Reseña de Tratado contra el método, de Paul Feyerabend
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"Y mi tesis es que el anarquismo estimula el progreso cualquiera que sea el sentido en que se tome este término. Incluso una ciencia basada en la ley y el orden, sólo tendrá éxito si permite que se den pasos anarquistas ocasionales." (Cursivas del original).
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Como en todo
campo de investigación, en filosofía de la ciencia se cuenta con distintos tipos de publicaciones que sirven para la propuesta, el análisis o el debate de ideas. Existen los ensayos académicos, los artículos indexados, los diálogos, o los libros que mezclan por igual divulgación y erudición... y también hay panfletos. Así como en política, aunque con menor frecuencia (por fortuna), no es imposible encontrarnos con panfletos en filosofía de la ciencia. Un panfleto no necesariamente tiene que ser menos serio o relevante que un artículo indexado con 10 páginas de referencias bibliográficas. Piense en
El manifiesto comunista (1847) de
Karl Marx y
Friedrich Engels, para un patriota quizás le venga a la mente los
Sentimientos de la nación (1813) de
Morelos y Pavón, o
Por qué no soy cristiano (1927) de
Bertrand Russell para los ateos.
Los panfletos no solo presentan argumentos o análisis de algún evento, fenómeno o hecho, sino que apelan a la crítica tanto racional como emotiva, en contra de algo que generalmente es "la norma" en un tiempo determinado, sea la explotación de la clase trabajadora, la sumisión a un reino lejano o la hegemonía de verdades sagradas. Los panfletos buscan que quienes los lean cambien su visión sobre "la norma". Esto en el activismo político o social es "la norma" (sí, irónico), pero en filosofía de la ciencia era algo extraño hasta 1975, año en que Paul Feyerabend publicó su Tratado contra el método, un panfleto por el que sería conocido como "el peor enemigo de la ciencia".