sábado, 4 de diciembre de 2021

¿Por qué ya nadie (serio) toma en serio a Avi Loeb?


Debo admitirlo: como apasionado de todos los temas que se encuentran en la frontera (y muchas veces fuera) de la ciencia, me encanta Avi Loeb en el mismo sentido que me encanta Isaac Newton.

Ojo, no estoy diciendo que Loeb sea (ni de cercas) igual a Newton en los aspectos más importantes. Creo que, desde su muerte, debe haber existido solo un 0.0000000000....1% de personas que podrían compararse con el genio de Newton. Me refiero al nivel de pasión que ambos personajes muestran por los temas de la ciencia fronteriza, e incluso por lo que bien podemos catalogar de pseudociencia. Newton con la alquimia, y Loeb con algo que cada vez es más y más ufología antes que una versión extremadamente especulativa de astrobiología. En este sentido es que creo que Loeb tiene más parecido con ese Newton esotérico, herético, antes que con Galileo, aunque insista en compararse con él cada que puede.

No se puede negar que Loeb (como Newton) es un hombre que sabe las "reglas de juego" en la ciencia, que sabe que debe seguir hacia donde la evidencia le indique, y que cualquier propuesta que sobrepase la evidencia disponible será duramente apaleada por una escéptica comunidad científica, y ante esto solo hay dos caminos: o encontrar nueva evidencia a su favor (algo que desde 2017 no ha conseguido Loeb, y todo apunta a que no lo conseguirá), o cambiar hacia ideas más moderadas. Loeb no sigue ninguna de éstas, aunque sabe cómo jugar, no sigue el juego. Prefiere seguir comentando en entrevistas, en ponencias, y quejarse por el ego rancio de la humanidad que identifica como la causa por la que nadie en esa comunidad científica le hace caso, y lo elogia tanto como lo puede hacer un ufólogo, como Javier Sierra. Nadie puede negar que Loeb (como Newton) conoce bien la física de su tiempo, y es capaz de transmitir esos conocimientos de forma erudita, con bastante elegancia.

Es por eso que me encanta. Es, junto a Newton, un ejemplo perfecto de una persona inteligente que se aferra a ideas que, con justicia, llamamos absurdas, una vez que queda en evidencia que no tienen argumentos formidables para defenderlas ni pruebas o diseños experimentales para probarlas. ¿Por qué una persona tan inteligente, como Loeb o como Newton, terminan creyendo en artefactos extraterrestres o pociones mágica, respectivamente? Loeb y Newton no son los únicos ejemplos de una persona así (bien podríamos hablar de Alfred Russel Wallace y su espiritismo; de Linus Pauling y su curanderismo con vitamina C; de Harold Puthoff y Russell Targ y su vergonzoso reconocimiento de Uri Geller como un psíquico auténtico, incluso hablando del descubrimiento del "efecto Geller"; o de Luc Montagnier y sus nocivas creencias sobre las vacunas, así como sus propias ideas de cómo "cura" la homeopatía; o de Francis Collins y su firme creencia "científica" en el catolicismo). Hablamos de personas con auténticos aportes de importancia en la ciencia, algunos de ellos (como Newton, como si faltara más) que modificaron la historia misma de la humanidad, pero que igual abrazaron y abrazan ideas que no solo no poseen evidencia científica, sino que son claramente contrarias a lo que se considera un fondo establecido de conocimientos científicos.

Me parece fascinante, pero también me da algo de tristeza, observar en qué está acabando la carrera profesional de un astrofísico de primer nivel como Avi Loeb. Miren, de ser un renombrado astrofísico profesional, con aportes interesantes en la investigación de agujeros negros (incluido proyectos fascinantes, como la Iniciativa Agujero Negro que presentó, hombro con hombro, junto a Stephen Hawking), teorizaciones en cosmología destacadas sobre el universo primigenio, con interesantes reflexiones filosóficas, luego se fue para astrobiólogo y de ahí todo siguió mal.

Primero, comenzando bastante bien, fue uno de los que postularon detectar contaminación industrial como una señal a considerar en la detección de posibles civilizaciones extraterrestres en exoplanetas; continúo después con su participación en la creación de velas solares (proyecto interesante) para viajes interestelares con la Iniciativa Breakthrough Starshot, luego comenzó su declive: al principio postulando que Oumuamua podía ser una nave o restos de una nave, pasó a decir que esta era una hipótesis científica, y además la más razonable de todas porque (risas) resulta la más simple. Nadie en la comunidad científica lo tomó en serio, así que se dispuso a escribir un libro, a ver si así alguien le hacía caso. ¿El resultado? Los ufolocos lo comenzaron a tomar en serio (los astrobiólogos y astrofísicos solo rieron). Comenzó a comentar videos de ovnis asegurando que tal vez ahí había algo tan de interés científico como Oumuamua; fundó el Proyecto Galileo (porque obvio, él es un genio incomprendido y adelantado a su época que lucha contra la ortodoxia... faltaba más humildad), financiado por multimillonarios privados y alojado en el sitio oficial de la Universidad de Harvard, presuntamente para investigar ovnis (o UAPs) y objetos interestelares científicamente. O eso dice. También asegura que antes de su Proyecto Galileo, nadie había tomado en serio el tema extraterrestre en la comunidad científica (¿hola, Carl Sagan? ¿Hola, rovers de Marte? ¿Hola, Voyagers? ¿Hola, SETI?). 

Claro que sí, Loeb tiene toda la razón en reclamar que la comunidad científica (y la sociedad en general) preste más atención a la búsqueda de toda señal que pueda indicarnos que no estamos solos. Por supuesto que tiene razón en decir que la mejor forma de descubrir evidencia de vida extraterrestre es buscándola para empezar, pues de otro modo jamás podríamos aspirar a tener una mínima señal. Está claro que debe invertirse más en este tipo de esfuerzos, y es obviamente correcto decir que la búsqueda de vida inteligente en el universo, es una empresa científica legítima. También es cierto que las universidades, institutos, gobiernos y empresas llevan décadas tirado millones de dólares en proyectos científicos que no han arrojado resultados fundamentales (desde la composición de la materia oscura hasta la existencia de las supercuerdas, multiversos y dimensiones encapsuladas), mientras que la astrobiología parece ser algo secundario comparado con estas inversiones. Estamos de acuerdo en que la identificación de ovnis (en tanto objetos voladores no identificados, sean en nuestro sistema solar o en el espacio aéreo) es algo que debe hacerse de forma científica, algo que otros ya defienden, por cierto. Todo esto es una herejía para muchos, algo que se aleja de la ortodoxia (algo que ya se denunciaba desde los tiempos en que Sagan escribía sobre el mismo tema), y entra en la ciencia fronteriza. En todo eso, Avi Loeb tiene razón, pero en sus actos, no demuestra seguir la búsqueda científica de vida extraterrestre.

Por ejemplo, ya están integrados a su equipo en el Proyecto Galileo algunos de los ufolocos que se encargaron de revivir el fenómeno ovni con los "ovnis del Pentágono", publicados inicialmente en The New York Times. Los mismos que han salido en programas de [Pseudo]History, ahora forman parte del equipo de investigación del Proyecto Galileo. Así las cosas, el Proyecto Galileo tiene como objetivo "obtener una imagen de alta resolución de UAP" (siglas en inglés para fenómeno aéreo no identificado, o fani), o para ser más exactos, tomar <<una imagen de megapíxeles de la superficie de un objeto inusual nos permitirá distinguir la etiqueta: “Hecho en China” de la alternativa: “Hecho en Exo-Planeta X”>>, según el propio Loeb, haciendo uso no de cámaras comunes, sino de un telescopio completo que "debe estar conectado a una cámara adecuada, con el flujo de datos resultante alimentado a un sistema informático, donde el software optimizado filtraría los transitorios de interés mientras el telescopio cubre el cielo con su campo de visión." Dicho de otro modo, se trataría de intentar una foto de un ovni por métodos ridículamente costosos. No sorprende nada que críticos expertos en ovnis, como Mick West, no esperen realmente nada de este proyecto.

Así es como tenemos a colegas de Avi Loeb preguntándose "¿qué es lo que pasó con él?" La psicología de las creencias de una persona inteligente aún es un área bastante difusa, aunque algunos resultados pueden darnos algo de luz. Por ejemplo, en un interesante estudio sobre cómo el rechazo a la evolución es más fuerte entre personas académicamente bien formadas, los psicólogos Charles Reichardt e Ian A. Saari, escribían:
Cuanta más educación tengan los no creyentes de la Biblia, tanto más tienden a creer en la evolución humana. En contraste, la relación entre educación y creencia en la evolución humana entre los creyentes de la Biblia es lo contrario.
Esto mismo, aseguran los autores, se muestra en el nivel de aceptación de la teoría del Big Bang. Las personas no creyentes en el literalismo bíblico tienden aceptar más el Big Bang entre mayor sea su nivel educativo, mientras que los literalistas bíblicos rechazan aún más el Big Bang entre mejor educados sean. Esto último lo llaman el "efecto del creyente bíblico":
El efecto de los creyentes bíblicos no se debe a una relativa falta de conocimiento científico, en general, entre los creyentes bíblicos altamente educados. Por ejemplo, los creyentes bíblicos altamente educados son más propensos que los creyentes bíblicos menos educados a conocer datos científicos básicos sobre cosas como virus, radiactividad y genética. Los creyentes bíblicos altamente educados solo repudian hechos científicos altamente seleccionados, como los relacionados con la evolución humana y la teoría del Big Bang.
El punto importante, por la que traigo a colación este tema, son las posibles explicaciones que Reichardt y Saari consideran para entender el efecto del creyente bíblico: 1) la fortaleza de las convicciones religiosas (el compromiso religioso de los creyentes mejor educados es también mayor, oran más, participan más en sus iglesias, etc.); 2) capacidad de contra argumento (los creyentes mejor educados son más capaces de comprender el contexto de una controversia y de contra argumentar de forma racional, lo que nos lleva a: "cuantos más años de educación tenga una persona, más hábil será para defender sus creencias cuando se la desafíe"); 3) necesidad de coherencia (los creyentes mejor educados podrían tener una mayor necesidad de consistencia en sus creencias, al ser conscientes de la contradicción entre éstas y las teorías científicas como la evolución. Así, se trataría de personas con mayor motivación para encontrar la forma de preservar sus creencias de forma racional), y; 4) sobreconfianza ("quizás la educación genera confianza en las opiniones de una persona, independientemente de su relación con los hechos; si es así, cuanto más cree una persona que él o ella sabe las respuestas, menos probable es que esa persona sea persuadida por evidencia contradictoria").

¿Lo nota? La convergencia de estas posibles explicaciones para los antievolucionistas con una buena formación académica parece quedar igual de bien para entender por qué un científico de primer nivel se aferraría tanto a sus propias creencias. No, nadie está diciendo que Loeb mantenga una fortaleza religiosa a partir de orar mucho o participar en su iglesia, pero sí podríamos hablar del compromiso de Loeb con las explicaciones de origen artificial a objetos que le recuerdan su trabajo, como el que realizó con las velas solares y la búsqueda de inteligencia extraterrestre en exoplanetas. Loeb también es el primero en aparecer en los medios contra-argumentando contra la última explicación natural para Oumuamua. No es difícil suponer que, tras las críticas por parte de la comunidad científica y la alabanza de los medios masivos, Loeb esté altamente motivado para continuar con sus tesis. Y claro, es un gran astrofísico, y él mismo lo sabe. Sobre este último punto, tal vez quien mejor lo ha expresado es el radioastróbiólogo Seth Shostak, del Proyecto SETI:
Si un tipo de Bismarck, Dakota del Norte, de quien nadie había oído hablar, dijera lo que Avi está diciendo, la gente respondería: 'Vamos, es solo un asteroide'. Pero este es un astrónomo de Harvard que era el presidente del departamento, claramente un tipo muy brillante. Así que tienes que tomarlo en serio.
Tal vez me equivoco (y eso le encantaría al ego de Loeb), y este enfoque resulte errado para comprender la mente (y sobre todo las intenciones) de alguien como Loeb (o como Newton o como tantos otros) para sostener creencias disparatadas. Probablemente hasta aquí lleguen sus semejanzas con Newton. El tiempo hizo que Newton fuera recordado por sus más valiosos aportes, como la fundación de la mecánica clásica (con sus tres leyes del movimiento y la ley de gravitación universal), de la óptica y del cálculo diferencial (junto a Leibniz, aunque no le gustara la idea). Temo que con Loeb, el tiempo hará que sea recordado más como el astrofísico que se ha ido volviendo ufólogo, uno que comparte diálogo con conspiranoicos infumables, como Javier Sierra, quien gustoso aprovecha los reproches de Loeb a la comunidad científica (así como el hecho que la FIL catalogara su evento como parte de su sección de ciencia, mayor pena ajena) para él también despotricar. 

SI TE INTERESA ESTE TEMA

* Extraterrestre, por Avi Loeb, Editorial Planeta, Barcelona, España, 2021.

* El sitio oficial del Proyecto Galileo, Universidad de Harvard.

* "The Wonder of Avi Loeb", por Jennie Rothenberg Gritz, en Smithsonian Magazine, Octubre 2021.

* "The Galileo Project", por Mick West, en Skeptical Inquirer, vol. 45.6, Noviembre/Diciembre 2021.

* El escritor escéptico sobre ovnis, Robert Sheaffer, ha dedicado varias entradas a las afirmaciones y proyectos de Loeb, en su blog Bad UFOs:
- "Why 'Oumuamua is NOT an "Alien Probe," and Why SETI Will "Fail""

* "Extraterrestre", diálogo entre Avi Loeb y Javier Sierra en la FIL Ciencia:


* El episodio 306 del podcast Coffee Break: Señal y Ruido en Directo, con Héctor Socas-Navarro, Francisco Villatoro, José Edelstein, Julia de León y Gastón Giribet, comentando los atropellos y burradas de Avi Loeb:



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