domingo, 2 de septiembre de 2018

La tontería de la semana: el dilema de matar a Pie grande

Representación de un Gigantopithecus, un primate
extinto hace 100 mil años. Algunos
criptozoólogos piensan que pie grande o sus
"parientes" podría ser un ejemplar vivo o una
especie que desciende de este mono gigante.
Hemos llegado al primer fin de semana de septiembre, y como de costumbre, es hora de pasar revista por las novedades en el mundo del embuste paranormal, la venta de misterios y el negocio de la pseudociencia, tan redituables como dañinos para sus clientes. En esta ocasión comentamos el renacimiento de un viejo debate en el fantástico (demasiado fantástico) mundillo de la criptozoología, a raíz del aniversario número 60 del primer avistamiento de uno de los monstruos más icónicos de nuestro tiempo: pie grande. Las historias de hombres-bestias circulan en varias leyendas alrededor del mundo, y aunque en México y el resto de América Latina no suele ser un tema tan común de discusión entre fanáticos del misterio, lo cierto es que incluso aquí contamos con nuestros propios pies grandes: el Cemis o Tzimi en México, el Mohán en Colombia, el Jucumari en Bolivia, el Viejo del monte en Costa Rica, el Ucumar en Argentina o el Mapinguari en el Amazonas.

Pero los criptozoólogos gringos han tenido una disputa desde por lo menos hace unos veinte años que de nuevo se está poniendo a debate en varios foros sobre críptidos, así como en redes sociales: suponiendo que existe pie grande (y para ellos, no es solo una suposición), ¿qué es lo que se debe hacer: matarlo, capturarlo u observarlo de lejos? Por más risible que nos parezca, este debate ha terminado en amargas críticas y descalificaciones entre los fanáticos del misterio, y puede servirnos como un caso más para la investigación en psicología de las creencias extraordinarias.



Pie grande, un mito moderno

Jerry Crew mostrando un molde
de la huella que se había encontrado, con
la que comenzó el mito de pie grande.
Como ya mencionamos, no es común que entre la comunidad hispanoparlante se comente mucho del mítico Sasquatch o pie grande americano, principalmente porque se trata de una criatura mítica local que ha despertado el entusiasmo de los norteamericanos, por lo menos, desde hace seis décadas. Incluso entre los foros y blogs de escépticos no suele ser tan común (para una muestra, no hay en este blog ninguna otra entrada dedicada exclusivamente a pie grande), menos en estos días cuando los esfuerzos de muchos dentro del movimiento se centran en las pseudomedicinas y los movimientos anticientíficos, tales como los antivacunas o los negacionistas del calentamiento global.

Sin embargo, pie grande ocupa un lugar especial entre los clásicos del misterio analizado por el movimiento escéptico desde sus inicios, junto a los fantasmas, los psíquicos, los platillos voladores y el monstruo del Lago Ness. El primer avistamiento moderno del hombre mono ocurrió en una carretera en Bluff Creek, California, el 27 de agosto de 1958, cuando uno de los constructores de carretera, Jerry Crew, informó haber encontrado un conjunto de huellas humanoides desproporcionadas. Acto seguido, Crew "se lo contó a sus compañeros de tajo, y uno dijo que habían encontrado un rastro similar en otra obra cercana a cargo del mismo contratista, Ray Wallace, cuya reputación como bromista era por todos conocida. El contratista negó reiteradamente tener algo que ver con las huellas, y los obreros bautizaron al misterioso ser como Big Foot (Pie Grande). Desde ese momento, achacaron a la criatura todo acto vandálico" (enlace del original), escribe el periodista científico y miembro del Círculo Escéptico, Luis Alfonso Gámez.

Lo importante en esta historia es precisamente el nombre de Ray Wallace, a quien los escépticos solemos conocer como el "padre de pie grande". Resulta ser que todas las huellas que comenzaron con la fiebre por pie grande eran encontradas, casualmente, en los lugares donde Wallace se encontraba. En 2002, Michael Wallace, hijo de Ray, lo confesó todo a unos días de la muerte de su padre: "Ray Wallace era el pie grande. La realidad es que pie grande ha muerto". Ray Wallace había creado todo un taller donde creaba una clase de calzado de madera en forma de pie, con el que gustaba aterrorizar a todos en su propiedad. El bromista se colocaba los moldes de pies enormes para después, sujetándose a una soga de una camioneta en movimiento, dar enormes zancadas en el lodo e ir dejando a su paso las huellas de una supuesta criatura humanoide desconocida.

De nada sirvió tener en mente que un bromista estaba cerca del área. Para octubre de 1958 la historia de las misteriosas huellas se difundió gracias a que Crew contactó al periodista Andrew Genzoli del Humbolt Times. La nota de Genzoli causó un enorme furor al que medios como el New York Times se habían unido. En menos de dos semanas, ya existía un programa que ofrecía mil dólares a cualquiera que pudiera explicar cómo se habían formado las huellas. Un año después, Genzoli ya había recibido más de 2500 cartas sobre la nueva sensación. El mito había nacido, pie grande, el análogo del Yeti o Abominable hombre de las nieves del Himalaya, había nacido.


A la caza de pie grande

Desde entonces, cientos de cazadores y demás entusiastas han creado proyectos de búsqueda de la elusiva criatura. Para 1967, un par de fanáticos de pie grande, Roger Patterson y Bob Gimlin, mostraban al mundo la más sorprendente evidencia de la existencia de este monstruo: la grabación Patterson-Gimlin, donde se aprecia un pie grande, presuntamente hembra, caminando tranquilamente en el bosque a pesar de percatarse de los hombres que la estaban grabando.

Muchos de los entusiastas actuales de pie grande piensan que deberían seguir el ejemplo de Patterson y Gimlin, quienes aunque tuvieron al monstruo a unos metros de distancia no lo asesinaron (probablemente, porque se trataba de un hombre disfrazado contratado por el mismo Patterson). Pero otros han tomado una opinión distinta. Para ciertos fanáticos de pie grande, lo importante es traer un ejemplar de este supuesto animal y colocarlo en una mesa de disección en el nombre de la ciencia y de la preservación de la especie, la cual suponen (ya que es bastante elusiva) podría estar en peligro de extinción. Esta es precisamente la opinión de Jim Lansdale, cofundador de la Organización de Investigación de Pie Grande de la Costa del Golfo (GCBRO, por sus siglas en inglés), un grupo que lidera la búsqueda de esta criatura que, de acuerdo a su descripción, es nada menos que "el misterio más grande de todos." Para Lansdale y sus seguidores, todo está bastante claro:
"Nuestra misión es el descubrimiento. Y por descubrimiento, me refiero a que la única forma en que los científicos dirán, 'Sí, esto es un animal' es si tienen un cuerpo. Y esa era nuestra misión: recolectar un cuerpo y llevarlo a la ciencia."
Lansdale además ha participado en el programa Killing Bigfoot, un reality show de la plataforma Destination America, donde se buscaba al hombre bestia para ponerle fin al debate sobre su existencia. Ciertamente, tener un espécimen en un laboratorio acallaría las voces de los cae gordo de los escépticos, representando sin lugar a dudas uno de los descubrimientos más sorprendentes del siglo XXI. Pero esto no es lo que cree toda la "comunidad bigfoot", pues hay quienes protestan contra Lansdale y similares, asegurando que lo suyo es una visión propia de la época victoriana, cuando se mataba a toda criatura nueva que se descubriera en los viajes de exploración.

 Entre los críticos encontramos a John Kirk, presidente del Club de Criptozoología Científica de Columbia Británica, y el criptozoólogo Loren Coleman, creador del Museo Internacional de Criptozoología y autor de varios libros sobre monstruos, tal como lo recoge un artículo en Gizmodo. Al más puro estilo de los debates medievales entre teólogos sobre si Adán y Eva tenían ombligo o sobre cuántos ángeles danzantes caben en la cabeza de un alfiler, estos vendedores del misterio son parte de este ácido debate sobre si es ético matar a una criatura como pie grande, la cual, según ellos, podría ser un pariente de nuestra especie. Para Kirk, el pensar en matar a un pie grande sería equivalente a estar hablando de homicidio, debido a la posible relación de parentesco de este mítico animal con los humanos.
La imagen más popular de la grabación Patterson-Gimlin. De acuerdo a muchos especialistas, se trata de un hombre disfrazado. Hace unos años, el ranchero Bob Hieronimus aseguró ser el hombre que usó el disfraz. Confesó únicamente porque Roger Patterson nunca le pagó lo que habían acordado.

Esto es lo que pasa cuando debatimos sobre algo que no sabemos siquiera si en verdad existe: se crean especulaciones, proyectos, expediciones; se publican libros, artículos completos para periódicos y revistas de un problema que no es realmente un problema. La disputa sobre si debe matarse o no a pie grande nos dice más sobre los creyentes en la existencia de la bestia, que sobre pie grande mismo, tal como lo ha constatado Benjamin Radford, investigador de fenómenos paranormales y editor adjunto de la revista Skeptical Inquirer. Radford ha observado los debates sobre la cacería de pie grande en foros dedicados al tema, durante 15 años:
"El debate completo de matar o capturar [a pie grande] no estaba en mi radar porque no parecía que fuera un problema que surgiría pronto. Pero la gente estaba perdiendo la cabeza por eso. Yo estaba como, vaya, la gente necesita calmarse y quitarse de la computadora."
 Luego de más de una década, con decenas de páginas, varias organizaciones e incluso con más de un reality show alrededor del tema, Radford ha notado ciertas particularidades comunes en la personalidad de los integrantes de uno y otro bando. Aquellos que defienden el cazar a pie grande son personas que quieren una prueba definitiva para demostrar que ellos han tenido razón todo este tiempo. Algo que demuestre que no están locos o que no han estado perdiendo el tiempo. Mientras que para los defensores de la preservación de pie grande, Radford piensa que lo que buscan es preservar algo más profundo, a saber, pie grande no es solo otro animal, "es un monstruo que simboliza la inocencia y el yermo y un espíritu libre -los mejores ángeles de la humanidad que no están cargados con la contaminación, la política y todos los conflictos. Cuando entiendes eso, te das cuenta por qué mucha gente se molesta tanto por esto. Para ellos no es solo matar un armadillo o un alce, es un símbolo de pureza."

Por su parte, para Gámez está claro que monstruos como pie grande están muertos, y los ha matado la ciencia y la investigación rigurosa. Pero nada de esto parece importarles a quienes de verdad creen y sueñan con encontrar algo extraordinario:
"Que el caso que dio nombre al homínido americano fuera un fraude y que la principal incógnita a día de hoy sobre la película de 1967 sea quién interpretó al monstruo no afecta a la popularidad de bigfoot, que cuenta con una legión de fieles y seguirá disfrutando de ella mientras haya sombras entre la maleza porque la ciencia no puede probar que algo no exista. Sea ese algo el bigfoot o el Ratoncito Pérez."
Así es como seguiremos teniendo años de debates en foros y redes sociales sobre si se debe matar a pie grande, las nuevas incógnitas que suplantan los viejos debates sobre ángeles danzantes y otras cuestiones similares que nos dicen más sobre la imaginación y la creatividad humana, que sobre la naturaleza de lo sobrenatural.

Otras noticias dignas de mención

 * "Las escuelas israelíes evitan en gran parte enseñar la evolución", según informa el Times of Israel. Al parecer, el sistema educativo de aquel lugar prefiere darle preferencia a otros temas en biología que a la teoría científica básica que dota de sentido buena parte de esta ciencia, una decisión sin duda decepcionante.

* Esta semana nos enteramos que "La sustituta de Tatiana Clouthier es una terapeuta en 'trasmisión de energía cósmica'". Así es, la Subsecretaría de Gobernación tendrá a Diana Álvarez Maury a la cabeza, una curandera que dice ser "especialista" en sanar con las manos. Como si no fuera ya suficiente enterarnos de creyentes de aluxes, anti-transgénicos y corruptos con un historial de investigación detrás de ellos, ahora nos enteramos que AMLO colocará a una sanadora de la energía cósmica. ¿Qué sigue? ¿Un terraplanista para el INEGI?

* Circula en redes sociales la información de una conferencia sobre la toxicidad del aceite de coco. Si bien, es cierto que no es un alimento recomendable, también hay que recalcar que no es "veneno puro", como muchos están compartiendo. Para esto, la entrada "¿El aceite de coco es veneno puro?" en el nuevo sitio web de Verificiencia, nos aporta importante información para zanjar las exageraciones y desinformación en facebook. 

* Deepak Chopra, probablemente el mayor charlatán new age de nuestro tiempo, estuvo en Argentina y concedió esta entrevista al diario Clarín, donde lo presentan como el "poeta-profeta de la medicina alternativa". Un ejemplo más de periodismo sesgado con potenciales daños a la salud de sus lectores gracias a los sinsentidos que Chopra despotrica. 

*Nuevamente, en un ejemplo más del cinismo medieval puro de la iglesia, el papa Franciso aseguró que, si se presentan señales de homosexualidad en niños, había mucho que hacer con un buen psiquiatra. Para este monarca (sí, monarca) la homosexualidad sigue siendo no solo un pecado, sino una enfermedad, algo contra lo que se debe combatir a temprana edad si se quiere evitar esas "horribles" conductas pecaminosas. De paso, también se ocupó de pedir perdón sobre los modernos casos de pederastia. No sabemos exactamente qué se supone le debemos perdonar: ¿que haya pederastas dentro de su iglesia, que el Vaticano los haya protegido por décadas (probablemente por siglos), o el hecho que nunca se ha ocupado de denunciar y entregar a uno de los suyos cuando se sabe de actos criminales cometidos dentro de una capilla? 

Las imágenes de la semana

A veces una imagen sí dice más que mil palabras. Y un buen meme con su merecida buena carcajada, habla más que mil silogismos, tal como lo de muestra éste compartido en un grupo mexicano contra pseudoterapias, ¿o no?

Ya que tendrá curanderos, tecnófobos y duendólogos, parece lógico que los brujos comiencen a buscar trabajo en este nuevo sexenio.

Tal vez estas importantísimas dudas den para que algún teólogo llene un libro de 500 páginas. Después de todo, a eso se dedican, solo que sin el sarcasmo añadido de este buen hombre.

Mi publicación anterior sobre feminazis fue eliminada en al menos tres grupos donde la compartí, además que fui expulsado de uno de ellos (de feminismo) luego de ser insultado por todas partes. Me aseguraron que por el hecho de que me cuelgan un par de "cosas" dentro de mi pantalón, era imposible que "mi racionalidad" fuera objetiva y pudiera entender la inteligencia de estas personas que, según me dijeron también, era obvio estaban a otro nivel. ¿Se habrán estado refiriendo a estas "inteligentes" autoras que escriben para "jóvenas"?

Como la primer imagen, con esta tampoco hay mucho más que añadir, ¿o sí?
Poniéndonos serios, aquí una bella representación del Spinosaurio, realizada por el paleoartista Jeremias Reyes y que, en opinión del paleontólogo mexicano Roberto Díaz Sibaja, es la mejor representación de este antiguo depredador que ha visto en un buen rato. Opinión que comparto.

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