Pensemos por un momento en que no ha leído el título de este artículo ni sabe quién es el hombre de la foto. ¿Listo? Bien, ahora leamos esta conclusión:
[D]urante la última década, me parece que ha habido un terrible retroceso en cuestiones constitucionales y democráticas en este país. No me refiero sólo a que las agencias reguladoras están, en general, en manos de quienes están siendo regulados. No me refiero sólo a que el control de armas está en manos de quienes están a favor de la carrera armamentista. No me refiero sólo a que la justicia social está siendo administrada por los ideólogos del privilegio. No me refiero sólo a que las agencias gubernamentales diseñadas para proteger los derechos de las personas están en manos de quienes quisieran abolir esas agencias. Y ni siquiera me refiero sólo a que existe lo que parece ser una conspiración de altos funcionarios del gobierno para subvertir la Constitución...
También se ha producido una grave erosión de la tradición de la investigación escéptica, del cuestionamiento vigoroso de los líderes gubernamentales, de la exposición pública de lo que el gobierno realmente está haciendo, en lugar de la mera pompa y retórica. Y es en este ámbito –el escrutinio escéptico, la exposición pública– donde, en mi opinión, se necesitan los mayores avances.
Leyéndolo sin el contexto y suponiendo que no supiéramos cuándo se escribió, podríamos decir que esta valoración encaja bien en el contexto actual de EEUU, Rusia o casi cualquier otro lugar que se le venga en mente en fines de 2024. Pero es la conclusión de la situación del mundo (de EEUU en relación con la URSS en particular) en 1987, ofrecida por Carl Sagan en una conferencia recuperada hace un par de años por el conocido psicólogo Steven Pinker y el abogado Harvey Silverglate para Skeptical Inquirer.