Hay veces en que me pregunto si soy demasiado "duro" con críticas de este tipo o si de verdad debería considerar que aun la doctrina más obsoleta tiene algo que aportar. Pero luego vuelvo a pensar en el asunto y me doy cuenta que con o sin estas ideas, las cosas hoy en día estarían igual. Y lo que es más, tengo bastante certeza que si estas ideas tuvieran más difusión en la cultura y en la mente del ciudadano común estaríamos más jodidos de lo que ya estamos hoy en día.
Lo cierto es que una chorada, ya sea que se les venda al público en general o que se venda entre aquellos que se hacen llamar "intelectuales", por el hecho de ser una chorada debe ser combatida por representar un riesgo a la sociedad. Las choradas que se visten con los ropajes del intelectualismo o de la esperanza revolucionaria pueden llegar a ser de las más nocivas, tal como ha demostrado la historia. Pero basta de introducción y hablemos un poco más de estas diez tonterías citadas y sobrevaloradas por filósofos, sociólogos, psicólogos, antropólogos, economistas e historiadores.
10. Mamertos, mamertos everywhere. De todo el top, este es el lugar más injusto y más difícil. Es el más injusto porque no es necesario ser alguien allegado a las humanidades para ser mamerto y el más difícil porque no existe una definición clara sobre qué es un mamerto. Tampoco es un concepto al que los que son tildados de éste lo suelan usar. De acuerdo al diccionario Latinoamericano (no, es un diccionario "oficial" ni nada parecido), el concepto tiene distinto significado dependiendo del país, aunque hay que decir que todos son parecidos; algunos más peyorativos y menos ambiguos que otros.
La definición que más se acerca a la que busco referirme con el término mamerto es el que, según el diccionario, se usa en Colombia:
Dogmático de izquierda, también se usa de forma peyorativa para calificar a las personas con ideas políticas de izquierda, tanto radicales como moderadas.No podría asegurar que todo aquel que simpatice con las ideas de izquierda sea un mamerto (yo soy un simpatizante con las ideas de izquierda, pero no con los políticos de izquierda), y de hecho eso sería bastante ambiguo y deshonesto de mi parte. En ausencia de un concepto "formal" de este "bicho raro" conocido como mamertismo, utilizaré la definición que ya antes utilicé en mi artículo Ni mamerto ni libertario de mis Notas de un estudiante de filosofía, transcribiendo lo que hace no mucho comentaba:
El mamertismo lo podríamos definir como esa combinación de ignorancia y deseo de cambio que muchos ciudadanos tienen dentro de sí. Así mientras un mamerto es capaz de defender sinsentidos como el socialismo científico, el comunismo, la nueva revolución armada contra quién sabe quién y con quién sabe qué finalidad, es capaz también de sostener una ideología anti-sistema, anti-científica y tecnofóbica, capaz de lanzar ataques contra lo que desconoce, como los alimentos transgénicos, las reformas políticas, los fármacos, las vacunas, los celulares, etc, basado en creencias obsoletas, supersticiones, teorías de la conspiración, chismes de redes sociales y el primitivo deseo de atacar y destruir todo aquello que desconoce, pero que como es propuesto por aquellos que no congenian con su ideología, entonces debe ser malo.
Desde las redes sociales es posible encontrar una variedad al gusto de ideas mamertas. Entre las más chistosas que llegué a encontrar, estaban aquellas que hablaban sobre un supuesto fraude electoral en las elecciones del año pasado, que si el Peje decía que era momento de levantarse en armas lo obedecerían como todo un líder revolucionario al estilo Zapata o Villa; también me reí bastante cuando me encontré con "el plan" de hacer que varios estados de la república mexicana se independizaran y se volvieran países autónomos, si no obtenían la renuncia firmada del actual presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Los mamertos pues, vienen a ser una clase de culto dogmático en el que todo se explica por la manipulación, los intereses malvados del gobierno y de empresarios, y de que "solo el pueblo puede salvar al pueblo." Mientras algunas de estas creencias resultan chistosas, otras pueden ser hasta perjudiciales. Movimientos anti-vacunación, grupos anti-transgénicos, grupos altamente violentos como lo mostraron muchos manifestantes del infame #YoSoy132, hacen ver el fanatismo religioso de este tipo de organizaciones, alentadas a su vez por el mesianismo y las campañas mediáticas de partidos y personajes políticos que se creen mesías (ejem, ejem, Peje, ejem, ejem). Si tu eres de los que piensan y apoyan todo lo ya descrito, siento decirte que eres un mamerto puro y duro.
Unos puntos más que agregar a la descripción de mamerto: aunque no es estrictamente necesario para ser mamerto, suelen ser vistos como el típico estudiante de filosofía o sociología, con ropa de tianguis, tenis malgastados y amadores de la marihuana. Suele pensarse en que son admiradores de personajes como Karl Marx, Mijaíl Bakunin, Lenin, Joseph Stalin, el Che Guevara, Fidel Castro, Michel Foucault, Hugo Chávez y Noam Chomsky, aunque desconozcan por completo la obra de todos. Esos dos puntos, me parece, son errores de percepción causados por el prejuicio. No veo por qué razón alguien que viste "decente" no pueda ser un mamerto, del mismo modo que no hallo razones para pensar que algún buen conocedor de la "filosofía" revolucionaria no podría ser un mamerto, siendo que la mayoría de las ideas de este tipo están obsoletas hoy en día o sencillamente son erróneas.
Véase más: El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano, de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa, Plaza & Janes, 1996.
9. La Teología ¡Vaya Timo! Adelantándome a la lectura del nuevo número de la colección ¡Vaya Timo! de Laetoli, dejemos la vaguedad del concepto de mamerto para meternos con una "disciplina académica" entera: la teología ha sido una disciplina respetada y resguardada por universidades y conventos durante siglos; se han creado institutos, gastado toneladas de tinta y cientos de intelectualoides que se ponen a "reflexionar" (ejem, ejem especular, ejem, ejem) sobre qué desea que sepamos o no un dios específico, recibiendo financiamiento ya sea por el sector público o privado. Soy de los que piensan que esto tiene que acabar.
Ya bien lo decía Jorge Luis Borges: "Creo en la teología como literatura fantástica. Es la perfección del género..." pero más allá, la teología no tiene nada a su favor. Tal vez usted piense que estoy siendo muy extremista, o que las mismas críticas hechas de hombres de paja hacia la filosofía ahora las utilizo para la teología, pero la verdad no es lo mismo; permítame explicar por qué. No creo estar llegando a un extremismo irracional, por el hecho que cualquiera puede pensar y cuestionarse: ¿para qué sirve crear un edificio de especulaciones (y luego hacerlos pasar por conocimientos) sobre un punto del que, para empezar, no se ha demostrado siquiera que existe? Y más allá de eso ¿tiene sentido "estudiar" algo que no puede ser conocido (no es ningún secreto que los dioses y las entidades espirituales no pueden ser estudiadas de forma directa)? No veo extremismo alguno cuando respondo con un rotundo no a estas cuestiones.
Hasta aquí hemos hablado de la utilidad de la teología en términos epistemológicos y culturales (o sea, qué tiene que aportar esta disciplina al conocimiento o a la sociedad en general). ¿Podría ser que tiene algún otro tipo de aporte? Desde un punto de vista histórico, podemos responder que sí. La teología, como disciplina, nace en la Europa medieval, reconociéndola como "la ciencia que estudia la revelación divina" (aclarando: el concepto de ciencia se refiere a la definición clásica o aristotélica, no a la definición actual de ciencia). Entendiendo esto, parece obvia su importancia a la hora de formar un cuerpo formalizado de supuestos conocimientos y reflexiones que justificaban una serie de creencias para legitimar a la iglesia, y de paso, lo que ésta afirmaba.
Fue a partir del debate teológico que se determinó que las creencias en la absolución, la transubstanciación, el purgatorio, el pecado original, el culto a la virgen María y la santa Trinidad, iban a ser parte de la doctrina católica como dogmas de fe, o sea, verdades incuestionables. Además de estas supersticiones, también se dio pie "argumental" a ideas nocivas como el machismo, la idea de una autoridad incuestionable (pues toda autoridad es puesta por Dios, así que ¿quiénes somos nosotros al cuestionar sus planes? A Hitler le gusta esta idea), el combate al paganismo y la herejía, el patriarcado, el derecho natural... En fin, vemos que la teología sí tuvo aporte político e ideológico, ahora resta preguntarnos si este realmente fue bueno. Creo que comprenderán por qué pienso que no, ¿verdad?
"La teología es algo así como un conjunto de cuentos fantásticos, que pueden ser muy bellos e interesantes pero no son reales. Proceden de la imaginación de quienes los narran, no de una investigación rigurosa de la realidad. Las enseñanzas de la teología son inventos (muy ingeniosos, por lo demás) que no se refieren a algo real. La teología está mucho más cerca de la literatura fantástica o la ciencia ficción que de la filosofía o la ciencia", escribe Gabriel Andrade, doctor en Ciencias Humanas de la Universidad del Zulia, Venezuela, y autor (entre otras obras) de La teología ¡Vaya Timo!, el siguiente número de la colección de Laetoli.
Fue a partir del debate teológico que se determinó que las creencias en la absolución, la transubstanciación, el purgatorio, el pecado original, el culto a la virgen María y la santa Trinidad, iban a ser parte de la doctrina católica como dogmas de fe, o sea, verdades incuestionables. Además de estas supersticiones, también se dio pie "argumental" a ideas nocivas como el machismo, la idea de una autoridad incuestionable (pues toda autoridad es puesta por Dios, así que ¿quiénes somos nosotros al cuestionar sus planes? A Hitler le gusta esta idea), el combate al paganismo y la herejía, el patriarcado, el derecho natural... En fin, vemos que la teología sí tuvo aporte político e ideológico, ahora resta preguntarnos si este realmente fue bueno. Creo que comprenderán por qué pienso que no, ¿verdad?
"La teología es algo así como un conjunto de cuentos fantásticos, que pueden ser muy bellos e interesantes pero no son reales. Proceden de la imaginación de quienes los narran, no de una investigación rigurosa de la realidad. Las enseñanzas de la teología son inventos (muy ingeniosos, por lo demás) que no se refieren a algo real. La teología está mucho más cerca de la literatura fantástica o la ciencia ficción que de la filosofía o la ciencia", escribe Gabriel Andrade, doctor en Ciencias Humanas de la Universidad del Zulia, Venezuela, y autor (entre otras obras) de La teología ¡Vaya Timo!, el siguiente número de la colección de Laetoli.
La teología no se basa en la observación ni el conocimiento científico, tampoco analiza de forma crítica sus postulados. Parte de dogmas ya establecidos que no cuestiona, y sobre los cuales construye un edificio elegante pero carente de contenido real. Si ha servido para algo es para justificar creencias irracionales y para ponerles a éstas el saco de respeto por ser un trabajo "académico." Tal vez en la Edad Media esto era permisible debido a la censura de pensamiento, el desarrollo pobre del conocimiento científico y el estudio acrítico de la filosofía clásica permitido solo aquellos que estudiaban en conventos, pero hoy por hoy, la teología no tiene (o no debería tener) lugar ni respeto académico, sencillamente porque no lo merece. La teología, igual que otro montón de tonterías milenarias, es una disciplina hada de los dientes, no una disciplina real. Y es justamente por esas razones el que sea vergonzoso saber de la existencia de tantos institutos de prestigio brindando licenciaturas, maestrías y doctorados en teología.
Por si aun no queda claro el asunto, Andrade nos recuerda que "más allá de esa creencia genérica en la existencia de Dios, la teología es meramente especulativa y, como tal, no merece respeto académico. La teología estudia los ángeles, los demonios, la gracia, el Espíritu Santo, la resurrección, el alma, el apocalipsis. Nada de esto merece un lugar en la universidad, como tampoco merece un espacio académico el estudio del yeti, el chupacabras, las energías espirituales o las auras. Es hora de decir que la teología consta de supercherías que están al mismo nivel que otros timos. La universidad es un espacio para la discusión racional, y en ella no encaja la discusión de doctrinas aceptadas sobre la base de la autoridad y la fe".
Véase más: Theology, entrada de la RationalWiki; The Emptiness of Theology, artículo de Richard Dawkins; La teología ¡Vaya Timo! de Gabriel Andrade, Laetoli, 2014.
8. ¿Filosofía Latinoamericana? Como si me hiciera falta, les daré un motivo más para mi crucifixión: afirmo la inutilidad, incoherencia e intrascendencia de esa cosa extraña que suele conocerse como filosofía latinoamericana. ¿Pero qué clase de bicho raro es la filosofía latinoamericana?
Bien, comenzando por el comienzo, y contrario a la idea de la filosofía como disciplina, se puede entender a la filosofía latinoamericana de dos modos, que al final, llegan a ser incoherentemente fusionados: por un lado, se refiere al conjunto de reflexiones sobre temas filosóficos que se han dado en el territorio latinoamericano desde la época prehispánica hasta finales del siglo XIX. Según esta idea, existe (o existió) una filosofía náhuatl, una filosofía maya, una filosofía inca... así como una filosofía colonial, una filosofía post-colonial independentista, y así hasta llegar a inicios del siglo XX, en donde tiene cabida la segunda definición, en la que se entiende por filosofía latinoamericana a aquel conjunto de reflexiones y debates que tuvieron lugar después de la obra de José Vasconcelos, y que se centran en reflexionar (de forma obsesiva) la identidad de los pueblos latinoamericanos, añadiendo el "sano" toque de nacionalismo y el pensamiento mágico.
Esta idea de la identidad de los pueblos "amerindios" y el deseo de "emancipación cultural", junto con algo de la rebeldía propia de finales de los 60s, hicieron creer a algunos filósofos que era necesario que el pueblo latinoamericano tuviera su propia filosofía. Luego de ¿Existe una filosofía de nuestra América? de Augusto Salazar Bondy en el 68, y de Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana en el 72 (escrita entre muchos otros por Osvaldo Ardiles y Enrique Dussel), se comenzó hablar de una filosofía de la liberación (título también de la obra más popular de Dussel), en la que las ideas extranjeras han sido opresoras del pueblo latino, y es justamente nuestra época en la que los pueblos oprimidos de la periferia se levantan contra sus colonizadores. De acuerdo a esto (y siguiendo las fumadas de Dussel) es esta situación de nacer en la periferia lo que le ofrece a la filosofía un lugar privilegiado respecto de la filosofía que se practica en "los centros hegemónicos de poder" (o sea, el mundo europeo, y de paso, el mundo gringo). En la periferia, dice, la filosofía se vuelve liberadora, y así es como tenemos una filosofía de la liberación, como por arte de magia.
¿Qué hay de malo con todo esto? Primero, se abusa del concepto de filosofía, como si cualquier cosa que suene compleja pudiera llamarse filosofía. La filosofía en el continente americano no existe hasta después del periodo de conquista, en el que en los conventos se estudia, precisamente, filosofía y más en específico, la escolástica. Llamar a las reflexiones de las civilizaciones prehispánicas como filosofía, es anacrónico, pues el concepto de filosofía no existía (el concepto es de origen griego) ni como disciplina ni como conjunto de intereses y reflexiones en el continente Americano. Las ideas prehispánicas son más de tipo mítico y pre-científico, pero no filosófico. El debate filosófico durante la época colonial y el periodo de independencia en América Latina se ve fuertemente influenciado por las distintas corrientes y doctrinas que surgían en Europa durante esos siglos. Así tenemos ideas de la Ilustración y la revolución francesa presentes en los primeros movimientos de independencia en América (los de EEUU y México), que luego darían pie a nuevas reflexiones sobre la libertad y soberanía de las colonias.
Como parece obvio hasta este punto, la filosofía latinoamericana no es exactamente original de Latinoamérica, sino que es filosofía desarrollada en otros lugares y reflexionada desde tierras coloniales. Otro punto importante a destacar en este periodo, es el poco (o nulo) interés por los problemas tradicionales de la filosofía, tales como ¿qué es el conocimiento? ¿cuál es el origen del tiempo? ¿tiene sentido la vida? Entre otros. Los pensadores de la época de independencia, influenciados por las ideas de la revolución francesa, se centran en temas de tipo regional, no trascendente, a diferencia de la filosofía que en ese mismo tiempo se llevaba acabo al otro lado del mundo. Así es como llegamos a tener obras como Sentimientos de la Nación, en vez de tener algo como la Crítica de la Razón Pura. El resto del siglo XIX se vería más o menos la misma situación: interpretación y prácticas de reflexiones filosóficas no latinoamericanas, aplicadas en este territorio, pero enfocado a problemas de tipo regional, muy comprensible luego del periodo de caos social y político post-independentista.
A todo este respecto se vendrían las reflexiones que darían origen a corrientes como la filosofía de la liberación, buscando dejar de lado las doctrinas extranjeras y considerándolas como la raíz de todo mal opresor en Latinoamérica. Pero esta misma propuesta, de seguir por el camino que sigue hasta ahora, está destinada al estancamiento en problemas estériles y de poca trascendencia, más allá de una problemática regional en gran medida alimentada por el miedo, la ignorancia y el fervor irracional del nacionalismo, tan defendido por los autores de estas ideas. Un punto que tal vez puede resultar decepcionante para los defensores de la filosofía latinoamericana como auténtica fuente de liberación y originalidad regional, es el hecho que estos sentimientos y deseos nacionalistas tienen un origen europeo.
Si todo esto no es suficiente para decir que antes de la época colonial no existía la filosofía en América, y para decir que la filosofía latinoamericana es poco original, además que mantiene ideas nocivas e irracionales, cabe añadir que las corrientes como la filosofía de la liberación no se basan en el análisis de la problemática social real, sino que tienen base en ideas caducas que no tienen nada que ver con los problemas sociales y no presenta riqueza filosófica alguna; además, presenta una ambigüedad y un oscurantismo propio de sus antecedentes europeos Fichte, Hegel, Nietzsche y Husserl, abusando del concepto de filosofía (de acuerdo a la forma en que se define desde los autores de la filosofía latinoamericana, es incluso posible de hablar de cosas como filosofía mexicana, filosofía argentina, filosofía peruana, filosofía venezolana... y así hasta tener cientos de filosofías distintas, todas igual de vagas). Con todo esto, ¿aún queda alguna duda de por qué es una tontería digna para este top?
Véase más: El nacionalismo de la filosofía latinoamerica, artículo de Gabriel Andrade.
7. La obsoleta Teoría Crítica. Una de las corrientes que suenan con más respeto entre las humanidades es el cuerpo ideológico de la famosa escuela de Frankfurt, conocido como teoría crítica. Sin embargo, trataré de explicar por qué en realidad no se trata más que de charlatanismo académico (como lo nombra Mario Bunge) cuyas bases no son más que algo de filosofía muerta y algo de pseudociencia.
Luego del evidente fracaso del marxismo en Alemania, y de cómo esta ideología triunfó en un lugar donde el capitalismo no existía como lo fue Rusia, un grupo de sociólogos, historiadores y filósofos marxistas buscaron reestructurar la teoría de Marx para dar sentido a la problemática social que se veía durante las primeras décadas del siglo XX. En 1923 el mecenas Felix Weil donó una considerable cantidad para crear el Instituto de Investigación Social (nombre técnico de la escuela de Frankfurt), esto con el objetivo de realizar estudios sociales en base al marxismo desde Alemania. Con la llegada de Hitler al poder, el Instituto cerró y sus "investigadores" huyeron del país, principalmente a EEUU, donde encontraron en la Universidad de Columbia un segundo hogar.
La escuela de Frankfurt se identifica por el nombre de sus intelectuales más icónicos: Max Horkheimer (creador del concepto de teoría crítica), Theodor Adorno, Eric Fromm, Herbert Marcuse, Walter Benjamin y Jürgen Habermas (este último, considerado la cabeza de la escuela de la segunda generación, a partir de los años 70).
La teoría crítica, como ya se mencionó, es postulada por primera vez por Max Horkheimer en 1937 en su más célebre obra Teoría tradicional y teoría crítica, en la que en un principio el proyecto se llamaba marxismo heterodoxo, aspirando a combinar la filosofía de Marx y el psicoanálisis de Freud (¿lo ven? filosofía obsoleta y pseudociencia), una combinación que hasta el día de hoy hace pensar a estudiosos sociales, como Jon Elster, que han sido de las reflexiones más inútiles derivadas de los pensadores marxistas. Horkheimer entiende por "teoría tradicional" al positivismo lógico, el cual mira a la ciencia casi sacada de un contexto social y no se preocupa por los problemas éticos y políticos que acarrea la actividad científica y tecnológica. Oponerse a la teoría tradicional es lo que define a la teoría crítica.
La escuela de Frankfurt hizo todo un cuerpo de conocimientos sobre la sociedad basados en la investigación "intrateórica" de la ciencia, es decir, los supuestos fines e intereses bajo los que gobiernos y empresas deciden financiar un proyecto de investigación científica. Se aseguraba que la corriente positivista comete el supuesto error de separar objeto conocido de sujeto cognoscente, negando al sujeto su aporte en tanto sujeto (lo que sea que eso signifique) y de este modo se absolutiza el conocimiento científico, consolidando así el orden establecido o "establishment", y haciendo que la ciencia pierda su carácter transformador. De este modo, los resultados del trabajo científico se vuelven un factor de autoconservación y reproducción permanente del orden establecido.
De acuerdo a todo esto, grandes calamidades como el Holocausto, la bomba atómica y la Guerra Fría son culpa de una investigación científica que ignora los principios morales y que solo sirve para legitimar el poder de los poderosos. Aunque estas tesis iban dirigidas al positivismo lógico, con la clásica vaguedad en la que se suelen sentir cómodos los filósofos y demás estudiosos de humanidades, la crítica no tardó en generalizarse, asegurando que la ciencia (la razón instrumental) era la raíz de todo mal, al ser la forma en la que el capitalismo se legitima y oprime a otros.
Hasta aquí, me supongo que se ve bastante obvia hacia donde se dirigirá mi crítica. Los trabajos de la escuela de Frankfurt también se concentraron en otros temas como la retórica, el método de investigación en ciencias sociales, la interpretación de la historia y la meta-ética, pero todas sus tesis descansan en los supuestos que da por ciertos la teoría crítica. Pero si hacemos un análisis introductorio, nos daremos cuenta que de crítica, la teoría crítica no tiene nada. Hoy en día, las obras de autores que van de Horkheimer a Habermas se miran como fuentes de referencia casi obligatoria para la investigación social, sin cuestionar los principios en los que descansan las ideas expuestas por estos pensadores y las implicaciones lógicas de estas.
La teoría crítica parece ignorar hechos básicos como el que es gracias a la investigación científica que se ha logrado erradicar varios males sociales, entre ellos enfermedades que mataban a cientos de miles de personas cada año. Los avances en medicina y tecnología biomédica a lo largo del tiempo han permitido que el promedio de vida sea cada vez más alto. Aunque es cierto que sin el conocimiento en física de partículas no hubiera sido posible la elaboración de armas atómicas, es igualmente cierto e innegable los beneficios y los avances en el entendimiento del Cosmos, gracias a esta área del conocimiento. La energía nuclear ahora es cada vez con más seguridad una de las principales alternativas a los combustibles fósiles. Algo que parece negar la escuela de Frankfurt, es la posibilidad de que exista investigación científica sin intereses políticos o ideológicos dentro de un sistema capitalista. Me encantaría saber qué opinan sus seguidores sobre investigaciones como las expediciones paleontológicas, las exploraciones en Borneo para catálogo taxonómico, la búsqueda de planetas extrasolares y la investigación en física de partículas del CERN.
Con todo esto, la teoría crítica sigue teniendo respeto en filosofía y ciencias sociales, como si todo lo que ésta nos dice fuera aplicable a nuestro entorno social en pleno siglo XXI y como si sus "críticas" sirvieran para aclarar algún problema social. Lo cierto es que estas ideas no han pasado por revisiones críticas (reales) que las mantengan actuales en fenómenos políticos, económicos o morales. Presupone un contenido filosófico teleológico al estilo dialéctica hegeliana o historicismo marxista. La teoría crítica es una idea zombie que aún anda debido a la aceptación acrítica, no gracias al pensamiento crítico social.
Véase más: The Frankfurt School and Critical Theory, enlace de la Internet Encyclopedia of Philosophy; Contra el charlatanismo académico, artículo de Mario Bunge escrito originalmente en el diario ABC, de España (1998).
6. La praxeología de la escuela de Austria. De todo el top, este es posiblemente el que más trabajo me costó explicar, ya que como lo he repetido en artículos anteriores, no soy un erudito en economía (ni en ningún otra área), además que este tema ha dado para libros y libros sobre la verdadera importancia de este grupo de "pensamiento" económico conocido como la escuela de Austria.
Definiéndola burdamente, la escuela austríaca se entiende como el círculo de pensadores surgida en el imperio austro-húngaro, durante la segunda mitad del siglo XIX, y que siempre se ha caracterizado por una doctrina radical de defensa del infame laissez-faire. Sus afirmaciones se caracterizan por ser un conjunto radical de defensa ideológica del liberalismo, en vez de aportar auténticos conocimientos para comprender el fenómeno económico; pero son más conocidos hoy día por pecar de pseudocientíficos, ya que esta es la única línea de pensamiento económico que ha sido capaz de afirmar que pudieron desarrollar un método paralelo al método científico, o como ellos lo llaman, un "paradigma de estudio" al margen del método científico. Los economistas austriacos (los que se declaran dentro de esta corriente, no exactamente los que nacieron en Austria) aborrecen tanto la observación y la experimentación como también el empleo de las matemáticas para formalizar teorías. Son pues, anti-científicos puros y duros.
El nombre que identifica a este grupo de pensamiento, justamente se originó de la crítica que los economistas de la escuela historicista alemana, llamando a este círculo teórico como "escuela austríaca", caracterizándola como una corriente provinciana. La escuela se identifica con el nombre de sus autores principales, que van desde Carl Menger (autor de Principios de Economía Política, una de las obras fundamentales de esta corriente), Eugen von Böhm-Bawerk, Friedrich von Wieser y sus seguidores Ludwig von Mises, Friedrich von Hayek, Murray Rothbard, Israel Kizner y George Resiman (estos últimos cuatro, seguidores todos de von Mises). Aunque estos son los íconos de la escuela, lo cierto es que su influencia (nociva) continúa en el siglo XXI con los pensadores que siguieron a "los viejos maestros", tales como Lew Rockwell, Walter Block, Ron Paul, Paul Krugman, Hans-Hermann Hoppe, Hans Senholz, Thomas DiLorenzo, Lawrence White, George Selgin, Steven Horwitz, Peter Boettke, Donald Boudreaux, Russell Roberts, Henry Hazlitt, Jesús Huerta de Soto, Martín Krause, entro otros.
Como buena doctrina pseudocientífica, la escuela austriaca maneja varios conceptos que hace pasar como auténticos punto de estudio para la economía, pero que en realidad carecen de todo valor para un estudio serio. El principal de todos es ese "paradigma de estudio", conocido como praxeología.
La praxeología, según el libro que le dio nombre a este "paradigma" Praxeology: The Methodology of Austrian Economics de Murray Rothbard, es la aplicación del razonamiento deductivo a un conjunto de axiomas "incuestionables" que tienen que ver con la conducta y las decisiones humanas. A partir de estos "axiomas" es que se deriva todo el estudio económico de la praxeología. Hasta aquí parecería ser algo coherente, sin embargo, los problemas empiezan cuando se da la espalda al análisis formal (con lógica y matemáticas) y se abraza solamente el análisis verbal. Tomemos de ejemplo el primer axioma manejado por Rothbard, conocido como el "axioma fundamental de la acción": los seres humanos individuales actúan.
El problema con este axioma empieza por la definición misma de "actuar". ¿A qué se refiere cuando se dice que los humanos actúan? Podríamos decir que obviamente se refiere a que los humanos realizan acciones. Pero no podríamos decir que los seres humanos son los únicos tipos de seres individuales que actúan. De hecho, los seres que actúan son millones, y van desde otros animales hasta objetos como un televisor o una radio. Entonces, los humanos parecen entrar en el conjunto de los objetos o seres que actúan. Si todo esto se acepta como correcto, ¿no sería tonto derivar conclusiones económicas del hecho de que los humanos son un elemento del conjunto de seres que actúan? Parecería que sí sería algo tonto, y es por eso que Rothbard nos "aclara" un poco mejor el axioma cuando nos explica que se debe entender por "los seres humanos individuales actúan" que "los seres humanos toman acción consciente hacia sus objetivos elegidos."
Ahora, tal como nos señala la entrada a la escuela austriaca en RationalWiki, de tener un concepto insuficientemente definido tenemos ahora otros dos adicionales: el de "acción consciente" y "objetivos elegidos". Si uno piensa en el significado de "elegir" es fácil darse cuenta que este quiere dar a entender algún tipo de implicación consciente, es decir, una forma de actuar conscientemente en la formación de estos objetivos. Por lo que la definición "aclaratoria" de Rothbard nos llevaría a entender que los seres humanos individuales tienen una acción consciente hacia una forma conscientemente actuada sobre un conjunto de objetivos. Ignoren esa sensación de que lo anterior no es más que una redundancia con ningún contenido, recuerden que la escuela de Austria está en contra del uso de la lógica y la formalización.
La cantidad de afirmaciones pseudocientíficas que tienen tanto sentido como la anterior hechas desde las filas de pensadores de la escuela de Austria son tantas, que sencillamente se necesita hacer toda una serie de artículos para explicarlas. Por lo que aquí, por el limitado espacio (y mi limitado conocimiento y experiencia en economía), tendremos que conformarnos con una conclusión sencilla: la escuela de Austria, al negar validez al estudio de los hechos empíricos y a la formalización lógico-matemática en economía; al presentar una defensa extrema de la ideología liberal sin preocuparse de los fenómenos económicos reales; y al crear varias doctrinas pseudocientíficas como la praxeología y la teoría del ciclo económico (entre otros), no merece atención alguna para aquellos que están interesados en la resolución de los auténticos problemas económicos que hoy en día aquejan a la sociedad.
Vamos, es necesario saber sobre la escuela de Austria en historia de la economía, del mismo modo que es necesario conocer sobre otras propuestas falsas como el monetarismo (aún defendido hoy día por los seguidores de la escuela de Chicago), el maltusianismo y el marxismo. Más que para tomarlas como base de la investigación, es necesario conocer sus errores para no seguir sus pasos. La escuela de Austria es más ideología que economía.
Véase más: Austrian School, entrada de la RationalWiki; La escuela austriaca contrastada, serie monográfica en El diario de Chemazdamundi; ¿Es la escuela austriaca una pseudociencia? Juzgue usted I y II, entradas del blog Todo lo que sea verdad, del economista José Luis Ferreira; Hayek: ¿economista o ideólogo?, artículo periodístico de Mario Bunge.
5. Indigenismo contra los indígenas. Volviendo un poco a ideas mamertas, defendidas por bazofias como la filosofía de la liberación, nos encontramos con un concepto que promete ser interesante: el indigenismo. Algo importante a considerar, es que este concepto es vago a más no poder, y depende mucho de quién lo use y en qué sentido.
Por indigenismo se puede entender al movimiento que protege y promueve los derechos humanos de los pueblos indígenas, oponiéndose de forma militante a la discriminación por etnia; otros pueden hacer alusión al estudio de los problemas que los indígenas pueden llegar a tener en las ciudades del siglo XXI. Si el concepto se quedara ahí, el indigenismo, tan querido por el recién fallecido Luis Villoro, sería sin duda un concepto que respetarse. De hecho, cualquiera que entienda por indigenismo la anterior definición, puede saltar al siguiente número e ignorar este, pues esa definición no la cuestionaré al considerarla una auténtica necesidad humanista, en especial en América Latina y África.
Pero como dije, el concepto es muy vago, y es fácil encontrar definiciones que hacen comprender a uno que el indigenismo no es nada que deba ser apoyado por nadie que se diga preocupado por los derechos humanos. "Estudiosos" como Eva Marie Garroutte utiliza el concepto de indigenismo radical como una bandera contra los estudiosos "post-coloniales" que solo ven (dice ella) a las culturas indígenas como curiosidades. Garroutte asegura que hay toda una filosofía indígena esperando ser dada a conocer, capaz de generar nuevos conocimientos por medio de modelos de investigación alternativos a los utilizados por la tradicional filosofía occidental. Desde luego, una cosa es asegurar algo así y otra muy distinta es probarlo; hasta ahora, ni Garroutte ni nadie han logrado mostrar esos "conocimientos" ancestrales alternativos.
La definición de Garroutte se acerca mucho al anti-científico milenarismo, pero algunos van más allá, al punto de hacer de las culturas indígenas utopías soñadas por todo el mundo, mientras que la malvada civilización eurocéntrica es la causante de toda desgracia. La Wikipedia en inglés identifica a este movimiento pseudohistórico como nacionalismo étnico o nacionalismo indígena. Este tipo místico y extremista de indigenismo, sostiene una defensa de las culturas indígenas en la que no debe haber intervención alguna por parte de los "occidentalistas"; no se pueden "imponer" la educación, la salud, la tecnología, la política, la moral y la forma de vida "occidental"; se debe dejar a los indígenas así como son. Todo esto en base a la idea de que tienen derecho a preservar su identidad cultural (algo que nadie niega en ningún momento).
Entre los países latinoamericanos se suele idealizar a las culturas prehispánicas (en especial a las civilizaciones mexica, maya e inca) casi como culturas perfectas en las que se vivía de forma plena, en paz, y deberían representar el símbolo principal de cada nación, pues cada nación actual (dicen) desciende de estos grupos cruelmente destrozados por los colonialistas que no trajeron otra cosa más que pestes. Como decía al principio, es aquí donde esto ya huele a mamerto. Bajo estas ideas se asegura que todo lo que viene el occidente blanco es nocivo y que las culturas indígenas actuales están mejor sin estos. O sea, están mejor permaneciendo aisladas, sin servicios básicos de salud, sin la garantía de los derechos básicos, sin salud ni vivienda digna, sin educación y tecnología para su desarrollo; viviendo de forma aparte del mismo devenir histórico. Are you fucking serious?
Sinceramente, no logro comprender en qué clase de cabeza cabe la idea en que negar todas estas cosas es lo mejor que se puede hacer por los grupos indígenas marginados. Algunos podrían salir con la "inteligente" afirmación de que así es como "ellos" quieren seguir. Pero, ¿en realidad es así? ¿Y si les preguntamos? Ante este punto, el periodista Mauricio-José Schwarz opina sobre tan nocivas ideas que:
Estas ideas, combinadas con el misticismo milenarista, filosofías oscurantistas como las defendidas por personalidades como Dussel et.al. y junto al mamertismo que mira todo como una conspiración capitalista, hacen que un movimiento que en principio puede ser noble, acabe en una horrible ideología new age que no hace otra cosa más que vulnerar los derechos humanos. Los indígenas tienen derecho a preservar sus tradiciones y su identidad cultural, sí y eso es muy humano; pero también tienen derecho a recibir los beneficios públicos que la naciones en las que habitan están obligadas a garantizarles. Negar esto último es una decisión inhumana.
Véase más: Theology, entrada de la RationalWiki; The Emptiness of Theology, artículo de Richard Dawkins; La teología ¡Vaya Timo! de Gabriel Andrade, Laetoli, 2014.
8. ¿Filosofía Latinoamericana? Como si me hiciera falta, les daré un motivo más para mi crucifixión: afirmo la inutilidad, incoherencia e intrascendencia de esa cosa extraña que suele conocerse como filosofía latinoamericana. ¿Pero qué clase de bicho raro es la filosofía latinoamericana?
Bien, comenzando por el comienzo, y contrario a la idea de la filosofía como disciplina, se puede entender a la filosofía latinoamericana de dos modos, que al final, llegan a ser incoherentemente fusionados: por un lado, se refiere al conjunto de reflexiones sobre temas filosóficos que se han dado en el territorio latinoamericano desde la época prehispánica hasta finales del siglo XIX. Según esta idea, existe (o existió) una filosofía náhuatl, una filosofía maya, una filosofía inca... así como una filosofía colonial, una filosofía post-colonial independentista, y así hasta llegar a inicios del siglo XX, en donde tiene cabida la segunda definición, en la que se entiende por filosofía latinoamericana a aquel conjunto de reflexiones y debates que tuvieron lugar después de la obra de José Vasconcelos, y que se centran en reflexionar (de forma obsesiva) la identidad de los pueblos latinoamericanos, añadiendo el "sano" toque de nacionalismo y el pensamiento mágico.
Esta idea de la identidad de los pueblos "amerindios" y el deseo de "emancipación cultural", junto con algo de la rebeldía propia de finales de los 60s, hicieron creer a algunos filósofos que era necesario que el pueblo latinoamericano tuviera su propia filosofía. Luego de ¿Existe una filosofía de nuestra América? de Augusto Salazar Bondy en el 68, y de Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana en el 72 (escrita entre muchos otros por Osvaldo Ardiles y Enrique Dussel), se comenzó hablar de una filosofía de la liberación (título también de la obra más popular de Dussel), en la que las ideas extranjeras han sido opresoras del pueblo latino, y es justamente nuestra época en la que los pueblos oprimidos de la periferia se levantan contra sus colonizadores. De acuerdo a esto (y siguiendo las fumadas de Dussel) es esta situación de nacer en la periferia lo que le ofrece a la filosofía un lugar privilegiado respecto de la filosofía que se practica en "los centros hegemónicos de poder" (o sea, el mundo europeo, y de paso, el mundo gringo). En la periferia, dice, la filosofía se vuelve liberadora, y así es como tenemos una filosofía de la liberación, como por arte de magia.
¿Qué hay de malo con todo esto? Primero, se abusa del concepto de filosofía, como si cualquier cosa que suene compleja pudiera llamarse filosofía. La filosofía en el continente americano no existe hasta después del periodo de conquista, en el que en los conventos se estudia, precisamente, filosofía y más en específico, la escolástica. Llamar a las reflexiones de las civilizaciones prehispánicas como filosofía, es anacrónico, pues el concepto de filosofía no existía (el concepto es de origen griego) ni como disciplina ni como conjunto de intereses y reflexiones en el continente Americano. Las ideas prehispánicas son más de tipo mítico y pre-científico, pero no filosófico. El debate filosófico durante la época colonial y el periodo de independencia en América Latina se ve fuertemente influenciado por las distintas corrientes y doctrinas que surgían en Europa durante esos siglos. Así tenemos ideas de la Ilustración y la revolución francesa presentes en los primeros movimientos de independencia en América (los de EEUU y México), que luego darían pie a nuevas reflexiones sobre la libertad y soberanía de las colonias.
Como parece obvio hasta este punto, la filosofía latinoamericana no es exactamente original de Latinoamérica, sino que es filosofía desarrollada en otros lugares y reflexionada desde tierras coloniales. Otro punto importante a destacar en este periodo, es el poco (o nulo) interés por los problemas tradicionales de la filosofía, tales como ¿qué es el conocimiento? ¿cuál es el origen del tiempo? ¿tiene sentido la vida? Entre otros. Los pensadores de la época de independencia, influenciados por las ideas de la revolución francesa, se centran en temas de tipo regional, no trascendente, a diferencia de la filosofía que en ese mismo tiempo se llevaba acabo al otro lado del mundo. Así es como llegamos a tener obras como Sentimientos de la Nación, en vez de tener algo como la Crítica de la Razón Pura. El resto del siglo XIX se vería más o menos la misma situación: interpretación y prácticas de reflexiones filosóficas no latinoamericanas, aplicadas en este territorio, pero enfocado a problemas de tipo regional, muy comprensible luego del periodo de caos social y político post-independentista.
A todo este respecto se vendrían las reflexiones que darían origen a corrientes como la filosofía de la liberación, buscando dejar de lado las doctrinas extranjeras y considerándolas como la raíz de todo mal opresor en Latinoamérica. Pero esta misma propuesta, de seguir por el camino que sigue hasta ahora, está destinada al estancamiento en problemas estériles y de poca trascendencia, más allá de una problemática regional en gran medida alimentada por el miedo, la ignorancia y el fervor irracional del nacionalismo, tan defendido por los autores de estas ideas. Un punto que tal vez puede resultar decepcionante para los defensores de la filosofía latinoamericana como auténtica fuente de liberación y originalidad regional, es el hecho que estos sentimientos y deseos nacionalistas tienen un origen europeo.
La gran ironía de la propuesta de Vasconcelos es que ella es en sí misma de origen europeo. Pues, el nacionalismo filosófico que promulgó, y al cual se ha aferrado la posterior filosofía latinoamericana, procede de Europa. Los mayas, aztecas e incas, por ejemplo, no tenían una gran preocupación filosófica por la construcción de una identidad cultural separada de otros pueblos. Fueron los románticos nacionalistas alemanes del siglo XIX, quienes promovieron la idea de que cada pueblo tiene su propia idiosincrasia, y que es necesario, para el bienestar de toda la humanidad, que cada pueblo conserve su originalidad.Nos narra Gabriel Andrade. Luego de las invasiones napoleónicas en la Alemania del siglo XVIII, algunos autores como Fichte, lanzaron sus propuestas nacionalistas agresivas, en las que los alemanes debían sostener sus valores culturales por encima de los valores extranjeros. La idea es simple: lo que les es válido o útil a otro pueblo, no lo puede ser para nuestro pueblo. Ideas de este tipo servirían como fundamento a corrientes tan nocivas como el nazismo.
Si todo esto no es suficiente para decir que antes de la época colonial no existía la filosofía en América, y para decir que la filosofía latinoamericana es poco original, además que mantiene ideas nocivas e irracionales, cabe añadir que las corrientes como la filosofía de la liberación no se basan en el análisis de la problemática social real, sino que tienen base en ideas caducas que no tienen nada que ver con los problemas sociales y no presenta riqueza filosófica alguna; además, presenta una ambigüedad y un oscurantismo propio de sus antecedentes europeos Fichte, Hegel, Nietzsche y Husserl, abusando del concepto de filosofía (de acuerdo a la forma en que se define desde los autores de la filosofía latinoamericana, es incluso posible de hablar de cosas como filosofía mexicana, filosofía argentina, filosofía peruana, filosofía venezolana... y así hasta tener cientos de filosofías distintas, todas igual de vagas). Con todo esto, ¿aún queda alguna duda de por qué es una tontería digna para este top?
Véase más: El nacionalismo de la filosofía latinoamerica, artículo de Gabriel Andrade.
7. La obsoleta Teoría Crítica. Una de las corrientes que suenan con más respeto entre las humanidades es el cuerpo ideológico de la famosa escuela de Frankfurt, conocido como teoría crítica. Sin embargo, trataré de explicar por qué en realidad no se trata más que de charlatanismo académico (como lo nombra Mario Bunge) cuyas bases no son más que algo de filosofía muerta y algo de pseudociencia.
Luego del evidente fracaso del marxismo en Alemania, y de cómo esta ideología triunfó en un lugar donde el capitalismo no existía como lo fue Rusia, un grupo de sociólogos, historiadores y filósofos marxistas buscaron reestructurar la teoría de Marx para dar sentido a la problemática social que se veía durante las primeras décadas del siglo XX. En 1923 el mecenas Felix Weil donó una considerable cantidad para crear el Instituto de Investigación Social (nombre técnico de la escuela de Frankfurt), esto con el objetivo de realizar estudios sociales en base al marxismo desde Alemania. Con la llegada de Hitler al poder, el Instituto cerró y sus "investigadores" huyeron del país, principalmente a EEUU, donde encontraron en la Universidad de Columbia un segundo hogar.
La escuela de Frankfurt se identifica por el nombre de sus intelectuales más icónicos: Max Horkheimer (creador del concepto de teoría crítica), Theodor Adorno, Eric Fromm, Herbert Marcuse, Walter Benjamin y Jürgen Habermas (este último, considerado la cabeza de la escuela de la segunda generación, a partir de los años 70).
La teoría crítica, como ya se mencionó, es postulada por primera vez por Max Horkheimer en 1937 en su más célebre obra Teoría tradicional y teoría crítica, en la que en un principio el proyecto se llamaba marxismo heterodoxo, aspirando a combinar la filosofía de Marx y el psicoanálisis de Freud (¿lo ven? filosofía obsoleta y pseudociencia), una combinación que hasta el día de hoy hace pensar a estudiosos sociales, como Jon Elster, que han sido de las reflexiones más inútiles derivadas de los pensadores marxistas. Horkheimer entiende por "teoría tradicional" al positivismo lógico, el cual mira a la ciencia casi sacada de un contexto social y no se preocupa por los problemas éticos y políticos que acarrea la actividad científica y tecnológica. Oponerse a la teoría tradicional es lo que define a la teoría crítica.
La escuela de Frankfurt hizo todo un cuerpo de conocimientos sobre la sociedad basados en la investigación "intrateórica" de la ciencia, es decir, los supuestos fines e intereses bajo los que gobiernos y empresas deciden financiar un proyecto de investigación científica. Se aseguraba que la corriente positivista comete el supuesto error de separar objeto conocido de sujeto cognoscente, negando al sujeto su aporte en tanto sujeto (lo que sea que eso signifique) y de este modo se absolutiza el conocimiento científico, consolidando así el orden establecido o "establishment", y haciendo que la ciencia pierda su carácter transformador. De este modo, los resultados del trabajo científico se vuelven un factor de autoconservación y reproducción permanente del orden establecido.
De acuerdo a todo esto, grandes calamidades como el Holocausto, la bomba atómica y la Guerra Fría son culpa de una investigación científica que ignora los principios morales y que solo sirve para legitimar el poder de los poderosos. Aunque estas tesis iban dirigidas al positivismo lógico, con la clásica vaguedad en la que se suelen sentir cómodos los filósofos y demás estudiosos de humanidades, la crítica no tardó en generalizarse, asegurando que la ciencia (la razón instrumental) era la raíz de todo mal, al ser la forma en la que el capitalismo se legitima y oprime a otros.
Hasta aquí, me supongo que se ve bastante obvia hacia donde se dirigirá mi crítica. Los trabajos de la escuela de Frankfurt también se concentraron en otros temas como la retórica, el método de investigación en ciencias sociales, la interpretación de la historia y la meta-ética, pero todas sus tesis descansan en los supuestos que da por ciertos la teoría crítica. Pero si hacemos un análisis introductorio, nos daremos cuenta que de crítica, la teoría crítica no tiene nada. Hoy en día, las obras de autores que van de Horkheimer a Habermas se miran como fuentes de referencia casi obligatoria para la investigación social, sin cuestionar los principios en los que descansan las ideas expuestas por estos pensadores y las implicaciones lógicas de estas.
La teoría crítica parece ignorar hechos básicos como el que es gracias a la investigación científica que se ha logrado erradicar varios males sociales, entre ellos enfermedades que mataban a cientos de miles de personas cada año. Los avances en medicina y tecnología biomédica a lo largo del tiempo han permitido que el promedio de vida sea cada vez más alto. Aunque es cierto que sin el conocimiento en física de partículas no hubiera sido posible la elaboración de armas atómicas, es igualmente cierto e innegable los beneficios y los avances en el entendimiento del Cosmos, gracias a esta área del conocimiento. La energía nuclear ahora es cada vez con más seguridad una de las principales alternativas a los combustibles fósiles. Algo que parece negar la escuela de Frankfurt, es la posibilidad de que exista investigación científica sin intereses políticos o ideológicos dentro de un sistema capitalista. Me encantaría saber qué opinan sus seguidores sobre investigaciones como las expediciones paleontológicas, las exploraciones en Borneo para catálogo taxonómico, la búsqueda de planetas extrasolares y la investigación en física de partículas del CERN.
Con todo esto, la teoría crítica sigue teniendo respeto en filosofía y ciencias sociales, como si todo lo que ésta nos dice fuera aplicable a nuestro entorno social en pleno siglo XXI y como si sus "críticas" sirvieran para aclarar algún problema social. Lo cierto es que estas ideas no han pasado por revisiones críticas (reales) que las mantengan actuales en fenómenos políticos, económicos o morales. Presupone un contenido filosófico teleológico al estilo dialéctica hegeliana o historicismo marxista. La teoría crítica es una idea zombie que aún anda debido a la aceptación acrítica, no gracias al pensamiento crítico social.
Véase más: The Frankfurt School and Critical Theory, enlace de la Internet Encyclopedia of Philosophy; Contra el charlatanismo académico, artículo de Mario Bunge escrito originalmente en el diario ABC, de España (1998).
6. La praxeología de la escuela de Austria. De todo el top, este es posiblemente el que más trabajo me costó explicar, ya que como lo he repetido en artículos anteriores, no soy un erudito en economía (ni en ningún otra área), además que este tema ha dado para libros y libros sobre la verdadera importancia de este grupo de "pensamiento" económico conocido como la escuela de Austria.
Hayek imitando un meme Yao Ming. |
Definiéndola burdamente, la escuela austríaca se entiende como el círculo de pensadores surgida en el imperio austro-húngaro, durante la segunda mitad del siglo XIX, y que siempre se ha caracterizado por una doctrina radical de defensa del infame laissez-faire. Sus afirmaciones se caracterizan por ser un conjunto radical de defensa ideológica del liberalismo, en vez de aportar auténticos conocimientos para comprender el fenómeno económico; pero son más conocidos hoy día por pecar de pseudocientíficos, ya que esta es la única línea de pensamiento económico que ha sido capaz de afirmar que pudieron desarrollar un método paralelo al método científico, o como ellos lo llaman, un "paradigma de estudio" al margen del método científico. Los economistas austriacos (los que se declaran dentro de esta corriente, no exactamente los que nacieron en Austria) aborrecen tanto la observación y la experimentación como también el empleo de las matemáticas para formalizar teorías. Son pues, anti-científicos puros y duros.
El nombre que identifica a este grupo de pensamiento, justamente se originó de la crítica que los economistas de la escuela historicista alemana, llamando a este círculo teórico como "escuela austríaca", caracterizándola como una corriente provinciana. La escuela se identifica con el nombre de sus autores principales, que van desde Carl Menger (autor de Principios de Economía Política, una de las obras fundamentales de esta corriente), Eugen von Böhm-Bawerk, Friedrich von Wieser y sus seguidores Ludwig von Mises, Friedrich von Hayek, Murray Rothbard, Israel Kizner y George Resiman (estos últimos cuatro, seguidores todos de von Mises). Aunque estos son los íconos de la escuela, lo cierto es que su influencia (nociva) continúa en el siglo XXI con los pensadores que siguieron a "los viejos maestros", tales como Lew Rockwell, Walter Block, Ron Paul, Paul Krugman, Hans-Hermann Hoppe, Hans Senholz, Thomas DiLorenzo, Lawrence White, George Selgin, Steven Horwitz, Peter Boettke, Donald Boudreaux, Russell Roberts, Henry Hazlitt, Jesús Huerta de Soto, Martín Krause, entro otros.
Como buena doctrina pseudocientífica, la escuela austriaca maneja varios conceptos que hace pasar como auténticos punto de estudio para la economía, pero que en realidad carecen de todo valor para un estudio serio. El principal de todos es ese "paradigma de estudio", conocido como praxeología.
La praxeología, según el libro que le dio nombre a este "paradigma" Praxeology: The Methodology of Austrian Economics de Murray Rothbard, es la aplicación del razonamiento deductivo a un conjunto de axiomas "incuestionables" que tienen que ver con la conducta y las decisiones humanas. A partir de estos "axiomas" es que se deriva todo el estudio económico de la praxeología. Hasta aquí parecería ser algo coherente, sin embargo, los problemas empiezan cuando se da la espalda al análisis formal (con lógica y matemáticas) y se abraza solamente el análisis verbal. Tomemos de ejemplo el primer axioma manejado por Rothbard, conocido como el "axioma fundamental de la acción": los seres humanos individuales actúan.
El problema con este axioma empieza por la definición misma de "actuar". ¿A qué se refiere cuando se dice que los humanos actúan? Podríamos decir que obviamente se refiere a que los humanos realizan acciones. Pero no podríamos decir que los seres humanos son los únicos tipos de seres individuales que actúan. De hecho, los seres que actúan son millones, y van desde otros animales hasta objetos como un televisor o una radio. Entonces, los humanos parecen entrar en el conjunto de los objetos o seres que actúan. Si todo esto se acepta como correcto, ¿no sería tonto derivar conclusiones económicas del hecho de que los humanos son un elemento del conjunto de seres que actúan? Parecería que sí sería algo tonto, y es por eso que Rothbard nos "aclara" un poco mejor el axioma cuando nos explica que se debe entender por "los seres humanos individuales actúan" que "los seres humanos toman acción consciente hacia sus objetivos elegidos."
Ahora, tal como nos señala la entrada a la escuela austriaca en RationalWiki, de tener un concepto insuficientemente definido tenemos ahora otros dos adicionales: el de "acción consciente" y "objetivos elegidos". Si uno piensa en el significado de "elegir" es fácil darse cuenta que este quiere dar a entender algún tipo de implicación consciente, es decir, una forma de actuar conscientemente en la formación de estos objetivos. Por lo que la definición "aclaratoria" de Rothbard nos llevaría a entender que los seres humanos individuales tienen una acción consciente hacia una forma conscientemente actuada sobre un conjunto de objetivos. Ignoren esa sensación de que lo anterior no es más que una redundancia con ningún contenido, recuerden que la escuela de Austria está en contra del uso de la lógica y la formalización.
La cantidad de afirmaciones pseudocientíficas que tienen tanto sentido como la anterior hechas desde las filas de pensadores de la escuela de Austria son tantas, que sencillamente se necesita hacer toda una serie de artículos para explicarlas. Por lo que aquí, por el limitado espacio (y mi limitado conocimiento y experiencia en economía), tendremos que conformarnos con una conclusión sencilla: la escuela de Austria, al negar validez al estudio de los hechos empíricos y a la formalización lógico-matemática en economía; al presentar una defensa extrema de la ideología liberal sin preocuparse de los fenómenos económicos reales; y al crear varias doctrinas pseudocientíficas como la praxeología y la teoría del ciclo económico (entre otros), no merece atención alguna para aquellos que están interesados en la resolución de los auténticos problemas económicos que hoy en día aquejan a la sociedad.
Vamos, es necesario saber sobre la escuela de Austria en historia de la economía, del mismo modo que es necesario conocer sobre otras propuestas falsas como el monetarismo (aún defendido hoy día por los seguidores de la escuela de Chicago), el maltusianismo y el marxismo. Más que para tomarlas como base de la investigación, es necesario conocer sus errores para no seguir sus pasos. La escuela de Austria es más ideología que economía.
Véase más: Austrian School, entrada de la RationalWiki; La escuela austriaca contrastada, serie monográfica en El diario de Chemazdamundi; ¿Es la escuela austriaca una pseudociencia? Juzgue usted I y II, entradas del blog Todo lo que sea verdad, del economista José Luis Ferreira; Hayek: ¿economista o ideólogo?, artículo periodístico de Mario Bunge.
5. Indigenismo contra los indígenas. Volviendo un poco a ideas mamertas, defendidas por bazofias como la filosofía de la liberación, nos encontramos con un concepto que promete ser interesante: el indigenismo. Algo importante a considerar, es que este concepto es vago a más no poder, y depende mucho de quién lo use y en qué sentido.
Así es como los indigenistas se imaginan a los indígenas antes de la colonización. |
Por indigenismo se puede entender al movimiento que protege y promueve los derechos humanos de los pueblos indígenas, oponiéndose de forma militante a la discriminación por etnia; otros pueden hacer alusión al estudio de los problemas que los indígenas pueden llegar a tener en las ciudades del siglo XXI. Si el concepto se quedara ahí, el indigenismo, tan querido por el recién fallecido Luis Villoro, sería sin duda un concepto que respetarse. De hecho, cualquiera que entienda por indigenismo la anterior definición, puede saltar al siguiente número e ignorar este, pues esa definición no la cuestionaré al considerarla una auténtica necesidad humanista, en especial en América Latina y África.
Pero como dije, el concepto es muy vago, y es fácil encontrar definiciones que hacen comprender a uno que el indigenismo no es nada que deba ser apoyado por nadie que se diga preocupado por los derechos humanos. "Estudiosos" como Eva Marie Garroutte utiliza el concepto de indigenismo radical como una bandera contra los estudiosos "post-coloniales" que solo ven (dice ella) a las culturas indígenas como curiosidades. Garroutte asegura que hay toda una filosofía indígena esperando ser dada a conocer, capaz de generar nuevos conocimientos por medio de modelos de investigación alternativos a los utilizados por la tradicional filosofía occidental. Desde luego, una cosa es asegurar algo así y otra muy distinta es probarlo; hasta ahora, ni Garroutte ni nadie han logrado mostrar esos "conocimientos" ancestrales alternativos.
La definición de Garroutte se acerca mucho al anti-científico milenarismo, pero algunos van más allá, al punto de hacer de las culturas indígenas utopías soñadas por todo el mundo, mientras que la malvada civilización eurocéntrica es la causante de toda desgracia. La Wikipedia en inglés identifica a este movimiento pseudohistórico como nacionalismo étnico o nacionalismo indígena. Este tipo místico y extremista de indigenismo, sostiene una defensa de las culturas indígenas en la que no debe haber intervención alguna por parte de los "occidentalistas"; no se pueden "imponer" la educación, la salud, la tecnología, la política, la moral y la forma de vida "occidental"; se debe dejar a los indígenas así como son. Todo esto en base a la idea de que tienen derecho a preservar su identidad cultural (algo que nadie niega en ningún momento).
Entre los países latinoamericanos se suele idealizar a las culturas prehispánicas (en especial a las civilizaciones mexica, maya e inca) casi como culturas perfectas en las que se vivía de forma plena, en paz, y deberían representar el símbolo principal de cada nación, pues cada nación actual (dicen) desciende de estos grupos cruelmente destrozados por los colonialistas que no trajeron otra cosa más que pestes. Como decía al principio, es aquí donde esto ya huele a mamerto. Bajo estas ideas se asegura que todo lo que viene el occidente blanco es nocivo y que las culturas indígenas actuales están mejor sin estos. O sea, están mejor permaneciendo aisladas, sin servicios básicos de salud, sin la garantía de los derechos básicos, sin salud ni vivienda digna, sin educación y tecnología para su desarrollo; viviendo de forma aparte del mismo devenir histórico. Are you fucking serious?
Sinceramente, no logro comprender en qué clase de cabeza cabe la idea en que negar todas estas cosas es lo mejor que se puede hacer por los grupos indígenas marginados. Algunos podrían salir con la "inteligente" afirmación de que así es como "ellos" quieren seguir. Pero, ¿en realidad es así? ¿Y si les preguntamos? Ante este punto, el periodista Mauricio-José Schwarz opina sobre tan nocivas ideas que:
"Es una visión que considera que toda forma de conocimiento generada por el occidente blanco carece de validez debido a la predominancia político-militar del occidente blanco y sus prácticas colonialistas. La falacia es evidente, los gobiernos de Estados Unidos pueden haber sido tan depredadores como Napoleón Bonaparte, pero ni la ciencia francesa de principios del XIX ni la de Estados Unidos hoy son por ello depravadas ni rechazables ni inherentemente malévolas.
...esta visión permea toda la pose antisistema y contracultural: la medicina es malvada, la ciencia es sospechosa, el plástico debe ser malo, las ciudades son asquerosas, la tecnología nos aliena, nos manipulan, nos controlan... mientras que el indio vive en armonía con la naturaleza, es moral, apacible, sensato y noble, y tiene contrapartes válidas para todas las abominaciones de occidente."Schwarz asegura que esta visión que cobró fuerza durante las décadas de 1960-1970, se origina de la ignorancia del conocimiento, sobre todo, de la vida indígena y sus necesidades, debido a esa idealización romántica y neoprimitiva en la que el indígena representa una forma más apacible y moral que "los occidentales."
Estas ideas, combinadas con el misticismo milenarista, filosofías oscurantistas como las defendidas por personalidades como Dussel et.al. y junto al mamertismo que mira todo como una conspiración capitalista, hacen que un movimiento que en principio puede ser noble, acabe en una horrible ideología new age que no hace otra cosa más que vulnerar los derechos humanos. Los indígenas tienen derecho a preservar sus tradiciones y su identidad cultural, sí y eso es muy humano; pero también tienen derecho a recibir los beneficios públicos que la naciones en las que habitan están obligadas a garantizarles. Negar esto último es una decisión inhumana.
¿Qué "ellos" no lo necesitan? ¿Acaso me estás diciendo que no necesitan garantizar un mayor bienestar y mejor calidad de vida con servicios básicos como salud, vivienda, trabajo y educación? ¿Qué ellos no lo quieren? Bueno, para que ellos decidan si lo quieren o no, necesitan una educación sobre la libertad individual en la que son perfectamente capaces de elegir con pleno uso de razón y conocimiento si deciden dar la espalda a dichos derechos y beneficios. Pero eso solo puede ser posible una vez que estos derechos básicos les sean dados, no eligiendo por ellos personas que viven muy cómodamente en un departamento privado con todos los servicios, incluyendo guardia, que vende cientos de libros a estudiantes ideologizados de humanidades que además cuenta con seguro médico y otro montón de beneficios malvados de colonizadores. Eso es sencillamente una mamada (y perdonen ustedes la ofensa, pero no hay otra forma de expresar tanta hipocresía).
Véase más: Derechos indígenas y colonización, artículo de Mauricio-José Schwarz en su blog No Que Importe.
4. Biodiversidad humana... quiso decir racismo, ¿no? Pareciera que hoy en día los conceptos que suenan muy técnicos y eruditos están de moda entre los defensores de la pseudociencia. Así es como tenemos conceptos como complejidad irreductible, energía orgónica, diseño inteligente, principio antrópico, medidores de fenómeno de voz electrónica, creacionismo científico, memoria del agua, praxeología, teoría del antiguo astronauta, ley de la atracción, memética, programación neurolingüística... y también, uno que se ha puesto de moda entre antropólogos, políticos de derecha y filósofos sociales: biodiversidad humana.
Aunque por fortuna, los racistas, digo, los "estudiosos" de la biodiversidad humana son pocos, lo cierto es que esta idea vestida con las faldas científicas no solo es una pseudociencia pura y dura, sino que además es una amenaza para la integridad e igualdad ciudadana. Para empezar, hay que dejar en claro que NO existe diferencia entre la definición de biodiversidad humana y la de racismo [pseudo]científico. Biodiversidad humana es un eufemismo de racismo, así sin más.
Este eufemismo hace alusión a la idea de que existen una serie de hechos evolutivos demostrables gracias, principalmente, a la medición del IQ en las razas. La genética (según se nos dice) demuestra que hay una clara diferencia entre la inteligencia de cada raza. Esto demuestra, entonces, que las razas existen y que hay una clara diferencia unas de otras. Aunque esto suena a ideas propias de la época colonial o del Tercer Reich, lo cierto es que existen defensores que cada vez ganan más adeptos y se suelen citar entres estas figuras autores como J. Philippe Rushton, Peter Frost, Richard Lynn, Nicholas Wade, entre otros. El término es poco conocido en el mundo hispanoparlante, aunque tiene sus defensores notables tales como el filósofo y autor del blog popular La Revolución Naturalista, Eduardo Zugasti.
Zugasti representa un excelente ejemplo de lo que se conoce como "ilustrados oscuros" o neoreaccionario (calificativo que él mismo se adjudica, para que no piensen que hago difamación) que trata de simplificar de tal forma las supuestas razones por las que la mayoría "negamos" la biodiversidad humana: fraudes, errores factuales y hombres de paja. La verdad es que el asunto no es así de simple, y no se reduce solo a la apelación moral (algo que Zugasti identifica con la falacia moralista), sino que la defensa de la existencia de razas es ya de entrada un error y por tanto, el supuesto estudio "científico" de éstas resulta en ser solo pseudociencia. Profundicemos un poco más en el asunto.
La principal bandera que los racistas, digo (perdonen, es costumbre), los defensores de la biodiversidad humana utilizan para sostener sus afirmaciones, es que existe una correlación "clara" entre el coeficiente intelectual (IQ) y la raza en específico. Se nos dice que si se acepta que los estudios de IQ son ciencia (y según ellos, eso es algo que no se cuestiona en la comunidad científica), entonces tenemos que aceptar "el hecho" de que hay una diferencia entre el IQ de, por ejemplo, los asiáticos, los africanos y los europeos. Rushton (un psicólogo racista hasta los huesos, pero que al parecer sus seguidores como Zugasti lo admiraron mucho como un experto en genética y "estudioso" de las razas), por ejemplo, aseguraba que existía una correlación entre el tamaño del cerebro y el pene en las razas.
Rushton notó que los africanos tienen penes grandes en comparación con otras razas. Como todo un "genio", continúo estudiando este curioso tema, solo para concluir que hay una correlación inversa entre el tamaño del pene y del cerebro. Así, como decía, los orientales tienen penes pequeños en comparación con otras razas, pero su cerebro es mucho más grande haciendo la misma comparación; los negros en cambio, son la raza que tiene los penes más grandes pero los cerebros más pequeños. Eso sí, el tamaño de ambas partes del cuerpo en los caucásicos "europeos" siempre es el adecuado. Si usted encuentra coherencia o profundidad científica en este tipo de cosas, considere el nunca tener influencia social por el bien de las mentes que podría contaminar con este tipo de tonterías nocivas.
Contrario a lo que estos "estudiosos" creen, lo cierto es que no existe ni una aceptabilidad para los medidores de IQ en la comunidad científica, ni existe nada que demuestre de forma siquiera parcial que exista una relación entre el IQ y la raza. Vamos, no hay nada que para empezar demuestre la existencia de las razas, más allá de un concepto cómodo que se utiliza de forma ambigua. "La idea de 'las razas' es un producto ultrasimplista de la era del descubrimiento y el imperialismo europeo. Todo se clasificaba, todo se estudiaba, no siempre con bases científicas, y se intentó hacer lo mismo con los seres humanos", explica Mauricio-José Schwarz.
Lo cierto es que las evidencias son claras. No existe algo como raza, como si se tratara de una clasificación o distinción específica dentro de la taxonomía. Lo que es más, existen evidencias aplastantes de variabilidad en las poblaciones que los racistas tratan de ver como si se trataran de un único tipo (o subtipo) de humanos solo por su color de piel. La variabilidad poblacional es una fuerte razón para echar a la biodiversidad humana al mismo saco de pseudociencias nocivas como la frenología, la antropometría y la antropología nazi. Sin embargo, algunas veces se asegura que los "negadores" de la biodiversidad humana niegan las diferencias genéticas de poblaciones, lo cual no es más que un cínico hombre de paja, tal como explica Schwarz (hablando del blog de Zugasti):
4. Biodiversidad humana... quiso decir racismo, ¿no? Pareciera que hoy en día los conceptos que suenan muy técnicos y eruditos están de moda entre los defensores de la pseudociencia. Así es como tenemos conceptos como complejidad irreductible, energía orgónica, diseño inteligente, principio antrópico, medidores de fenómeno de voz electrónica, creacionismo científico, memoria del agua, praxeología, teoría del antiguo astronauta, ley de la atracción, memética, programación neurolingüística... y también, uno que se ha puesto de moda entre antropólogos, políticos de derecha y filósofos sociales: biodiversidad humana.
Este eufemismo hace alusión a la idea de que existen una serie de hechos evolutivos demostrables gracias, principalmente, a la medición del IQ en las razas. La genética (según se nos dice) demuestra que hay una clara diferencia entre la inteligencia de cada raza. Esto demuestra, entonces, que las razas existen y que hay una clara diferencia unas de otras. Aunque esto suena a ideas propias de la época colonial o del Tercer Reich, lo cierto es que existen defensores que cada vez ganan más adeptos y se suelen citar entres estas figuras autores como J. Philippe Rushton, Peter Frost, Richard Lynn, Nicholas Wade, entre otros. El término es poco conocido en el mundo hispanoparlante, aunque tiene sus defensores notables tales como el filósofo y autor del blog popular La Revolución Naturalista, Eduardo Zugasti.
Zugasti representa un excelente ejemplo de lo que se conoce como "ilustrados oscuros" o neoreaccionario (calificativo que él mismo se adjudica, para que no piensen que hago difamación) que trata de simplificar de tal forma las supuestas razones por las que la mayoría "negamos" la biodiversidad humana: fraudes, errores factuales y hombres de paja. La verdad es que el asunto no es así de simple, y no se reduce solo a la apelación moral (algo que Zugasti identifica con la falacia moralista), sino que la defensa de la existencia de razas es ya de entrada un error y por tanto, el supuesto estudio "científico" de éstas resulta en ser solo pseudociencia. Profundicemos un poco más en el asunto.
La principal bandera que los racistas, digo (perdonen, es costumbre), los defensores de la biodiversidad humana utilizan para sostener sus afirmaciones, es que existe una correlación "clara" entre el coeficiente intelectual (IQ) y la raza en específico. Se nos dice que si se acepta que los estudios de IQ son ciencia (y según ellos, eso es algo que no se cuestiona en la comunidad científica), entonces tenemos que aceptar "el hecho" de que hay una diferencia entre el IQ de, por ejemplo, los asiáticos, los africanos y los europeos. Rushton (un psicólogo racista hasta los huesos, pero que al parecer sus seguidores como Zugasti lo admiraron mucho como un experto en genética y "estudioso" de las razas), por ejemplo, aseguraba que existía una correlación entre el tamaño del cerebro y el pene en las razas.
Rushton notó que los africanos tienen penes grandes en comparación con otras razas. Como todo un "genio", continúo estudiando este curioso tema, solo para concluir que hay una correlación inversa entre el tamaño del pene y del cerebro. Así, como decía, los orientales tienen penes pequeños en comparación con otras razas, pero su cerebro es mucho más grande haciendo la misma comparación; los negros en cambio, son la raza que tiene los penes más grandes pero los cerebros más pequeños. Eso sí, el tamaño de ambas partes del cuerpo en los caucásicos "europeos" siempre es el adecuado. Si usted encuentra coherencia o profundidad científica en este tipo de cosas, considere el nunca tener influencia social por el bien de las mentes que podría contaminar con este tipo de tonterías nocivas.
Contrario a lo que estos "estudiosos" creen, lo cierto es que no existe ni una aceptabilidad para los medidores de IQ en la comunidad científica, ni existe nada que demuestre de forma siquiera parcial que exista una relación entre el IQ y la raza. Vamos, no hay nada que para empezar demuestre la existencia de las razas, más allá de un concepto cómodo que se utiliza de forma ambigua. "La idea de 'las razas' es un producto ultrasimplista de la era del descubrimiento y el imperialismo europeo. Todo se clasificaba, todo se estudiaba, no siempre con bases científicas, y se intentó hacer lo mismo con los seres humanos", explica Mauricio-José Schwarz.
Lo cierto es que las evidencias son claras. No existe algo como raza, como si se tratara de una clasificación o distinción específica dentro de la taxonomía. Lo que es más, existen evidencias aplastantes de variabilidad en las poblaciones que los racistas tratan de ver como si se trataran de un único tipo (o subtipo) de humanos solo por su color de piel. La variabilidad poblacional es una fuerte razón para echar a la biodiversidad humana al mismo saco de pseudociencias nocivas como la frenología, la antropometría y la antropología nazi. Sin embargo, algunas veces se asegura que los "negadores" de la biodiversidad humana niegan las diferencias genéticas de poblaciones, lo cual no es más que un cínico hombre de paja, tal como explica Schwarz (hablando del blog de Zugasti):
Algunos creen que esto implica negar las diferencias genéticas entre poblaciones. O les conviene decir que otros lo creen porque así los pueden pintar como imbéciles. Lo que se llama el "hombre de paja": decir (como en el blog racista) que los enemigos del racismo "niegan la variabilidad genética poblacional" y una vez habiéndolos dejado como idiotas atribuyéndoles esa afirmación que no hacen, argumenta en favor de una posición racista arbitraria.La conclusión al respecto, tal como señala Schwarz, es que todos somos mestizos. Es decir, no existe una raza como tal, sino que gracias a la deriva genética existe una variabilidad de poblaciones que sencillamente por el hecho de ser esto un hecho del mundo real (valga la redundancia), derrumba la idea de raza. Esto se muestra por los estudios en genética de poblaciones, los cuales han demostrado que todos, sí todos, somos "hijos de África." Idea que parece no gustar a los "ilustrados oscuros."
Véase más: IQ and race, entrada en The Skeptic's Dictionary; Racial realism y Neoreactionary movement, entradas de la RationalWiki; Race, Intelligence and Limits of Science: Reflection on the Moral Absurdity of "Racial Realism", ensayo de Tim Wise; Raza, poblaciones y biodiversidad humana, artículo de Mauricio-José Schwarz.
3. Desvaríos lacanianos. Obviamente no podía faltar pasar lista a uno de los autores posmodernos más famosos y oscuros de todos: Jacques Lacan, el psicoanalista que buscaba en la abstracción matemática el supuesto sustento científico del piscoanálisis (cosa que no afirmó Lacan sino su admirador Althusser). A finales del año pasado, el CUCSH de la U de G fue, para mi tristeza, la sede del XII Congreso de la hoy disuelta Red Analítica Lacaniana, una asociación de "investigadores" que como escolastas, buscaban y comentaban los textos escritos por psicoanalistas que van desde Freud al ya mencionado Lacan.
Para sus seguidores, Lacan no solo fue un gran psicoanalista, sino que también fue un antropólogo filosófico que miró con increíble "profundidad" lo que Freud ya había denominado "el malestar en la cultura." Es decir, un supuesto analista del incosciente social en el que es la cultura (o sea, el entorno social) lo que enferma a las personas, las reprime y las enajena. Lacan tiene algunas frases "célebres" que brillan por oscurantistas (tales como "el inconsciente es la política", "Sócrates fue el primer psicoanalista", "amar es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es", "si usted ha comprendido, seguramente está equivocado" o "ser psicoanalista es, sencillamente, abrir los ojos ante la evidencia de que nada es más disparatado que la realidad humana"), elogiadas por sus seguidores, pero puestas en el banquillo por sus detractores como muestras de charlatanería, o mejor dicho de charLacanería.
El charLacan ha sido criticado desde varios frentes. Tanto por darle un tinte ininteligible al psicoanálisis que dice defender, como por sus matemáticas imaginarias en las que, a toneladas de tinta derramada sobre su pensamiento, fue incapaz de mostrar un solo argumento o justificación de cómo sus "ecuaciones" y "su" topología se relacionaba de forma lógica con el psicoanálisis o con cualquier otra cosa.
Algo que se les agradece a los lacanianos (solo en parte) es que aceptan que el psicoanálisis no es ciencia, sino charlatanería. Desde luego, Lacan y sus seguidores no eran y no son tontos (solo son irracionales, lo cual no es lo mismo). Cuando Lacan decía que el psicoanálisis es charlatanería, se refería a que éste era una disciplina de "la charla." Pero otros no solo piensan (pensamos) que el psicoanálisis, y en especial el psicoanálisis lacaniano, es charlatanería en tanto que es una disciplina de "la charla", sino que es charlatanería pseudo y anti-científica porque 1) muestra un abuso de términos lógico matemáticos que se ve a leguas que Lacan jamás entendió. Ejemplo de ello son sus "fórmulas de sexuación"; 2) no hay un vínculo lógico entre las matemáticas empleadas por Lacan y el psicoanálisis, o cualquier otro tipo de análisis que trate de ser social o psicológico; 3) hace de una pseudociencia más o menos inteligible en sus inicios, toda una doctrina esotérica que brilla por su oscurantismo; y 4) no hay ni valor filosófico, psicológico, antropológico o de cualquier otro tipo en la obra de Lacan y sus seguidores (más allá de los elogios que estos se dan entre sí mismos).
Lo que sí hay mucho en Lacan et.al. es un profundo descontento con la razón y la ciencia, llegando asegurar algunos de sus discípulos actuales que el mayor problema de la humanidad actual es que "hay demasiada ciencia"; o sea, ¿hay demasiado conocimiento bien estructurado que tiene consistencia y que además es inteligible, pero poco apoyo a choradas ininteligibles como las que escribió Lacan? Y luego me dicen que no es charlatanería pura y dura.
En el célebre libro Imposturas Intelectuales, Alan Sokal y Jean Bricmont dedican el primer capítulo a los escritos de Lacan, en los que concluyen hablando sobre los defensores de este posmodernista:
2. Vallejo, el analfabeta ¿bromista? Hasta aquí, debo admitir que todo lo que he escrito ha sido para mí, un deleite, pues he tenido que informarme de forma un poco más robusta sobre aquello que hasta ahora hemos visto que son solo choradas. He disfrutado escribir este post... hasta ahora. Ya que ahora llegamos al punto en el que tendré que gastar mi tiempo y mi espacio de publicación en los dos primeros lugares de este top, que considero sencillamente insoportables: el arrogante y analfabestia Fernando Vallejo y las nocivas ideas egoístas de Ayn Rand. Comencemos con estos abortos de las humanidades.
Fernando Vallejo es conocido sobre todo en Latinoamérica como uno de los literatos con una prosa exquisita y mordaz, popularizada en sus principales novelas La Puta de Babilonia y La Virgen de los Sicarios. En su obra literaria, muestra lo que para muchos es una excelente crítica a la Iglesia Católica, haciendo de Vallejo un anti-católico que muchos desde el movimiento ateo admiran junto a otros (verdaderos) grandes literatos como José Saramago y Pablo Neruda (no hablemos de Gabriel García Márquez, no vaya a ser que a los fanáticos de Vallejo les de el patatús).
A pesar que dice ser un misántropo de primera, afirmando aquí y allá que los únicos que "merecen" este planeta son los animales y no los humanos (como si en el desarrollo y la continuidad de la vida existiera algo así como "justicia natural" en la que se da lo que cada uno merece), parece quedar muy contento cada vez que sus opiniones llegan a miles o millones de sus seguidores... que por cierto son todos humanos, así que, si tú eres fan de Vallejo, considera que el tipo te tiene en una clase de amor-odio: por un lado, debe odiarte porque eres humano y como tal, no mereces vivir, pero a la vez te debe amar ya que gracias a que compras sus libros, él puede seguir presentándose en auditorios internacionales tal como lo hizo a finales del año pasado en la FIL Guadalajara, solo frente a multitudes de individuos que dice que no merecen vivir, pero que sin embargo, parece sentirse muy cómodo. Que raro, ¿no?
No hay duda alguna que muchos colocan las obras literarias de Vallejo junto a las mejores joyas de la literatura del siglo XXI, y tal vez tienen razón en admirar la forma en que este autor se expresa y hace que uno "se clave" en la lectura. Pero cuestiono seriamente el que Vallejo sea uno de los autores que necesariamente alguien que se diga culto deba leer. Las críticas que hace, tanto a instituciones como la iglesia como sus bipolares afirmaciones misántropas, no son originales y se pueden encontrar más de éstas en autores como Oscar Wilde, Mark Twain, Edgar Allan Poe, Victor Hugo... en fin, hay mucha joya literaria de ayer y hoy que puede ocupar el lugar de Vallejo. Pero aún no llegamos a la peor parte de Vallejo.
Como si no fuera ya bastante ver cómo se elogia a este sujeto por su calidad de buen escritor, Vallejo es también un analfabeta científico en todo sentido. No me malinterpreten, pienso que el ser ignorante de la ciencia es algo común que le ha pasado (nos ha pasado) tanto a humanistas como al público en general, por x o y razones. Pablo Neruda en su autobiografía Confieso que he Vivido, nos narra que él nunca aprendió a dividir, y aun así, no creo que exista alguien que pueda decir que Neruda haya sido un personaje nocivo o prescindible para la cultura. Pero el caso de Vallejo es totalmente distinto.
Y es que el sujeto no solo no sabe de ciencia, sino que además, tiene el descaro de atacar algunas de las más grandes figuras de la ciencia como Newton, Einstein y Darwin, y de llamarlos los más grandes impostores. Vallejo denuncia estos "impostores" en dos libros lamentables: La tautología darwinista y El manualito de imposturología física. Pareciera que Vallejo no se da cuenta que, como narra Klaus Ziegler, si sus afirmaciones fueran correctas, sería el logro intelectual más grande jamás realizado (¡un literato que refuta a las grandes figuras de la ciencia!). Pero para tristeza de todos, sus libros anti-científicos no son más que eso, anti-ciencia sacada de un desconocimiento preocupante de la ciencia de primaria más básica.
Ziegler nos platica al respecto que:
Si hay algo preocupante con Vallejo y sus mentadas de madre de libros, es que existen decenas de miles de personas, muchos de ellos jóvenes, que aplauden y adulan al "maestro Fernando Vallejo" sin mostrar un poco de crítica. Algunos de sus seguidores han llegado a decir que "El manualito" y "La tautología"no son más que libros hechos en broma, con el único motivo de tener a Vallejo en las mesas de discusión o en los cafés filosóficos hablando sobre él. O sea, una provocación ofensiva y vulgar para llamar la atención.
Véase más: Lo que no soporto de Fernando Vallejo, artículo de David Osorio en su blog De Avanzada; Fernando Vallejo: lo bueno, lo malo y lo feo, artículo de Klaus Ziegler en el diario El Espectador.
1. Objetivismo que de objetivo no tiene nada. Otro autor de novelas que hoy en día está de moda entre grupos que se creen cultos y racionales, es la pedagoga Ayn Rand. Hace un tiempo, en mi Ask me preguntaban sobre mi opinión del pensamiento de Rand, a lo que respondí sencillamente que aquella pensadora (si es así se le puede llamar) entra en los pseudofilósofos populares de los que no creo sea necesario siquiera tomar en cuenta.
Sigo pensando que no hay nada en Rand que pueda ser de algún beneficio a la reflexión filosófica... y mucho menos a la decisión política y económica. También sigo pensando que gastar palabras en opinar sobre Rand es una pérdida de tiempo, pero bueno, he perdido el tiempo con otras cosas de igual valor como debatir con creacionistas y opinar sobre Vallejo, así que, ¿qué más da? ¡Hablemos un poco de Ayn Rand!
Desde luego, hay una serie de acusaciones ad-hominem sobre Rand y sus pupilos, algo que Gabriel Andrade (y sus comentaristas) hace el favor de aclarar. Sin embargo, la filosofía de Rand tiene mucho de nocivo, poco original y hasta despreciable. Es curioso que hoy en día algunos de los principales admiradores de Rand sean los libertarios, siendo que la misma Rand odiaba el libertarismo; esto parece ser algo que libertarios como Michael Shermer ignoran a la hora de elogiar la célebre novela La Rebelión de Atlas.
Rand llama a su pensamiento objetivismo, el cual no se traduce más que en "la doctrina de lo que opinaba Rand" y punto. El objetivismo actual se mantiene igual, siguiendo los dogmas imaginados por Rand sobre el individualismo, la filosofía política y el egoísmo ético. Rand aseguraba que el capitalismo es el orden natural de la sociedad, el cual responde a la naturaleza egoísta de los individuos. Quizás por esto es que objetivistas, como el multimillonario banquero Alan Greenspan, se mostraron sorprendidos ante la crisis económica 2008-2010 que azotó el mundo. Tal y como pasan con los fanáticos de una secta, cuando se enfrentan a un hecho que contradice su dogma, en vez de desechar el dogma, lo reafirman y culpan a cualquier otra cosa.
Así, Greenspan aseguró que lo que había ocurrido era por culpa de las "fallas humanas" y no tanto porque su creencia no hace referencia a la realidad. Mario Bunge, en su monumental obra Filosofía Política. Solidaridad, Cooperación y Democracia Integral, nos dice que objetivistas como Greenspan apelan a lo mismo que otros seguidores de doctrinas igual de falsas, como los stalinistas: el sistema es perfecto, pero los encargados de mantenerlo son imperfectos, de modo que, cuando fallan, merecen ser destruidos. "¿Cómo sabemos que el sistema es perfecto? Por que lo afirmó la profetisa. Y ¿cómo sabemos que todos los seres humanos son egoístas? Porque lo aseguró otro profeta." Puede parecer simplista, pero esta es la lógica que sigue un objetivista actual.
Los objetivistas se suelen hacer llamar también "pro-capitalistas" y desde Rand muestran una falta de originalidad y trascendencia en todo su contenido filosófico. Rand postuló que seguía una metafísica realista, una epistemología racional, una filosofía política que apoya ciegamente el laissez-faire y, en congruencia con esto último, una ética egoísta en la que el altruismo es inmoral (y aunque hay defensores que dicen que Rand no consideraba que el altruismo era inmoral, lo cierto es que ella sí dijo que ayudar a otros es inmoral). Lo único que es original de su pensamiento es su ética, la cuál es falsa y nefasta, tal como la historia y la psicología actuales lo demuestran.
Rand es un icono para los ateos, libertarios y anarco-capitalistas que abundan en las redes sociales, sin detenerse a cuestionar por un segundo las afirmaciones objetivistas y sus terribles implicaciones en la moral, la política y la economía. Desde luego, como en todo, hay puntos favorables y válidos, como el hecho que Rand defendía los principios de libertad individual... pero es entonces cuando uno se da cuenta que esto no ni de cerca algo que Rand haya concluido, sino que más bien solo lo "tomó prestado" de la ya existente filosofía liberal.
Si tú tienes interés en profundizar sobre las ideas de Rand, bien puedes leer La Rebelión de Atlas, su principal obra. Pero no creo que necesites perder tanto el tiempo buscando otras obras de la autora.
Véase más: Filosofía Política. Solidaridad, Cooperación y Democracia Integral, de Mario Bunge, Gedisa, 2009; Ayn Rand y Objectivism, entradas de la RationalWiki; El blog dedicado a refutar el objetivismo Ayn Ran Contra Human Nature; About Objectivism 1, 2, 3 y 4, artículos de Massimo Pigliucci.
Ahora sí, preparado para que me linchen en 3, 2, 1...
3. Desvaríos lacanianos. Obviamente no podía faltar pasar lista a uno de los autores posmodernos más famosos y oscuros de todos: Jacques Lacan, el psicoanalista que buscaba en la abstracción matemática el supuesto sustento científico del piscoanálisis (cosa que no afirmó Lacan sino su admirador Althusser). A finales del año pasado, el CUCSH de la U de G fue, para mi tristeza, la sede del XII Congreso de la hoy disuelta Red Analítica Lacaniana, una asociación de "investigadores" que como escolastas, buscaban y comentaban los textos escritos por psicoanalistas que van desde Freud al ya mencionado Lacan.
Para sus seguidores, Lacan no solo fue un gran psicoanalista, sino que también fue un antropólogo filosófico que miró con increíble "profundidad" lo que Freud ya había denominado "el malestar en la cultura." Es decir, un supuesto analista del incosciente social en el que es la cultura (o sea, el entorno social) lo que enferma a las personas, las reprime y las enajena. Lacan tiene algunas frases "célebres" que brillan por oscurantistas (tales como "el inconsciente es la política", "Sócrates fue el primer psicoanalista", "amar es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es", "si usted ha comprendido, seguramente está equivocado" o "ser psicoanalista es, sencillamente, abrir los ojos ante la evidencia de que nada es más disparatado que la realidad humana"), elogiadas por sus seguidores, pero puestas en el banquillo por sus detractores como muestras de charlatanería, o mejor dicho de charLacanería.
El charLacan ha sido criticado desde varios frentes. Tanto por darle un tinte ininteligible al psicoanálisis que dice defender, como por sus matemáticas imaginarias en las que, a toneladas de tinta derramada sobre su pensamiento, fue incapaz de mostrar un solo argumento o justificación de cómo sus "ecuaciones" y "su" topología se relacionaba de forma lógica con el psicoanálisis o con cualquier otra cosa.
Algo que se les agradece a los lacanianos (solo en parte) es que aceptan que el psicoanálisis no es ciencia, sino charlatanería. Desde luego, Lacan y sus seguidores no eran y no son tontos (solo son irracionales, lo cual no es lo mismo). Cuando Lacan decía que el psicoanálisis es charlatanería, se refería a que éste era una disciplina de "la charla." Pero otros no solo piensan (pensamos) que el psicoanálisis, y en especial el psicoanálisis lacaniano, es charlatanería en tanto que es una disciplina de "la charla", sino que es charlatanería pseudo y anti-científica porque 1) muestra un abuso de términos lógico matemáticos que se ve a leguas que Lacan jamás entendió. Ejemplo de ello son sus "fórmulas de sexuación"; 2) no hay un vínculo lógico entre las matemáticas empleadas por Lacan y el psicoanálisis, o cualquier otro tipo de análisis que trate de ser social o psicológico; 3) hace de una pseudociencia más o menos inteligible en sus inicios, toda una doctrina esotérica que brilla por su oscurantismo; y 4) no hay ni valor filosófico, psicológico, antropológico o de cualquier otro tipo en la obra de Lacan y sus seguidores (más allá de los elogios que estos se dan entre sí mismos).
Lo que sí hay mucho en Lacan et.al. es un profundo descontento con la razón y la ciencia, llegando asegurar algunos de sus discípulos actuales que el mayor problema de la humanidad actual es que "hay demasiada ciencia"; o sea, ¿hay demasiado conocimiento bien estructurado que tiene consistencia y que además es inteligible, pero poco apoyo a choradas ininteligibles como las que escribió Lacan? Y luego me dicen que no es charlatanería pura y dura.
En el célebre libro Imposturas Intelectuales, Alan Sokal y Jean Bricmont dedican el primer capítulo a los escritos de Lacan, en los que concluyen hablando sobre los defensores de este posmodernista:
"Los defensores de Lacan... tienden a responder a estas críticas con una estrategia que podríamos llamar de "ni/ni": esos escritos no se deben valorar ni como científicos, ni como filosóficos, ni como poéticos, ni... Nos hallamos ante lo que se podría denominar <<misticismo laico>>: misticismo, porque el discurso intenta producir efectos mentales que no son puramente estéticos, pero sin apelar a la razón; laico, porque las referencias culturales (Kant, Hegel, Marx, Freud, matemáticas, literatura contemporánea, etc.) no tienen nada que ver con las religiones tradicionales y son atractivas para el lector moderno. Por lo demás, los escritos de Lacan adquirieron, con el tiempo, un carácter cada vez más críptico -característica común de muchos textos sagrados-, combinando los juegos de palabras y la sintaxis fracturada, y sirviendo de base para la exégesis reverente de sus discípulos. Es pues, legítimo preguntarse si no estamos, al fin y al cabo, en presencia de una nueva religión."Véase más: Imposturas Intelectuales, de Alan Sokal y Jean Breacmont, Paidós, 1999; El posmodernismo ¡Vaya Timo! de Gabriel Andrade, Laetoli, 2013; "The Art of Darkness", por Maarten Boudry en Scientia Salon.
2. Vallejo, el analfabeta ¿bromista? Hasta aquí, debo admitir que todo lo que he escrito ha sido para mí, un deleite, pues he tenido que informarme de forma un poco más robusta sobre aquello que hasta ahora hemos visto que son solo choradas. He disfrutado escribir este post... hasta ahora. Ya que ahora llegamos al punto en el que tendré que gastar mi tiempo y mi espacio de publicación en los dos primeros lugares de este top, que considero sencillamente insoportables: el arrogante y analfabestia Fernando Vallejo y las nocivas ideas egoístas de Ayn Rand. Comencemos con estos abortos de las humanidades.
A pesar que dice ser un misántropo de primera, afirmando aquí y allá que los únicos que "merecen" este planeta son los animales y no los humanos (como si en el desarrollo y la continuidad de la vida existiera algo así como "justicia natural" en la que se da lo que cada uno merece), parece quedar muy contento cada vez que sus opiniones llegan a miles o millones de sus seguidores... que por cierto son todos humanos, así que, si tú eres fan de Vallejo, considera que el tipo te tiene en una clase de amor-odio: por un lado, debe odiarte porque eres humano y como tal, no mereces vivir, pero a la vez te debe amar ya que gracias a que compras sus libros, él puede seguir presentándose en auditorios internacionales tal como lo hizo a finales del año pasado en la FIL Guadalajara, solo frente a multitudes de individuos que dice que no merecen vivir, pero que sin embargo, parece sentirse muy cómodo. Que raro, ¿no?
No hay duda alguna que muchos colocan las obras literarias de Vallejo junto a las mejores joyas de la literatura del siglo XXI, y tal vez tienen razón en admirar la forma en que este autor se expresa y hace que uno "se clave" en la lectura. Pero cuestiono seriamente el que Vallejo sea uno de los autores que necesariamente alguien que se diga culto deba leer. Las críticas que hace, tanto a instituciones como la iglesia como sus bipolares afirmaciones misántropas, no son originales y se pueden encontrar más de éstas en autores como Oscar Wilde, Mark Twain, Edgar Allan Poe, Victor Hugo... en fin, hay mucha joya literaria de ayer y hoy que puede ocupar el lugar de Vallejo. Pero aún no llegamos a la peor parte de Vallejo.
Como si no fuera ya bastante ver cómo se elogia a este sujeto por su calidad de buen escritor, Vallejo es también un analfabeta científico en todo sentido. No me malinterpreten, pienso que el ser ignorante de la ciencia es algo común que le ha pasado (nos ha pasado) tanto a humanistas como al público en general, por x o y razones. Pablo Neruda en su autobiografía Confieso que he Vivido, nos narra que él nunca aprendió a dividir, y aun así, no creo que exista alguien que pueda decir que Neruda haya sido un personaje nocivo o prescindible para la cultura. Pero el caso de Vallejo es totalmente distinto.
Y es que el sujeto no solo no sabe de ciencia, sino que además, tiene el descaro de atacar algunas de las más grandes figuras de la ciencia como Newton, Einstein y Darwin, y de llamarlos los más grandes impostores. Vallejo denuncia estos "impostores" en dos libros lamentables: La tautología darwinista y El manualito de imposturología física. Pareciera que Vallejo no se da cuenta que, como narra Klaus Ziegler, si sus afirmaciones fueran correctas, sería el logro intelectual más grande jamás realizado (¡un literato que refuta a las grandes figuras de la ciencia!). Pero para tristeza de todos, sus libros anti-científicos no son más que eso, anti-ciencia sacada de un desconocimiento preocupante de la ciencia de primaria más básica.
Ziegler nos platica al respecto que:
"Sus dos libros “científicos” son el mejor ejemplo de las limitaciones que encierra una formación exclusivamente humanística o literaria. No sorprende que algunos “intelectuales literarios”, como el mismo autor, o como Antonio Caballero, a menudo se vean en dificultades para razonar con conceptos abstractos o impedidos para reconocer las falacias lógicas más elementales. De el “Manualito”, escribió Caballero emocionado: “…es, repito, un placer: de claridad, y de ironía, de sonoridad y de inteligencia. De buena literatura”. ¿Placer de inteligencia? El libro, además de estar plagado de errores, abunda en lugares comunes, en las mismas irreverencias trilladas, en las mismas vulgaridades. Vallejo se muestra corto de creatividad, flojo, repetitivo.""Como tantos otros autoproclamados genios que pretenden desmontar la física con palabras (porque lo de los datos, las pruebas, los hechos y las demostraciones no se les da muy bien), desprecia todo lo que no entiende y se burla de todo lo que lo rebasa, sin darse cuenta del ridículo en el que cae", nos dice por su parte Mauricio-José Schwarz.
Si hay algo preocupante con Vallejo y sus mentadas de madre de libros, es que existen decenas de miles de personas, muchos de ellos jóvenes, que aplauden y adulan al "maestro Fernando Vallejo" sin mostrar un poco de crítica. Algunos de sus seguidores han llegado a decir que "El manualito" y "La tautología"no son más que libros hechos en broma, con el único motivo de tener a Vallejo en las mesas de discusión o en los cafés filosóficos hablando sobre él. O sea, una provocación ofensiva y vulgar para llamar la atención.
Véase más: Lo que no soporto de Fernando Vallejo, artículo de David Osorio en su blog De Avanzada; Fernando Vallejo: lo bueno, lo malo y lo feo, artículo de Klaus Ziegler en el diario El Espectador.
1. Objetivismo que de objetivo no tiene nada. Otro autor de novelas que hoy en día está de moda entre grupos que se creen cultos y racionales, es la pedagoga Ayn Rand. Hace un tiempo, en mi Ask me preguntaban sobre mi opinión del pensamiento de Rand, a lo que respondí sencillamente que aquella pensadora (si es así se le puede llamar) entra en los pseudofilósofos populares de los que no creo sea necesario siquiera tomar en cuenta.
Sigo pensando que no hay nada en Rand que pueda ser de algún beneficio a la reflexión filosófica... y mucho menos a la decisión política y económica. También sigo pensando que gastar palabras en opinar sobre Rand es una pérdida de tiempo, pero bueno, he perdido el tiempo con otras cosas de igual valor como debatir con creacionistas y opinar sobre Vallejo, así que, ¿qué más da? ¡Hablemos un poco de Ayn Rand!
Desde luego, hay una serie de acusaciones ad-hominem sobre Rand y sus pupilos, algo que Gabriel Andrade (y sus comentaristas) hace el favor de aclarar. Sin embargo, la filosofía de Rand tiene mucho de nocivo, poco original y hasta despreciable. Es curioso que hoy en día algunos de los principales admiradores de Rand sean los libertarios, siendo que la misma Rand odiaba el libertarismo; esto parece ser algo que libertarios como Michael Shermer ignoran a la hora de elogiar la célebre novela La Rebelión de Atlas.
Rand llama a su pensamiento objetivismo, el cual no se traduce más que en "la doctrina de lo que opinaba Rand" y punto. El objetivismo actual se mantiene igual, siguiendo los dogmas imaginados por Rand sobre el individualismo, la filosofía política y el egoísmo ético. Rand aseguraba que el capitalismo es el orden natural de la sociedad, el cual responde a la naturaleza egoísta de los individuos. Quizás por esto es que objetivistas, como el multimillonario banquero Alan Greenspan, se mostraron sorprendidos ante la crisis económica 2008-2010 que azotó el mundo. Tal y como pasan con los fanáticos de una secta, cuando se enfrentan a un hecho que contradice su dogma, en vez de desechar el dogma, lo reafirman y culpan a cualquier otra cosa.
Así, Greenspan aseguró que lo que había ocurrido era por culpa de las "fallas humanas" y no tanto porque su creencia no hace referencia a la realidad. Mario Bunge, en su monumental obra Filosofía Política. Solidaridad, Cooperación y Democracia Integral, nos dice que objetivistas como Greenspan apelan a lo mismo que otros seguidores de doctrinas igual de falsas, como los stalinistas: el sistema es perfecto, pero los encargados de mantenerlo son imperfectos, de modo que, cuando fallan, merecen ser destruidos. "¿Cómo sabemos que el sistema es perfecto? Por que lo afirmó la profetisa. Y ¿cómo sabemos que todos los seres humanos son egoístas? Porque lo aseguró otro profeta." Puede parecer simplista, pero esta es la lógica que sigue un objetivista actual.
Los objetivistas se suelen hacer llamar también "pro-capitalistas" y desde Rand muestran una falta de originalidad y trascendencia en todo su contenido filosófico. Rand postuló que seguía una metafísica realista, una epistemología racional, una filosofía política que apoya ciegamente el laissez-faire y, en congruencia con esto último, una ética egoísta en la que el altruismo es inmoral (y aunque hay defensores que dicen que Rand no consideraba que el altruismo era inmoral, lo cierto es que ella sí dijo que ayudar a otros es inmoral). Lo único que es original de su pensamiento es su ética, la cuál es falsa y nefasta, tal como la historia y la psicología actuales lo demuestran.
Rand es un icono para los ateos, libertarios y anarco-capitalistas que abundan en las redes sociales, sin detenerse a cuestionar por un segundo las afirmaciones objetivistas y sus terribles implicaciones en la moral, la política y la economía. Desde luego, como en todo, hay puntos favorables y válidos, como el hecho que Rand defendía los principios de libertad individual... pero es entonces cuando uno se da cuenta que esto no ni de cerca algo que Rand haya concluido, sino que más bien solo lo "tomó prestado" de la ya existente filosofía liberal.
Si tú tienes interés en profundizar sobre las ideas de Rand, bien puedes leer La Rebelión de Atlas, su principal obra. Pero no creo que necesites perder tanto el tiempo buscando otras obras de la autora.
Véase más: Filosofía Política. Solidaridad, Cooperación y Democracia Integral, de Mario Bunge, Gedisa, 2009; Ayn Rand y Objectivism, entradas de la RationalWiki; El blog dedicado a refutar el objetivismo Ayn Ran Contra Human Nature; About Objectivism 1, 2, 3 y 4, artículos de Massimo Pigliucci.
Ahora sí, preparado para que me linchen en 3, 2, 1...
La facha de Eduardo Zugasti no tiene arreglo.
ResponderEliminarSí lo sé... el mantiene su defensa incoherente al racismo para verlo como ciencia... es muy triste, porque cuando supe de la existencia de su blog, me gustó su contenido sobre naturalismo y filosofía natural. Triste decepción, pero bueno, así es la vida...
EliminarÚjule, perdóname, pero discúlpame, pero yo estuve en el 132 de Yucatán y en diversos foros y te puedo decir que había de todo: desde los mamertos irracionales anti-ciencia que querían instaurar el socialismo a la Cuba o Venezuela, hasta personas de una izquierda que trata de ser racionalista e ilustrada, gente con muchas luces, conocimientos y estudios, y conspiranoicos de ovnis. En fin, había de todo.
ResponderEliminarTe creo Maik. Como en todo, siempre es posible encontrar personas cuerdas, que de verdad muestran una sincera preocupación social, pero el movimiento en general, y a lo que he visto yo, está más dominado por el fanatismo que incluso alienta conspiranoias como los chemtrails, el Nuevo Orden Mundial, entre otros (me consta).
EliminarSi, al final se decantó por allá. Creo que es por eso que muchos nos desilusionamos y nos fuimos. Ahora los 132 no son lo mismo que en 2012. Los mamertos usuales se quedaron con el movimiento :/
EliminarTodo iba muy bien hasta que introduciste a Bunge y a su concepción de lo que es "científico" o "ciencia". Y es que sólo quizá, Bunge no tiene la última palabra al respecto...
ResponderEliminarDesde luego que Bunge no tiene la última palabra. De hecho no recuerdo haber hablado sobre su concepción de ciencia... tal vez lo haga en el futuro para debatir el asunto, pero no sé a qué parte del artículo te refieres.
EliminarExcelente artículo. Me trae a colación la situación que vivimos en Argentina.
ResponderEliminarLo que pusiste del indigenismo me recuerda al actual debate que estamos atravesado por la reforma del Código Penal. El principal encargado es el juez Zaffaroni, que es de la Corte Suprema y es un admirador confeso de Foucault. Más allá de lo bueno o malo que sea su anteproyecto, hay un punto que a mí me pareció totalmente negativo: Si un integrante de una comunidad indígena comete un crimen pero esa comunidad lo castiga de acuerdo a su tradición entonces la justicia Nacional no tiene que hacer nada. En otras palabras, se deja a los aborígenes tener su propio sistema jurídico legal.
También en líneas generales la intelectualidad kirchnerista (que adhiere al actual Gobierno) es bastante pobre. Son admiradores de Nietzsche, Heidegger, Derrida, Baudrillard y Foucault. Sostienen también posturas latinoamericanistas. En fin, basura
Vaya, eso de tomar decisiones políticas en base a filosofía basura es sin duda un grave problema. Esto se deriva mucho sin duda de esa filosofía latinoamericana nacionalista e irracional que ha infectado muchos países hispanohablantes. Tanto en el gobierno como en las universidades.
EliminarEs triste saber esa situación, esperemos que se pueda cambiar antes de tener daños irreversibles.
La cuestión de la “Biodiversidad Humana” (BDH) me parece muy interesante. Desde hace un tiempo le he estado siguiendo la pista, aunque tratando de tener cuidado con los supuestos elementos pseudocientíficos e ideológicos que algunos le atribuyen. Sin embargo, un problema que veo es que muchos de sus detractores pecan de aquello que precisamente denuncian, encontrándose entre sus filas creyentes de la tabla rasa y progres moralistas.
ResponderEliminarEn principio, la hipótesis de que existen diferencias biológicas heredables entre individuos, sexos y poblaciones me parece razonable, teniendo en cuenta las estrategias reproductivas únicas de cada sexo (el propio Darwin habló de selección sexual, por ejemplo), así como las historias evolutivas divergentes entre poblaciones humanas.
Sobre esto último, pareciera ser que el consenso apunta a que “la humanidad” surgió de África; no obstante, mucho ha sucedido desde la salida de aquel continente hace 125.000 años, más o menos. La idea de que desde entonces la evolución se detuvo para garantizar un igualitarismo universal se parecería mucho a un creacionismo laico.
Es claro que la evolución no aplica sólo “del cuello para abajo”. No parece haber problema en aceptar que rasgos fenotípicos observables (color de ojos, tipo de cabello, etc.), así como algunas características fenotípicas únicas (como los mayores índices de intolerancia a la lactosa entre asiáticos, así como la resistencia genética a la malaria entre algunas poblaciones) son el producto de adaptaciones a determinados ambientes. La controversia entra cuando se trata se dar igualmente una explicación evolutiva a rasgos cognitivos y conductuales, como diferencias de inteligencia entre poblaciones o diferentes conductas sexuales entre sexos. Pero ¿por qué habría de hacerse tal excepción?
Por supuesto, son cuestionables los intentos de explicar exclusivamente estas diferencias en términos genéticos/evolutivos, lo mismo que justificar distintos estatus sociales. Pero no me parece que esto siempre suceda. De hecho, muchos autores que sin llegar a calificarse como adherentes de la BDH pero que bien podrían ser calificados como tal, como Steven Pinker (él ha hablado sobre la explicación genética de la inteligencia de los judíos, por ejemplo), son progresistas.
Error de dedo: Entiendese que cuando digo "características fenotípicas únicas" me refiere obviamente a las carácterísticas genotípicas.
EliminarBueno, pienso que hay tanto una confusión como un hombre de paja resultado de esa confusión.
EliminarPrimero, decir que los detractores de la BDH son creyentes de la tabla rasa es incorrecto (yo no lo soy, y tampoco los autores que cité), una falsa generalización, y aun cuando lo fueran, eso no restaría validez a las críticas que se hace del racismo científico, ya que los estudios en los que se supone se "fundamenta" no tienen en realidad una conexión lógica.
Hay un hombre de paja con la idea de que los detractores de la BDH creemos que la evolución se detuvo hace 125,000 años (aprox.). Nada de eso, se tiene muy presente que la evolución es un proceso continuo que hasta nuestros días existe. Es la selección natural justamente la razón por la que existe una variedad de colores de piel, de pelo y de ojos (los ojos de color verde y azul, por ejemplo, son una mutación que se originó hace más o menos unos 30,000 años -según recuerdo- en un solo individuo. Todo ser humano de ojos de color descienden de ese individuo). Pero de ahí a pensar que los cambios evolutivos se dan en las razas es un razonamiento equivocado. No hay cambios evolutivos en razas como tal, sino en poblaciones. El término raza no es siquiera un concepto científico. No se usa en biología evolutiva ni en genética de poblaciones ni en ninguna ciencia que se respete.
En cuanto a características fenotípicas como la intolerancia a la lactosa en Asia, y otras cosas parecidas, creo que te sería útil mirar los enlaces de referencia que pongo al final. El tema es interesante precisamente porque sus defensores hacen un revolcadero de buena ciencia y buena divulgación (como el del blog La Revolución Naturalista), y los juntan con burda pseudociencia como los estudios de IQ, los estudios actuales de craneometría, y la retórica que hace ver a la psicología evolucionista y la genética de poblaciones como si apoyaran sus ideas racistas.
Antes que nada, olvidé comentar algo muy importante: Con independencia de si la BDH es una "tontería" o no, me sorprende verla en esta lista. Según entiendo, también por experiencia personal, el modelo standard dentro de las ciencias sociales es algo cercano a la creencia de que la cultura lo es todo o casi todo para le mente. Un tipo de tabla rasa o "determinismo cultural":
Eliminarhttp://en.wikipedia.org/wiki/Standard_social_science_model
Nadie ha dicho que todos los detractores de la BDH, ni siquiera la mayoría, sean creyentes en la tabla rasa, lo cual ciertamente sería una generalización incorrecta; lo que sí se ha dicho, en cambio, es que muchos lo son. Algo similar ocurre con la denuncia de que la evolución humana se “detuvo”. Me parece que al intentar denunciar hombres de paja paradójicamente los cometes.
Algunos creen que el concepto de “raza” o “subespecie” (entiendo que son bastante intercambiables), tal y como se utiliza en otras especies animales, es perfectamente a los humanos y/o tiene alguna utilidad. Tal es el caso de dos pesados dentro de la biología, como Richard Dawkins y Ernst Mayr, de quienes nadie duda que sean científicos respetables. (Ojo, no estoy diciendo que esto sea correcto porque lo dicen estas autoridades. Sólo estoy contradiciendo tu negación de la cientificidad o seriedad del realismo racial).
Por supuesto, es bastante arbitrario decidir qué tan diferentes deben ser las poblaciones humanas como para que constituyan “razas” diferentes. Pero esta no es una cuestión exclusiva a la hora de hacer una taxonomía de la especie humana, sino de todas las especies.
Sobre los estudios de IQ, que tratan de medir la llamada "inteligencia general" o "factor g" de toda la vida, tienen un alto poder predictivo en ámbitos académicos y laborales. Una declaración que pretende dar a conocer la posición "mainstream" dentro de los estudios de la inteligencia es esta. Puede que te resulte interesante:
http://en.wikipedia.org/wiki/Mainstream_Science_on_Intelligence
Sea como sea, no soy un nerd de estas cuestiones, por lo que puedo estar equivocado. Seguiré informando al respecto.
Saludos.
Sí, es predominante la idea sociologista, historicista y economicista en ciencias sociales, pero no solo estas son tonterías. Tenemos otras clases de tonterías que se sirven de conceptos de las ciencias naturales. Así es como también tenemos la biodiversidad humana, la memética, el libertarismo, etc. Por eso incluí a la BDH en este top.
EliminarDe nuevo, el que detractores de la BDH (sean muchos, pocos, todos o ninguno) crean en la tabla rasa sería irrelevante. Lo que se juzga y se analiza son los argumentos y las evidencias.
No, no es lo mismo raza que subespecie. El concepto de raza se utiliza en otras especies exactamente del mismo modo que para con los humanos. No hay tal cosa como raza, no es una clasificación taxonómica ni nada parecido. Lo usamos sencillamente porque en el lenguaje ordinario es un concepto que sobrevivió a la era pre-científica en la que sí se llegaban a clasificar a las especies así. Hoy en día es más por comodidad decir que X es de la raza Y de perros, o A es de la raza B de los bobinos o C es la raza D de los palomos. Es por pura economía. Es más simple que describir todas las características del animal y decir X tiene el conjunto Y de características que lo hace ser miembro de los perros. ¿Me explico o no me entiendo? Ni Dawkins ni Mayr ni algún científico que se respete menciona el uso del concepto de raza en el sentido en que los pseudocientíficos racistas (porque no hay tal cosa como un realismo racial) lo usan. Por eso te decía que sería bueno que investigaras más a fondo, tanto con los enlaces que doy como con otros más. La discusión sobre las razas no es biológica sino semántica.
Sí, existen estudios serios sobre la inteligencia y cómo medirla. Lo que no existe es un concepto claro de qué es inteligencia, y lo que estos estudios hacen es delimitar el concepto y a partir de ahí hacer sus mediciones. Pero lo cierto es que esa delimitación es problemática al ser muchas veces poco más que vaga. Y por supuesto, no existe nada que haya sido corroborado o revisado por pares que nos diga que la inteligencia depende de nuestro color, como los racistas pseudocientíficos aseguran.
Me ha encantado el artículo. Gracias por tomarte el trabajo de analizar todo esto.
ResponderEliminarPor cierto, no sé si conoces el post de Vicisitud y Sordidez sobre Ayn Rand. La desmonta de forma humorística y perspicaz:
http://vicisitudysordidez.blogspot.com.es/2012/02/ayn-rand-como-convertir-los-freaks-en.html?m=1
Gracias por el comentario y por el enlace, no lo conocía... ;)
EliminarParece que Eduardo Zugasti te ha metido un buen repaso, y además ha sido lo suficientemente honorable para no rebajarse a emplear descalificaciones personales -a diferencia de otros-. También comedido, porque había suficiente material en tu post como para hacer mucha más sangre:
ResponderEliminarhttp://www.revolucionnaturalista.com/2014/03/pseudoescepticismo-y-biodiversidad.html
Veamos que dicen los científicos cuando se les pregunta si "There are biological races in the species Homo sapiens.":
ResponderEliminarIn the 1985 survey (Lieberman et al. 1992), 16% of the surveyed biologists and 36% of the surveyed developmental psychologists disagreed with the proposition: "There are biological races in the species Homo sapiens."
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/tea.3660290308/abstract;jsessionid=1264D9F56452DC154834AB99C5B4328A.f04t04
Vaya, el otro 88% y 64% deben ser todos racistas pseudocientíficos. ¿Es un 70-80% suficiente para hablar de consenso en la existencia de razas humanas como algo biológico? ¿O seguimos tomando como referencia el postureo igualitarista políticamente correcto que transmiten los medios en lugar de la realidad?
Veamos qué opinan la mayoría de psicólogos al respecto (aunque no lo puedan expresar abiertamente al público general por temor ser purgados como el descubridor del ADN James Watson hace unos años):
http://iontheworld.wordpress.com/2008/07/01/what-the-average-psychologist-really-thinks-about-race-and-iq/
En cuanto a que ningún científico "que se respete" habla de diferencias biológicas entre razas humanas, hay una larga lista que sí lo hace, claro que basta con considerar científico respetable a quien no lo haga y tenemos una falacia de http://es.wikipedia.org/wiki/Ning%C3%BAn_escoc%C3%A9s_verdadero perfecta para autoconsumo de creyentes acríticos y negacionistas de la diversidad humana (pero nadie más):
Hay una censura muy intensa en la manera que se nos permite pensar y hablar de la diversidad de gente en la Tierra. Oficialmente, "somos todos iguales: no hay razas". Erróneo, como las viejas ideas sobre la raza, los estudios modernos sobre el genoma revelan un panorama sorprendente, apasionante y diferente de la diversidad genética humana. Por término medio, unas razas somos genéticamente similares a otras en un 99,5%. Este porcentaje no es el que se barajaba antes; es menor que el calculado previamente, que era del orden del 99,9%. Para poner en perspectiva esta diferencia, que puede parecer minúscula, hay que subrayar que genéticamente somos similares en alrededor de un 98,5%, o puede que más, a los chimpancés, que son nuestros parientes evolutivos más próximos. En otras palabras, este nuevo porcentaje reviste gran importancia para nosotros. Entre otras cosas, deriva de muchas diferencias genéticas pequeñas que se han conocido a partir de estudios comparativos de poblaciones humanas. Todo esto significa guste o no, que puede haber muchas diferencias genéticas entre poblaciones humanas, incluso diferencias que podrían corresponder a la antigua clasificación por razas, y diferencias que son reales, en el sentido de que hacen a un grupo determinado mejor que otro a la hora de dar respuesta a un determinado problema particular del medio en que se desenvuelve. Esto no quiere decir en modo alguno que haya un grupo que en general sea ‘superior’ a otro, o que un grupo debería ser preferido sobre otro. Ahora bien, nos pone sobre aviso de que debemos estar dispuestos a hablar de diferencias genéticas entre poblaciones humanas.
Mark Pagel, Biólogo Evolutivo, Universidad de Reading
Bueno, gracias por las referencias. Como ya me aburrí de debatir el tema en facebook y en comentarios, decidí hacer un artículo en respuesta a Zugasti. Así que apenas lo publique te lo comento aquí, saludos.
EliminarHola Daniel.como siempre,excelente tratado.me acorde de mi epoca de estudiante de psicologia y de como la facultad (UNR) estaba/esta plagada de ideas izquierdoextremo-pseudohumanistas-procualquieraqueparezcaindefenso.siempre,cayendo en el discurso irracional.despues de todo,es una facultad dominada por el psicoanalisis.algo que agregar?
ResponderEliminarLamentablemente,el populismo logra que cosas como el "indigenismo" sean ideas abrazadas como verdades y con casi nada de critica.creo que esto se extiende a cualquier lugar del mundo.
Una vez vi en un blog peruano,como un comentarista decia que habia que retomar sus "raices incaicas",no en el modo de recordar tu cultura,sino en el sentido extremista de volver hacia esa forma de vivir....era a proposito del llamado black metal,y esto tambien me recuerda como los nordicos hacen lo mismo.
Supongo que es una eterna fantasia humana de que todo tiempo anterior fue mejor.el problema es cuando se cree en esa fantasia como amalgama de un estado.
Vos decis que las ideas de extrema izquierda son obsoletas,y estoy de acuerdo,pero te recuerdo que Argentina y Venezuela,ambas con misma ideologia,se basan en algo asi.y asi nos va.
La economía austríaca habla de seres actuantes porque el ser humano actúa para un propósito o fin, todos los seres tienen un propósito automático o sensitivo para alcanzar fines (la vida es un fin en si mismo que se alcanza) pero economía austríaca solo habla del ser humano como Ciencias de la Humanidad como es (a nadie le importa si un lobo caza un venado, esto no le sirve a un economista porque el lobo no genera interés, no crea, no ahorra para el futuro, no intercambia, no busca rendimientos)
ResponderEliminarLa praxeología es un axioma autoevidente y aplica en todas las humanidades, esto es que el mismo ser actúa para conseguir un fin en base a valoraciones personales (medios para alcanzar fines específicos). El ser humano actúa porque no solo se basa en sus instintos o sus percepciones sino en lo racional que es el mismo ser humano, si no fuese racional no actuaría de forma adecuada y por lo tanto sería cualquier bestia (tal como usted claro). Lo que me es gracioso es que cita a Rothbard solo porque leyó dos líneas de la Wiki ¿usted leyó el Hombre, Economía y Estado de mil páginas de Murray Rothbard? Pues lo invito solamente a leer "los fundamentos de la acción humana" para que entienda el grave error que usted comete en adelantar juicios.
Ahí tiene una biblioteca inmesa sobre el tema: http://www.anarcocapitalista.com/
(PD: al anarcocapitalismo y al libertarismo lo considero absurdo aunque esto no viene al caso, usted habla de escuela austríaca y de praxeología y las cataloga como pseudociencias, falta de tino el de usted).
Por lo tanto la misma escuela austríaca de economía NO es ideología, lo que es ideología política es otra cosa (libertarismo), lo que sea sociología o filosofía es otra cosa.
También cabe decir que si usted no defiende el laissez faire desgraciadamente es el error de los científicos hoy en día, no defender la misma libertad económica que da paso a que sus proyectos sigan costeandose. A usted no lo pongo como científico sino como escéptico y un escéptico es como un relativista, no mantiene verdades absolutas sino es un filósofo temeroso.
Caes muy fácil en el ad hominem. Las falacias son un modo de argumentación que busca persuadir psicológicamente, no racionalmente. Antes de culpar a otro de irracional mira tus propias acciones. La praxeología no aplica en todas las humanidades, que yo sepa. Es una metodología dudosa, que no tiene la seriedad del método comparativo y las técnicas etnográficas, por ejemplo.
EliminarSuele suceder que las ideologías económicas traten de apropiarse de los méritos del cientificismo. Los científicos no tienen por qué apoyar una doctrina de dudosa cientificidad.
me parece pernicioso son las críticas a la misma praxeología misesiana y la misma economía austríaca que no tiene ni poco de tino al hablar racionalmente sobre este tema, sino lo minimiza porque a usted no le gusta, no es coherente con su punto de vista sino critica solo lo que está por encima, solo porque vió unos cuantos videos de Youtube se hace usted llamar filósofo.
ResponderEliminarDice que no es un "erudito" en economía y habla de economía, incluso lo entrecomilla como si la economía austríaca no fuese un pensamiento, una teoría económica, sino otra pseudociencia.
Habla en contra del laissez faire cuando como antes ya usted dijo, no sabe de economía. Usted dice "en vez de aportar auténticos conocimientos para comprender el fenómeno económico" ¿acaso no ha leído el Origen del Dinero de Carl Menger que ha definido cómo aparece el dinero en la sociedad, sobre el subjetivismo del valor económico que sirvió para refutar la visión objetiva intrínseca de los bienes que tenían los liberales clásicos o el origen de la moneda de Menger? ¿usted acaso no conoce a Bohm Bawerk y la refutación al socialismo y la teoría Valor-Trabajo de Marx o sobre la ley de preferencia temporal, la que actualmente prospera y define las etapas productivas del comercio que produce el consumo y el ahorro, donde en el proceso productivo existe lo que se llama interés?¿no conoce a Von Wieser y la ley de utilidad marginal? ¿conoce usted a von Wieser y su trade-off? ¿a Mises y su praxeología económica y el abogar por la separación Estado-economía? ¿a Hayek Premio Nobel de Economía, Rothbard, Hazlitt?
¿los conoce o no los ha leído y solo le gusta hablar estupideces para sentirse bien consigo mismo?
Usted dice: "aborrecen tanto la observación y la experimentación como también el empleo de las matemáticas para formalizar teorías"
Desconoce profundamente que los austríacos SI usan matemáticas, se usan cuadros sencillos para explicar etapas productivas, para definir rendimientos decrecientes, para definir el mercado de fondos prestables, entre otras cosas que parece no interesarle y solo juzgar como un "escéptico". La economía es matemática, se usa matemática, lo que no se usa es economía para medir matemáticamente al individuo (econometrismo marshaliano), sus comportamientos económicos ni usa agregados económicos como lo hacen los mismos keynesianos u otras corrientes económicas.
Lo que rechazan los austríacos es que se convierta la economía en una cuestión matemática-econometrista, que el ser humano o las acciones humanas futuras puedan medirse matemáticamente ¿usted puede definir acciones humanas económicas hacia el futuro cuando estas son en base a incertidumbre pura? ¿puede decirme si mañana voy a ganar más dinero si invierto en bitcoin o en la bolsa? ¿qué grado de certeza se puede tener a cuestiones humanas? Por algo son humanidades.
Lo más absurdo es que no lee libros usted, solo se va a una Wiki (rational wiki), lee dos artículos y ahí acabó, no señor, cuando se da una crítica se da en un tema específico y no se encierra a toda la teoría austríaca o cualquier teoría económica como un todo y se le cataloga por pseudociencia.
Esto es lo más imbécil que he leído: "Podríamos decir que obviamente se refiere a que los humanos realizan acciones. Pero no podríamos decir que los seres humanos son los únicos tipos de seres individuales que actúan. De hecho, los seres que actúan son millones, y van desde otros animales hasta objetos como un televisor o una radio."
Lo más curioso es que desincentiva a la lectura, es decir "no creo que necesites perder tanto el tiempo buscando otras obras de la autora." Que arrogancia la tuya Daniel Galarza Santiago, no desinformes que la gente no está para leer idioteces tuyas, si buscas enseñar algo enseña a que se lea y se critique lo que se lee, no a leer de "wikis" o de blogs de quinta. Que lean los libros de Ayn Rand completos y de ahí saquen sus críticas, eso es deshonestidad intelectual.
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