domingo, 30 de agosto de 2015

Oliver Sacks (1933 - 2015)

Pensar sobre la mente es una actividad filosófica estimulante. Hacer investigación científica sobre la mente no solo resulta igualmente estimulante, sino que además se vuelve una pasión de toda una vida que, como si fuera un adolescente enamorado, se busca compartir con todos los que se pueda. Eso es por lo menos lo que nos mostraba el ejemplo de Oliver Sacks, neurólogo, divulgador, ser humano.


"Cuando hayamos desaparecido no habrá nadie como nosotros, pero, por supuesto, nunca hay nadie igual a otros. Cuando una persona muere, es imposible reemplazarla. Deja un agujero que no se puede llenar, porque el destino de cada ser humano —el destino genético y neural— es ser un individuo único, trazar su propio camino, vivir su propia vida, morir su propia muerte."

El llamado "poeta laureado de la medicina" dejó de existir el día de hoy, dejando un maravilloso legado de escritos sobre uno de los más grandes misterios del universo: el cerebro humano. El 9 de Febrero de este año, Sacks, quien fue profesor de neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, dio a conocer públicamente que padecía cáncer en fase terminal con metástasis múltiple en el hígado a causa de un melanoma ocular (el cual le causó la pérdida de visión en un ojo).

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