domingo, 9 de abril de 2017

Top 10: Pseudociencias que (tal vez) no conoces



Si hay algo fascinante en el reino de las pseudociencias es el cómo surgen. Cómo nace una pseudociencia, resulta ser una pregunta tan compleja como preguntarse el cómo nace una ciencia, aunque el proceso puede llegar a ser muy distinto (en otras ocasiones, no tanto). La razón de esto es que la pseudociencia es una actividad humana más dinámica de lo que muchos creen y resulta problemático establecer una definición precisa que establezca la exacta demarcación entre ciencia, pseudociencia y otros campos del conocimiento. Es posible encontrar ciertas disciplinas protocientíficas y semicientíficas con gran cantidad de conocimientos o prácticas pseudocientíficas, las cuales o terminan anquilosando el campo de estudio completo o se eliminan permitiendo la madurez epistémica de dicha área, para luego poder ser una ciencia tal cual.

Algunos ven en la psicología y las ciencias sociales ejemplos de esto último. La psicología, durante mucho tiempo, ha estado invadida por escuelas claramente pseudocientíficas, como el psicoanálisis y la psicoterapia Gestalt, así como ramas protocientíficas, como la psicología evolucionista. En ciencias sociales aún se cuenta con estudios en psicoanálisis, economía austriaca, sociología marxista y actitudes anticientíficas como son el apoyo a movimientos anti-transgénicos, entre otros. Las ciencias "duras" no siempre se encuentran exentas de que, de cuando en cuando, surjan proyectos de investigación pseudocientíficos. A veces, terminan siendo descartados rápidamente, como el caso de la fusión fría, pero en otras ocasiones parece que ciertas teorías altamente especulativas comienzan a ser vistas como parte del conocimiento estándar por instituciones, investigadores y divulgadores por igual. Casos como los rayos N y la frenología son clásicos en la historia de la ciencia. Hoy día, podría ser el caso de la hipótesis del multiverso y la teoría de cuerdas en cosmología y física teórica, respectivamente, se vuelvan áreas o teorías pseudocientíficas dentro de la ciencia misma (sino es que ya lo son).



Dentro del anterior grupo, están también las pseudociencias agujero negro. No se trata solo de una teoría dentro de un campo en particular, sino un campo o disciplina entero que en un inicio se aprecia como científico, termina "colapsando" en un agujero negro de dogmatismo y aislamiento epistémico para finalmente convertirse en una pseudociencia. Los inicios, por ejemplo, de la parapsicología y la criptozoología pueden servir de ejemplo, ya que en algún momento ofrecían áreas de estudio prometedoras. Los investigadores eran científicos profesionales interesados en los reclamos extraordinarios de poderes telepáticos o encuentros con animales desconocidos. Sin embargo, con el paso de los años se descubría que muchos de los estudios estaban sesgados, errados en la metodología o eran vulgares estafas; dichos campos comenzaron albergar cada vez más charlatanes, ignoraban los métodos de la ciencia y el objetivo de la investigación científica, la cual busca explicar ciertos fenómenos a la luz de la formulación de teorías y leyes, y se empezó a defender un cuerpo de ideas inconexas que contradicen el conocimiento científico bien establecido en otras áreas. La eugenesia, la frenología, los estudios de rayos N, la ufología (antes del boom de los 60s), la alquimia y los estudios sobre la relación entre IQ y razas, pueden verse como otros ejemplos más de pseudociencias agujeros negros.

Otras pseudociencias, en cambio, siempre han sido campos donde la superstición es la fuente principal de ingresos de sus practicantes. La astrología y otras mancias, la homeopatía, la orgonomía, el espiritismo y el creacionismo del diseño inteligente pueden verse como ejemplos de ello. Algunos más, como el biofilósofo Michael Ruse, aseguran que algunas ideas que nacieron como claras pseudociencias terminaron formando parte del núcleo de alguna ciencia. El ejemplo que Ruse ofrece es la teoría de la evolución misma, idea que había estado circulando por más de un siglo antes que Darwin publicara El origen de las especies. Otros como Richard Conniff (y tal vez Carl Sagan) ven a la teoría de la deriva continental como lo que podríamos llamar pseudociencia agujero blanco. El filósofo de la ciencia Imre Lakatos señalaba la teoría heliocéntrica como un ejemplo de este tipo de pseudociencia, ya que en un inicio fueron pocos los que (por razones más teológicas que científicas, aunque claro que también se esgrimieron argumentos científicos y matemáticos) tomaron en serio esta idea (entre esos pocos, Galileo).

Lo que podemos notar de todo esto es que establecer una línea definitiva entre ciencia y pseudociencia quizás no sea posible, pues las pseudociencias, al igual que cualquier otra actividad humana, cambian y evolucionan con el paso del tiempo. Esto no significa que no se pueda distinguir una teoría pseudocientífica de una científica, sino que dicha línea puede ser bastante brumosa, sobre todo cuando se trata de nuevos campos de estudio. Puede ser que comiencen como interesantes promesas científicas o como claros ejemplos de actitudes anticientíficas.

Aquí les presento algunas de las pseudociencias que han emergido en los últimos años y que posiblemente no han escuchado antes. Si usted ya las conoce, de cualquier forma pienso que este será un artículo que podrá disfrutar:

10. Agricultura biodinámica. Junto al terreno de la salud, el de la alimentación tal vez sea el más estancado de pseudociencias y supersticiones. Esto es así ya que la alimentación es una de las principales preocupaciones diarias con las que tenemos que lidiar. Resulta muy común encontrar que casi todo lo que guardamos en la alacena o el refrigerador, dependiendo de la fuente en internet, resulta ser dañina para la salud. Desde las manzanas, la leche o la carne... hasta productos chatarra (que no son muy recomendables para su consumo diario) como la Coca-Cola o las sopas Maruchan. En técnicas de alimentos, como la agricultura, se ha vuelto, literalmente, el pan de cada día saber de nuevas maneras de cultivar alimentos o métodos de "agricultura alternativa", entre las más populares está la pseudocientífica agricultura ecológica. Pero de ésta no hablaremos hoy, por lo menos no en general, sino en una de sus variantes particular: la llamada agricultura biodinámica.

Cuernos rellenos de estiércol para enterrarse,
y después hacer el preparado homeopático para tu
cultivo.
Como el resto de las técnicas de agricultura ecológica, los practicantes de la biodinámica es jactan de practicar algo "natural", se asegura mayor eficiencia, ser amigable con el medio ambiente y además es antisistema capitalista que no acepta los pesticidas sintéticos de los malvados empresarios. Pero hay un problema con esta imagen: que es falsa. La agricultura biodinámica, igual que el resto de agricultura, sea "alternativa" o convencional, no es amigable con el medio ambiente ya que para toda agricultura se necesitan áreas grandes de suelo donde antes estuvo algún bosque o selva. Tampoco ha demostrado ser ni más eficaz ni producir alimentos más seguros (ninguna técnica de agricultura ecológica lo ha conseguido, de hecho). Además, es bastante lucrativa y en Europa se encuentra convenientemente registrada y patentada. Pero, ¿qué es exactamente la agricultura biodinámica? ¡Una pseudociencia!

El bioquímico español J.M. Mulet explica en qué consiste esta técnica en su libro Comer sin Miedo. Mulet narra que la agricultura biodinámica tiene un origen bastante esotérico y paranormal. Es la invención de Rudolf Steiner, un teósofo alemán (nada parecido a un ingeniero agrónomo), seguidor de las chifladuras de Helena Blavatsky, hasta que se dio cuenta que podía hacer negocio creando su propia secta esotérica: la antroposofía. "Esta disciplina recoge algunos conceptos orientales y los moldea según ocurrencias del propio Steiner", nos dice Mulet, y continúa:
Entre sus postulados está el rechazo a las vacunas, la homeopatía y la creencia en la reencarnación (todo muy científico, como vemos). Steiner sostenía que si los niños se educaban siguiendo sus postulados (llamados <<pedagogía Waldorf>>) podrían ser clarividentes. Existen escuelas que siguen esta pedagogía, pero a ningún alumno le ha tocado la primitiva, por lo que lo de la clarividencia no parece funcionar.
La agricultura inventada por Steiner no es menos esotérica. Según la antroposofía, como nos dice Mulet, la planta es un organismo cerrado, la parte aérea del cual depende del cosmos, y este a su vez de Venus, Júpiter y Saturno; y la raíz depende de la Luna, Mercurio y Marte. Por lo que hay que considerar los signos astrológicos para todos los períodos agrícolas. Cualquier biólogo, botánico o agricultor sabe que las malas cosechas suelen ser por culpa de patógenos, la ausencia de nutrientes o factores ambientales. Para la antroposofía, una mala cosecha ocurre debido a un desequilibrio entre la alineación de los planetas que rigen la raíz y la parte áerea. ¿Imagina usted el daño que le causaría a su cultivo un agricultor que en vez de tomar medidas reales, consulta la carta astral para salvar su cosecha? Mulet continúa con su descripción de esta mágica pseudociencia. Resulta ser que algunas prácticas dentro de ésta consisten en enterrar cuernos rellenos de silicio o de estiércol para prevenir las plagas o traer la fertilidad, y luego hacer diluciones homeopáticas con ellos. ¿El preparado favorito para el también autor del blog Tomates con genes? el 505: corteza de roble mantenida en la calavera de un animal doméstico, que se entierra en barro de materia vegetal al lado de una corriente de agua. ¿Qué tal les suena a los protectores de animales?

En general, la antroposofía es una pseudociencia que apesta a secta religiosa. Para el filósofo de la ciencia (y la pseudociencia) Sven Ove Hansson, lo único "positivo" de toda la antroposofía sería justamente el consuelo típico que brinda cualquier religión. Pero si los antropósofos aceptan esto, dejarían la antroposofía, ya que ésta se caracteriza por su negativa a hacerse ver como una secta religiosa. Por su parte, el periodista científico Mauricio-José Schwarz mira a la antroposofía y su agricultura tan delirante y alejada de la realidad, que resulta imposible expresarlo en pocas palabras (como en un título de un escrito). La agricultura biodinámica, nos dice este escéptico, es solo "parloteo sin bases que se utiliza para obligar a los agricultores a utilizar los mágicos preparados de sílice y estiércol embutidos en cuernos de vaca y pagar las cuotas pertinentes para poder "certificar" que hacen "agricultura biodinámica", que suena bien aunque no sirva, ni signifique nada en términos de nutrición, seguridad alimentaria ni rendimiento o cuidado adecuado del suelo."

J.M. Mulet nos brinda unas buenas palabras para finalizar un análisis básico de esta pseudociencia (negritas son mías):
Como pasa en todas las sectas y creencias surrealistas. al final todo es dinero. Alrededor de las ideas de Steiner se ha formado un complejo entramado financiero cuya cabeza visible es el banco Triodos, que , escudándose en la solidaridad, esconde una ideología cuestionable y un negocio muy rentable. Dentro de este entramado, la agricultura biodinámica es una marca registrada de una única empresa, Demeter
Por lo tanto, si quieres vender algo como biodinámico tienes que superar un proceso de acreditación que esta empresa tiene en monopolio, y además es bastante caro. A mí, sinceramente, que en un reglamento europeo se hable explícitamente de una empresa privada que además tiene un monopolio me hace saltar todas las alarmas de corrupción.

Véase más: Comer sin miedo, de J.M. Mulet, Editorial Paidós, 2014; "¿Biodinámica o superstición?", artículo de J.M. Mulet en el El País Semanal; "Antroposofía: la secta y su banco (Triodos)", artículo de Mauricio-José Schwarz en su blog El retorno de los charlatanes;"Is Antroposophy Science?", artículo de Sven Ove Hansson publicado en 1991 en la revista Conceptus, disponible en línea.


9. Israelismo británico. Si aún quieren ver otro ejemplo de pseudociencia patrocinada por alguna religión, de seguro les encantará el israelismo británico o angloisraelismo. Esta mezcla de ideas racistas y pseudohistoria es sostenida por algunos fundamentalistas cristianos de Inglaterra que aseguran que las tribus perdidas de Israel emigraron a lo que hoy son las islas británicas. Los ingleses (blancos, por supuesto), entonces, son los descendientes directos de dichas tribus. Aunque más que una teoría pseudohistórica emergente es una vieja idea racista a punto de convertirse en una pseudociencia muerta, continúa con vida en Inglaterra. Según afirma la Jewish Encyclopedia, aún existe en la cámara de los lores un defensor del angloisraelismo, así como un obispo de la Iglesia de Inglaterra; también existe una casa editorial dedica exclusivamente a publicar panfletos angloisraelitas. Como sea, es una idea pseudocientífica que (imagino) pocas personas de habla hispana han llegado a escuchar. 


Escudo de la British-Israel-World Federation.
El ex-asistente editorial de la revista British Archaeology y colaborador del sitio web Bad Archaeology, James Doeser, nos explica, en su artículo "The British Israelites", que este movimiento surgió en la década de 1870 (aunque otros, como Nicholas Goodrick-Clarke, identifican a John Wilson y su libro Nuestros orígenes israelitas, de 1840, como la fuente inspiradora de este sinsentido más vieja) formando un grupo bastante influyente hasta su rápida decadencia a partir de 1945. Los angloisraelitas combinan la historia de los celtas, los mitos artúricos, la egiptología pop y el Antiguo Testamento para crear su propia mitología. Básicamente fue una creencia popular entre la clase media alta, sobre todo entre los militares, el clero y la clase media colonial. Como ocurre con toda pseudociencia, también tuvo sus defensores prominentes, como el rey George VI, la poetisa Patience Strong y la princesa Alicia de Albany. En sus tiempos de esplendor, la "British-Israel-World Federation", principal asociación de angloisraelitas, llegó a tener más de 20, 000 miembros para 1920. La Jewish Encyclopedia estima que, para 1906, había cerca de 2 millones de defensores del angloisraelismo a nivel mundial.


La conexión de los israelitas en Gran Bretaña, según se dice, llega hasta los antepasados de la reina Victoria, y con lo que sus defensores vieron la confirmación de la profecía bíblica "la línea de David gobernará por siempre y para siempre". De acuerdo a esto, los ingleses son el auténtico pueblo elegido por Dios, mientras que los judíos actuales son descendientes de la tribu de Judá, la única tribu judía (las otras no son judías, sino británicos blancos), ya que las tribus perdidas no regresaron a lo que hoy es Israel, debido a la invasión asiria del siglo 8 a.n.e. Por si todavía hiciera falta más sinsentidos, los angloisraelitas defienden la idea de que el idioma inglés en realidad es una derivación directa del hebreo antiguo. Varios "estudios" [pseudo]filológicos se llegaron a publicar a principios del siglo XX defendiendo esta tesis indefendible. Algo bastante característico de esta forma de pseudohistoria es que, a pesar de haber tenido gran número de creyentes y defensores, y de haber tenido "estudios" tanto teológicos como arqueológicos y filológicos, prácticamente no hubo un solo artículo académico de algún antropólogo, arqueólogo o historiador que defendiera el angloisraelismo. Sus defensores "académicos" solían ser médicos, geólogos o astrónomos con afición por la historia o la mitología, pero ningún historiador profesional.

La fuente del israelismo británico no es ni histórica, ni arqueológica ni filológica. Su única fuente es el fundamentalismo religioso y el imperialismo del que se sentían tan orgullosos muchos ingleses del siglo XIX y principios del XX. El angloisraelismo consiste en hacer encajar a la fuerza cualquier parte del Antiguo Testamento donde haya una historia que pueda imaginarse que termina en Inglaterra. Pero no existe nada en toda la historia y la arqueología que sustente cualquier tesis angloisraelita. Tampoco hay conexión entre el inglés y el hebreo antiguo, como sabe bien cualquier filólogo y lingüista contemporáneo. Lo que es más, el israelismo británico es intrínsecamente racista y fue usado como una justificación teológica para la legitimidad de las colonias inglesas. Durante la década de 1930, los angloisraelitas tenían una dificultad: separar y justificar su pseudociencia racial que demostraba que eran la "verdadera raza aria", de la ideología nazi que afirmaba lo mismo. Su solución, nos narra Doeser, fue declarar a los alemanes como descendientes de los asirios. Los nazis eran los invasores y opresores de Israel, y por tanto, definitivamente no eran "verdaderos arios". 

Aunque el angloisraelismo está prácticamente muerto en nuestros días, tuvo grandes influencias en otros grupos fundamentalistas, así como en la legitimación de ciertos ritos  y supersticiones, como su obsesión con el origen de la piedra de Scone como elemento de coronación (supuestamente es la piedra donde Jacob descansó su cabeza al dormir) y la búsqueda del Arca de la Alianza en suelo británico. También fomentó otra pseudociencia: la piramidología. Los angloisraelitas "académicos", tales como Charles Piazzi-Smyth, David Davidson, John Garnier y James Bernard Nicklin, crearon una tradición supersticiosa que conectaba sus profecía inventadas y sus interpretaciones históricas, en base a la Gran pirámide Keops. Para estas personas y sus seguidores, la pirámide es nada menos que "la Biblia en piedra", y por tanto es un aspecto tan importante en sus creencias milenarias como la misma Biblia.

Véase más: Conocimiento inventado. Falacias históricas, ciencia amañada y pseudo-religiones, por Ronald H. Fritze, Turner Noema, 2010; "Anglo-Israelism", artículo de Joseph Jacobs en la Jewish Encyclopedia; "The British Israelites", artículo de James Doeser en Bad Archaeology; "British Israelism", entrada en la RationalWiki.

8. Agrohomeopatía. Si el angloisraelismo fue precursor e impulsor de pseudociencias como el racismo científico, la piramidología y la pseudoarqueología británica, la agricultura biodinámica, nuestro puesto 10 del top, fue también precursora de otra pseudociencia bastante dañina para personas que suelen ser ajenas a la ciencia, tales como los granjeros y agricultores de comunidades rurales: la agrohomeopatía u homeopatía agrícola es la aplicación de la homeopatía "para la salud de las plantas en la agricultura, jardinería o en la casa. Actualmente se usa con tendencia creciente para el control de plagas y enfermedades y para equilibrar y fortalecer tanto los cultivos agrícolas como las plantas ornamentales de jardín", según nos informa un sitio especializado en esta chifladura. ¿Quién tuvo esa "genial" (y lucrativa) idea de darles gotitas homeopáticas a las plantas? Bien, como ya vimos, fue Rudolf Steiner, con su agricultura biodinámica, el referente más viejo sobre esta pseudoterapia botánica.

Los seguidores de la antroposofía llegan a realizar algunos preparados que parecen propios menjurjes medievales. Nuevamente en Comer sin miedo, Mulet nos habla de algunos preparados agrohomeopáticos de la antroposofía, como el 503: flores de manzanilla embutidas en el intestino delgado de una vaca como si fueran salchicha. Se entierran durante el invierno y en primavera se desentierran, o el preparado 505 del que ya se habló en el punto 10. ¿Imaginan comer algo producido con estas prácticas? Pues bien, la agrohomeopatía, alegremente se independizó de la antroposofía, pero no de la superchería redituable de la agricultura ecológica, pues es justamente dentro de estos negocios que se utiliza esta pseudociencia. Lilly y Eugen Kolisko, dos seguidores de Steiner, fueron los primeros en investigar la influencia de sustancias diluidas hasta 60 veces (D60 o 60 dilución decimal) en plantas. El ingrediente activo de cualquier sustancia desparece luego de una dilución D24, de modo que lo único que queda es alcohol o agua.

Para Mulet es bastante claro el asunto:
Si a estas alturas de la película todavía hay alguien que se crea el camelo de la homeopatía y los principios de Hähnemann de que “lo similar cura a lo similar” y que “diluir es potenciar”, pues que se lea “Medicina sin Engaños“, o incluso, mejor, que le pegue una ojeada al último informe a gran escala publicado por el gobierno de Australia para evaluar si incluía la homeopatía en el sistema nacional de salud, el resultado ha sido el mismo que en los casos anteriores. No funciona.
Igual que la homeopatía para humanos, la agrohomeopatía se vende como una panacea, es decir, sirve tanto para prevenir, curar y fortalecer, sirve para combatir las plagas, hongos, virus y otros patógenos; sirve también para volver más fértil el suelo y hacer que tu cultivo esté en equilibrio (signifique lo que signifique eso). Se puede tratar a las plantas o a las semillas por igual (así la plante nace con una "vacuna homeopática", supongo). Hoy en día, esta práctica es demasiado popular entre los promotores de la agricultura ecológica. En México, el profesor de la Universidad Autónoma Chapingo, Felipe Ruiz Espinoza, es el principal defensor de la agrohomeopatía, viajando a comunidades rurales promoviendo esta pseudociencia entre las personas de campo. Ruiz Espinoza busca también llamar la atención de las autoridades para que promocionen la homeopatía agrícola, y parece ser que ha alcanzado algo de éxito, ya que esta es una pseudociencia que a paso lento pero seguro está creciendo, y no es gracias a prueba alguna de su efectividad. Los más afectados son los agricultores que dejan de lado los fertilizantes y pesticidas convencionales para utilizar los agrohomeopáticos, algo que puede costar cosechas enteras.

En la actualidad, aunque bastante popular para la agricultura ecológica, la agrohomeopatía no ha alcanzado (aún) gran importancia entre las comunidades académicas de ingenieros y científicos agrícolas, lo cual es desafortunado por una parte, ya que esta comunidad debería informar de las pseudociencias en su campo de trabajo. La agrohomeopatía cuenta con seis estudios en revistas indexadas, casualmente, todos en la revista Homeopathy, pero en ninguna de botánica o agronomía que haya replicado dichos estudios. Cuando Edzard Ernst se enteró de la existencia de la agrohomeopatía, sencillamente no lo podía creer:
Cuando leí por primera vez sobre agrohomeopatía...pensé que debía ser un engaño. Entonces me di cuenta de que era totalmente en serio (una búsqueda en Google devuelve 28 000 visitas para 'agrohomeopatía') serio, pero, sin embargo, demasiado raro para las palabras. Debido a que es tan absolutamente increíble...
Ernst también nos señala que, ante todos los reclamos extraordinarios de la agrohomeopatía, no es necesario siquiera recurrir a una explicación basada en el efecto placebo porque, para empezar, no hay prueba de que exista efecto alguno en las plantas.

Véase más: "Agrohomeopatía: Cuando las pseudociencias se tocan", artículo en el blog Telescopio; "Agrohomeopathy: one couldn´t make it up!", artículo de Edzard Ernst en su sitio web.


7. Daseinanálisis. Si tuviera que pensar en el tercer lugar de campo de conocimiento más infestado de pseudociencias (recuerde, el primer lugar es la medicina, y el segundo las ciencias de los alimentos), sería el de la psicología y la psicoterapia. En la actualidad es posible encontrar una cantidad preocupante de psicoterapias con supuestos y teorías contrarias unas con otras. El conjunto de psicoterapias más anticientíficas es el de la psicología humanista, la cual prescinde de la investigación científica, reniega del conocimiento en neurociencias e importa muy poco si no existe indicador alguno para el éxito de la psicoterapia. La psicología humanista es una mezcla de psicología pop, mala filosofía, conocimientos precientíficos (en el mejor de los casos) y evidencia anecdótica. Existen varios ejemplos famosos de psicología humanista, como la psicología analítica de Jung, el psicoanálisis lacaniano, la psicoterapia gestáltica o la teoría de la autorrealización de Maslow. Pero hay una (por fortuna) poco conocida y de la que nunca he visto que se mencione cuando se habla de pseudopsicología: el daseinanálisis.

Martin Heidegger, posiblemente,
el mayor charlatán en la filosofía del s. XX.
Si usted pensaba que ya era malo tener al psicoanálisis por un lado y la verborrea oscurantista de Martin Heidegger por otro, ahora imagine combinar la pseudofilosofía existencialista de éste último con la pseudopsicoterapia freudiana. El daseinanálisis se puede rastrear hasta la década de 1920 en la obra del psiquiatra suizo Ludwig Binswagner, iniciador de este "enfoque" de la llamada psicología existencial (conjunto que se encuentra dentro del conjunto de la psicología humanista). Los intentos por combinar filosofías de moda con psicoterapias de moda fue algo usual dentro del siglo XX. Escuelas de pensamiento completas adoptaban estas teorías. Por ejemplo, la Escuela de Frankfurt promulgó el "freudomarxismo" como su teoría para explicar el terreno psicosocial en que se desarrolla el capitalismo. Para los daseinanalistas los problemas mentales no tienen causas neurofisiológicas, cognitivas o conductuales, sino que son el resultado del dilema de vivir con "el otro" y a la vez estar solo en sí mismo.

Algo importante a destacar en el daseinanálisis (así como en el resto de la psicología existencial) es que no existe uno solo, sino que, literalmente, hay decenas de psicoterapias daseinanalíticas, pues cada daseinanalista posee su propia concepción de la práctica del daseinanálisis. Es decir, esta terapia no ha cambiado con el tiempo a partir de estudios nuevos sobre la eficacia de ciertas técnicas, el de corregir ciertos métodos o el de servirse del conocimiento científico sobre la mente que se tiene disponible, no, sino que se ha diversificado al gusto de la interpretación de cada "terapeuta". Uno puede ver una semejanza obvia con la teología, pero no se observa rastro de método científico alguno en esto.

Entre sus teorías más extrañas, se encuentra la de los "modos de ser" del dasein (el ser-en-ahí). Para estos analistas, el dasein tiene miles de modos de ser, pero solo hay una naturaleza global del dasein. Dicho modo fundamental de ser del dasein es la culpa. El dasein, se nos dice, está "abierto" a toda experiencia, de las que el cuerpo solo puede experimentar una a la vez. Esto hace al cuerpo humano tener una "deuda" con dasein, lo cual conduce al sentimiento de culpa. Dicha culpa solo puede ser manejada reconociéndola y aceptando esa deuda como el hecho de que no todas esas experiencias se pueden tener. Esta aceptación es el punto al que el daseinanalista trata de llevar a su paciente, pues es en éste que la persona llega a su máximo potencial de realmente ser-en-el-mundo. O sea, lo lleva al dasein o su "verdadero ser". Si usted no entendió nada de esto, no se preocupe, no existe prueba alguna de que algún daseinanalista lo entienda realmente; todo lo que hay son "modos de interpretar".

¿Cómo sabe el daseinanalista que llevando al paciente a experimentar el dasein logra curarlo? No lo sabe, así lo cree en base a esta extraña mezcla de dogmas traídos de la fenomenología y el existencialismo con las interpretaciones imposibles de corroborar del psicoanálisis. Lo cierto es que no existe nada, absolutamente nada que avale esta charlatanería existencialista. Los daseinanalistas, como buenos herederos acientíficos de Freud y anticientíficos de Heidegger, no realizan pruebas de control, experimentos, estadísticas ni nada que ayude a saber si su terapia en verdad funciona. Solo se tienen los libros infumables de sus practicantes, pero no se sabe de un solo caso donde un daseinanalista haya curado algún trastorno mental verdadero. Los daseinanalistas llevan a cabo otras prácticas que se ha demostrado no poseen ninguna efectividad o son sencillamente falsas, como la interpretación de los sueños. Lo que es más, los daseinanalistas son profundamente anti-psicólogos, ya que afirman, en base a sus "interpretaciones" de sus estudios de Heidegger (no en estudiar la realidad), que la psicología y la psiquiatría ofrecen una idea incorrecta de lo humano, que solo puede ser corregida a partir de la escolástica heideggeriana.

Esto tal vez le parezca interesante a quienes han desperdiciado, digo, estudiado años enteros la obra de fenomenólogos y existencialistas, pero para aquellos interesados en comprender el funcionamiento real de la mente y su tratamiento, el daseinanálisis no es más que una vulgar estafa.

Véase más: Psicología clínica. Fundamentos existenciales, por Alberto de Castro Correa y Guillermo García Chacón, Universidad del Norte-Ediciones de la U, 2011; "Daseinanalysis" entrada de la Wikipedia en inglés.

6. Clipeología. ¿No le suena este concepto? Bueno, todo lo que tiene que hacer es mirar un la programación de History Channel. ¿Aún no sabe qué es la clipeología? ¿Le suenan: Carros de los dioses, Alienigenas ancestrales, Erich von Daniken o el meme "Aliens!"? Bien, entonces ya sabe qué es la clipeología. También conocida como paleoufología o teoría del astronauta antiguo, la clipeología es la "rama" de la ufología que se encarga de la búsqueda de posibles manifestaciones de ovnis y extraterrestres a lo largo de la historia de la humanidad. Desde la Edad de piedra hasta la Segunda Guerra Mundial. Este concepto viene de los vocablos italianos "clipeus" (clipei) y "logos". El clipeus o clipei es el nombre de un escudo empleado en el Imperio romano por los soldados. Según Plinio el Viejo, en una ocasión miró en el cielo unos extraños "clipei ardentes" o "escudos ardientes".
día

Esta pseudociencia suele ser más conocida como paleoufología o solo como teoría del antiguo astronauta. El término clipeología es mucho más popular en Italia, donde fue acuñado, en 1959, por el ufólogo Umberto Corazzi. En Italia la clipeología se popularizó en los años 60's gracias a la revista Clypeus, fundada en Turín en 1964 por el periodista Gianni Séttimo. Pero en América la idea de que los extraterrestres nos han visitado desde la antigüedad se hizo famosa gracias a la obra Carros de los dioses, del entonces gerente de hotel Erich von Daniken.

Los clipeólogos italianos se han concentrado sobre todo en la "evidencia" de paleovisitas sobre todo en el arte y los papiros antiguos. Uno de los más famosos es el papiro Tulli, supuestamente descubierto en 1934. En este extraño documento se relata un viaje de Tutmosis III a través del Nilo, donde el faraón fue testigo de un extraño avistamiento de tres "círculos de fuego" suspendidos en el cielo "más brillantes que el sol". También están las pinturas renacentistas que parecen mostrar platillos voladores, e incluso una "guerra de las galaxias" en los cielos de la Alemania medieval. Los clipeólogos a menudo apelan a estas anomalías de tiempos pasados como indicadores de visitantes de otros mundos, ¿pero realmente prueban algo?

Para dejar en claro que los clipeólogos no hacen otra cosa más que malinterpretar la historia, analicemos brevemente tres casos: el del papiro Tulli y dos pinturas famosas, La virgen con el niño y san Juanito, atribuida a Sebastiano Mainardi, y el grabado de madera de Hans Glaser (1561) donde se observa una supuesta batalla de ovnis en los cielos de Núremberg.

De izquierda a derecha: Papiro Tulli; La virgen con el niño y san Juanito, atribuido a Sebastian Mainardi; Grabado de madera de Hans Glaser, de 1561.

El primero, el papiro Tulli es sin duda extraño. Data de más de 3, 000 años (Tutmosis III gobernó Egipto, aproximadamente, desde 1479 a.n.e hasta 1425 a.n.e.).De ser auténtico, el papiro mostraría el testimonio ovni más antiguo de toda la historia. Para ufólogos y paleoufólogos, desde que fue "encontrado" en una tienda de antigüedades por Augusto Tulli, en el Cairo en 1933. el papiro ha sido una de las más importantes evidencias de sus afirmaciones. El texto habla de este avistamiento como algo que duró bastante tiempo, apreciado por Tutmosis III y sus soldados. El pequeño problema es que el papiro auténtico (si alguna vez lo hubo) nunca se ha encontrado. Al parecer, el vendedor de antigüedades sabía lo que tenía y exigía un alto precio por el original, de modo que Augusto Tulli solo pudo encargar una copia, que es de donde se han obtenido las traducciones que hasta hoy citan los clipeólogos. Aunque su historia es algo problemática, pues en los años 50's se aseguró haber encontrado el papiro original tras la muerte de Tulli, tan solo para ser copiado y después desaparecer de nuevo.

Un segundo problema es que, por lo menos la copia, es falsa, según demostró en tiempos recientes Franco Brussino, un usuario del sitio egipttologia.net (sitio actualmente desaparecido). Luego de hacer su propia traducción, a Brussino le pareció extrañamente familiar lo que estaba leyendo. De modo que corroboró que las frases habían sido sacadas de un manual de inscripciones y jeroglíficos egipcios, manual escrito por un tal Gardiner en 1927, siete años antes de ser "descubierto el papiro Tulli". Al parecer, un bromista de los años 30's tenía a la mano dicho manual de jeroglíficos y solo copio las figuras y símbolos. Los clipeólogos y ufólogos, por generaciones, se tragaron este engaño, y todavía hoy en día existen defensores de la autenticidad del papiro Tulli.

Tal vez no tengamos un avistamiento de 3, 000 años de antigüedad, pero, ¿tenemos avistamientos de ovnis en el Renacimiento? El investigador de fenómenos paranormales y miembro fundador del  Comité Italiano para la Investigación de los Reclamos de la Pseudociencia (CICAP por sus siglas en italiano), Massimo Polidoro, en su libro Enigmas y misterios de la historia, nos explica cuál es el método de investigación de los defensores del antiguo astronauta:
El método que aplican los denominados <<cazadores de ovnis>> demuestra, en definitiva, que basta con carecer de estudios en materia de historia del arte para lanzar afirmaciones disparatadas y conseguir que la mayoría te crea. 
En último término, es suficiente con tomar un libro con reproducciones de obras artísticas, preferiblemente anteriores al siglo XVII, y buscar en todos los cuadros algún detalle extraño, tal vez con forma lenticular o esférica. A buen seguro, se encontrarán numerosos elementos que, a primera vista, parecerán fuera de lugar, y así se podrá declarar impunemente que este o aquel objeto es incoherente con respecto al medio o la época en los que se realizó la obra de arte, por lo que es probable que se trate de un objeto <<alienígena>> o <<no identificado>>.
El supuesto platillo volador del cuadro de La virgen con el niño y san Juanito, cuadro de finales del siglo XV, atribuido a Sebastian Mainardi, en realidad es una nube luminosa. Los pintores de la época de Mainardi solían poner mucho elementos religiosos a sus obras (la gran mayoría, con temática religiosa tal cual). Las nubes y estrellas que se observan en el cuadro tienen significados religiosos precisos, que se describen con claridad en cualquier manual de historia del arte. Las nubes, frecuentemente, representan ángeles, o según algunos evangelios apócrifos estos últimos aparecían en forma "nubes luminosas". Los pintores del siglo XV sabían de esto y es justamente lo que buscaban retratar. El grabado de Hans Glaser parece aún más misterioso... para ojos no entrenados en historia del arte, como nosotros, o como los clipeólogos. Este grabado que retrata un acontecimiento el 14 de abril de 1561, era parte de una gaceta. Y a diferencia de las gacetas modernas, que buscan ofrecer la información tal como es, las gacetas de aquel entonces relataban ciertos acontecimiento "a la luz" de la interpretación teológica. Acontecimientos naturales, como una erupción volcánica, el paso de un cometa, una aurora boreal o fenómenos ópticos como el parhelio, característico de los países nórdicos,  se difundían como mensajes de señales divinas y el fin del mundo. Así, un meteorito se transformaba en un jinete del Apocalipsis, una lluvia roja en lágrimas de sangre. El de Glaser muestra un motivo típico de la cultura judeocristiana del siglo XVI, explica Polidoro: el del ejército fantasma: los "cilindros", representan cañones, y las esferas, las balas que estos disparaban. Nadie sabe con exactitud qué fue lo que ocurrió aquel día de abril de 1561, pero tratar de interpretar lo que pudo haber sido algún desastre natural a finales  de la Edad Media como una batalla extraterrestre, nos dice más de la mente de quien está haciendo la interpretación que de la obra misma.

Los clipeólogos, como cualquier otro ufólogo, tienen mucha imaginación pero poco sustento para sus reclamos.

Véase más: Enigmas y misterios de la historia, por Massimo Polidoro, Crítica, 2014;  "Ovnis, sombreros, nubes y desvergüenza" y "El sistema Von Daniken", artículos de Mauricio-José Schwarz publicados en su blog El retorno de los charlatanes; "Clipeologia", entrada de la Wikipedia en italiano; El sitio web "Ancient Aliens Debunked". Los videos han sido traducidos al español.

5. Hominología. Tal vez tampoco ha llegado a escuchar de esta antes, aunque al igual que la anterior, estoy bien seguro que está bastante familiarizado con su "objeto de estudio": pie grande, el yeti y cualquier otro homínido inexistente, digo, desconocido. Así pues, la hominología es la "rama" de la criptozoología que se ocuparía del estudio de los homínidos desconocidos. Neologismo creado por el criptozoólogo ruso Dmitri Bayanov, en palabras de su creador, "la Hominología es y está aún en fase criptozoológica de desarrollo". Esto último fue afirmado en 2003, y tan solo 2 años después, en una reseña crítica contra el libro Bigfoot Exposed, del antropólogo y escéptico Dave Daegling, aseguró que la "Hominología significa una revolución científica en una serie de disciplinas, en primer lugar, en la teoría del origen del hombre", también afirmó que esta pseudociencia en realidad es "una rama de la primatología, fundada a mediados del siglo XX en la 'tierra de nadie'  de la ciencia entre la zoología y la antropología."

Para Bayanov la hominología no solo es una ciencia importante, sino además necesaria, y va más allá todavía. En el International Bigfoot Symposium, en 2003, dijo (negritas y enlaces son míos):
Creo que uno de los grandes resultados científicos del siglo XX fue el descubrimiento de homínidos relictos (homins, para abreviar), popularmente conocidos como hombre de las nieves, Yeti, Yeren, Almas, Almasty, Bigfoot, Sasquatch, etc. En realidad, fue un re-descubrimiento por parte de los hominólogos de lo que había sido conocido por los naturalistas occidentales desde la antigüedad hasta mediados del siglo XVIII, cuando los primates bípedos salvajes fueron clasificados por Carl Linnaeus como Homo troglodytes (es decir, hombre de las cavernas) u Homo sylvestris (es decir, hombre salvaje u hombre del bosque). En cuanto a los eruditos orientales y las poblaciones rurales en muchas partes del mundo, siempre han sido conscientes de bípedos peludos salvajes, conocido bajo diversos nombres populares.
¿Descubrimientos? ¿Re-descubrimientos? ¿Dónde están las pruebas? Bayanov, como muchos magufos dedicados de lleno a la venta de misterios (tiene 6 libros publicados de apología, digo, investigación hominológica), muestra un profundo desprecio por el escepticismo y por quien busca poner en duda sus creencias extraordinarias, tal como lo demuestra en sus críticas a Daegling. ¿Su principal argumento contra el escepticismo? Simple, él lleva años "investigando" de primera mano los mismos casos que los escépticos han llegado a investigar, e incluso ha dedicado más tiempo que los escépticos. Por lo tanto, él tiene mayor autoridad, y si dice que hay descubrimientos sobre pie grande o el yeti, entonces es porque los hay. Para este señor, el que alguien tan ajeno a estar días en el bosque o pase horas entrevistando testigos, sencillamente no puede ni siquiera tener voz en este tema. Como si los años que un alquimista ha desperdiciado buscando la piedra filosofal contaran más que los dos o tres semestres de un estudiante de química para comenzar hacer buenos experimentos.

Uno de los libros que hace que los
hominólogos se conviertan en auténticos
monos salvajes y rabiosos.
Sobre pie grande y otros "homins" se ha escrito mucho, muchísimo sin lugar a dudas. Hoy día existe la International Center of Hominology en Rusia, aunque su sitio web ya no exista y solo hagan propaganda de pie grande-extraterrestre-psíquico. También hubo todo un reality show para encontrar a pie grande (y no, no lo encontraron). Hace no tanto se desenmascaró el engaño del ADN de pie grande  dirigido por la veterinaria Melba S. Ketchum. Y no hay que olvidar el pseudo-documental de entretenimiento transmitido por History, donde atrapan un pie grande. Como esto, hay muchísimo más sobre pie grande, el yeti, el Yeren, Almas y otros "homins", pero no, no hay ni un descubrimiento. Si quiere darse una idea de todo lo que hay, puede visitar la sección especial de pie grande en el Museo de los Engaños, con engaños desde 1924 hasta 2014. El problema es que mientras no tengamos una sección especial de pie grande exhibida en otros tipos de museos, tales como los museos de historia natural o de antropología o en algún zoológico, por más que le duela a Bayanov y sus acólitos, no hay descubrimiento (ni re-descubrimiento) alguno sobre homínidos desconocidos. Y afirmar lo contrario es ya una afirmación pseudocientífica. Punto.

Véase más: "Bigfoot at 50 Evaluating a Half-Century of Bigfoot Evidence", artículo de Benjamin Radford publicado en la revista Skeptical Inquierer, Marzo/Abril 2002, disponible en el sitio web del CSI; "“You are Not Entitled to Your Own Bigfoot Facts”", artículo de Sharon Hill publicado en el sitio web del CSI; "Science and Footprints", artículo de Michael Dennett publicado en la revista Skeptical Inquierer, Noviembre/Diciembre 2008, disponible en el stio web del CSI.

4. Baraminología. Tal vez una de las pseudociencias más fastidiosas y dañinas para la educación sea el creacionismo científico (oxímoron total). En algún momento,  los creacionistas eran sencillos fundamentalistas religiosos empeñados a demostrar que la ciencia estaba equivocada y que la literalidad de la Biblia era la manera correcta de entender el origen del vida. Pero eso cambió hace un tiempo, y ahora los creacionistas, desesperados por ganar los juicios que les permitan introducirse en las escuelas públicas, siguen pensando que la literalidad de la Biblia nos muestra hechos históricos y científicos, pero ahora usan términos aparentemente científicos, publican sus propias revistas indexadas y crean sus propias "ciencias" e instituciones, como la geología de la inundación, el diseño inteligente, el Museo de la Creación o el Discovery Institute. Y también tiene sus propios modelos taxonómicos alternativos: la baraminología o taxonomía creacionista, también conocida como sistemática de discontinuidad, para se escuche más serio.

La baraminología representa todo un caso de estudio de una pseudociencia "sofisticada" en la que se hace investigación, se cuenta con "institutos", se tienen teorías y gran cantidad de tecnojerigonza. La palabra proviene el hebreo "bara" (creado) y "min" (especie), y se supone que es el "estudio" y clasificación de la vida "demostrando" que las especies de hoy se han diversificado a partir de ciertos tipos o clases (baramin) que fueron creados. Estos baramin, al ser creados, no evolucionaron. Y claro, estos no son otros más que los animales y otros seres vivos que Dios creó al principio de los tiempos. El término fue creado por el creacionista Frank L. March con la publicación de su libro Fundamental Biology en 1941. Esta pseudociencia nace para resolver un problema empírico con la teología fundamentalista: cómo hacer que todas las especies existentes en la época de Noé realmente cupieran en el arca (considerando que existen más de 10 millones de especies de animales). Así, los creacionistas reducirían el número de especies a un número más pequeño de baramines, de las cuales las especies actuales descienden. Pero en los tiempos de March no existía el creacionismo científico, solo era literalismo bíblico, de modo que su idea no tuvo gran impulso, hasta los años 90's, cuando los "científicos" creacionistas Kurt Wise y Walter ReMine reintrodujeron el término, además de refinar este supuesto campo de estudio. La baraminología es el puente entre las pseudociencias del creacionismo de la Tierra joven y los defensores del Diseño inteligente (estos últimos la llaman solo "sistema de discontinuidad"). Ambos grupos hacen uso de la baraminología como modelo alternativo a la taxonomía y la cladística moderna, las cuales se sirven de la biología evolutiva y la filogenética para que sus respectivas teorías tengan sentido.

Tu cara cuando te explican
la baraminología.
Los baraminólogos se sirven de varios métodos con criterios específicos e incluso, bastante técnicos, lo que les da toda la apariencia de ser auténticos científicos. Incluso llegan hacer uso de métodos y términos propios de verdaderas ciencias como las mencionadas filogenética, taxonomía y cladística, aunque sin darlas como válidas, eso sí. Los baramines se clasifican de acuerdo a distintos criterios: morfológicos, ecológicos, moleculares, de hibridación o estratigráfico (este último de hecho no es tan usado entre creacionistas de la Tierra joven, ya que el registro fósil no muestra registro alguno como tal, sino más bien muestra cómo se hundieron más ciertas especies por sobre otras cuando "ocurrió" el Diluvio universal). Pero no hay criterio más "objetivo" y valioso los "criterios bíblicos": el primero, si la Biblia refiere que fue específicamente como especie creada, y el segundo si la Biblia implica que fue una especie creada. Si alguno de los primeros criterios falla y comienza a mostrar una extraña relación entre especies, lo que puede hacer pensar que hay evolución, siempre podemos apelar al criterio bíblico, el único infalible que evitará que entremos en duda. Aunque los baraminólogos presumen de poseer objetividad científica, asegurando incluso que no hay supuesto religioso alguno, lo cierto es que tal objetividad no existe, pues la baraminología da por hecho que no hubo origen de la vida sino creación espontánea sin evolución. Cuando se trata de clasificar a la especie humana esto es aún más evidente.

Los baraminólogos tienen todo un sistema de clasificación extrañamente equivalente al que se usa en cladística. La siguiente es la propuesta por ReMine en los 90's: primero se tiene el holobaramin o solo baramin, que es el grupo que se cree está relacionado con la ascendencia común, sin excluir a ningún miembro del grupo; luego está el monobaramin o grupo de algunos (no todos) miembros del baramin; el apobaramin , que es uno o más holobaramines, debe contener la totalidad de cada baramin; por último, el polibaramin cualquier agrupación mixta de cosas que incluye a miembros de más de un holobaramin. Posteriormente se agregaron otros términos: el arqueobaramin es el grupo de miembros originales creados de un baramin (por ejemplo, Adán y Eva); el neobaramin o conjunto de todos los miembros actualmente vivos de un baramin; por último el paleobaramin es el grupo que contiene a los miembros extintos de un baramin o a un baramin extinto completo. Estos tres últimos tipos de baramines son vistos como tipos especiales de los monobaramines.

 Los creacionistas crearon un software de análisis que calcula el "coeficiente de distancia baramínica", llamado BDIST. El coeficiente de distancia baramínica representa el porcentaje de caracteres que comparten dos taxones en común. Si se encuentra una cadena de correlaciones de distancia baramínica positiva y significativa, conectando los taxones, entonces son monobarmínicos. Esto suena muy científico, excepto que es un método que no funciona. Todos los estudios que se han hecho usando este software han sido incapaces de distinguir entre baramines. Lo que es más, parece que incluso llegó a arrojar datos no favorables para los baraminólogos, como cuando trataron de estudiar el caso de los seres humanos y los primates, donde BDIST no mostró separación alguna. ¿Qué hicieron entonces los creacionistas? Decidieron aplicar de forma ad hoc ciertos "criterios ecológicos" para así justificar el "mal resultado".

Lo cierto es que, tal como concluye el informe del National Center for Science Education (NCSE), la baraminología, aún con softwares y terminología sofisticada, es solo parloteo frente a la auténtica ciencia de la filogenética. No es en modo alguna una ciencia, ni siquiera una ciencia fallida, pues la baraminología supone elementos sobrenaturales de manera explícita y da por válidos e infalibles criterios bíblicos que de científicos no tienen nada. Con esto, los reclamos de supuesta objetividad se caen por su propio peso. Lo que es más, algunos de sus métodos (plagiados de la taxonomía y la cladística) ofrecen resultados positivos de relaciones entre especies, los cuales solo pueden ser entendidos en un contexto evolutivo, tal y como muchos han demostrado a la hora de exponer esta pseudociencia. El NCSE otorga un punto positivo a los creacionistas que se apoyan en la baraminología: son por lo menos más sinceros que los defensores del diseño inteligente, ya que por lo menos los creacionistas son sinceros y se mantienen fieles a sus principios de fundamentalistas religiosos sin ocultarlos.

Véase más: "Baraminology", entrada en NCSE; "Baraminology", entrada en la RationalWiki.

3. Movimiento anti-shampú. Dejemos por un momento las pseudociencias fastidiosas o demasiado técnicas y pongamos atención a un divertido, pero creciente, movimiento tecnofóbico: el movimiento anti-shampoo o "no poo", como también se le conoce. Si usted está familiarizado con el escepticismo científico, sabrá que es bastante fácil encontrarse con chifladuras estilo "anti-x" o "libres de y" (antitransgénicos y productos libres de glutén son dos respectivos ejemplos). Pero hay que ser justos con el movimiento anti-shampú admitiendo que algunas de sus variantes y algunos de sus argumentos tienen razón. Antes de comenzar, siempre hay que mencionar lo obvio: cada quien es libre de comprar, usar o no lo que a uno le plazca, y no hay razón alguna para que un tercero se meta con su preferencia. Si a usted no le gusta usar shampú y está en contra de su uso, permítame felicitarlo, pero la verdad, no me interesa mucho. Ahora sí.

Los shampús son uno de los inventos cosméticos más exitosos del siglo XX, originándose entre los años de 1930 y popularizándose en el mercado en los años 70's. Básicamente, un shampú es una sustancia líquida que ayuda a lavar y cuidar el cabello. La mayoría de los shampús comerciales son compuestos sintéticos, es decir, compuestos creados en laboratorio; hoy en día, los shampús con extractos naturales tan de moda por el mito de "lo natural es mejor", para decepción de todos, también son creaciones de laboratorio, aunque se usan frutas y plantas para su elaboración. Y para todos los quimiofóbicos dentro de este movimiento: los shampús sintéticos no solo tienen químicos, sino que son tal cual compuestos químicos. Y sí, los shampús naturales también son compuestos químicos, de modo que para aquellos que quieren liberarse de "los químicos" en su vida, le recomiendo se suicide, ya que le será imposible, teniendo en cuenta que todo lo que le rodea es un elemento, compuesto o mezcla química (incluso usted es un muy complejo compuesto químico). Volvamos al tema.

Algo que no muchos sabemos es que usar shampú puede ser más complicado que solo ponerte un poco en la cabeza al bañarte, darte un masaje, generar espuma y lavarte. En realidad, tal como escribe Christopher Wanjek en su columna (y libro) Bad Medicine en el sitio LiveScience, la necesidad de shampú varía de persona en persona y no todo mundo necesita usar shampú diariamente. De hecho, de acuerdo a los dermatólogos, nos dice Wanjek, solo pocos de nosotros necesitan lavarnos la cabeza con shampú a diario. Nuestro cuero cabelludo produce sebo, el cual ayuda a que el cabello se mantenga humectado y no se quiebre.  Algo que alarma a los quimiofóbicos, pero hace que personas más moderadas se pongan a pensar en serio, es el hecho de que algunos shampús sí contienen ciertos productos químicos potencialmente dañinos en ciertas cantidades, que pueden llegar a ser absorbidos por la piel. El ejemplo paradigmático que los anti-shampú usan en sus argumentos es el del Lauril sulfato sódico (SLS por sus siglas en inglés), compuesto tensoactivo que se asegura es bastante dañino para el cabello. Incluso se ha llegado a asegurar que el SLS causa cáncer y que lo mejor, por lo tanto, es dejar de usar shampús por esta razón.

Pero los estudios hasta el día de hoy no han demostrado peligro alguno. En realidad, el SLS fue investigado en los años 90's por varias instituciones de salud en EEUU: la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), el Programa Nacional de Toxicología (NTP), y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), y ninguno pudo encontrar evidencias que demostraran que el SLS causa cáncer. Esto importa muy poco para alguien decidido a ir en contra de cualquier tecnología que le cause miedo, sin importar cuán irracional pueda ser. El dejar de usar shampús con SLS solo es recomendable en personas demasiado sensibles a este compuesto, pero ese no podría ser un argumento para dejar de usar shampú en general, ya que en el mercado existen varias marcas que ofrecen shampús sin SLS.

Otra creencia compartida entre los grupos anti-shampú es la que afirma que los shampús hacen que tu cabello sea más débil debido a que estos eliminan el sebo natural que ayuda a fortalecerlo. La lógica detrás de esto, nuevamente, es la quimiofobia: si dejas de aplicarles tantos productos químicos a tu cabello, éste volverá a su estado "natural" con sus aceites naturales. Esto está bien, excepto que los productos químicos de los shampús no son dañinos hasta donde sabemos y que aunque muchos estilistas profesionales recomiendan no lavarse el cabello a diario para retener aceites naturales, dejarse sin lavar el cabello de manera prolongada hará que se ensucie y, a consecuencia de esto, se debilite. Los aceites naturales sí ayudan al fortalecimiento del cuero cabelludo, pero también atrapan todo el polvo, smog y demás suciedad de la calle, y esto es algo que nadie desea tener en su cabello. La idea de mayor fortalecimiento del cabello sin lavarse es puramente anecdótica. Los anti-shampús entonces recomiendan el uso de alternativas naturales, como el huevo, el bicarbonato de sodio con vinagre, ciertos aceites naturales o solo agua caliente. Es cierto que también son seguros, pero dejarán en la cabeza un olor como a curtido. Además, viendo que no hay razones médicas reales para no usar el shampú estándar, ¿por qué molestarse tanto con bicarbonato y vinagre?

Véase más: "The Great Shampoo Sham", artículo de Christopher Wanjek en LiveScience; "Do You Really Need SLS-Free Shampoo?", artículo de Guy McCardle en Skeptoid; "Is it really healthier to live without shampoo?", artículo de Sali Hughes en The Guardian.

2. Terapia antineoplastos de la clínica Burzynski. Ya estamos por terminar este largo top. Para decidir los últimos lugares me costó un poco de trabajo, por el hecho de que ambas prácticas pseudocientíficas representan un gran peligro para la sociedad, pero extrañamente pocas veces son objeto de la crítica dentro del movimiento escéptico. El caso de las clínicas Burzynski es bastante preocupante, pues dentro de estas "clínicas" se juega con la esperanza de pacientes con cáncer, muchas veces de cáncer terminal, con un cinismo y desvergüenza prácticamente inhumano. Ante la falta de información sobre el tema, el Comité para la Investigación Escéptica (CSI por sus siglas en inglés) publicó un número especial de su revista, Skeptical Inquierer, en marzo/abril 2014, dedicado a denunciar los fraudes contra la salud que Stanislaw Burzynski comete a diario con su terapia antineoplastos (ANP).

Burzynski, un médico polaco (sin Ph.D., aunque así se promocione) radicado, con todo y su enorme negocio, en Texas en la actualidad, fue en su juventud una mente prometedora de la investigación de aminoácidos y péptidos que pronto degeneró en un médico de dudosa ética y gran cinismo, jugando con la vida de las personas. Su terapia antineoplastos nace en 1976 con un artículo indexado en PubMed, titulado "Antineoplastons: Biochemical defense against cancer." A principios de los 70's el futuro de Burzynski se miraba brillante al tener un trabajo decente en el Departamento de Anestecia en el Baylor College of Medicine en un laboratorio dirigido por el entonces igualmente prometedor Georges Ungar. Hasta 1974, Burzynski había publicado varios artículos en revistas indexadas y había conseguido una subvención del National Institute of Health (NIH). Todo indicaba un brillante camino en la investigación del cáncer, hasta 1976, cuando Burzynski considera que sus antineoplastones (ANP por sus siglas en inglés. Término derivado de "neoplasia" o cáncer) están listos para ser puestos a prueba en un ensayo clínico.

Los antineoplastos son compuestos químicos que regularmente se encuentran en la orina y la sangre. El cómo éstos funcionan contra el cáncer no está del todo claro, a pesar de que la clínica Burzynski lleva más de 40 años (!) realizando supuestos ensayos clínicos. Lo que se tiene hasta el día de hoy de estudios serios, es que los antineoplastos no son efectivos contra ningún tipo de cáncer. El National Cancer Institute, por citar un ejemplo, ofrece excelente información sobre el estado actual de la investigación con antineoplastos, tanto para pacientes como para profesionales de la salud. La hipótesis de Burzynski es que un sistema bioquímico en el cuerpo, diferente del sistema inmune, podría "corregir" las células cancerígenas por medio de productos químicos (los antineoplastos) que "reprograman las células mal dirigidas". Existen algo así como 30 distintos tipos de antineoplastos "investigados" por Burzynski, de los cuales en la actualidad hace uso de dos: el llamado AS-2.1 (conocido también como Austogenal o Fengenal) y el A-10 (Antegenal o Cengenal). Burzynski sugiere que estos antineoplastos actúan inhibiendo oncogenes, promoviendo la apoptosis (muerte celular) y activando genes oncosupresores.

El cinismo tiene muchos rostros. Este es uno de ellos.

El pequeño problema con estos compuestos es que son altamente tóxicos, obviando claro, el hecho de que no existe estudio concluyente que demuestre su efectividad contra tumores cerebrales o cualquier otro tipo de tumor cancerígeno. El AS-2.1 es sal de ácido fenilacético (PA, por sus siglas en inglés), un compuesto orgánico potencialmente tóxico producido de manera natural por el metabolismo y destoxificado en el hígado para crear fenilacetilglutamina (PAG). El AS-2.1 es principalmente una mezcla de PA y PAG, mientras que el A-10 es más que otra cosa PA, explica el Dr. David Gorski del Departamento de Cirugía y Oncología de la Escuela de Medicina de la Wayne State University en su artículo sobre la trayectoria de Burzynski. Gorski, también columnista y editor de Science-Based Medicine, nos habla de otros estudios realizados hasta ahora por el National Cancer Institute, la Clínica Mayo, la farmacéutica Sigma-Tau Pharmaceuticals y el Instituto Nacional del Cáncer de Japón, donde no se reporta resultado positivo alguno de estos antineoplastos. El único caso contrario es el del anestesiólogo japonés Hideaki Tsouda, de la Universidad de Kururume, quien asegura haber obtenido resultados positivos al añadir ANP a la quimioterapia infundida directamente en la arteria hepática para el tratamiento de las metástasis hepática del cáncer colorrectal. Para Gorski el trabajo de Tsouda no es nada impresionante: el ensayo clínico de Tsouda fue rechazado por la revista The Lancet Oncology, acto que los defensores de Burzynski denunciaron como un complot de Big Pharma contra esta "revolucionaria" práctica.

Algo difícil de comprender en cierta modo, es que Burzynski sea visto con gran admiración entre los grupos de terapias alternativas para tratar el cáncer. Usualmente, los practicantes de estas pseudoterapias venden las propias, precisamente, como "alternativas" a la quimioterapia y otras terapias convencionales. Pero lo que ofrece Burzynski no es más que un tipo de quimioterapia que no ha demostrado efectividad alguna, y en cambio se tiene amplia documentación de sus efectos secundarios, sin mencionar de muertes de pacientes en sus registros, así como demandas, advertencias e investigaciones por parte de la Food and Drug Administration (FDA). Más que por sus tratamientos, los alternativistas ven en Burzynski un héroe "antisistema" ya que se ha enfrentado a demandas directas de la FDA en las que ha salido victorioso, lo que no demuestra efectividad alguna de sus tratamientos, pero sí muestra una preocupante incompetencia de las instituciones de salud que deben velar por la ciudadanía contra los fraudes médicos. Hoy en día, escudándose bajo la excusa de tratar pacientes para ensayos clínicos (que ha postergado por años, sin publicar resultado alguno), Burzynski continúa estafando personas desesperadas que ven en su clínica una alternativa a lo que los médicos ortodoxos no son capaces de ofrecer: una cura contra el cáncer. Valiéndose de la retórica, claro, pues en la clínica Burzynski no se asegura al paciente que realmente se le curará de su padecimiento, sino que será partícipe de un ensayo con un nuevo fármaco revolucionario. La FDA no puede hacer nada contra este modus operandi, pues Burzynski no vende sus productos como fármacos sino como muestras experimentales para ensayos, lo que no está penalizado por la FDA. Bajo este hueco legal, Burzynski también se ha ocupado de satanizar a sus detractores, tanto médicos y escépticos, como pacientes y familiares de pacientes muertos que lo han demandado.

Un caso muy sonado fue el de Rhys Morgan, un blogger que, a la edad de 17 años, en 2011 publicó una entrada crítica contra la clínica Burzynski. El Círculo Escéptico Argentino narra que Morgan comenzó a recibir "una serie de e-mails, de una agresividad in crescendo, de un tal Marc Stephens, conminándolo a retirar el post o prepararse para ser demandado, e incluyendo amenazas veladas a su familia. Stephens escribe de a ratos como un abogado, pero todo indica que no lo es, sino apenas un miembro del equipo de prensa o relaciones públicas de Burzyński." El acosos y las amenazas suelen ser bastante comunes cuando un charlatán es enfrentado contra los hechos y expuesto al público. El caso de la clínica Burzynski no es la excepción. La comunidad escéptica anglosajona mantuvo gran apoyo a Morgan contra estas amenazas, buscando promocionar la denuncia contra esta fraudulenta empresa que ha operado de manera criminal por más de cuarenta años.

Por eso es que la denuncia escéptica sigue bastante activa en EEUU. El blog The OTHER Burzynski Patient Group y el sitio web The Houston Cancer Quack continúan la denuncia contra la clínica Burzynski, brindando información a investigadores, escépticos y público en general para evitar ser engañados por esta industria del fraude médico. En 2013 la James Randi Educational Foundation le "otorgó" el Premio Pigasus a Stanislaw Burzynski por su terapia fraudulenta y sus prácticas inmorales.

Véase más: "Stanislaw Burzynski: Four Decades of an Unproven Cancer Cure", artículo de David Gorski aparecido como portada de la revista Skeptical Inquierer, marzo/abril 2014. La mayoría del dossier del  mismo número de la revista también se encuentra disponible; "Antineoplastons (PDQ®)–Health Professional Version", resumen de la investigación con antineoplastos para profesionales, recopilado por el National Cancer Institute; "'Doctor' acusado de venderle falsa esperanza a las familias", artículo de Liz Szabo publicado en USA Today y traducido por David Osorio en su blog; "Stanislaw Burzynski and 'Antineoplastons'", artículo de Saul Green, publicado en Quackwatch.

1. Grupos pro-ana.  Para el final decidí hablar de un movimiento que, cuando escuché de él por primera vez, pensé que se trataba de una broma de mal gusto. No podía creer ni entender (de hecho, hasta ahora no soy capaz de entenderlo de manera completa) cómo es posible que existan personas divulgando este tipo de patrañas tan peligrosas: me refiero a los grupo pro-ana o grupos de defensa de la anorexia como estilo de vida. Tal como están leyendo, existen personas que crean blogs y grupos dedicados a difundir el mensaje de "la anorexia es un estilo de vida, no una enfermedad". Lo más preocupante es que sus promotores no son una clase de hombres malvados que tratan de hacer el mal a la comunidad, sino adolescentes convencidas que buscan persuadir a personas de su edad (de 14 años en adelante), de que no comer absolutamente nada es una dieta, como llevar la cuenta de las calorías que puedes llegar a consumir al día (lo ideal, dicen, son 50 o menos por día), que padres y médicos se equivocan al tomarlo como una enfermedad, e incluso enseñan maneras de ocultar la anorexia a tu médico. Si usted es adolescente y tiene bulimia, descuide, que también existen los grupo pro-mia.

Muchos adolescentes caen en estos grupos que hablan de casos de personas que llevan una "vida sana" padeciendo anorexia por varios años sin ver afectada su salud. En Gran Bretaña, por ejemplo, se estima que 1.6 millones de personas padecen de algún transtorno alimenticio, de los cuales, se piensa que más de un tercio frecuenta sitios que los alientan a continuar con su transtorno. En años recientes, en los hospitales de algunas partes del mundo occidental se ha visto un aumento de pacientes con transtornos alimenticios, y una de las principales causas que se señalan son justamente los grupos que los promueven como forma de vida. Los grupos pro-ana no son exactamente una pseudociencia, son un suicidio virtual colectivo donde se apela a mitos, conspiraciones y pseudociencias sobre la alimentación y la estética corporal.

El mejor ejemplo de lo anterior es su declarada negación de la enfermedad mental. Los promotores de la anorexia están convencidos que la anorexia como transtorno alimenticio (enfermedad mental) no existe, sino que cada persona tiene la libertad de elegir si quiere llevar un estilo de vida anoréxica donde mostrar las costillas y tener "piernas esbeltas" es una moda aceptable. Tan irracional como esto pueda sonar, estos grupos continúan creciendo cada vez más, al grado de que, en algunos países, se habla de una "epidemia silenciosa" de anorexia y bulimia fomentada por sitios de internet. ¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Cómo es que estos grupos están creciendo? Nadie lo sabe con total certeza. Lo que es más, algunos especialistas incluso se ven enfrentados ante una supuesta paradoja: según ellos, el hablar con niños y adolescentes sobre los males de la anorexia y la bulimia, y comentarles del mal de los grupos pro-ana, causa que busquen con mayor interés estos sitios en internet, haciendo que cada vez tengan más seguidores. Tales miedos, aunque tal vez justificados por el sentido común y la experiencia, no se sostienen en evidencia alguna.

La Dra. Helen Sharpe, investigadora post-doctoral del Instituto de Psiquiatría del King's College London, ha estudiado con detenimiento los grupos pro-ana. Para Sharpe, los transtornos alimenticios generan gran aislamiento entre las personas que los padecen, de modo que saber de la existencia de otras personas o grupos con el mismo padecimiento, que además aparentemente lo sobrellevan de manera "sana", puede resultar bastante atractivo. La hipótesis de la Dra. Sharpe supone entonces que los grupos pro-ana perpetúan el padecimiento principalmente, más que causarlo o inspirarlo. John Morgan, presidente de la sección de transtornos alimenticios del Royal College of Psychiatrits explica que dentro de los grupos pro-ana "se refuerza la comprensión de su comportamiento existente, para que las personas que están perdiendo peso pierden más; las personas que están se purgando se purguen más. En segundo lugar, se enseñan nuevos comportamientos: descubren cosas que nunca han pensado antes, como el water-loading [uso de líquidos para evitar la sensación de hambre o aumentar peso aparente] para engañar a sus padres o a su médico de cabecera." Morgan está realizando un estudio con 120 pacientes afectados por transtornos alimenticios, en el que se pretende analizar la influencia e impacto de estos grupos sobre las personas afectadas.

A causa de este tema, algunos han llegado a debatir sobre si lo mejor es dejar que las personas decidan por sus cuerpos en todos los casos (incluyendo aquellos en que, como en la anorexia y la bulimia, el juicio se encuentra comprometido), o si se debería prohibir la existencia de este tipo de sitios web (el más grande posee alrededor de 65, 000 usuarios). Dudo tanto de los primeros como de los segundos. No se puede hablar de autonomía o libertad de elección, primero, cuando se está tratando con una enfermedad, y segundo, cuando se trata de un menor de edad que padece una enfermedad. En tercer lugar, si las personas eligieran ser anoréxicas o bulímicas en base a una comprensión de estos padecimientos y fuera una elección basada en conocimientos apropiados, no habría mucho que objetar. Pero los grupos pro-ana no ofrecen información confiable, sino que buscan convencer a sus seguidores que la anorexia es un estilo de vida. Es como crear una página que promocionara la lepra como un nuevo modo para parecer más interesante o se promocionara el sida como parte de una vida de sexo salvaje. Tampoco estoy de acuerdo con la prohibición de los sitios pro-ana, primero, porque eso no sería otra cosa más que publicidad gratuita para dichos grupos, cortesía del efecto Streisand. Segundo, es un atentado contra la libertad de expresión tan sagrado en el ciberespacio: la mejor manera de combatir los sinsentidos peligrosos no es prohibiéndolos, sino informando y mostrando un contrapeso con la educación.

Por desgracia para padres y médicos, los adolescentes se ven influenciados fácilmente por modas y tendencias perjudiciales, casi de manera inevitable gracias a que a esa edad es muy común ocultar cosas a todo mundo, excepto a los amigos que se crean dentro de los mismos grupos. La mejor manera de prevenir esto es la educación temprana sobre salud, alimentación y cuerpo humano en general.

Véase más: "Secretly starving: Inside the world of anorexia blogging", artículo de Sarah Rainey en el diario The Telegraph; "Pro-ana" entrada en la RationalWiki.


Como hemos visto hasta ahora, las pseudociencias poco sonadas en el mundo hispanoparlante son variadas. Algunas causan daños morales y/o económicos a ciertos grupos de la población, como el angloisraelismo, la agrohomeopatía y la agricultura biodinámica lo demuestran. Otros parecen divertidos movimientos irracionales inofensivos, como lo son la hominología, la clipeología y los anti-shampú. Algunos más pueden confundirse por su jerga oscura y sus promesas, como la baraminología y el daseinanálisis. Y otros pueden incluso costarle la vida a las personas que llegan a caer en sus embustes, como es el caso de las clínicas Burzynski y los grupos pro-ana. Algunas son relativamente recientes, aunque sus prácticas y creencias llevan bastante tiempo dentro de la cultura occidental. Otras tienen ya buen tiempo circulando como moneda falsa, aunque (tal vez) por fortuna, no suelen ser el tipo de moneda falsa común.

Lo que se puede apreciar en todas ellas es que todas se oponen al conocimiento científico y/o tecnológico de alguna manera, todas llegan a ser doctrinarias al punto de generar sectas de defensores dogmáticos que desprecian al que los llega a cuestionar. Y todas, en mayor o menor medida, representan un riesgo para la sociedad y la cultura, sea económico, moral, intelectual, educativo o de salud.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*Por qué creemos en cosas raras, de Michael Shermer, Alba, 2009

*El mundo y sus demonios, de Carl Sagan, Planeta Editorial, 1997.

*Pseudociencia e ideología, de Mario Bunge, Laetoli-Siglo XXI, 2013.

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