de luna o la diferencia en el cielo estrellado dependiendo del lugar de la tierra en la que estuvieras. Que era redonda y no plana ya lo decía Platón e incluso hay referencias en comedias de Aristófanes...En fin, hacerse preguntas está bien pero si no son capaces de razonar por si mismos ya podrían leer razonamientos de gente que dos milenios antes y sin tantos medios utilizaban su pensamiento para llegar a conclusiones acertadas.
ResponderEliminarNo está mal leer un poco de cordura. Ma ha gustado el articulo.
ResponderEliminarAl los TP les doy por perdidos. Son fanaticos religiosos, si algo ocurre es gracias a dios y si no ocurre es por que dios lo a querido. No los sacarás de ahí.
Pues yo pensaba que la tortuga iba de Gran A'Tuin... La tortuga que sostiene sobre su lomo cuatro elefantes, que a su vez sostienen el disco terrestre, dentro de la cosmología del gran Terry Pratchett. Tal vez sea la enésima reencarnación de Akupera... :P
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