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miércoles, 18 de julio de 2018

"La bestia" y el circo de Extranormal

Se supone que Extranormal encontró el cuerpo de
un chupacabras. Aquí el cráneo de un chivo, sospechosamente
similar al cráneo de "La bestia." Algunos también
ven similitudes con el cráneo de un cerdo.
Actualización 05/01/20
El domingo pasado por fin presentaron la "investigación especial" del programa de paranormalistas mexicanos, Extranormal. El programa fue un especial de criptozoología con la investigación sobre el presunto monstruo que ha aterrorizado Durando y Coahuila en estos meses, denominada por los medios sensacionalistas como "La bestia". Yo me enteré del caso una semana antes mientras curioseaba en su página, y en la noche del domingo, al avisar a algunos compañeros escépticos interesados en lo paranormal, me percaté que el caso en realidad no había llamado la atención de nadie (los escépticos, según parece, ya no estamos tan atentos como antes a los "nuevos descubrimientos" paranormales, quizás porque nunca ha habido descubrimiento alguno). Se supone que esta es la conclusión de una serie de reportes de chupacabras, aunque el equipo no menciona que las autoridades de Coahuila ya concluyeron que su caso fue el de un ataque de perros y algo de histeria incrementada por el sensacionalismo y la superstición.

El programa que se transmitió por el canal a+ (una red de estaciones que reproduce la programación de TV Azteca) a las 11:00 pm lo miré con altas expectativas (no sé por qué aún hago eso), esperando no decepcionarme como tantas otras "criaturas" de nuestros tiempos: el alien de las diapositivas de Roswell, la momia de Nazca, los chupacabras texanos, o las sirenas de Discovery Channel. Extranormal presentó el supuesto cadáver de una criatura con colmillos, piernas de canguro y manos humanoides, del que no se entiende bien en el reportaje si es el chupacabras u otra cosa. Los "expertos" que dan su opinión son una vidente, un armonizador, un angelólogo (y yo perdiendo mi tiempo tratando de sacar mi título), un ufólogo y una bióloga forense, y de los últimos dos me dio la impresión que editaron las entrevistas para que sonara más misterioso de lo que era el caso.

jueves, 31 de octubre de 2013

La miseria de los cazafantasmas

"Si me encuentro con un hecho 'inexplicable' no doy rodeos. Es tema para los investigadores, pero no significa que debe suponerse automáticamente que se trata de un fantasma" James Houran.

"Una cosa son las anécdotas y las evidencias de peso son otra cosa. Sugiero a las personas que creen en fantasmas, que miren a las evidencias con mucha atención. Veámoslo desde el punto de vista de alguien que intenta engañarme o que yo mismo me esté engañando. Es probable que lo segundo sea cierto" James Randi.


Ya es Halloween y como de seguro se han fijado en la televisión, los medios impresos y en las calles al salir a pasear, que las figuras, especiales, programas y cuentos de fantasmas y demás chucherías de lo paranormal se vuelven cosa de todos los días más o menos desde mediados de Octubre hasta la primera semana de Noviembre (o por lo menos eso he notado yo en mi el bello Guanatos). Es en estos tiempos en que los vende misterios hacen su agosto contando historias de terror y haciendo "investigaciones" de fantasmas, de modo que ¿qué mejor ocasión para hablar sobre la veracidad (o mejor dicho falsedad) de los "cazafantasmas"?

En el mundo anglosajón son los paranormal investigator (PI por sus siglas en inglés), ghosthunters o ghostbusters los principales conceptos a distinguir (aunque la mayoría de las veces no hay distinción alguna entre los tres). Para  nosotros sencillamente los llamaremos cazafantasmas, los cuales, como explicaré más adelante, son distintos que los investigadores de lo paranormal (los primeros son charlatanes y estos últimos son personas auténticamente comprometidas con querer saber qué hay de verdad detrás de los reclamos de lo paranormal), aunque muchos cazafantasmas abusen del concepto de investigador paranormal. También es frecuente escuchar calificativos como los de "investigador psíquico", "investigador de laboratorio psi" o "parapsicólogo" haciendo referencia a un cazafantasmas sin más. Esto también hay que definirlo claramente.

Primero lo primero, y lo primero es definir las diferencias de un investigador paranormal propiamente dicho y un cazafantasmas. Un investigador paranormal es aquel que investiga casos en los que se denuncia alguna actividad paranormal en específico. Por actividad paranormal puede entenderse reclamos sobre encuentros con fantasmas, orbs, casas encantadas, posesiones, fenómenos psíquicos, maldiciones, milagros, ovnis, el chupacabras, duendes... y todo lo que se le venga a la mente que se vea usualmente como terrorífico e "inexplicable". El investigador paranormal científico se vale del conocimiento de física, lógica y psicología, pues siempre tiene presente que una explicación natural siempre es más probable (y simple) que una explicación sobrenatural ante una serie de fenómenos específicos que se presumen tienen origen sobrenatural. Aunque hay muchos que se centran en la investigación histórica de los fenómenos (por ejemplo el escritor Robert Todd Carroll en EEUU o Mario-Méndez Acosta en México), el arquetipo ideal de investigador paranormal es el de un investigador de campo que va a los lugares donde se supone se presentan los fenómenos "paranormales" denunciados (ejemplos de este tipo de investigadores se pueden mencionar a Joe Nickell, Benjamin Radford, Richard Wiseman y James Houran; Luis Ruiz Noguez y Héctor Chavarría en el mundo hispano). Algunos incluso prefieren ser videobloggers de más o menos buena calidad como César Buenrostro y Oxlack Castro, investigando casos populares ya mostrados por medios masivos.


En cambio, por cazafantasma (alejándonos un poco de la idea de los tipos con un rayo de protones como los de la película Ghosbusters) entenderemos a aquella persona que busca lucrar con las creencias de las personas, que no investiga nada o hace una investigación que peca en lo sesgado, buscando hacer más un show. Dicen buscar evidencias contundentes de los fenómenos paranormales pero siempre acaban con las manos vacías, aunque siempre digan que la foto de una sombra o lo que ellos "sintieron" en su "investigación" es algo significativo. Ejemplos de este tipo encontramos a personajes como Jason Hawes y Grant Wilson [los protagonistas de la popular serie Ghost Hunters y directores de The Atlantic Paranormal Society (TAPS por sus siglas)] por parte del mundo anglosajón, y de parte del mundo hispánico (y en específico en México) podemos nombrar a Carlos Trejo, la Agencia Mexicana de Investigación Paranormal (AMIP/CNPSI) y el célebre grupito de imbeciladores, digo, investigadores de Extranormal. Ejemplos "paradigmáticos" todos estos del típico cazafantasmas. Usualmente los cazafantasmas  abusan de términos técnicos y utilizan tecnología que presumen detecta actividad paranormal (vamos desde la ouija y los detectores de fenómenos de voz electrónica, hasta la utilización de psíquicos y videntes), pero que en realidad no ayuda en nada, por lo que solo juegan a los pseudocientíficos. Si usted quiere llamar a estos tipos como "investigadores paranormales" solo recuerde el agregarle la palabra que clarificará qué clase de investigadores son: investigadores paranormales pseudocientíficos. A este mismo grupo entran los "investigadores psíquicos", los "investigadores psi" y los "parapsicólogos".


Algunos videobloggers hacen investigación de casos paranormales presentados en los medios masivos. En la imagen, un anuncio del sitio en YouTube de Oxlack Castro.


Debido al abuso de calificativos, cualquier fan de Cañitas o de Extranormal puede formar con su propio círculo de amigos una asociación de investigación paranormal, grabando videos de ovnis, sacando fotografías de fantasmas en algún cementerio, buscando duendes en casas abandonadas o grabando gemidos de gatos en apareamiento, digo, voces de ultratumba a media noche. Curiosamente fue esta falta de "especialización" la que dio origen a grupos como TAPS,  AMIP y otros similares alrededor del mundo, pero el sesgo y la investigación pseudocientífica sigue igual en estas sociedades. Se ha descubierto más de una ocasión que estos grupos "serios" han sido los autores y/o promotores de burdos fraudes paranormales, los cuáles se hacen cada vez más fáciles (y barato) de hacer debido a la tecnología. Por esto no es sorprendente que estas asociaciones no tengan prestigio más allá de sus círculos de fans, pero pasen inadvertidas para la comunidad científica o sean objeto de burla por parte de los investigadores científicos. Obviamente si uno compara la investigación de un cazafantasmas (sobre algún caso X en específico) con la de un investigador paranormal científico (del mismo caso X), encontrará conclusiones muy distintas.

Es curioso que mientras los investigadores científicos, por más que buscan, no se topan con fantasmas reales, mientras que pareciera que a todos lados a donde va un cazafantasmas, los buenos amigos de Gasparín ya los están esperando, pues casi siempre se concluye que en efecto hay actividad paranormal con esos sujetos. Si no me cree, vea Ghost Hunters o Extranormal, o busque en YouTube las presentaciones de Carlos Trejo en Otro Rollo. ¡Qué tiene que hacer un investigador científico para que los fantasmas no se espanten! Sobran los que han dicho que eso no es más que prueba de un efecto de declinación en el que la presencia del escepticismo y poca fe del investigador es detectado por las "energías" del lugar (pásame el churro a mí también, para estar iguales, ¿no?). La cosa se pone todavía más cómica (y lo cómico, en estos casos, es inversamente proporcional al nivel de cientificidad; así que entre más cómico menos científico y más pseudocientífico) cuando salen los casos de investigadores religiosos de lo paranormal.

Todo esto suena como para pasar un buen rato riéndose de TV Azteca y sus especiales de Extranormal y después cambiarle a History (¿de "Guate-mala" a "Guate-peor"?), pero la verdad es que esto tiene su lado serio y preocupante. Y es que mientras se siguen almacenando las investigaciones de Joe Nickell o de Luis Ruiz Noguez (por poner dos ejemplos paralelos en la situación de EEUU y México respectivamente), las personas que sinceramente piensan ser víctimas de brujería y espectros, llaman a gente de nula calidad investigativa,  y de calidad moral altamente cuestionable. Estos cazafantasmas se aprovechan de personas de este tipo que, de buena fe, los contactan para resolver sus problemas, cuando lo único que logran hacer es abusar de su confianza, asustarlos más, dejarlos con falsas ilusiones y obteniendo buenos shows que se pueden transmitir en cadena regional, nacional o incluso internacional. Peor cuando se trata con "investigadores psíquicos" que buscan resolver casos de desapariciones o asesinatos (los llamados detectives psíquicos), depositando toda la confianza (y el dinero) en manos de vulgares estafadores. La historia ha dado tristes pruebas de ello.


Este problema ético surge precisamente porque cualquiera que tenga una cámara y crea en fantasmas puede autodenominarse ya "investigador", poniendo su cartel de aviso o aprovechando las redes sociales para promocionarse, sin tener la más mínima noción de la metodología de investigación, el conocimiento científico necesario y la utilización inadecuada de herramientas científicas, obteniendo respuestas pseudocientíficas con éstas. Es aquí donde cabe cuestionarse, similares a las que plantea Todd Carroll: ¿Qué capacitación o fondo de conocimiento debe tener el investigador sobre ciencia, lógica y pensamiento crítico? ¿Debería tener alguna experiencia o capacitación forense? ¿Entiende la naturaleza y los límites de la percepción y la tecnología (que usa)?¿Qué reputación tiene el investigador en la comunidad científica? (entre otras).

Permitir que estos charlatanes pasen limpios ante los ojos del público en general sería igualmente inmoral, del mismo modo en que es inmoral el que estos se atrevan a "ejercer" investigación. Poner en evidencia sus fallos metodológicos, sesgos cognitivos, falacias de ignorancia y abuso tanto a sus "clientes" como de los conceptos científicos resulta de vital importancia, aunque la atención del público a estos puntos sea el mínimo. Lo importante es que sí hay quienes se interesan en mirar "las dos caras de la moneda". La denuncia de estos charlatanes (tanto los que salen en TV Azteca como los que no estén patrocinados por nadie) ante las autoridades depende de nosotros.

Bueno, ya para irnos a festejar este Halloween, quedémonos en nuestras mentes una frase que resume bien este asunto, del célebre mago y desenmascarador de charlatanes, James Randi: "Disfruta la fantasía, la diversión, las historias, pero asegúrate que haya una línea claramente definida dibujada en el suelo [entre la realidad y la fantasía]. Hacer lo contrario sería abrazar la locura".


Ahora sí...

¡¡¡FELIZ HALLOWEEN !!!


SI TE INTERESA ESTE TEMA

*Fraudes Paranormales. Fenómenos ocultos, percepción extrasensorial y otros engaños, de James Randi, Tikal, 1982.

*Desmontando lo Paranormal, documental presentado por James Randi que se ocupa de desmitificar varios fenómenos paranormales, desde astrólogos a psíquicos.

*"Los engaños perseguirán siempre la historia paranormal", artículo de Lee Arnold, traducido al español en el blog de Luis Ruiz Noguez.

* La entrada "Paranormal Investigator" en The Skeptic's Dictionary , de Robert Todd Carroll, describe las características de la Investigador científica de lo paranormal y la pseudocientífics, la metodología de la Investigación paranormal de campo y la ética de la Investigación.

* El artículo "Ghost-Hunting mistakes: Science and pseudoscience in ghost investigation", de Ben Radford, describe los fallos metodológicos de "investigadores" como los miembros del programa Ghost Hunters.

*El ensayo "The 'Ethics' of Ghost Hunting?" de Karen Stollznow, critica las recomendaciones de Brian Schill sobre la ética de la investigación paranormal. La autora asegura que "para ser verdaderamente ética la investigación, los 'cazadores de fantasmas' deben evitar las investigaciones privadas y evitar ser envueltos en las vidas personales de los demás".

*El artículo "The Haunted Brain", del psicólogo Richard Wiseman, nos explica cómo las denuncias de fenómenos paranormales dicen más sobre nuestros mecanismos cerebrelas que de algo "científicamente inexplicable".

*"Scientific Investigation vs Ghost Hunters", una comparación que el investigador senior del CSI, Joe Nickell, hace respecto a la conclusión de TAPS sobre casos célebres y las conclusiones a las que Nickell llegó luego de investigar los mismos casos.

jueves, 27 de diciembre de 2012

El lado ocultista de Newton*


Newton no fue el primero de la era de la razón; fue el último de los magos, el último de los babilonios y sumerios, la última gran mente que contempló el mundo visible e intelectual con los mismos ojos que los que empezaron a construir nuestro legado intelectual hace bastante menos de 10.000 años. Isaac Newton, hijo póstumo, nacido sin padre el día de
Navidad de 1642, fue el último niño prodigioso al que los Reyes Magos podrían rendir sincero y adecuado homenaje.” John Maynard Keynes.

“Da pena imaginar los descubrimientos que Newton podría haber hecho en matemáticas y física si su gran intelecto no se hubiera distraído con tan extravagantes especulaciones.” Martin Gardner.

 La historia de la ciencia, contrario a lo que se suele creer, está plagada de curiosas anécdotas relacionadas con lo oculto y lo extraño.

Así podemos nombrar casos antiguos como el de los pitagóricos cuyas enseñanzas combinaban las  matemáticas con un misticismo cerrado; o historias contemporáneas tal como el caso de Nikola Tesla, quien en su momento alegaba haber hecho contacto con extraterrestres a través de las entonces recién descubiertas señales de radio.

 Sin embargo, tal vez no exista historia mas extraña en la ciencia y tan interesante como la de Newton. Un ocultista hecho y derecho.

 Conocido popularmente como el brillante físico matemático que siendo joven inventó el cálculo diferencial (aún continúa la polémica con Leibniz), descubrió el teorema del binomio, introdujo las coordenadas polares, demostró que la luz blanca era una mezcla de colores, explicó el arco iris, construyó el primer telescopio de reflexión y demostró que la fuerza que hacía caer las manzanas era la misma fuerza que guía a los planetas  y provoca las mareas. Autor del libro científico más célebre de la ciencia, Phillosophiae Naturalis Principia Mathematica; Newton también fue un apasionado de la alquimia, un fundamentalista cristiano y un profeta que usaba las matemáticas y la Biblia para calcular el fin del mundo. De hecho sus obras de alquimia y profecías son mucho más voluminosas que sus obras de física.

La cara oculta de Newton

La peculiar personalidad de Newton, introvertida y ensimismada, sigue siendo un enigma. Sus contemporáneos se fijaron en su melancólico semblante. Aunque de vez en cuando sonreía, casi nunca reía. Permaneció soltero toda su vida y no sentía ni el más mínimo interés por el sexo. Murió siendo virgen.

 A Newton no le interesaban ni la música ni el arte, y en cierta ocasión describió despectivamente la poesía como “disparates ingeniosos”. Nunca hizo ejercicio, no tenía aficiones recreativas ni interés por los juegos, y estaba tan obsesionado con su trabajo que muchas veces se olvidaba de comer o comía de pie para ganar tiempo. Tenía pocos amigos, e incluso con ellos se mostraba con frecuencia pendenciero y rencoroso.

Unos cuantos psicoanalistas freudianos han considerado muy importante que su padre muriera antes de que él naciera y han sugerido que Newton fue un homosexual reprimido. Ideas imposibles de demostrar postuladas desde una teoría ya de por sí indemostrable y carente de sustento.

Newton casi nunca reconoció el mérito de otros científicos cuyos trabajos anteriores habían influido en el suyo. Siempre insistió en recibir todo el crédito por sus descubrimientos y acusó duramente al también matemático y filósofo  Leibniz (cuya metafísica despreciaba), de haberle robado su invención del cálculo.

Alquimista y profeta

Aunque otros científicos de la época, en especial Robert Boyle, se interesaron también por la alquimia, ninguno estuvo tan obsesionado por este tipo de investigación como Newton. Leyó todos los libros antiguos de alquimia que pudo encontrar, y llegó a acumular más de 150 en su biblioteca. Construyó hornos para innumerables experimentos y dejó escritas cerca de un millón de palabras sobre el tema. Se veía a sí mismo como un continuador de una tradición secreta de sabiduría oculta que se remontaba a la antigüedad más remota. Incluso sospechaba que los antiguos ya conocían la ley del cuadrado inverso.

Newton pasó años tratando de transmutar metales comunes en oro, escribió trabajos en los que el naturalismo y la magia se juntaban, y estudió tradiciones místicas antiguas. Todos estos esfuerzos por hacer descubrimientos alquímicos fueron infructuosos.

Pocos años después de la publicación de sus Principia, Newton sufrió una tremenda crisis mental que tardó un año o más en superar. Se caracterizó por graves insomnios, profunda depresión, amnesia, pérdida de capacidad mental y delirios paranoicos de persecución. En años recientes, unos cuantos estudiosos han sugerido la posibilidad de que padeciera envenenamiento con mercurio y otros metales tóxicos, causado por sus experimentos alquímicos. Otros han conjeturado que durante toda su vida fue un maniacodepresivo, con cambios de humor alternativos que le hacían pasar de la melancolía a la actividad eufórica.

Para este Newton “eufórico”, la alquimia y la física no eran sus únicas pasiones. Otra disciplina en la que destacó, aun más que algunos de los especialistas de su época, fue en la teología.

Tal y como nos narra Martin Gardner en ¿Tenían ombligo Adán y Eva?, Newton era un devoto anglicano que creía firmemente que la biblia es una revelación de Dios, aunque admitía que los textos originales habían sido muy deformados por la desaprensiva Iglesia Católica Romana. Aceptaba al pie de la letra la versión del Génesis sobre la Creación en seis días, la tentación y caída de Adán y Eva, el arca de Noé, la sangrienta redención a cargo de Jesús, su nacimiento de una virgen, la resurrección de su cuerpo y la vida eterna de nuestras almas en el cielo o en el infierno. Jamás dudó de la existencia de ángeles y demonios, y de un Satán destinado a ser arrojado a un lago de fuego el día del Juicio Final.

El obispo James Usher, erudito irlandés del siglo XVII, había determinado que la Creación tuvo lugar en el año 4004 a.C. Newton “revisó” esta fecha en la dirección equivocada, fijándola quinientos años después.

El universo de Newton era una inmensa máquina que funcionaba siguiendo leyes creadas y mantenidas por una divinidad personal pero trascendente. El espacio infinito era el “Sensoriam” de Dios, el medio del que se valía para observar y controlar el cosmos. Aunque para Kant, y otros seguidores posteriores de Newton, el universo era determinista y nunca se desviaba de sus leyes inalterables, Newton, siendo adulto mayor, estaba convencido de que, “de vez en cuando”, Dios tenía que reajustar las órbitas de los planetas para mantenerlas libres de perturbaciones provocadas por cometas y otras fuerzas.

Este concepto, que Dios tiene que manipular el universo para repararlo, fue uno de los mas atacados por su rival, Leibniz, quien le cuestionaba duramente que, si Dios es perfecto, omnipotente y omnisciente (como el propio Newton creía), ¿por qué iba a crear un universo tan defectuoso que necesitaba reparaciones perpetuas?

 Para Newton, nos cuenta Gardner, el panteísmo era algo inaceptable. Su Dios era el Dios de la biblia, a cuya imagen y semejanza fuimos creados, pero nos es tan totalmente ajeno que no podemos comprender en qué nos parecemos a Él. En lo que más se apartó Newton de la religión predominante en Inglaterra fue en su rechazo de la Trinidad. Era arriano (el arrianismo fue un precursor de lo que hoy se conoce como unitarismo), y para él Jesús era verdaderamente el divino hijo de Dios, pero ni mucho menos igual al Padre.

El trinitarismo, en opinión de Newton, era una burda herejía inventada por la Iglesia Católica en los siglos IV y V. Se guardó esta creencia para sí mismo, sabiendo perfectamente que si se llegaba a conocer sería expulsado de su colegio de Cambridge (irónicamente llamado Trinity), donde fue profesor de matemáticas durante veintiséis años. Más adelante, esta creencia habría puesto en peligro su puesto en la Real Casa de la Moneda, donde trabajó durante la última mitad de su larga vida.

Newton, así como la mayoría de sus contemporáneos (incluido el mismo Leibniz), miraba en la naturaleza, y en las matemáticas que la explicaban, la mayor prueba de una creación divina. Dios, según Newton, era el motor último del universo que se ocupaba de que fuerzas como la gravedad, tuvieran sentido.

Esta forma de pensar marcaría por completo su cosmología, en la que aseguraba que el tiempo y el espacio eran fijos, eternos e infinitos. Para su época, era imposible formular una teoría de la relatividad, sin embargo, muchos especulan en que Newton no habría tenido problemas en aceptar dicha idea si tan solo hubiera sido un contemporáneo del siglo XX.  Se cuenta que Einstein en un momento dijo “perdóname Newton”, disculpándose por la “destrucción” del universo newtoniano fijo, infinito y místicamente bello.

De forma un poco egocéntrica, aseguraba ser la única persona en poder interpretar de forma correcta las profecías contenidas en el libro del profeta Daniel, del Antiguo Testamento, y en el Apocalipsis, del Nuevo Testamento. “Habiendo tenido tanto éxito en la resolución de algunos de los acertijos del universo de Dios, dedicó su talento a intentar resolver los acertijos planteados por la Sagrada Palabra de Dios,” afirma Gardner.

Newton estaba convencido de que la biblia tenía el mensaje del juicio final. Creía que él había sido elegido por Dios para descifrar dicho mensaje apocalíptico. Creía que 1260 años después de la refundación del Sacro Imperio Romano llevada a cabo por Carlomagno (en el año 800 d.C.) el Armagedón seria una realidad en la Tierra. Es decir, el fin del mundo, de acuerdo a esto, ocurrirá en 2060.

Al igual que el movimiento sionista cristiano, creía que la segunda venida de Cristo a la Tierra tendría lugar solo cuando se instaurara nuevamente el Templo de Salomón, destruido por los babilonios miles de años atrás.

Las creencias de Newton le llevarían a escribir varios tratados sobre el tema, incluyendo una guía inédita para la interpretación profética titulada Reglas para la interpretación de las palabras y el lenguaje en la Escritura. En este manuscrito, se detallan los requisitos necesarios para lo que él considera que la correcta interpretación de la Biblia.

¿Y qué hay del 666, el número de la Bestia, según el Apocalipsis? Como los adventistas actuales, Newton creía que aún no conocemos su significado.

En otro de sus libros, titulado Observaciones sobre las profecías de Daniel y el Apocalipsis de San Juan, Newton expresó su creencia de que la profecía de la Biblia no se entendería "hasta el fin de los tiempos ", y que aún así "ninguno de los impíos entendería”. En dicho tratado asegura que “el Evangelio será predicado en todas las naciones antes de la gran tribulación, y el fin del mundo”.

Una vez estando en una edad madura, Newton cambiaría de opinión, asegurando que era una tontería utilizar la biblia para predecir el futuro. Todo lo que se podía hacer, decía, era reconocer las predicciones cumplidas después de que ocurran los hechos profetizados.

Lo cierto es que Newton decía una verdad casi innegable hoy en día en torno al fin del  mundo. Decía que este comenzaría el día en que se comenzara a levantar nuevamente el Templo de Salomón. La ubicación en donde alguna vez se erigió el legendario templo, es la misma en donde actualmente se encuentra el Domo de la Roca, uno de los santuarios más importantes del Islam. El intentar derrumbar dicho lugar sagrado para construir un templo judeocristiano incitaría la ira del mundo musulmán, causando muy probablemente la tercera guerra mundial y con esto, causando un auténtico Armagedón.

Newton fue sin lugar a dudas, el mayor genio científico que la humanidad ha conocido en toda su historia. Pero su genialidad fue utilizada en mayor medida para descifrar enigmas bíblicos, profecías apocalípticas y experimentos mágicos. Solo queda imaginar qué tantos descubrimientos y teorías hubiera sido capaz de postular, de haber prestado mayor atención a la ciencia y menos a la superstición.

*El artículo fue un ensayo que presenté en una exposición en mi clase de Seminario de Filosofía Natural de Newton.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*¿Tenían ombligo Adán y Eva?, de Martin Gardner, Editorial Debate.

martes, 13 de septiembre de 2011

¿Por qué no creo en vida después de la muerte?

Desde épocas remotas, los seres humanos
hemos creído en el más allá, sin tener evidencia
de su existencia. El anhelo, muchas veces es mas fuerte
que la razón
"No estoy obsesionado con el más allá, estoy obsesionado con los idiotas del más acá que creen en el más allá." Dr. House.

Como aquí lo expresé, hace no mucho murió mi abuela, y como también se enteraron por aquí, este episodio -obligatorio- de la vida lo viví -valga la redundancia- junto con mi familia, rodeado de supersticiones combinadas con la desesperación de no poder hacer nada útil. Por supuesto que las prácticas de magia blanca, las oraciones y las limpias fueron igual de útiles que el ver simplemente como se gastaba dinero y esfuerzo en todo eso.

Ahora que el duelo ya se ve como un recuerdo doloroso, y la desesperación se esfumó hace más de un mes, la irracionalidad parece que es lo único que perdura. En la casa de mi abuela -donde viven aun varios familiares míos-, se dice y se cuenta que mientras que a un primo -por ejemplo- escuchó algo raro, una tía soñó con mi abuela al mismo tiempo que mi mamá. Otro empieza a decir que captó el olor de mi abuela en el parque y luego en el baño (si es así, los fantasmas tendrían que bañarse de vez en cuando)... en fin, ahora se cuentan una cantidad de anécdotas con tildes e insinuaciones sobrenaturales. Claro está que nadie -hasta donde he escuchado- admite directamente que cree que el fantasma de mi abuela habita en la casa.

En momentos de dolor, de duelo o de pena, es algo natural recurrir a lo sobrenatural como una buena y "sana" explicación. Da sentido a lo sucedido, ayuda a no sentirse alejado de ese ser amado y puede hacer sentir que esa persona nunca se fue. Pero la realidad es mas simple, lastimosamente.

Más de una vez, mis conocidos me han preguntado el por qué no creo en fantasmas; por lo regular responden por mí, y las respuestas, dicen, que es porque tengo miedo a descubrir algo 'superior', o que es porque no quiero ver la realidad; me han dicho que es porque soy muy arrogante y me hago pasar como un sabelotodo; incluso no faltó quien me dijo que no creo en fantasmas porque a mi me valía madre el que los seres queridos que he perdido vivieran o no. Estas personas también han respondido por mí ante las preguntas de por qué no creo en Dios o por qué no creo en vida después de la muerte, de formas muy similares.

Esto, obviamente no es una argumentación de ningún tipo. Pero una de las razones -razones, no justificaciones- que se puede notar en personas que se aferran a lo sobrenatural, es por el simple hecho de que en verdad, no son capaces de concebir el mundo sin lo sobrenatural. Pareciera que cosas como la moral, la salud, la socialización y la vida misma no tienen sentido si no existe algo mas allá o algo superior. Si no existe un dios entonces -de acuerdo a este pensamiento- la moral no tiene un sostén verdadero y por tanto, todo el mundo haría lo que se le pegara la gana; si no existiera vida después de la muerte, la vida -según esto- no tendría sentido, porque entonces nada importaría ya que nada trascendería la vida propia. Este pensamiento es una negación por si mismo. Niega la realidad que hasta el día hoy conocemos y de la que tenemos cierta certeza: VIDA SÓLO HAY UNA.

No se trata de que me crea un mini Einstein o que sea arrogante; no es porque tenga miedo a descubrir algo o porque no me importen las personas que quiero. Se trata de saber la verdad, los hechos. Y los hechos solo hacen evidente que el mundo fue creado por principios físicos. La vida surgió de la interacción bioquímica de los elementos sin ningún propósito último. La inteligencia y la conciencia humana no es prueba de seres todopoderosos mirándonos en las alturas, sino que es prueba de una larga serie de practicar el ensayo y error en la selección natural.

No creo en vida después de la muerte, pero no es porque lo sepa todo, sino todo lo contrario. Reconozco que soy un ignorante como todos en el planeta. Tengo mis defectos y virtudes; puede ser que en ocasiones  -quizás en más de las que creo- me torne arrogante en una discusión o en algún pensamiento, sin embargo, esto no probaría en absoluto que hay vida mas allá de la vida. Tal y como se dice en el genial programa, Dr. House, "mis errores no son prueba de nada..." excepto quizás, que son prueba de que soy un ser humano.

De este modo me gustaría darme el lujo de responder de manera simple el por qué No creo en vida después de la muerte: la razón, es que no he encontrado razones para creer en ello.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*En el Blog de Mauricio-José Schwarz, El Retorno de los Charlatanes, se publicó hace tiempo un interesante artículo titulado Vida Después de la Muerte.

viernes, 19 de agosto de 2011

Desesperación, Duelo e Irracionalidad

Es imposible el no tener al menos un símbolo supersticioso
En estos momentos me es demasiado difícil escribir este artículo por varias razones. En primera estoy bastante cansado pues no dormí en toda una noche; en segundo lugar, por que será bastante difícil el que no mezcle aquí pensamiento crítico con sentimientos subjetivos personales; y por último, pero la más importante razón, es por que ayer acabamos de enterrar a mi abuela paterna: mi abuelita, mi 'ama', mi otra madre.

Hace dos días que ella murió; yo aun tuve la oportunidad de mirarla aun dormida tan solo una hora antes de que entrara en paro respiratorio. Contrario quizás a lo que algunos de mis familiares hubieran -o aun estén- pensado de mí, el dolor es tan grande, la noticia tan dura, que es difícil escribir esto sin que se me esté saliendo una lágrima. Desde hace mes y medio -tal vez un poco mas o un poco menos-, mi abuela empezó a dejar de comer; pronto se veía demacrada, pues, a pesar que tenía 88 años, siempre estuvo reluciente, feliz, nunca cansada; le dolían sus piernas, quizás por la edad y quizás por la enfermedad que desarrolló, eso no lo se y no se si algún día podré saberlo. Cuando mi familia -una gran, gran familia en verdad-, se dio cuenta de que algo andaba mal, mis 10 tíos, mas de 20 primos -son mas de 20 en verdad-, junto con las nueras de mi abuela, sobrinos mios, hermanas y otros familiares cercanos a mi abuela... la visitaban todos los días, insistiendo en que empezara a comer. Sin embargo, algo no estaba bien, cada día se sentía peor, mas cansada y su físico lo hacía notar a todos. Fue entonces cuando la llevaron al hospital, solo para tener certeza de un 'diagnóstico sombrío' -tal y como decía mi tía mayor, una enfermera retirada-, pues el hígado de mi abuela estaba practicamente destrozado: le habían diagnosticado Cirrosis junto con dos tumores posiblemente malignos -y digo posiblemente por que no estuve bien informado-.

Todos y cada uno de los síntomas de la cirrosis los tenía mi abuela. No entrare en detalle por que ese no es el tema y por que, francamente, es algo que me recuerda un dolor muy personal que  preferiría reservarmelo.

Durante el tiempo que estuvo grave, internada en el hospital -aprox. 15 días o mas-, una y otra vez me tocó escuchar de la boca de mi padre y de algunas tías una frase que dice que "un ahogado, a todas va". Con esta frase, explicaban y justificaban muchas de las ideas y creencias que desarrollaron para explicar o ayudar de alguna manera: brujería, mal de ojo, veladoras, envidias, agua bendita, oraciones... y solo por que 'el tiempo se nos vino ensima', no recurrieron a la organoterapia homeopática, una de las ramas de la homeopatía. Tan útil como la homeopatía en sí misma.

En fin, cualquier rito supersticioso y místico que prometiera ayudar en algo a mi abuela, lo utilizaron. Por supuesto, esto no tiene nada que ver con la razón ni tampoco con el conocimiento. Eran intentos por satisfacer varias necesidades que como seres humanos, se han satisfizo por milenios: intentaban dar un diagnóstico alternativo-si es que así se le puede llamar- que aunque la causa fueran demonios, pudiera ser reversible mediante oración y otros ritos; así como la necesidad de esperanza que tanto les hacía falta. Aferrarse en supersticiones a sido un mecanismo casi natural de defensa contra crisis humanas por siglos.

Importó muy poco en verdad el hecho que yo y algunos otros miembros realistas de la familia, opusieran 'resistencia' ante las explicaciones místicas, pues sabíamos que esas explicaciones no explicaban nada, solo justificaban y prometían alivio y esperanza. Promesas que por supuesto, no pudieron cumplir.

Pero aunque todos estaban conscientes de que los ritos no ayudarían -y me consta que estaban conscientes de ello-, preferían practicarlos para siquiera "hacer la lucha". Sentían que en verdad hacían algo por ayudar a mi abuela; sentían que no eran inútiles en momentos como estos; sentían que hacían algo y que los que solo se quedaban 'mirando y criticando' no hacían nada. Yo era uno de los que solo se quedaron 'mirando y criticando'. Sin embargo, a diferencia de ellos, siempre supe y tuve presente todo el tiempo, que el que yo me quedara 'mirando y  criticando' ayudaba tanto a mi abuela, como todos los rezos, limpias y veladoras mágicas que habían puesto. Es decir, todas estas acciones -tanto las mías como las acciones supersticiosas- no servían de nada. Y así fue.

Cuando 'platiqué' con una de mis tías que acudió a la superstición, me dijo que estaba totalmente cuerda -y le creo- y sabía que lo que hacían solo era un montón de creencias basadas en la tradición occidental, la ubicación geográfica, el tiempo histórico y las creencias sociales. Me dijo pues, que estaba bien enterada que todo eso no eran mas que construcciones socio-culturales propias de occidente, que aun no teniendo ni la mas mínima prueba ni certeza de efectividad, desidieron creer y practicarlas. ¿Por qué? "por que -decía mi tía- un ahogado a todas va"; además que no consideraban en absoluto peligrosas estas creencias, pues si funcionaban, mi abuela se curaría; y si no, solo continuarían con lo que seguía.

Pero, si de algo sirvieron todas estas creencias metafísicas en mi familia, fue para reafirmar -por lo menos yo lo reafirmo- que toda creencia tiene una consecuencia: En primer lugar, las creencias nos dan una explicación precíentifica, basada en metafísica, no en conocimiento empírico, imposible de demostrar y por tanto, dicha explicación no es una explicación en verdad, solo es una justificación. En segundo lugar, dichas creencias dan una promesa: la esperanza y la fe. Dicha promesa puede dar fuerza a las personas en momentos de desesperación, pero el verdadero problema es que la superstición y lo sobrenatural prometen cosas que en realidad no pueden cumplir. Muchas veces, las personas se aferran demasiado a esas promesas y cuando la realidad se les viene encima, el dolor es aun mayor. Por último, pero no menos importante, las creencias sobrenaturales dan la ilusión de la unión ante un problema, pero esto es solo una ilusión; la realidad es que mi familia se dividió en creyentes, realistas y negacionistas. Mientras unos miraban con tristeza y resignación la situación, otros acudieron con curanderos y brujas blancas; y unos mas simplemente negaban que mi abuela tuviera cirrosis, que lo que tenía no era mas que algo mental o por un marco exclusivamente de depresión y de que no quería comer. Negar la realidad también es parte de la creencia en lo sobrenatural.

Una y otra vez, la humanidad se a divido por sus creencias y convicciones, olvidando que especie humana sólo hay una. Así como en mi familia se olvidó por un momento que familia SÓLO es una. El consuelo destruido de la superstición una vez que mi abuela habia muerto, no sirvió de mucho para hacer entrar en razón que estas ideas son inútiles. El velorio estuvo lleno de símbolos y más supersticiones; el rozario y la oración fueron la norma en toda la noche. En honor a la memoria de mi abuela, se llevarán acabo un trío de misas. Todo esto no es mas que el mismo intento de explicación, justificación y convicción de aferrarse a algo irreal para escapar, aunque sea solo en pensamiento, de la realidad.

Por mi parte seguiré repitiendo que escapar de la realidad no es una opción. Para mí es justo en momentos como este que las promesas de la religión y lo sobrenatural se ven mas vacías y falsas que antes. No veo razones para creer en vida después de la muerte, y la realidad dolorosa que sufro ahora me confirma este punto. Sin embargo, si algo es cierto en todo esto, es que mi abuela seguirá viva en la mente de todos los que la amamos. Así como la superstición y la palabra Dios, tienen vida en la mente de sus creyentes. Todo lo que importa es la verdad: el mundo no funciona de acuerdo a los deseos del hombre. Daría todo lo que tengo y lo que soy, por que fuera verdad la vida después de la muerte; me encantaría aferrarme a estas creencias con toda 'mi alma'. Pero se bien que lo mejor es no engañarnos a nosotros mismos, para así no engañar a los demás.

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*Carta de Christopher Hitchens a los Ateos, en momentos en los que otros acuden a la superstición, para personas realistas esas promesas se escuchan sin sentido y sin razón.

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