El problema es que todo el artículo es problemático: desde su contenido circunstancial y altamente cuestionable, o en dónde se está publicando, hasta las motivaciones, influencias y financiación del mismo. En esencia, lo que aparentemente es un trabajo con dudas científicamente legítimas, termina encontrando una defensa apropiada entre la conspiranoia de ultraderecha tan fuerte en nuestros tiempos, gracias a la administración Trump. Y como no podía ser de otra forma, esta publicación de mala ciencia puede ser explotada para presionar contra el gobierno chino, la OMS y los científicos que lo rechazan; es importante resaltar que este artículo se está convirtiendo en un impulso refrescante para las teorías del conspiravirus.
SARS-CoV-2. ¿Modificación de laboratorio en lugar de selección natural?
Comencemos con algo que, para muchos, puede ser un tanto irrelevante pero que le da a la comunidad científica algunas razones para dudar de la calidad del nuevo "estudio": dónde se publicó. Resulta que la "investigación" de la Dra. Yan y compañía se ha publicado en el open access Zenodo, no en una revista revisada por pares que puedan determinar cuán serios son los argumentos e hipótesis esgrimidas en el artículo antes de su publicación.
El artículo titulado "Unusual Features of the SARS-CoV-2 Genome Suggesting Sophisticated Laboratory Modification Rather Than Natural Evolution and Delineation of Its Probable Synthetic Route" alega que existen anomalías en el genoma del virus causante de la COVID-19, que hace improbable que tenga un origen natural. También apunta a un laboratorio específico en su país natal donde han trabajado con coronavirus en el pasado: el Instituto de Virología de Wuhan (el cual, por cierto, fue de gran ayuda a la comunidad científica, al ser el primero en secuenciar el genoma completo del nuevo virus y hacer público todos los datos). Y como no, el artículo también afirma una fuerte censura contra la "teoría artificial" del origen del virus dentro de la comunidad científica, cuestionando que trabajos, como el publicado en Nature Medicine hace unos meses, presentan conflictos de interés. El documento también indica la presunta ruta "sintética" que se habría seguido para crear al virus nuevo. Y si les parece poco, también asegura haber demostrado que el nuevo coronavirus pudo haber sido creado en un lapso de seis meses.
Los expertos han tomado con muchas dudas las afirmaciones de la Dra. Yan y encuentran bastantes inconsistencias. El argumento central de Yan y colaboradores es muy técnico (tal vez demasiado, según han señalado varios críticos... como intentando esconder la superficialidad de los argumentos), y no puede entenderse en profundidad si no se cuenta con conocimiento especializado, aunque su conclusión es clara: el virus fue creado y puede demostrarse mediante la comparativa de su genoma con el de otros virus de murciélagos que sabemos tienen un origen natural. Yan et. al. señalan que una proteína, la llamada "proteína S habría sido manipulada artificialmente, después de lo cual el virus adquirió la capacidad de unirse a [la enzima] ACE2 e infectar a los seres humanos". Los coronavirus de murciélagos, como son el ZC45 y el ZXC21, carecerían de este tipo de proteína para infectar humanos, capacidad que el SARS-CoV-2 adquirió por manipulación genética, asegura el documento en Zenodo.
Pero este tipo de argumentos no parece convencer a nadie en virología o bioquímica, tal como me lo dejó en claro el biólogo celular y catedrático de la Universidad Pablo de Olavide, Guillermo López Lluch:
"El artículo me parece flojito, muy flojito. En Pubmed se puede hacer un seguimiento de los estudios llevados a cabo por grupos de todo el mundo, muchos de ellos estadounidenses, que desde 2003 hasta 2019 estaban estudiando el SARS-COV. Muchos de estos estudios hacen comparaciones con virus encontrados en murciélagos y llegan a la conclusión de que la capacidad de unión a ACE2 humana ya se encuentra en los coronavirus de murciélagos. Algunos grupos modifican la zona específica de unión y comprueban qué aminoácidos son los importantes. Y encuentran reflejos en secuencias de coronavirus naturales. No sé porqué en el artículo de Yan se habla de que ve modificaciones sospechosas de manipulación cuando su propia figura muestra que el SARS-CoV-2 es muy parecido al SARS-COV. Hace la comparación con tan sólo dos coronavirus de murciélagos, supongo que las que mejor les viene, pero obvian estudios recientes sobre este aspecto publicados en Nature. Yo creo que el estudio deja mucho que desear y está redirigido a lo que les interesa."
López Lluch no está solo en señalar las inconsistencias de las afirmaciones de Yan et. al. con lo que se sabe actualmente sobre los coronavirus en general, y sobre el SARS-CoV-2 en particular. El profesor del Departamento de Inmunología y Microbiología de Scripps Research Institute, Kristian G. Andersen, autor principal del ya citado artículo de Nature Medicine, también ha respondido a los reclamos de esta supuesta investigación:
"Este informe es uno de los muchos ejemplos de teorías de conspiración que circulan sobre escenarios basados en laboratorio para el origen próximo del SARS-CoV-2. Si bien tales escenarios no deben descartarse sin una investigación y merecen una investigación científica cuidadosa (como hicimos en nuestro artículo "Proximal"), este informe en particular no tiene respaldo, no es científico y parece haber sido creado para respaldar teorías de conspiración sin fundamento."
Andersen no necesitó hacer un análisis complejo para publicar en una revista indexada. Un hilo en Twitter de este investigador es suficiente para demostrar que el informe de Yan et. al. "no es científico y es falso." Andersen primero explica que se centrará en los aspectos "científicos" del artículo, comenzando con la comparación entre el SARS-CoV-2 con los ZC45 y ZXC21: es simplemente falso que el primero haya sido creado de los dos últimos, ya que existen más de 3,500 diferencias entre el virus causante de COVID-19 y estos virus. "El informe ignora TODOS los datos recientes sobre coronavirus de pangolines y murciélagos. Si esto se hubiera incluido, los datos habrían invalidado todos los hallazgos de homología 'misteriosos' en el informe en lo que respecta a la proteína de matriz, Orf8, dominio de unión al receptor, etc.", continúa el hilo.
El Dr. Andersen incluso le recomienda a la Dra. Yan y colaboradores que "en lugar de seguir la absurda 'receta' para crear el SARS-CoV-2 descrita en el informe", mejor intenten basarse en este otro artículo de BioRxiv. También niega la obvia afirmación falsa del informe de Zenodo, que él y sus colaboradores tienen fuertes conflictos de interés. La realidad es que el laboratorio de Andersen nunca ha recibido financiación de China, de ningún grupo procomunista ni trabaja con colaboradores chinos directamente, de ningún laboratorio de aquel país. Para finalizar, Andersen explica que su hilo permanecerá sin la opción de comentario, sencillamente porque tiene un trabajo (y suponemos, una vida personal) más importante que responder a conspiranoicos de redes sociales. Su mensaje es simple y claro:
"No tengo más comentarios sobre este informe; centrémonos en lo importante. Juntos."
¿Quién dices que tiene el conflicto de interés? La ultraderecha detrás de la Dra. Yan
"En julio, Bannon pareció adelantarse a los próximos estudios científicos que respaldan su afirmación de que el coronavirus se originó en un laboratorio en Wuhan, China. Le dijo al Daily Mail que los científicos del laboratorio habían "desertado" a los Estados Unidos y estaban colaborando con las agencias de inteligencia estadounidenses. En el podcast "War Room: Pandemic", Bannon ha recibido a otros que han especulado que el virus puede haber sido un "arma biológica" china, pero ha dicho que cree que la explicación más plausible es que "surgió de experimentos que fueron pasando"en ese laboratorio de Wuhan."Las fundaciones que apoyaron con financiación al equipo de la doctora Yan se encuentran íntimamente relacionadas con Bannon y los medios de comunicación donde se ha hecho eco (podcast, y claro, Fox News) tampoco son exactamente las fuentes imparciales de investigación donde esperaría encontrar un estudio científico. Bannon, experto en la manipulación de la posverdad (y del desvío de recursos), sería uno de los más interesados en insistir con la principal teoría de conspiración de la actual pandemia y encontrar respaldo, sea político o científico: todo ha sido un ataque orquestado del ejército chino. No hay que olvidar que la Dra. Yan ha estado meses reclamando que se le busca censurar, y que todo detrás del actual coronavirus es una "cortina de humo." Habrá que preguntarle entonces, cómo le debemos llamar a los conflictos de interés fácilmente demostrables detrás de sus afirmaciones.
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