<< Como he escrito en otra parte, son "los medios de comunicación los que mantienen el espectro de los extraterrestres encendido en nuestros cielos y mentes". Sí, películas de Hollywood como Independence Day y Men in Black aprovechan un motivo arraigado de la cultura pop, pero es debido al mal periodismo que los ovnis realmente nunca desaparecen.>> Keith Kloor.
La imagen que emociona a muchos, pero que ya aburre a otros. |
El asunto de los "ovnis del Pentágono", desde el principio, me pareció un asunto relativamente irrelevante, dado los promotores detrás de éste, el diminuto presupuesto asignado para "investigar" avistamientos de militares y marinos, y lo extrañamente local que se estaba volviendo el tema. Me recordó bastante, de hecho, al pésimo manejo del gobierno mexicano cuando, en 2004, en lugar de acudir a expertos realmente calificados, le obsequiaron a Jaime Maussán un video que hasta el día de hoy sigue explotando como el caso de "los ovnis de la Fuerza Aérea". Pero los ovnis del Pentágono tienen una diferencia interesante: la historia ha sido promovida en periódicos y revistas considerados como internacionalmente "serios" o siquiera medianamente decentes, como The New York Times, New Yorker, Washington Post, entre otros, rebajándose al nivel de sensacionalismo de revistas como Año Cero o la extinta Conexión Paranormal.
En un intento por ayudar a los medios que deseen recibir ayuda, el Comité para la Investigación Escéptica (CSI, por sus siglas en inglés) ha compartido sus "Consejos para los medios de comunicación para cubrir las afirmaciones OVNI / UAP", un esfuerzo casi panglosiano para que los periodistas que abordarán el futuro informe se alejen del amarillismo que ha caracterizado la vergonzosa historia de la ufología en general, y de los "ovnis del Pentágono" en particular. Aunque me escuche como todo un pesimista, es importante no rendirse aún, ya que existen motivos para la esperanza.
Por qué los "ovnis del Pentágono" no me impresionaron
Hagamos una prueba, y leamos la siguiente cita:
No sólo eran [las aeronaves misteriosas] más grandes, más rápidas y más robustas que cualquier cosa producida entonces por los aviadores del mundo; parecían poder volar distancias enormes, y algunos estaban equipados con alas gigantes... Los archivos de casi 1.500 periódicos de todo Estados Unidos han sido revisados en busca de informes, una asombrosa hazaña de investigación. La conclusión general de los investigadores fue que un número considerable de los avistamientos más simples fueron la identificación errónea de planetas y estrellas, y un gran número de los más complejos fueron el resultado de engaños y bromas pesadas. Un pequeño residuo sigue siendo desconcertante.
Ya sea que usted sea o no un creyente en las visitas extraterrestres, es seguro que esto les suena familiar, y dado el tema de este artículo, probablemente pensará que estoy citando alguno de los múltiples artículos sobre ovnis que, hoy por hoy, ya no solo ocupan a los portales más magufos y periódicos sensacionalistas, sino también a publicaciones que presumen cierto nivel de seriedad. Tal vez esto haya salido en el New York Times o alguno similar, ¿no cree? Tanto la parte que llama al misterio (con testimonios calificados que hablan de objetos voladores imposibles... algunos de los cuales siguen siendo "desconcertantes") como aquella que nos pide poner los pies en la tierra (concluyendo que hay explicaciones mundanas, tanto, que la gente no parece creer que sea tan fácil ser víctima de embaucadores o del autoengaño), son completamente familiares para aquellos que siguen con entusiasmo el fenómeno ovni, sean o no creyentes.
Con los "ovnis del Pentágono" no hemos hecho otra cosa que ver programas y escritos con un mensaje idéntico al del párrafo citado. Están aquellos que (sea que estén sinceramente convencidos o que apuesten al negocio del misterio) proclaman "¡Se los dijimos! ¡Son reales!", mientras que del otro lado se encuentran aquellos que nos vienen a decir "¡Un momento! Eso todavía puede ser científicamente explicado". Están aquellos que solo han ganado en popularidad (y claro, en dinero también), como Leslie Kean, Luis Elizondo, Tom DeLonge o History Channel, como también una notable participación por parte de científicos opinando sobre el tema, como Michio Kaku, Neil deGrasse Tyson o Avi Loeb. Aunque estos últimos, ciertamente, no sean expertos en análisis de video ni en investigación de ufología crítica, debe agradecerse que reflejen el interés legítimo de parte de muchos miembros de la comunidad científica por mantener a la población correctamente informada.
Y todo esto para serles sincero me resultó un poco aburrido. No porque, como algunos escépticos con largo kilometraje, me aburran los ovnis en sí, sino porque es repetitivo. Todo lo anterior que he descrito a partir de la cita con la que inicié, no es nuevo ni de lejos. Para que se den una idea, esa cita es la descripción que el historiador Mike Dash hace de la oleada de "aeronaves misteriosas" ocurrida... ¡entre 1896 y 1897! (La cita de Dash es a su vez presentada por Michael Shermer en su más reciente nota sobre ovnis). O sea, a finales del siglo XIX (medio siglo antes de la creación del mito ovni moderno) ya existían los mismos elementos retóricos que encontramos en 2021 en las notas sobre los "ovnis del Pentágono." ¿Pero qué hay sobre el hecho que sea el gobierno de la mayor potencia mundial que está investigando, publicando y promocionando estos avistamientos reportados nada menos que por sus pilotos entrenados? Eso sí que es un cambio... ¿o no? Pues no. Resulta que los gobiernos de distintos países han encargado estudios sobre los ovnis muchas veces durante décadas, siendo los EEUU el principal en hacer que sus agencias de inteligencia e instituciones militares investiguen los que ahora les llaman fenómenos aéreos no identificados (UAPs, por sus siglas en inglés).
Realmente, lo único de relevancia en este asunto, fue el por qué se permitió que personajes tan poco confiables, como Elizondo y DeLonge, fueran la cabeza de las "investigaciones" de los supuestos ovnis avistados por militares y marinos, así como el por qué los grandes medios prestaron espacios tan importantes a periodistas de tan dudosa reputación, como Leslie Kean. También resulta interesante para la especulación política: y es que, metiendo al Pentágono en escándalos ovni, qui bono? ¿Qué beneficio podría traer, especialmente cuando un año antes que todo el asunto saliera a la luz, se especulaba que la pasión ovni estaba muriendo? Tal vez no haya nadie beneficiándose, e incluso esto solo sea otro ejemplo (uno más) de las ineptitudes de políticos que viven en un mundo de fantasías, pero tienen todo el poder para financiarlas.
Hace ya un tiempo, Luis Ruiz Noguez dejaba claro este último punto:
Entre todo ese humo lo único que podemos ver es que el Pentágono continuó investigando casos de ovnis. Esto es lo único rescatable y sería interesante que los ufólogos o cualquier ciudadano americano solicitaran una demanda de libertad de información para conocer los verdaderos archivos de casos de este nuevo emprendimiento del Pentágono sobre los ovnis y para saber a dónde fueron a parar esos 22 millones de dólares invertidos en este proyecto.Pero de estrategias de gobiernos interesados en explotar temas sensacionalistas para ocupar espacios que podrían ocuparse con asuntos más serios, o con cuestionamientos más importantes, ya hay mucha literatura también. Mi punto es que no hay nada realmente nuevo en el debate sobre los ovnis del Pentágono. Nada, por lo menos, para los que tenemos un tiempo estudiando la historia de la ufología (y mucho menos para aquellos que tienen largo tiempo haciendo investigaciones serias). Todo parece un capítulo más de amarillismo, confusión y conspiranoia. Y lo mismo para con el nuevo informe, que se espera sea publicado esta semana. Lo que sabemos, es que se trata de una serie de investigaciones de un centenar de casos o más, la mayoría explicados como fenómenos naturales o artificiales (planetas o aviones, como ejemplos respectivamente), algunos casos de fraude y autoengaño, y una fracción que se mantendrán como "no identificados", no porque no exista una explicación científica ante un avistamiento asombroso, sino porque se tratará de casos con poca información y evidencias confiables... tal como ha pasado con la otra decena de informes sobre el mismo tema que se tienen desde hace medio siglo.
Un favor, medios masivos: no desinformen, atentamente los escépticos
1. Sea consciente del notorio entusiasmo de estas historias. Las afirmaciones sobre ovnis surgen, generan interés en los medios y el público, a menudo se informa de manera muy crédula y producen una avalancha de historias de imitación. Los científicos y los investigadores con mentalidad científica examinan y finalmente explican las afirmaciones, a menudo para la vergüenza de los primeros entusiastas. Por lo general, las explicaciones prosaicas reciben poca cobertura en comparación con el bombo inicial. Esta dinámica distorsiona las percepciones del público (y de los medios). Pronto, los reclamos desacreditados son reemplazados por nuevos reclamos, y el ciclo comienza de nuevo.2. Las fuentes a menudo combinan los avistamientos de algo en el cielo con extraterrestres. Un OVNI (o UAP) no significa necesariamente extraterrestres. La mayoría de los ovnis se convierten en OVIs (objetos voladores identificados) y resultan ser naves terrestres, basura espacial u objetos celestes. Asumir que los fenómenos aéreos deben ser naves extraterrestres es un salto ilógico.3. Muchos confunden el hecho de que los astrónomos creen, sobre una base estadística, que la vida (incluso la vida inteligente) puede existir en otras partes del universo con la idea de que esa vida ya ha sido descubierta al ser vislumbrada en nuestros cielos. No se ha hecho.
4. Siempre habrá algunos avistamientos sin resolver, a menudo donde se sabe o se registra muy poco. Estos pocos avistamientos generalmente no se resuelven debido a la falta de información confiable sobre sus circunstancias, no porque sean intrínsecamente misteriosos o inexplicables.
5. Siempre habrá funcionarios entre las agencias de defensa en expansión (y sus innumerables contratistas) que tendrán que tomar en serio los informes de ovnis o UAPs. Su trabajo es garantizar que nuestros cielos no sean infiltrados por aviones o drones de otros países. Eso no significa que acepten que tales informes involucren naves espaciales de otros mundos.
6. Por el contrario, siempre habrá unos pocos funcionarios entre las muchas agencias de defensa o algunos políticos que, por sus propias razones personales (a veces tienen una visión anticientífica o pseudocientífica / mística del mundo), son creyentes o entusiastas de ovnis o extraterrestres. Si bien pueden asumir la responsabilidad de evangelizar sobre el tema y buscar cobertura, sus creencias personales no reflejan ningún consenso científico u oficial.
7. Cuando sea posible, es mejor buscar fuentes científicas y técnicas independientes y bien informadas (incluidos astrónomos, escépticos y psicólogos) para conocer su perspectiva. Una de las funciones de CSI es proporcionar esas fuentes a los periodistas.
8. Declaraciones anecdóticas como, "Se fue volando a velocidades inimaginables" o "se volvió de una manera imposible para cualquier avión hoy" no son confiables. Sin conocer la distancia del supuesto objeto (o si es un objeto) y si la cámara misma se estaba moviendo, no se pueden hacer declaraciones significativas sobre la velocidad.
9. Los videos de ovnis de la Marina de los EE.UU. reportados en esta última ronda de informes de noticias (algunos que datan de 2004) pueden sonar impresionantes, pero el equipo de imágenes altamente avanzado tiene su propia susceptibilidad incorporada a errores y malas interpretaciones humanas de su salida. Se han adelantado explicaciones plausibles y terrestres para todos los videos de la Marina que han causado tanto alboroto. Es posible que estas no sean las explicaciones finales completas, pero hasta ahora ninguno de los videos requiere recurrir a aeronaves o naves espaciales avanzadas desconocidas, y mucho menos extraterrestres. (Véase el trabajo de Mick West, por ejemplo).
Consejos sencillos, sí, pero que seguramente serán ignorados por muchos periodistas y medios masivos, ansiosos por todo el público que les genera el clickbait estilo "¡Los ufólogos tenían razón!" o "Los secretos ovni que el Pentágono ocultaba, al fin revelados". Estas son las cosas por el estilo que espero ver en unos días. No es por ser pesimista ni por menospreciar el esfuerzo del CSI y de los escritores responsables que han manejado el tema de forma crítica (de hecho, sin ellos, ya habría perdido toda la fe en la humanidad), pero en este tiempo de redes sociales y mensajes cortos captados en un par de líneas en un tweet o en un par de minutos por TikTok, hacer críticas y análisis objetivos es lo que menos podría llamar la atención de muchos, porque un trabajo así requiere tiempo, dedicación y lectura. Claro que siempre hay tiempo para todo, incluido para ser rigurosos, pero el mensaje clickbait que se comparte a la velocidad de la luz parece que será el primero en llegar.
Como sea que ocurra, no debe dejarse de hablar sobre este tipo de temas. Yo sé que un mundo con controversias como la guerra (hasta ahora) comercial de EEUU vs China, la pandemia de COVID-19, y la lucha para una vacunación mundial así como en contra del cambio climático, los microplásticos y un largo etc. de problemas importantes, los que usualmente se ocupan de análisis sesudos dediquen su tiempo a estos temas y no a los ya trillados ovnis o cualquier otro misterio perdurable que solo se recicla, pero sigue siendo la misma basura refutada/resuelta de hace años. Pero es necesario que los investigadores escépticos no olviden que es con estos temas de frontera, temas apestados por los académicos, que se inició la lucha por la educación científica basada en el pensamiento crítico.
Si las personas tienen dudas, es deber de los críticos expresar por qué estas noticias no tienen nada de original, por qué ya no les sorprenden e incluso por qué ya les aburren. Si se deja pasar, puede que la siguiente gran problemática social se base en alguna de estas historias que los críticos ya no quieren volver a tocar, y como hemos visto en una entrada anterior, puede que cuando se interesen de nuevo, los charlatanes ya lleven la ventaja... o incluso ya estén en el poder.
Actualización 03/07/2021 A poco más de una semana de la publicación del informe, he observado algunas cosas interesantes relacionadas con los ovnis. Primero que, para asombro de nadie, muchos medios de comunicación (y los ufolocos de siempre) han ignorado cualquier consejo de prudencia y analiticidad antes que explotar el clickbait y la entera desinformación. A estos medios no les ha importado que el informe no hable absolutamente nada de naves extraterrestres en ninguno de los casos que dejó sin identificar, pues se han conformado con decir cosas como "El Pentágono no sabe qué son los ovnis, pero asegura que son reales". Incluso algunos ufolocos salieron con que los escépticos estábamos muy calladitos con todo el asunto, como si de hubiese algo realmente importante. Creo que estas personas deberían explicarnos cómo es que usan al gobierno y las fuerzas armadas como argumento ahora, ¡cuando han estado por años diciéndonos que no confiemos en ellos! ¿No se supone que el gobierno es tan inepto que ustedes, personalidades tan brillantes capaces de superar a los radioastrónomos mejor entrenados, fueron capaces de descubrir que "ellos" tenían contacto directo con ET?
En segundo lugar, me he topado con la curiosa comparativa entre el informe del Pentágono y el Proyecto Libro Azul, como si el primero fuera una investigación parecida a la segunda. Incluso algunos escépticos que sigo hicieron uso de esta comparativa para algún encabezado de artículo de opinión. Nada más alejado de la realidad. El Libro Azul fue un proyecto completo de investigación militar, táctica y científica, donde participaron especialistas de diversas áreas e identificaron la mayoría de los reportes de forma satisfactoria, mientras que el actual informe de los UAP solo logra identificar de forma precisa un único caso, dejando sin explicación más de 140. Parece que en este caso, al gobierno se le olvidó consultar con verdaderos especialistas, y se conformó con los entusiastas de platos voladores que tiene dentro de sus filas. Y aunque el informe puede verse como una elegante manera de decir que "inexplicado" no es sinónimo de "nave de inteligencia no humana", todos sabemos que eso a nadie le importa, porque no vende. Como bien lo dijo Luis Alfonso Gámez por Twitter, esto "parece una chapucilla de aficionados solo para que alguien se lleve la pasta. El índice de casos resueltos es propio de JJ Benítez y compañía. Una tomadura de pelo."
El asunto también tuvo su parte divertida. Me reí bastante cuando me enteré, por un comentario irónico en el impecable análisis de Robert Sheaffer, que al opinólogo y autor Sam Harris prácticamente le vieron la cara con los ovnis. El que alguna vez fuera una estrella del racionalismo, se la pasó asegurando que "alguien" con conexiones dentro del gobierno lo había contactado para que hablara sobre las declaraciones del gobierno, que esperaba estuvieran relacionadas con naves no humanas. El pobre pensaba que habría una gran revelación que pondría a los escépticos en una "situación incómoda", y en donde el gobierno lo necesitaría para que ayudara a calmar el pánico de las masas. Incluso fue capaz de afirmar lo siguiente frente a Neil deGrasse Tyson:
Me contactó alguien que me dio un aviso con respecto a todo esto que estaba sucediendo, y más o menos me dijo: 'Escucha, esto es ... cuando este otro zapato caiga, estarás en la posición de tener que reconocer que todos los expertos están en la misma página, y solo existe esta declaración general de que estamos en presencia de tecnología alienígena, y no sabemos qué hacer con ella. Así que prepara tu cerebro para eso y descubre lo que vas a hacer.
El buen Sheaffer solo le mandó decir: <<Pobre Sam, parece que te han "punkeado".>> Y sí, el pobre Harris se quedó esperando, y a nosotros carcajeando. No he podido encontrar alguna publicación adicional reconociendo que le hicieron una buena broma, y que suspendió ese racionalismo que tanto ha presumido igual que como lo ha hecho con otras creencias paranormales. Les avisaré si sale algo al respecto.
Por último, pero no menos importante, al estar revisando las novedades en LiveScience, me enteré que el Pew Research Center recién publicó una nueva encuesta en la que se evidencia que el 65% de los estadunidenses creen que existen los extraterrestres, y alrededor del 51% de los encuestados piensa que los casos reportados por el informe del Pentágono son auténticas visitas alienígenas. Hay varias cosas a notar con esta nueva encuesta, realizada con 10, 417 adultos en EEUU: 1) fue publicada en una extraña nueva conmemoración que llaman "Día Internacional del Ovni" el 2 de julio. Y digo que es extraña, porque tengo años celebrando ese día el 24 de junio, conmemorando el avistamiento de Kenneth Arnold que daría inicio al mito de los platillos voladores. 2) La encuesta parece revelar un mayor número de creyentes jóvenes, con un 76% de las personas de entre 18 y 29 años que probablemente creerían en extraterrestres inteligentes, en comparación con el 69% de las personas de 30 a 49 años y solo el 58% de las personas de 50 a 64 años. Esto me hace pensar en qué tanto ha influido todo el asunto de los "ovnis del Pentágono" en la opinión pública. ¿Cuántos nuevos creyentes se habrán creado desde el primer artículo sobre este absurdo en 2017, en The New York Times? 3) Por último, la mayoría de las personas que fueron encuestados, 87%, rechazaron la noción de que los ovnis representaban una amenaza para la seguridad nacional. La autora en LiveScience señala que no se desglosó adecuadamente la pregunta, por lo que no sabemos si todas estas personas creen que los ovnis son objetos ordinarios o que los extraterrestres que vuelan estos ovnis son amistosos. Sea como sea, creo que esto es un indicativo más de que los estudios culturales del fenómeno ovni (lo que algunos facebookfriends llaman "ovnilogía crítica") tienen aún mucho qué investigar sobre cómo y por qué la gente sigue creyendo en ovnis, y cómo es que esta creencia nuevamente parece estar aumentando.Como podemos notar, estos días vimos acciones predecibles, momentos molestos, algunos divertidos y otros bastante interesantes. Sin embargo, debe quedar claro el punto principal en toda esta historia. El informe ovni del Pentágono es exactamente lo que se esperaba: no hay ninguna revelación, ningún cambio de paradigma, ninguna confirmación de nada extraordinario, ni nada para cambiar consciencias. Lo de siempre, confusión con cosas naturales y artificiales en el cielo, y casos que no pueden aclararse por falta de información y pruebas.
SI TE INTERESA ESTE TEMA
* El blog Marcianitos Verdes, por Luis Ruiz Noguez:
- "El fiasco de los ovnis del Pentágono"
- "El fiasco de los ovnis del Pentágono 2"
- "Los ovnis del Pentágono 2019"
Muy oportuno el artículo. Me complace ver citado a mi amigo y colega investigador el Ing. Luis Ruiz Noguez. Me permito sugerirle lea la página web del UAPSG-GEFAI. Va a encontrar varias referencias muy importantes acerca de cómo se gestó todo este ruido del Pentágono y su próximo informe. Cordiales saludos, Milton W. Hourcade, Iowa City.
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