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martes, 24 de junio de 2014

¡Charlacanistas, charlacanistas everywhere!

El siguiente es un fragmento de un ensayo que presenté en la clase de Filosofía de la Psicología, en la que vimos muchas cosas, excepto filosofía de la psicología. El profesor (la verdad, no creo que merezca llamarlo maestro), en vez de mostrar un dominio sobre los problemas filosóficos de la psicología, se ocupó de lavar el cerebro a más de uno con las incoherencias del psicoanálisis lacaniano, al cual se ha dedicado por completo (sí, tuve un charlacanista por profesor). Considerando que el mostrar las ideas de Lacan como las revelaciones más sorprendentes (también las combinaba con ideas de Hegel, Marx, Nietzsche, Heidegger y Zizek), pensé que sería justo presentar un escrito donde se mostraran las razones de por qué el psicoanálisis se considera una pseudociencia y el cómo el charlacanismo parece más un culto esotérico que una disciplina humanística o psicológica. Sin más, les dejo las tonterías del charlacanismo expuestas en mi ensayo (corregido y aumentado, con imágenes cortesía de la página crítico-humorística Sigmund Fraude y Charlacán); espero lo disfruten.


"Pensamos que pensamos con nuestros cerebros, pero personalmente yo pienso con mis pies." Jacques Lacan.

Jacques Lacan es posiblemente uno de los autores posmodernos más famosos desde la década de los años 80. Lacan era una figura poco conocida en Francia antes de los años 70s, y prácticamente irrelevante en la panorámica mundial. Sin embargo, a finales de los 70s y principios de los 80s, los Escritos de Lacan comenzaron a llamar la atención entre las facultades de humanidades francesas; para cuando murió en 1981, Lacan se había convertido en sinónimo de psicoanálisis para muchos estudiosos tanto de Europa como de América. A diferencia de los discípulos originales y de seguidores más directos de Freud tales como Jung, Reich, Erikson, Adler y Rank, quienes acabaron creando sus propias escuelas de pensamiento independientes, una de las principales tesis de Lacan era el “retorno a las obras de Freud.”

sábado, 15 de marzo de 2014

Mis tonterías favoritas de las humanidades II

Debido al éxito del primer top de mis tonterías favoritas de humanidades, y al hecho que aun con ese escrito sentí que me quedé corto, decidí escribir un segundo top con otro montón de tonterías que se siguen esgrimiendo desde las llamadas humanidades, haciendo que el abismo de diferencias entre humanistas y científicos se vuelva cada vez más grande. Ideologías caducas que se quieren ver como la esperanza revolucionaria de la sociedad, disciplinas que ocupan injustamente espacios académicos y que no aportan nada al conocimiento ni la resolución de problemáticas sociales, y desde luego, autores que se consagran como vacas sagradas incuestionables y con apellidos interesantes son solo algunos ejemplos de la tontería en el mundo de las humanidades.

Hay veces en que me pregunto si soy demasiado "duro" con críticas de este tipo o si de verdad debería considerar que aun la doctrina más obsoleta tiene algo que aportar. Pero luego vuelvo a pensar en el asunto y me doy cuenta que con o sin estas ideas, las cosas hoy en día estarían igual. Y lo que es más, tengo bastante certeza que si estas ideas tuvieran más difusión en la cultura y en la mente del ciudadano común estaríamos más jodidos de lo que ya estamos hoy en día.

Lo cierto es que una chorada, ya sea que se les venda al público en general o que se venda entre aquellos que se hacen llamar "intelectuales", por el hecho de ser una chorada debe ser combatida por representar un riesgo a la sociedad. Las choradas que se visten con los ropajes del intelectualismo o de la esperanza revolucionaria pueden llegar a ser de las más nocivas, tal como ha demostrado la historia. Pero basta de introducción y hablemos un poco más de estas diez tonterías citadas y sobrevaloradas por filósofos, sociólogos, psicólogos, antropólogos, economistas e historiadores.

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