Ahora, a unos dos meses de la presidencia de AMLO y del nombramiento de Álvarez-Buylla como directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt... o ¿ya es Conahcyt?), se ha mostrado una ineptitud para el cargo con error tras error, decisión cuestionable tras decisión cuestionable, con tufos autoritarios que preocupan no solo a quienes trabajan en esta institución, sino a toda persona interesada en el avance de la ciencia y la tecnología. Algunos de los inconformes con el nombramiento de Álvarez-Buylla crearon el portal ResisCiencia 18, desde donde se cuenta con enlaces de divulgación de otros portales, panfletos, informes y planes alternativos al expuesto por la que también es conocida en redes sociales como la "Dra. Chulel", convirtiéndose así en un sitio de referencia para enterarse cuán equivocada está Álvarez-Buylla y cuánto preocupa a los que amamos la ciencia y que sabemos su promoción y difusión son vitales en nuestra sociedad actual.
Aunque apoyo la #ResisCiencia18, otros simpatizantes del mismo y de otras plataformas de denuncia y crítica, a menudo comparan a la Dra. Chulel con el infame Trofim Lysenko. Creo que comparar a la doctora con el infame Lysenko es injusto en muchos sentidos y habría que precisar dicha analogía para ver en qué puntos sí se le parece al hombre que destruyó la agricultura y obstruyó la investigación biológica en la Unión Soviética de Stalin. ¿O tal vez no es tan disparatada dicha comparación?