Estimado amigo anti-peje:
Ya ha terminado el sexenio que, según la propaganda a la que le has creído desde 2006, destruiría a México, y como yo sé que sigues la línea de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador (aunque digas que le llevas la contraria), decidí esperar a esta fecha para publicar la carta que con cariño he escrito para tí, para que juntos reconsideremos tu postura que, dicho sea de paso, admito me asombra al no ser una que sea clara e ideológicamente identificable. Creo que podemos reflexionar sobre ese punto más adelante. Como te iba diciendo, esperé a esta fecha porque, no sé si recuerdas, pero algunos de los amlovers (junto a analistas políticos serios) continuamente te informaron que decir cosas como que "AMLO es el peor presidente de la historia moderna de México", era demasiado apresurado en 2018, 2019 o 2020. Y sé muy bien que muchos de los escritos anti-peje que sigues le dedicarán por igual una valoración en estos días donde seguramente concluirán lo mismo que tú decías a inicios del sexenio, para placer de tu particular sesgo de confirmación.
Igual que con mi carta a mis amigos amlovers, mi intención no es otra que entenderte. Sí, voy a cuestionarte e incluso criticaré mucho de lo que defiendes, pero con el presupuesto de que tú y yo entendemos que nosotros no somos nuestras creencias y posturas, por más que nos sintamos identificados con estas. Cuestionaré tus ideas y principios, pero no te cuestiono a tí como persona.
Creo que el primer cuestionamiento que me surge al pensar en personas como tú es: ¿cómo se define un anti-peje? Yo sé que los amlovers suelen identificarlos como "los conservadores", personas de derechas, generalmente como privilegiados desde la cuna, que ven amenazada su forma de vida en un gobierno popular. Yo sé que muchos de los anti-pejes son efectivamente así, y que personalidades de las más altas esferas del poder político y económico solo podría apoyar a Morena y su llamada 4T por mera conveniencia, más que por consistencia ideológica o de principios. Pero también sé que el común de los anti-pejes son pueblo, es decir, se trata de personas que viven en una casa más o menos como la mía, tienen un trabajo más o menos igualmente remunerado de forma quincenal como los que yo he tenido, etc. Esto lo sé, porque conozco personas anti-peje, como tú, entre mis amistades y mi familia.
Ser conservador o privilegiado pueden ser rasgos típicos de cierto sector del antipejismo, pero no son ni necesarios ni suficientes para definirlos. Sé bien que, como los movimientos de FRENAA, puede tratarse de personas religiosas que piensan que su actual gobierno es solo otro ejemplo de la decadencia moral que nos conducirá inevitablemente al Armagedón. Pero también sé que hay anti-pejes ateos y materialistas, como aquellos que antes eran mis ciber-amigos y ahora me han bloqueado porque dicen que soy un "amlover de clóset". Entonces el fundamentalismo religioso tampoco es un rasgo definitorio del antipejismo.
El ahora ex-presidente Andrés Manuel López Obrador suele asegurar que sus "adversarios" son los defensores del régimen neoliberal. Eso parece evidente en personalidades que los anti-pejes como tú suelen buscar como si fueran especialistas. Pienso, por ejemplo, en Carlos Loret de Mola, Héctor Aguilar Camín, Enrique y León Crauze, Leo Zuckerman, Ciro Gómez Leyva, Ricardo Alemán, Ángel Verdugo, Beatriz Pagés, Pedro Ferriz de Con, Macario Schettino, Paco Calderón, Chumel Torres, Carlos Alazraki, Claudio X. González, los ex-presidentes Ernesto Zedillo,Vicente Fox y Felipe Calderón, el ridículo político Gabriel Quadri, e incluso el difunto periodista Luis González de Alba (lo sé, es una lista extensa). No hay muchas dudas que cada uno de estos personajes han sido al menos consistentes en dos cosas: pensar que el neoliberalismo fue lo mejor que le pudo pasar al país (porque fue lo mejor que les pasó a ellos) y que AMLO es un eterno peligro para México. Pero luego recuerdo que hay otros presuntos especialistas anti-peje que no encajan tan bien como defensores del régimen neoliberal (o no siempre), como Víctor Trujillo "Brozo", Denise Dresser, Mauricio-José Schwarz, Anabel Hernández, Carmen Aristegui, Lydia Cacho, o la revista Proceso, quienes fueron críticos con los errores y crímenes de los sexenios anteriores, y algunos de ellos de hecho se denominan de izquierda. Entonces tampoco es el apoyo al régimen neoliberal una característica definitoria de los anti-peje. De hecho, tampoco parece serlo la rigurosidad o la honestidad intelectual, dado que muchos de los mencionados son o poco rigurosos (abiertamente amarillistas, catastrofistas e incluso propagadores de fake news) y otros más (los críticos con el régimen neoliberal, sobre todo) se distinguieron por ser rigurosos y, si bien puede que no sean acertados en mucho de lo que dicen sobre el gobierno de la 4t, podemos estar casi seguros que son intelectualmente honestos. Varios de estos últimos eran también de los intelectuales favoritos de muchos amlovers hasta que comenzaron a criticar los fallos del gobierno de AMLO. Misterios de la 4t que no abordaremos.
¿Qué es un anti-peje entonces? Si me permites, estimado amigo, propondré la siguiente definición provisional:
Un anti-peje es cualquier persona, sin importar su credo político, religioso, económico o ético, que se opone al gobierno y persona de AMLO a priori y lo considera, si no el peor gobierno de la historia reciente del país, al menos sí es el que más le ha preocupado y por el que más se ha caracterizado como opositor a éste.
Hay varias consecuencias que se derivan de esta definición. En primer lugar, que no importa tanto si existen logros notables en el gobierno de la 4t, para el anti-peje el país es actualmente peor en todo aspecto relevante a lo que era antes. No importa tanto si se difunden falsedades, exageraciones o catastrofismo, en tanto sean utilizadas como herramientas para desprestigiar al gobierno de la 4t en turno (si se quiere ser mínimamente honesto, pueden hacer uso de estas herramientas siempre con la leyenda final del "pero espero estar equivocado"); esto es así porque está justificado usar todas las armas (retóricas) contra "el peor presidente de la historia reciente de México". Y claro, sospechará eternamente del inicio de la dictadura en México porque, ¿a qué otra cosa podría aspirar el "peor gobierno de este país en la historia reciente"?
Así, estimado amigo, noto que tu identidad como anti-peje no se basa en la defensa del conservadurismo o del liberalismo, tampoco en la del neoliberalismo o del socialismo, ni menos en tu aceptación o rechazo de la religión o la razón. O sea, la comunidad que se dedica a postear casi diario, desde hace por lo menos 6 años, críticas (buenas y malas), calumnias, memes ofensivos (y poco creativos, como "el cacas") entre otras cosas relacionadas a AMLO, su gobierno, su carrera o su familia, comparte en común su desprecio por este gobierno. Y creo que eso es un problema.
Piense por un momento en los tiempos en que había movimientos anti-peñistas (como #YoSoy132) o anti-calderonistas (como el de No + Sangre). ¿Nota que tenían algo en común? Exacto, se trataba de movimientos claramente identificados como "de izquierda" no solo por sus contrarios, sino por ellos mismos. Algo similar se observó en su momento en el inicio de Morena como movimiento social. Aunque estos eran grupos y movimientos anti-gobierno en turno, también presentaban una identidad ideológica identificable y una propuesta alternativa. Si estas identidades y propuestas son buenas o correctas, es tema aparte. Lo importante es que hoy no existe un movimiento anti-peje que tenga eso.
Mi última afirmación no es del todo cierta. Colectivos como FRENAAA y opositores como Eduardo Verástegui si movilizaron un grupo anti-peje y, de hecho, fueron los únicos con una clara convicción ideológica y una propuesta: la ultraderecha. El problema aquí es que se trata justo del sector más rancio, conservador, anti-derechos y nocivo para la sociedad moderna, al tratarse de grupos que promueven el fundamentalismo cristiano, la lucha anti-derechos humanos, la discriminación diversa (por raza, etnia, sexo, preferencia sexual, identidad de género, credo religioso y político, nación y clase social), la defensa del capitalismo del libre mercado desenfrenado, y el negacionismo de la ciencia (como el creacionismo, la antivacunación y el negacionismo climático). Siendo la ultraderecha el único grupo anti-peje ideológicamente análogo a los grupos anti-gobierno de sexenios anteriores, espero que le parezca tan evidente como a mí a qué se refiere su presidente cuando dice que sus representantes en "la oposición" está ideológica y moralmente derrotada. Yo agregaría incluso un "por fortuna", dado que, hasta ahora, no hay nada que indique el crecimiento de la ultra-derecha en México.
Este mismo problema lo vimos en la mentada "oposición", con alianzas de partidos políticos tan impensables en casi cualquier país, excepto aquí. ¿Qué otro país democrático recuerda usted con una alianza entre la derecha conservadora, la derecha neoliberal y la presunta izquierda socialdemócrata? Pues eso fue lo que vimos por tanto tiempo con las alianzas PAN-PRI-PRD.
Si el anti-pejismo no tiene una identidad política, representación ideológica dominante ni una base intelectual realista, ¿cómo podríamos pensar que se puede oponer o competir con la 4t? Yo sé que aquí seguro podrá replicarme que no he mencionado ninguno de los argumentos anti-peje que usted considera más contundentes contra, por ejemplo, el triunfo aplastante de Morena en las pasadas elecciones. Seguro usted piensa que los políticos opositores o los periodistas e intelectuales anti-peje tienen razón en su análisis de la sociedad en que vivimos, donde la mayoría de la población es políticamente ignorante, se deja llevar por beneficios inmediatos como los programas sociales y es fácilmente manipulable por el poder en turno. Los anti-pejes nos liberaban de las cadenas, tan solo para que los amlovers nos las volvieran a poner, parafraseando a cierta intelectual anti-peje que yo sé que sabes quién es.
Primero que nada, déjeme decirle que justo ese era el discurso de un gran sector del grupo que hoy identificamos como "amlovers", en tiempos en que luchaban por explicar los triunfos del panismo en el 2000 y el 2006, y del "nuevo PRI" hacia 2012. Como muchos de ustedes supieron explicarles en su momento, estas opiniones no solo son miopes, sino que denigran a la población que, lejos de las disputas ideológicas y de la política, quieren vivir mejor y llevar comida a sus casas. Hoy, como en esos entonces, explicar el triunfo de una elección apelando a la ignorancia de las personas es simplista y denigrante, y no parece ser siquiera una explicación convincente. Vamos, que decir que la gente que cree en x es tonta es una tesis que también ha sido refutada por los estudios científicos sobre las creencias religiosas, paranormales y pseudocientíficas (aunque muchos escépticos de redes sociales no parecen estar enterados). Basta con recordar que la nueva presidenta Claudia Sheinbaum ganó no solo entre las clases sociales media baja y baja, sino también tuvo un notable triunfo entre las clases altas.
Volvamos a mi definición provisional. ¿Recuerdas, estimado amigo, que dije que ésta incluye considerar a AMLO "si no el peor gobierno de la historia reciente del país, al menos sí es el que más le ha preocupado y por el que más se ha caracterizado como opositor a éste"? Quizás los reclamos que has recibido de quienes no comparten tu visión se concentran especialmente en estos puntos: 1) si tanto te interesa el país, ¿dónde estuviste reclamando su destrucción en los sexenios anteriores? 2) llevas 6 años apuntando el "AMLOcalipsis" que nunca llegó, ¿vas a seguir insistiendo que ahora llegará con "Claudia Carlota de México"?
Y sí, estimado amigo, yo sé que hay muchos de ustedes que también cuestionaron los sexenios anteriores. Pero hay que ser sinceros, un enorme sector de los anti-peje está conformado por gente que nunca había mostrado el grado de interés por la política como para estar publicando cada hora algún meme, noticia o "chiste" relacionado con el presidente, su partido o su militancia. ¡Milagros de la 4t! Yo sé (por lo que he visto y porque lo cuentan) que muchos de esos anti-pejes comenzaron ese interés por el rechazo sorpresivo que encontraron y ese fanatismo que aseguran haber detectado en la figura de AMLO a principios de la década pasada. Aún recuerdo ciertos memes donde pintaban a López Obrador como el eterno candidato derrotado cada sexenio, y recuerdo bien cómo te alegraste de saber de su ruptura con el PRD después de perder las elecciones del 2012, pensando que ese sería el fin de su necia carrera a la presidencia. Todo mientras tus pláticas diarias, tus publicaciones, tus escritos o el contenido que generalmente consumías estaba proporcionalmente menos relacionado con los problemas causados por el "nuevo PRI" de vuelta en el poder.
Es cierto que Enrique Peña Nieto fue quizás uno de los presidentes más ridiculizados y memeados (al ser también nuestro primer presidente en tiempos de redes sociales y memes), pero eso no lo hiciste y la mayoría de los periodistas y opinadores citados párrafos más arriba tampoco solían hacer de las críticas a Peña y el "desPeñadero" al que nos llevaba, como propias. Tú, junto a muchos otros que hoy son anti-peje, defendieron la creación del "Pacto por México", acusaron de ser criminales a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, aseguraron que la "reforma educativa" con el modelo "por competencias" ayudaría a mejorar la educación (nunca lo hizo, de hecho, la empeoró), aplaudió las detenciones de los capos de la droga más conocidos en ese entonces (como si eso hubiera ayudado a reducir la violencia en el país), y encima de todo, se crearon en esos mismos tiempos más de un peyorativo para esas personas que se manifestaban, esos que aseguraban que el "nuevo PRI" se estaba robando todo o que era un secreto a voces que se trataba de un gobierno coludido con el crimen organizado en varios niveles, incluyendo el federal, igual que el anterior gobierno panista. A esos estudiantes, maestros, padres de personas desaparecidas, activistas... los llamabas mamertos. A esos mismos, los llamabas chairos. Y te parecía más urgente criticarlos que hablar de los graves tropiezos del gobierno.
Si hacemos memoria y un ejercicio de honestidad intelectual, y miras a un lado y al otro, mirando a los que están ahí "de tu lado" siendo anti-pejes, te darás cuenta que hay muchos que todavía hoy dicen que Peña Nieto fue buen presidente, pero no lo dejaron gobernar; hay muchos que todavía hoy dicen que Calderón fue el único presidente que "tenía huevos" para enfrentarse al narco; hay muchos ahí a tu lado que dicen que Carlos Salinas de Gortari ha sido el mejor presidente de la historia moderna, y que solo tuvo que hacer algunos "actos custionables" para mantener la paz y la estabilidad económica. Yo sé que están a ahí a tu lado, porque seguido los escuchamos e incluso los reconocemos entre nuestra familia. y que tú fuiste así también. ¿Esperarías realmente que el partido en el poder y su séquito te tome en serio tu afirmación de que te preocupa la seguridad, la estabilidad, la justicia o la democracia, cuando ellos vieron que en tu grupo eso nunca pareció ser prioridad antes que llegara Morena al poder? Si tú fueras morenista y yo el anti-peje, ¿me tomarías en serio?
Con todos estos cuestionamientos, creo que ya hemos visto lo que, creo yo, ha unido a los anti-peje por un sexenio completo, y que seguramente los seguirá uniendo: primero, el odio personal y desmedido a AMLO, y segundo, que solo hasta que llegó al poder aquel de quien desconfiaron siempre en campaña les interesó el estado del país. Sí, insisto mi amigo, esto último no es aplicable a todos. Hay entre tus filas anti-peje quienes también fueron anti-calderonistas o anti-peñistas, y también hay de hecho algunos pocos de la vieja guardia anti-madridistas, anti-salinistas, anti-zedillistas, anti-foxistas... en fin, hay viejos críticos del PRIAN, pero los más célebres, los que hoy más vemos en marchas de la "marea rosa", o sus opinólogos profesionales más vistos, son aquellos que cumplen con esos dos requisitos. Y el requisito número uno lo cumplen todos, hasta donde he podido observarlos este sexenio.
Solo por un odio personal y no solo por principios es que se explica que desde el día uno hayan sostenido la misma postura que hoy mantienen. No se basaba en los datos, porque no había datos aún. No se basaba en la evidencia, porque aún no había evidencias. Se basaba en el rechazo abierto a la propuesta que venía ofreciendo López Obrador (que claro, desde entonces tenía muchos puntos para ser criticado) y en la contínua campaña de guerra sucia.
Hoy, con el sexenio terminado, yo tampoco que las esperanzas de los amlovers se justifican. No creo que se puedan justificar cuando AMLO ha incumplido en lo fundamental: la lucha contra la corrupción, la pacificación (y desmilitarización) del país, y el fin de lo que por años llamó "la mafia del poder". La corrupción sigue siendo rampante; la violencia se representa en números escalofriantes y no vistos, al grado que si Peña Nieto los hubiera tenido, lo habrían acusado de tener un "estado fallido"; el crimen organizado es hoy un poder fáctico tan poderoso como antes, e incluso más al controlar territorios completos, al mismo tiempo que el ejército se ha hecho con el poder de tantas tareas civiles (incluyendo la seguridad pública) con una opacidad e ineficiencia que preocupan tanto como siempre; y los poderosos el sexenio pasado hoy son igual o más poderosos aún. Siendo uno de los países con peores cifras de muertos durante la pandemia, con una crisis económica que hizo caer hasta 8% el PIB en esa época, vimos también en el mismo período cómo los millonarios prácticamente duplicaron su riqueza. Los amlovers podrían decirnos sobre ese último punto que en realidad fue un fenómeno global, como demuestran ejemplos que enojan del absurdo de riqueza al que llegaron, como Jeff Bezos o Elon Musk, al mismo tiempo que morían millones sin poder siquiera mirar por última vez a su familia. Sí, pero ¿no fue acaso un eslogan recurrente de López Obrador el "no somos iguales"?
Creo que en este sexenio, este presidente se ponía "de a pechito" para ser criticado (una de sus últimas, tan cínica que da risa, fue asegurar en su último informe que teníamos un sistema de salud superior al de Dinamarca... ¿en serio el cinismo es tanto como para burlarse de uno de los pilares para asegurar que se ayudó a los de hasta abajo en este país?). Con todo, amigo anti-peje, este grupo heterogéneo al que perteneces parecía preferir el amarillismo, el catastrofismo, la desinformación y el hablar de dictadura cada que se podía, como si la realidad no les fuera suficiente para criticar este gobierno. Justo por eso es que cada que alguien decía identificarme como un anti-peje sentía más asquito que cuando me decían que era un amlover.
Los amlovers tienen una base fanatizada, cierto, pero ellos fueron quienes menos llegaron a bloquearme. Me bloquearon más anti-pejes que amlovers en mis redes sociales. Entre mis conocidos y familiares, he tenido más discusiones con todo y gritos con los anti-pejes que con los amlovers. Los amlovers, obvio, se ríen de mí, me acusan de ingenuo, de ignorante, de necio... pero he seguido concordando con ellos en muchos otros puntos. Y aunque creo que su convicción es injustificada hoy, acabando el sexenio, también entiendo que esta convicción no solo se justifica por todo lo que le han apostado a "su mesías" (como tú y como yo a veces llamamos al presidente), sino porque reconozco que ese mesías sí supo dirigirse a ellos, supo responderle a quienes antes habían sido completamente ignorados o tachados en la política. Y reconozco que los pocos logros que se pueden destacar, se destacan porque se tradujeron en beneficiar a ese sector mayoritario de la población que solo veía más y más difícil llegar al fin de quincena. Hoy no ha dejado de ser difícil, pero para muchos las mejorías (aunque insuficientes) las saben reconocer, tal como tú y como yo lo vimos en la noche del 2 de junio.
Si no reconocemos estos puntos, estimado amigo, me temo que tu grupo está condenado al fracaso en las siguientes elecciones. Sabemos que la "oposición política" que queda en los ahora partidos marginales del PRI, PAN y MC (que en paz descanse el PRD) no ha aprendido nada realmente al mantener figuras tan despreciables en sus más altas esferas de poder, incapaces de decir una sola verdad de cara a los ciudadanos. Sabemos que portales y canales que nacieron directamente del anti-pejismo, como Latinus y Atypical Te Ve, no cambiarán ni entenderán que no entienden el por qué Morena y AMLO han obtenido tanto apoyo popular a pesar de todo lo criticable que puedan tener.
Ya me he alargado demasiado en esta carta, estimado amigo. La principal crítica que recibí de mis amigos amlovers en mi carta dedicada a ellos fue que estaba muy larga (la carta *giño, giño*). Me despido de ti ofreciéndote un consejo:
Estoy contigo en que el gobierno debe ser criticado antes que aplaudido, pero para criticarlo hay que saber comprender por qué le aplauden. Denigrar a quienes aplauden no es una explicación, como los amlovers también aprendieron desde que ganaron las elecciones. Yo sé que muchos de los amlovers más visibles son sencillamente insufribles, no puedo culparte de no querer voltear a mirar a Lord Molécula, John Ackerman, Pedro Miguel, Alejandro Páez Varela, Manuel Hernández Borbolla o la mayoría de los miembros de El Chamuco y La Jornada.
Trata de escuchar lo que dice AMLO, pero también Claudia Sheinbaum, Fernández Noroña, o los defensores del amloísmo más sensatos, como Hernán Gómez, Jorge Zepeda Patterson, Témoris Grecko, Vanessa Romero o Paco Ignacio Taibo II (teniendo en cuenta que "más sensatos" no significa "más objetivos" o "más imparciales" siempre, ni mucho menos se traduce en "más atinados" en todo lo que dicen). Incluso hay algunos que están "a medio camino" entre los comentarios sensatos y hasta críticos, y la abierta militancia sesgada y ciega, como Poncho Gutiérrez, Sabina Berman o Julio "Astillero" Hernández. Escucha sus argumentos, pero también sus críticas a los anti-peje y la oposición política para comprender que tus críticas deben ser consistentes y mesuradas por el contexto social actual, para evitar el amarillismo y el catastrofismo. Verifica tus fuentes y la forma en que éstas interpretan la información, dado el historial de fake news y exageración de las fuentes anti-peje y amlovers, lo mejor es consultar varias con una calidad decente. Por último, recuerda que criticar no es lo mismo que aniquilar, y que la crítica se hace al poder, no a quienes le llegan a votar con la esperanza de empoderar y mejorar sus vidas. La crítica es para mejorar, y dado que no se puede mejorar por tí mismo, los grupos anti-peje y la oposición tendrán que aprender a mejorar con la 4t, no porque les guste, sino porque no la alternativa será ser vistos como los eternos enemigos del pueblo y los amigos del privilegio.
Espero que la dicotomía amlover/anti-peje desaparezca este sexenio, para que junto a aquellos que no pertenecemos a uno u otro, podamos exigir que quienes nos gobiernan procuren la paz, la justicia, la igualdad, la libertad y la verdad para todos. También espero que la dicotomía desaparezca, para que los amlovers dejen de justificar la injusticia porque se conforman con que se haga "medio bien" otros puntos, y que los anti-pejes dejen de soñar el AMLOcalipsis o a Venezuela del Norte.
No espero que cambies de opinión con esta humilde carta, mi amigo. Solo espero que mi carta la puedas leer, la puedas pensar y después puedas conversar conmigo sin sentir superioridad moral, sin creerme un enemigo encubierto porque no publico 10 memes contra AMLO por minuto, ni que tampoco creas que debes bloquearme porque no creo que nos acerquemos a volvernos Venezuela. Solo espero que sigas siendo un amigo mío y que, como tal, sepas tolerar mi escepticismo que, si me lleva a conclusiones equivocadas, no te olvides que siempre serán provisionales, esperando a que ofrezcas evidencias y argumentos que podamos comentar juntos.
Atte: tu amigo escéptico.
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