Publicado originalmente en el grupo Historia y Filosofía de la Pseudociencia.
Cox (como el resto de la comunidad científica) es consciente de este hecho, y como divulgador de la ciencia, aprovechando el tema popular de lo paranormal, decidió ejemplificar cómo la existencia de fantasmas se ve claramente en apuros si aceptamos la realidad del modelo (y de sus supuestos) confirmado por el LHC.
Durante un programa de radio, sucedió lo siguiente, según informa este artículo de RealClear Science:
Básicamente, Cox señala tres de los puntos más evidentes de las creencias paranormales: que no están correctamente definidas, que los pocos postulados claros que se presentan contradicen el conocimiento científico más actualizado y que no existe un mecanismo por el cual algo de origen sobrenatural podría afectar el mundo natural, (y si existiera algo así, debería ser detectable, y por tanto objeto de estudio científico... y por tanto no sería paranormal). Aún siendo caritativos al buscar una clase de "mecanismo" para lo sobrenatural, se entra en contradicción con lo que sí sabemos del mundo real.
Durante un programa de radio, sucedió lo siguiente, según informa este artículo de RealClear Science:
"Antes de hacer la primera pregunta, quiero hacer una declaración: no estamos aquí para debatir la existencia de fantasmas porque no existen".
Él continuó:
"Si queremos que persista algún tipo de patrón que contenga información sobre nuestras células vivas, entonces debemos especificar con precisión qué medio lleva ese patrón y cómo interactúa con las partículas de materia de las que están hechos nuestros cuerpos. En otras palabras, debemos, inventar una extensión del Modelo Estándar de Física de Partículas que ha escapado a la detección en el Gran Colisionador de Hadrones. Eso es casi inconcebible en las escalas de energía típicas de las interacciones de partículas en nuestros cuerpos ".
El astrofísico Neil deGrasse Tyson, que también estaba en el programa, presionó a Cox para que aclarara su declaración.
"Si entiendo lo que acabas de declarar, acabas de afirmar que el CERN, el Centro Europeo de Investigación Nuclear, refutó la existencia de fantasmas".
"Sí", respondió Cox.
"Diría que si hay algún tipo de sustancia que está impulsando nuestros cuerpos, haciendo que mis brazos y mis piernas se muevan, entonces debe interactuar con las partículas de las que están hechos nuestros cuerpos. Y ya que hemos hecho mediciones de alta precisión sobre las formas en que las partículas interactúan, entonces mi afirmación es que no puede haber una fuente de energía que impulse nuestros cuerpos ".
Básicamente, Cox señala tres de los puntos más evidentes de las creencias paranormales: que no están correctamente definidas, que los pocos postulados claros que se presentan contradicen el conocimiento científico más actualizado y que no existe un mecanismo por el cual algo de origen sobrenatural podría afectar el mundo natural, (y si existiera algo así, debería ser detectable, y por tanto objeto de estudio científico... y por tanto no sería paranormal). Aún siendo caritativos al buscar una clase de "mecanismo" para lo sobrenatural, se entra en contradicción con lo que sí sabemos del mundo real.
El argumento de Cox resulta en un bello y original ejemplo más de cómo el naturalismo científico no deja espacio a las creencias sobrenaturales. Hay que entender que se trata de un ejercicio rápido de reflexión durante un programa de radio, y no una investigación científica sobre lo paranormal, como de hecho las hay, cuyos aportes han arrojado una serie de explicaciones físicas y psicológicas a los avistamientos de fantasmas.
Con todo, uno podría volverse abogado del diablo y cuestionar a Cox sobre qué está entendiendo por "información contenida en nuestras células vivas", un asunto que puede dar interesantes reflexiones sobre conceptos fundamentales de la física, pero nuevamente nos estaríamos alejamos de lo paranormal.
O las partículas de las que están hechas son demasiado pesadas para ser detectadas por los aceleradores actuales...
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