Astrólogos tanto en programas de entretenimiento, así como en todo tipo de periódicos; curadores y chamanes vendiendo sus productos con impunidad; fundamentalistas religiosos afirmando que sus creencias son ciencia, y que la ciencia es solo creencia; programas de radio y televisión promocionando todo tipo de charlatanerías paranormales de la new age; profetas esperando ver el reconocimiento de las masas… cada vez que prendo el televisor, escucho la radio o veo notas por internet, es obligatorio el mirar, por lo menos, algún tipo de promoción de alguna pseudociencia, creencia paranormal o supersticiosa; algún producto milagro, alguna carta astrológica, algún psíquico ‘ayudando’ a las personas… todo esto me hacen pensar y preguntarme si, realmente vale la pena luchar contra la charlatanería y sus promotores magufos.
¿Vale la pena realmente despojar a las personas de sus creencias irracionales? La gran mayoría de mis amigos y familiares, me han respondido con diferentes palabras. Me dicen por ejemplo: “cada quien que quiera creer lo que quiera”, “cada cabeza es un mundo”, “aunque mis creencias fueran una mentira preferiría seguir creyendo esa mentira por que me hace feliz”, “hace falta la fe por que si no, como decidir si algo es bueno o malo”, “nunca lograras cambiar a nadie”, etc., etc. Aunque con distintas palabras, cada uno me responde lo mismo: no vale la pena la divulgación del conocimiento ni la lucha contra la irracionalidad por que esta seguirá existiendo.
Algunas veces tienen razón al decirme cosas como, “cada cabeza es un mundo” o “nunca lograras cambiar a nadie”. Recuerdo que una vez, mi madre –fiel creyente católica- mientras le comentaba lo nuevo en el mundo del pensamiento crítico, puso una cara de ‘que molesto’, y me dijo que no importa cuanto ataque a Jesus –como si pudiera atacar a un hombre inexistente en nuestros días-, que lo han atacado por 2000 años y nunca han podido con él. Conversaciones como esa, me recuerdan las frases del principio del párrafo. Por supuesto, no suelo estar de acuerdo con esas opiniones, pero son ejemplos excelentes del por que las personas prestan poca atención a un mensaje de algún escéptico o de un ateo.
No es que la charlatanería no sea irrefutable, es que las personas no comprenden el verdadero problema. Son testigos de cosas como las campañas de activismo ateo, promocionando la laicidad de las naciones, la libre expresión, la educación científica y la investigación escéptica de las reclamaciones de los dogmas religiosos, y sin embargo, lo miran como un ataque hacia ellos. Muchos dentro de las comunidades de libre pensadores y escépticos, realmente hacen creer que se trata de una guerra de “Nosotros contra Ellos”. Como si tuviéramos que combatir a los cristianos, los musulmanes o los judíos –en el caso de los ateos militantes-; o a los simpatizantes de ovnis, los creyentes en fantasmas, o los adeptos de las terapias alternativas. Las personas llegan a considerar ofensivo la simple palabra de ateo, libre pensante, escéptico o pensador crítico. Miran con recelo y –paradójicamente- con escepticismo, sin siquiera saber que con esa postura toman una postura escéptica. Es decir, eligen dudar de las afirmaciones, de aquellos que parecen autoridades en ciencia y sin darse cuenta llegan a ser escépticos del escepticismo científico, filosófico y teológico.
Con esta postura, fruncen el seño ante cualquier cosa que pueda decir un escéptico de sus creencias. Prefieren alzar la voz y gritar ‘¡No es Cierto!’, sin siquiera haber escuchado la argumentación. Todo por que ven al pensamiento critico y a la indagación científica como ataques e insultos hacia ellos. En el caso de los ateos militantes, la cosa no es mejor. “Que Dios te salve por que yo no puedo”, es lo que dicen y piensan muchos que, indignados por los heréticos y blasfemos ateos, deciden aferrarse con mas dureza a sus creencias sin importar lo que esos blasfemos digan. No importa con que ‘ataquen’ a esa persona, ella simplemente no escuchará.
En facebook, un grupo de cristianos indignados se hace famoso denunciando ‘las ofensas que se hacen a Cristo’. Si, el grupo del que hablo se hace llamar Yo denuncio las paginas que Ofenden a Cristo, un grupo creado y administrado por un joven de 19 años, de quien no daré su nombre, pues no busco represalias hacia nadie con este escrito. Este grupo hizo que facebook cerrara uno de mis perfiles por ser un perfil falso –se llamaba justamente Escéptico de Jalisco- y por ser “ofensivo y difundir mensajes de odio”. Nunca pudieron decirme ni señalarme que cosa había dicho o publicado que incitaba el odio y la ofensa. El perfil simplemente desapareció. El lema del grupo, es básicamente, Nosotros contra Ellos. Hoy en día, facebook cuenta con la antítesis de ese grupo y de nuevo, el mismo lema de Nosotros contra Ellos se hace oír. Si ellos denuncian y cierran perfiles de aquellos que se autodenominan ´libre pensadores’, por qué no denunciar a esos denunciantes.
El lema del grupo Yo Denuncio, es uno de los lemas que cada vez escucho con más frecuencia, y que cada vez mas, me convenzo que esta idea falsa es la causante de que la lucha contra la irracionalidad parezca marginada en la sociedad. Se repite tantas veces, en muchos casos de manera inconsciente, que incluso los detractores piensan que se encuentran en una guerra contra los creyentes. Concuerdo que muchas veces las palabras de algunos libre pensadores pueden llegar a ofender a alguno. La razón de esto es que tanto el libre pensante como el creyente se miran casi con odio. En algunos casos, podríamos comparar este sentimiento con el sentimiento de odio hacia los musulmanes por parte de los cristianos en tiempos de las cruzadas; o del odio por parte de los nazis hacia los judíos.
Quizás puedo escucharme bastante exagerado con estas comparaciones, pero lo cierto es que al no poner atención a esto que empieza a generarse, que es un recelo entre creyentes y no creyentes, bien podría convertirse en algo parecido a las cruzadas o la Alemania nazi.
No se trata de ser ellos contra nosotros, tampoco es un ellos o nosotros; se trata de un ellos junto a nosotros, o de un ellos y nosotros. no se trata de una lucha contra los creyentes, se trata de una lucha contra las creencias dañinas y carentes de verdadero sentido; no se trata de un guerra contra los religiosos y los pseudocientíficos, se trata de una guerra contra las afirmaciones de las religiones y las pseudociencias; no se trata de una guerra humano contra humano, se trata de una guerra de humano contra irracionalidad y ayudar al humano; no se trata pues, de una guerra de ‘sabiondos escépticos’ contra ignorantes, se trata de personas con argumentos y razones contra la ignorancia.
No hay tal guerra de nosotros contra ellos, por que al combatir a ellos, nos combatimos a nosotros también. Por que ellos, son seres humanos al igual que nosotros. Caemos justo en lo que queremos combatir: en la arrogancia, la irracionalidad y el prejuicio y los hacemos pasar por racionalidad y coherencia. Esto es lo que se llama ignorancia. Peor es cuando alguien más nos demuestra este punto y preferimos aferrarnos a nuestras convicciones. Es aquí donde se crea el nosotros contra ellos, la batalla mas tonta que conozco. No es racionalidad contra irracionalidad. Tampoco es conocimiento contra ignorancia. Esta batalla se vuelve irracionalidad contra irracionalidad, ignorancia contra ignorancia.
Estando así los ‘oponentes’, ¿acaso podría ganar alguno? Muchos ateos se sienten los mayores y mas libres pensadores, viendo al mundo entero hundirse en absurdeces religiosas. Muchos científicos y filósofos ven al mundo lleno de ignorancia, y todo lo que hacen es menospreciar al prójimo por no tener el conocimiento que ellos tienen. Muchos divulgadores escépticos se sienten orgullosos de su escepticismo, y sin darse cuenta caen más fácilmente en el autoengaño.
No busco ofender a nadie. Tampoco busco demostrar que los demás son más tontos que yo, por que tal cosa absurda seria caer en el mismo juego. Lo que busco, es que cada uno de nosotros, creyentes o no, Piense.
Consejos que parecen de Abuelito
A los ateos, piensen en su ateísmo. A los creyentes, piensen en su creencia.
Si deciden ser ateos, busquen ser ateos no anti-religiosos. La anti-religión, es una convicción que está condenada a la marginación. Si el ateísmo es sinónimo de anti-religión, entonces el ateísmo está condenado al fracaso y probablemente al olvido. No se trata de mostrar que un creyente es un idiota por creer, ya que en realidad no lo es. Un creyente es un ser humano inteligente, capaz de defender creencias tontas con inteligencia –tomando en cuenta que la inteligencia es la capacidad de resolver un problema o un embrollo-.
Si deciden ser creyentes, en vez de preguntarle a un ateo el por qué no cree en dios, pregúntense primero el por qué ustedes sí creen en dios. Sí, tienen toda la libertad de creer y nadie les va a quitar esa libertad. También tienen el derecho de profesar su fe y darla a conocer. Pero así como son libres de creer, tienen la misma libertad de cuestionar en lo que creen sin temor a la discriminación, pues el ejercicio de la duda es para saber la verdad, y nada más que la verdad; dudar no es malo, lo malo es nunca dudar. Así como tienen derecho a profesar su fe, tienen el mismo derecho de acceder a la información sobre su fe desde todos los ángulos y cuestionarse mirando las dos caras de la moneda. Aquel que no quiere dudar ni pensar sobre su fe, humildemente le pido, yo un común y corriente estudiante de filosofía: no haga pasar su fe por conocimiento ni pensamiento. Mucho menos como una alternativa al conocimiento, por que solo se engaña a si mismo y muchos lo verán como un verdadero tonto que no sabe distinguir creencia de conocimiento.
A los escépticos, piensen en su escepticismo. Y a los magufos, piensen en lo que afirman y creen.
Si decides ser escéptico, piensa y reflexiona. El escepticismo es mas que una convicción o una postura; es una forma de pensar, una forma de vida. Pero también es una responsabilidad, pues el escéptico cuestiona, analiza, investiga, duda y critica con crítica argumentada y racional. Un buen escéptico es aquel que mantiene un equilibrio entre el asombro y la mente abierta a nuevas posibilidades y el escrutinio escéptico. Como bien dice una celebre frase: hay que tener la mente abierta y a la vez ser escépticos. Pero no demasiado abierta la mente como para que se nos caiga el cerebro, y no demasiado escépticos como para no ver una buena idea. El correcto equilibro entre estos, junto con el sentido de fascinación por la realidad son las herramientas de un buen escepticismo sin prejuicios.
Si decidiste ser Magufo, es decir, creer reclamaciones paranormales, esotéricas, místicas, metafísicas, supersticiosas y/o sobrenaturales, piensa un momento en esto. Piensa en lo que crees y piensa el por qué crees en eso: ¿Es acaso por que así es la realidad o por que te gustaría que así fuera la realidad? Si así fuera la realidad, ¿por qué razón personas coherentes presentan tan coherentes argumentos y evidencias en contra de esa ‘realidad’? ¿No podría ser acaso que vez la realidad como te gustaría que fuera y no como es? ¿No podría ser acaso que eliges ver así a la realidad por que te hace feliz o te reconforta, y no por que así sea la realidad? Responder de inmediato estas preguntas es no pensar en ellas y volver a caer en ese juego circular del no quiero pensar.
Se bien que todo esto parece mas un consejo que daría un anciano, que el escrito crítico de un auto declarado escéptico. Se bien, que si hay alguien apropiado para aconsejarnos en alguna parte, yo seria el menos indicado. No represento ninguna autoridad, tampoco soy un erudito del conocimiento. Soy solamente, un ser humano común y corriente –algunos dices que mas corriente que común-, igual que mas de 7 000 millones de seres humanos que habitan la Tierra.
Somos cada uno, miembros de la misma sociedad. Pertenecemos cada uno de nosotros a la misma especie: Homo Sapiens, que significa Hombre Sabio. No puedo asegurarlo, pero estoy seguro que aquella persona que nombre científicamente al ser humano, Homo Sapiens, no fue por que éste elija creer en vez de saber; no creo que halla sido así por que al Homo Sapiens, le guste estar en contra de otros Homo Sapiens; tampoco creo que se halla nombrado así por que el Homo Sapiens sea idiota. Se nombro así al Homo Sapiens por que se caracteriza de las demás criaturas del reino animal, por su capacidad de pensar, de razonar y de creer.
Aun la creencia más tonta, tiene una defensa inteligente –aunque esto no signifique que sea una creencia inteligente-. Todos vivimos en el mismo planeta, llevado a través del universo en una de miles de millones de galaxias. Cuando miramos a la Tierra desde el Espacio, no vemos la diferencia entre naciones; mucho menos entre creyentes y no creyentes. Miramos un planeta azul, prístino y maravilloso llevando a toda esa vida a través del Cosmos.
Con tanta elegancia y maravilla, me es difícil comprender por que algunos tienden a buscar lo improbable y lo sobrenatural para maravillarse. Pero sin importar lo que pueda pensar de esas creencias, se bien que lo mejor es seguir luchando para que mas personas sean capaces de pensar en las maravillas de la naturaleza, en la complejidad de la vida, en las complicaciones y problemas de la sociedad. No busco hacer que todo el mundo piense igual que yo, busco que todo el mundo piense; quizás de manera diferente a como yo pienso, pero que al final elija pensar y no solo creer.
Yo no escribo ni mucho menos pienso para utilizar mi pensamiento contra alguien. Yo escribo y pienso para hacer que otras personas puedan pensar. Si tú eres capaz de pensar y piensas en todo esto, la idea del nosotros contra ellos se vuelve inútil, sorda e irrelevante. Todo lo que eres capaz de pensar es que quieres mirar a otras personas pensar por si mismas.
Las personas piensan por si mismas cuando usan la razón. Y cuando una persona aprende a usar la razón, piensa por toda su vida.
Yo no invito a seguir una lucha de ateísmo y escepticismo militantes contra los magufos y religiosos. Yo invito a seguir luchando con escepticismo y ateísmo militante contra las pseudociencias, el misticismo, el fanatismo religioso y la irracionalidades a-críticas de la cultura new age.
En algún momento dijo un sabio –cuyo nombre para su mala suerte no recuerdo- que “conviene que se enfrenten las ideas, para que así no tengan que enfrentarse los hombres”. Yo agregaría que conviene que se enfrenten las ideas para que así, seamos capaces que todos y cada uno de nosotros poder sentirnos humanos.
La lucha por la divulgación científica y la difusión de valores basados en la racionalidad contra la charlatanería y la deshonestidad, es una lucha para el beneficio de todos.