jueves, 31 de octubre de 2013

La miseria de los cazafantasmas

"Si me encuentro con un hecho 'inexplicable' no doy rodeos. Es tema para los investigadores, pero no significa que debe suponerse automáticamente que se trata de un fantasma" James Houran.

"Una cosa son las anécdotas y las evidencias de peso son otra cosa. Sugiero a las personas que creen en fantasmas, que miren a las evidencias con mucha atención. Veámoslo desde el punto de vista de alguien que intenta engañarme o que yo mismo me esté engañando. Es probable que lo segundo sea cierto" James Randi.


Ya es Halloween y como de seguro se han fijado en la televisión, los medios impresos y en las calles al salir a pasear, que las figuras, especiales, programas y cuentos de fantasmas y demás chucherías de lo paranormal se vuelven cosa de todos los días más o menos desde mediados de Octubre hasta la primera semana de Noviembre (o por lo menos eso he notado yo en mi el bello Guanatos). Es en estos tiempos en que los vende misterios hacen su agosto contando historias de terror y haciendo "investigaciones" de fantasmas, de modo que ¿qué mejor ocasión para hablar sobre la veracidad (o mejor dicho falsedad) de los "cazafantasmas"?

En el mundo anglosajón son los paranormal investigator (PI por sus siglas en inglés), ghosthunters o ghostbusters los principales conceptos a distinguir (aunque la mayoría de las veces no hay distinción alguna entre los tres). Para  nosotros sencillamente los llamaremos cazafantasmas, los cuales, como explicaré más adelante, son distintos que los investigadores de lo paranormal (los primeros son charlatanes y estos últimos son personas auténticamente comprometidas con querer saber qué hay de verdad detrás de los reclamos de lo paranormal), aunque muchos cazafantasmas abusen del concepto de investigador paranormal. También es frecuente escuchar calificativos como los de "investigador psíquico", "investigador de laboratorio psi" o "parapsicólogo" haciendo referencia a un cazafantasmas sin más. Esto también hay que definirlo claramente.

Primero lo primero, y lo primero es definir las diferencias de un investigador paranormal propiamente dicho y un cazafantasmas. Un investigador paranormal es aquel que investiga casos en los que se denuncia alguna actividad paranormal en específico. Por actividad paranormal puede entenderse reclamos sobre encuentros con fantasmas, orbs, casas encantadas, posesiones, fenómenos psíquicos, maldiciones, milagros, ovnis, el chupacabras, duendes... y todo lo que se le venga a la mente que se vea usualmente como terrorífico e "inexplicable". El investigador paranormal científico se vale del conocimiento de física, lógica y psicología, pues siempre tiene presente que una explicación natural siempre es más probable (y simple) que una explicación sobrenatural ante una serie de fenómenos específicos que se presumen tienen origen sobrenatural. Aunque hay muchos que se centran en la investigación histórica de los fenómenos (por ejemplo el escritor Robert Todd Carroll en EEUU o Mario-Méndez Acosta en México), el arquetipo ideal de investigador paranormal es el de un investigador de campo que va a los lugares donde se supone se presentan los fenómenos "paranormales" denunciados (ejemplos de este tipo de investigadores se pueden mencionar a Joe Nickell, Benjamin Radford, Richard Wiseman y James Houran; Luis Ruiz Noguez y Héctor Chavarría en el mundo hispano). Algunos incluso prefieren ser videobloggers de más o menos buena calidad como César Buenrostro y Oxlack Castro, investigando casos populares ya mostrados por medios masivos.


En cambio, por cazafantasma (alejándonos un poco de la idea de los tipos con un rayo de protones como los de la película Ghosbusters) entenderemos a aquella persona que busca lucrar con las creencias de las personas, que no investiga nada o hace una investigación que peca en lo sesgado, buscando hacer más un show. Dicen buscar evidencias contundentes de los fenómenos paranormales pero siempre acaban con las manos vacías, aunque siempre digan que la foto de una sombra o lo que ellos "sintieron" en su "investigación" es algo significativo. Ejemplos de este tipo encontramos a personajes como Jason Hawes y Grant Wilson [los protagonistas de la popular serie Ghost Hunters y directores de The Atlantic Paranormal Society (TAPS por sus siglas)] por parte del mundo anglosajón, y de parte del mundo hispánico (y en específico en México) podemos nombrar a Carlos Trejo, la Agencia Mexicana de Investigación Paranormal (AMIP/CNPSI) y el célebre grupito de imbeciladores, digo, investigadores de Extranormal. Ejemplos "paradigmáticos" todos estos del típico cazafantasmas. Usualmente los cazafantasmas  abusan de términos técnicos y utilizan tecnología que presumen detecta actividad paranormal (vamos desde la ouija y los detectores de fenómenos de voz electrónica, hasta la utilización de psíquicos y videntes), pero que en realidad no ayuda en nada, por lo que solo juegan a los pseudocientíficos. Si usted quiere llamar a estos tipos como "investigadores paranormales" solo recuerde el agregarle la palabra que clarificará qué clase de investigadores son: investigadores paranormales pseudocientíficos. A este mismo grupo entran los "investigadores psíquicos", los "investigadores psi" y los "parapsicólogos".


Algunos videobloggers hacen investigación de casos paranormales presentados en los medios masivos. En la imagen, un anuncio del sitio en YouTube de Oxlack Castro.


Debido al abuso de calificativos, cualquier fan de Cañitas o de Extranormal puede formar con su propio círculo de amigos una asociación de investigación paranormal, grabando videos de ovnis, sacando fotografías de fantasmas en algún cementerio, buscando duendes en casas abandonadas o grabando gemidos de gatos en apareamiento, digo, voces de ultratumba a media noche. Curiosamente fue esta falta de "especialización" la que dio origen a grupos como TAPS,  AMIP y otros similares alrededor del mundo, pero el sesgo y la investigación pseudocientífica sigue igual en estas sociedades. Se ha descubierto más de una ocasión que estos grupos "serios" han sido los autores y/o promotores de burdos fraudes paranormales, los cuáles se hacen cada vez más fáciles (y barato) de hacer debido a la tecnología. Por esto no es sorprendente que estas asociaciones no tengan prestigio más allá de sus círculos de fans, pero pasen inadvertidas para la comunidad científica o sean objeto de burla por parte de los investigadores científicos. Obviamente si uno compara la investigación de un cazafantasmas (sobre algún caso X en específico) con la de un investigador paranormal científico (del mismo caso X), encontrará conclusiones muy distintas.

Es curioso que mientras los investigadores científicos, por más que buscan, no se topan con fantasmas reales, mientras que pareciera que a todos lados a donde va un cazafantasmas, los buenos amigos de Gasparín ya los están esperando, pues casi siempre se concluye que en efecto hay actividad paranormal con esos sujetos. Si no me cree, vea Ghost Hunters o Extranormal, o busque en YouTube las presentaciones de Carlos Trejo en Otro Rollo. ¡Qué tiene que hacer un investigador científico para que los fantasmas no se espanten! Sobran los que han dicho que eso no es más que prueba de un efecto de declinación en el que la presencia del escepticismo y poca fe del investigador es detectado por las "energías" del lugar (pásame el churro a mí también, para estar iguales, ¿no?). La cosa se pone todavía más cómica (y lo cómico, en estos casos, es inversamente proporcional al nivel de cientificidad; así que entre más cómico menos científico y más pseudocientífico) cuando salen los casos de investigadores religiosos de lo paranormal.

Todo esto suena como para pasar un buen rato riéndose de TV Azteca y sus especiales de Extranormal y después cambiarle a History (¿de "Guate-mala" a "Guate-peor"?), pero la verdad es que esto tiene su lado serio y preocupante. Y es que mientras se siguen almacenando las investigaciones de Joe Nickell o de Luis Ruiz Noguez (por poner dos ejemplos paralelos en la situación de EEUU y México respectivamente), las personas que sinceramente piensan ser víctimas de brujería y espectros, llaman a gente de nula calidad investigativa,  y de calidad moral altamente cuestionable. Estos cazafantasmas se aprovechan de personas de este tipo que, de buena fe, los contactan para resolver sus problemas, cuando lo único que logran hacer es abusar de su confianza, asustarlos más, dejarlos con falsas ilusiones y obteniendo buenos shows que se pueden transmitir en cadena regional, nacional o incluso internacional. Peor cuando se trata con "investigadores psíquicos" que buscan resolver casos de desapariciones o asesinatos (los llamados detectives psíquicos), depositando toda la confianza (y el dinero) en manos de vulgares estafadores. La historia ha dado tristes pruebas de ello.


Este problema ético surge precisamente porque cualquiera que tenga una cámara y crea en fantasmas puede autodenominarse ya "investigador", poniendo su cartel de aviso o aprovechando las redes sociales para promocionarse, sin tener la más mínima noción de la metodología de investigación, el conocimiento científico necesario y la utilización inadecuada de herramientas científicas, obteniendo respuestas pseudocientíficas con éstas. Es aquí donde cabe cuestionarse, similares a las que plantea Todd Carroll: ¿Qué capacitación o fondo de conocimiento debe tener el investigador sobre ciencia, lógica y pensamiento crítico? ¿Debería tener alguna experiencia o capacitación forense? ¿Entiende la naturaleza y los límites de la percepción y la tecnología (que usa)?¿Qué reputación tiene el investigador en la comunidad científica? (entre otras).

Permitir que estos charlatanes pasen limpios ante los ojos del público en general sería igualmente inmoral, del mismo modo en que es inmoral el que estos se atrevan a "ejercer" investigación. Poner en evidencia sus fallos metodológicos, sesgos cognitivos, falacias de ignorancia y abuso tanto a sus "clientes" como de los conceptos científicos resulta de vital importancia, aunque la atención del público a estos puntos sea el mínimo. Lo importante es que sí hay quienes se interesan en mirar "las dos caras de la moneda". La denuncia de estos charlatanes (tanto los que salen en TV Azteca como los que no estén patrocinados por nadie) ante las autoridades depende de nosotros.

Bueno, ya para irnos a festejar este Halloween, quedémonos en nuestras mentes una frase que resume bien este asunto, del célebre mago y desenmascarador de charlatanes, James Randi: "Disfruta la fantasía, la diversión, las historias, pero asegúrate que haya una línea claramente definida dibujada en el suelo [entre la realidad y la fantasía]. Hacer lo contrario sería abrazar la locura".


Ahora sí...

¡¡¡FELIZ HALLOWEEN !!!


SI TE INTERESA ESTE TEMA

*Fraudes Paranormales. Fenómenos ocultos, percepción extrasensorial y otros engaños, de James Randi, Tikal, 1982.

*Desmontando lo Paranormal, documental presentado por James Randi que se ocupa de desmitificar varios fenómenos paranormales, desde astrólogos a psíquicos.

*"Los engaños perseguirán siempre la historia paranormal", artículo de Lee Arnold, traducido al español en el blog de Luis Ruiz Noguez.

* La entrada "Paranormal Investigator" en The Skeptic's Dictionary , de Robert Todd Carroll, describe las características de la Investigador científica de lo paranormal y la pseudocientífics, la metodología de la Investigación paranormal de campo y la ética de la Investigación.

* El artículo "Ghost-Hunting mistakes: Science and pseudoscience in ghost investigation", de Ben Radford, describe los fallos metodológicos de "investigadores" como los miembros del programa Ghost Hunters.

*El ensayo "The 'Ethics' of Ghost Hunting?" de Karen Stollznow, critica las recomendaciones de Brian Schill sobre la ética de la investigación paranormal. La autora asegura que "para ser verdaderamente ética la investigación, los 'cazadores de fantasmas' deben evitar las investigaciones privadas y evitar ser envueltos en las vidas personales de los demás".

*El artículo "The Haunted Brain", del psicólogo Richard Wiseman, nos explica cómo las denuncias de fenómenos paranormales dicen más sobre nuestros mecanismos cerebrelas que de algo "científicamente inexplicable".

*"Scientific Investigation vs Ghost Hunters", una comparación que el investigador senior del CSI, Joe Nickell, hace respecto a la conclusión de TAPS sobre casos célebres y las conclusiones a las que Nickell llegó luego de investigar los mismos casos.

sábado, 19 de octubre de 2013

Bunge el marciano

En un artículo llamado "¡Por fin llegaron los extraterrestres!", de apenas una cuartilla de extensión, publicado en el número 29 de la revista El Escéptico (Enero-Abril 2009), el filósofo de la ciencia Mario Bunge confiesa haber pasado de escéptico a creyente en cuanto a la existencia de visitas extraterrestres. Nos narra que antes de adquirir el primer ejemplar del año (2009) de la revista Skeptical Inquirer, no creía en ovnis y extraterrestres. Pero todo cambió luego de leer dicha publicación, pues, según dice Bunge, solo un extraterrestre podría estar interesado en ovnis, pie grande o cosas parecidas "en estos tiempos en los que la economía se está derrumbando en todo el mundo." De modo que sí, ¡los extraterrestres están entre nosotros y se encuentran editando y escribiendo la Skeptical Inquirer!

Dejando ya de lado el humor, la crítica de Bunge en el artículo citado se encamina hacia una reflexión interesante que ciertamente entre el movimiento escéptico no se suele hacer: ¿Por qué los escépticos ignoran o no atacan pseudociencias y teorías económicas inestables y falsas como la teoría económica estándar (o neoliberalismo para los compas)? ¿Es acaso que ignoran los escépticos la realidad en la que viven? ¿Son auténticos extraterrestres? La verdad es que yo le respondería al señor Bunge que,  el principal extraterrestre en el movimiento escéptico sería él mismo, ya que no se ha dado cuenta que no solo no se suele atacar la teoría económica estándar (ya mero se le va andar acusando de pseudociencia), sino que hasta se le defiende.

De un modo similar en que vivían los genios de la biblioteca de Alejandría o de la Academia platónica en la Grecia Antigua, siendo capaces de cuestionar el movimiento o estaticidad del universo, pero nunca cuestionando el sistema esclavista en el que se sentían tan cómodos, hoy por hoy los principales promotores de la "razón ilustrada" y denunciadores de la charlatanería y la pseudociencia parecen existir cómodamente en el sistema del capitalismo del libre mercado. No son pocos los que, aun con una basta cultura científica y años de experiencia en ejercer el pensamiento crítico, aseguran que las "leyes del mercado" son leyes naturales que existen con independencia de la historia o la cultura humana. Así, el neoliberalismo se ve casi como una rama de la física en la que se "estudian" estas leyes. Hay quienes incluso han llegado afirmar que el neoliberalismo es además, un sistema moral que se basa en nuestra "naturaleza virtuosa".


Pensar en que se trata solo de economistas, empresarios y políticos los que defienden ideas que cuando se contraponen a la realidad social son poco más que ridículas, resulta ingenuo. No solo se trata de aquellos que tienen mucho que ganar en defensa de la pseudoeconomía, sino que además se enfilan grandes mentes y expositores del pensamiento crítico tales como Phil Ferguson (quien además de ser activista escéptico es un empresario, creador de Skeptic Money), el fundador de la Skeptic's Society Michael Shermer (autor de The Mind of Market, libro que no recibió tan buenas críticas), el astrofísico que muchos ven en él un auténtico heredero de Carl Sagan, Neil DeGrasse Tyson (quien asegura que "...el capitalismo es una economía de la codicia, una fuerza de la naturaleza en sí misma"); críticos que ganaron popularidad gracias a las redes sociales como los geniales Penn & Teller; o antropólogos como Paul V. McDowell, son solo algunos ejemplos que se pueden dar como principal evidencia de lo ya dicho. 


Desde luego, esto no significa que todo el movimiento escéptico esté en favor o neutral respecto a la economía o la política. Tampoco significa que los divulgadores y autores del movimiento escéptico sean tontos o ignorantes respecto a la situación social actual, tal como Bunge parece sugerir. Existen varios problemas sobre por qué la gente cree en cosas raras (y desastrosas) como el capitalismo de nuestros días. En primer lugar, al igual que como pasa con la religión, muchos prefieren dejar de lado la cuestión de la economía y la política, quedándose seguros opinando de temas que conocen bien (como el creacionismo, fantasmas, los ovnis o pie grande). Dejando como única excepción a esta "norma" del canon escéptico las críticas a las teorías de la conspiración, asociaciones como CSI, Skeptic's Society o la JREF básicamente no presentan material crítico sobre economía y su lado supersticioso y pseudocientífico.


Incluso se ha llegado asegurar que el sistema económico actual tiene un origen en la evolución, como si esta surgiera de forma natural en cualquier tipo de sociedad de una especie inteligente capaz de socializar y crear grandes grupos como las naciones. De este modo es que se defiende la estéril y cuestionable disciplina de la "economía evolutiva", una variante de la también especulativa y criticada psicología evolucionista. 


Una segunda razón en la que podemos pensar y aventurarnos a afirmar de por qué no se es escéptico de la teoría económica estándar (nótese que hasta aquí, he tenido el atrevimiento de usar los conceptos "teoría económica estándar", "neoliberalismo" y "capitalismo del libre mercado" como sinónimos, con el fin de no utilizar de forma muy recurrente el mismo concepto, aunque no necesariamente puedan significar lo mismo, sí hacen referencia al mismo sistema de doctrinas y teorías económicas. Espero no causar mayor confusión.) es porque, contrario a lo que muchos nos gustaría pensar, no existe un escéptico consistente, sino que solo somos escépticos selectivos. Esto no quiere decir otra cosa más allá del hecho que los escépticos científicos son tan humanos como cualquier creyente de cualquier pseudociencia. Y como cualquier otro ser humano lleva consigo una carga de sesgos y prejuicios psicológicos y sociales que le impiden ser crítico con todo lo que piensa, cree o sabe.


Este mismo fenómeno del escepticismo selectivo explica por qué algunas de las mentes más geniales del pensamiento crítico como Martin Gardner y Harry Houdini, aun siendo implacables en sus denuncias de charlatanes podían ser hombres con fe en un dios personal. El escepticismo selectivo puede ser también la razón por la que muchos no ataquen (y hasta defienden) posturas contradictorias o por lo menos cuestionable sobre economía o política. Estos, al igual que los escépticos con fe religiosa admiten que viven "a gusto" creyendo en un dios personal, tal vez se sienten demasiado a gusto en el tipo de sociedad en la que viven, sin importarles si sus afirmaciones sobre las "leyes del mercado" o cosas similares tienen sentido o sustento científico. Además de esto, parecen ignorar a todos aquellos (que se cuentan por millones en el mundo) que no se sienten tan "a gusto" apenas sobreviviendo los horrores de las crisis económicas, la inflación, el salario mínimo, el desarrollo integral a corto plazo que no garantiza sustento a futuro, etc.
Las preguntas fundamentales que se tienen
que hacer en la actualidad son:
¿Llegó el momento para dejar de lado una teoría
económica como la estándar?
¿Es posible que el neoliberalismo sea eliminado de golpe
o puede adaptarse al medio social cambiante, tal como ha hecho
hasta ahora para sobrevivir?
¿Cuáles son las alternativas? ¿Qué tan validas y aplicables
son estas alternativas?

Con todo esto tampoco se busca afirmar lo que desde hace más de dos siglos se viene profetizando y que simplemente no ha sucedido: la muerte del capitalismo. Sinceramente, desde los límites de mi experiencia y mi conocimiento no soy capaz de sostener esta afirmación que ha sido exclamada y divulgada desde tiempos de Marx, y que aun hoy intelectuales como Chomsky o el mismo Mario Bunge aseguran, siempre "basándose en los hechos". Hasta donde sé (y no es que sepa mucho) si algo ha demostrado que no es el sistema capitalista, es ser completamente estático. De haberlo sido, sin duda alguna éste hubiera muerto desde los años en que Marx publicó El Capital. Pero el capitalismo se ha adaptado a las circunstancias, a los fenómenos sociales cambiantes e impredecibles, cosa que teorías como la comunista simplemente no lograron hacer jamás.


El capitalismo que en su tiempo fue motivo de crítica por parte de Marx, Engels o Lenin, no es el mismo que ahora pensadores como Bunge critican, lo cual es muy importante. Cuando hoy se grita que el capitalismo del libre mercado está en crisis, se debe tener presente que el que este sistema económico-político esté en crisis no necesariamente significa que esté muriendo. La misma predicción hacia Marx sin considerar que el Estado podía llegar a intervenir en el agresivo mundo de las leyes de competencia del libre mercado salvándole de la ruina total, no tenía presente la consolidación de sindicatos de trabajadores que a su vez ayudaron a forjar los derechos del trabajador (no es lo mismo una jornada laboral de 16 horas por 6 días como conocía en su tiempo Marx, a 8 horas más o menos bien pagadas de lo que se tiene hoy en día, incluyendo bonos extra y prestaciones de ley). Con esto tampoco se busca asegurar que este sea un sistema basado en leyes naturales independientes de la actividad humana o el desarrollo histórico. Si las "leyes del mercado" no son leyes naturales al estilo de la ley dela gravedad, y se asegura que sí lo son, entonces, bien se puede asegurar que la teoría económica estándar tiene sin duda un fundamento pseudocientífico. El educar y formar economistas y políticos que solo defienden de forma escolástica esta idea, es un acto irresponsable y peligroso para la sociedad.

De modo que, ponga atención señor Bunge, puede que los extraterrestres ya estén entre nosotros, pero tal vez no se encuentran en Skeptical Inquirer. Tal vez  uno de ellos sea autor de libros como La Ciencia, su Método y su Filosofía, ¿no lo cree?

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*Seudociencia e Ideología, de Mario Bunge, Alianza Editorial.

*Introducción a las Doctrinas Político-Económicas, de Walter Montenegro, FCE.


*El Neoliberalismo que no vemos, artículo de la sección Científicamente Incorrecto del blog La Ciencia y sus Demonios, que busca crear una reflexión sobre la ideología detrás de este sistema económico... y sus lamentables conclusiones.

*Qué es el "Neoliberalismo": teoría, práctica e ideologema, de Michael Hoexter, artículo que sitúa al sistema neoliberal en su contexto.

*El auténtico socialismo renacerá sobre las cenizas del capitalismo, artículo que reproduce la conclusión de una conferencia de Mario Bunge dictada en Lima, Perú.

*¿Existió el socialismo alguna vez, y tiene porvenir? ensayo de Mario Bunge que busca afirmar que el socialismo democrático es el sistema que sustituirá al capitalismo en el futuro cercano.

*"The Myth of Consistent Skepcticism: The Cautionary Case of Albert Einstein" , artículo de Todd Riniolo y Lee Nisbet Analiza que explica por qué no existen los escépticos consistentes y solo tenemos escépticos selectivos.

*"Shermer's March to Nirvana" , comentario de Robert Todd Carroll sobre el libro libertario de Michael Shermer, The Mind of the Market. En este, Carroll nos asegura que Shermer es tan confiable sobre economía como Jenny McCarthy lo es hablando sobre la vacunación y el autismo (o sea, nada confiable).

Para consultar más rápido