Estamos por terminar con esta serie de artículos que cariñosamente dedico a todo aquel que diga que la evolución es solo una teoría o que no existen pruebas empíricas para demostrar la veracidad de la evolución. No se desanimen, aun falta –por lo menos- un artículo más sobre esta serie, la cual ha sido la más larga que he hecho hasta ahora y espero que la hayan disfrutado.
Si aun no la han disfrutado toda, píquenle aquí, aquí, aquí y aquí para ver las 4 partes anteriores y así puedan disfrutarlas.
Una de las objeciones principales contra la teoría de la evolución, y contra la ciencia en general, por parte de creatas y otros tipos teleológicos, es que de ser verdad cosas como la evolución, la sopa primordial, la co-acreción o el big bang, entonces –según ellos- la vida ya no tendría sentido. De acuerdo a esta idea, si no hay una especie de creador invisible en los cielos que, aunque no lo veamos, esté ahí cuidándonos, entonces la moral no tendría fundamento, las personas no tendrían razón de existir y el universo seria totalmente ilógico por que nadie lo creó. De modo que, más que una objeción racional, esta es una objeción emocional basada en una palabra: sentido.
Si dios existe, entonces la vida tiene sentido; si no existe, la vida es algo irracional y carece de sentido. ¿Por qué? La verdad, yo no lo se. Vivo sin un dios personal y así he vivido los últimos años de mi corta vida, y siendo franco, han sido esos últimos años los que más felicidad han traído a mi vida –por varias razones personales que no explicare aquí por que simplemente, no es el tema-, y tengo muchas razones para seguir vivo por mucho tiempo mas; y si, ninguna de esas razones es dios.
Aunque esta idea del “debería haber” o “debería ser” obviamente no es una razón ni una explicación a “lo que es”, muchas personas viven encantadas con ese “debería”. Entre esas personas se encuentran los amigos creacionistas.
No es ningún secreto ni ninguna novedad el hecho de que, si la evolución no incluyera en su explicación al hombre, seguramente no tendríamos debates entre creacionistas y los “malvados evolucionistas”. Si la evolución fuera una teoría que solo explicase el mecanismo de adaptación de animales, plantas y demás seres vivos, excepto seres humanos, los creacionistas del diseño inteligente no andarían por ahí nombrándose “científicos creacionistas”. El creacionismo simplemente no existiría. Pero, ¿qué no era la evolución de las especies lo que atacan y repudian los antidarwinistas del DI? Aunque aseguren que su luche es contra la “pseudociencia darwinista” y contra el “materialismo científico”, su verdadera lucha es contra el duro golpe que causa la evolución al orgullo de la humanidad antropocentrista.
La evolución, junto con la ciencia en general, despoja de todo privilegio al ser humano en la creación. Nada en el ser humano, su inteligencia o el planeta en el que vive es especial en el universo. La Tierra no es el centro de todo –aunque nofalta el chiflado que aun asegura que si lo es-, y nosotros no somos los adorados “hijos de papi” del Creador y no tenemos razones ni pruebas para pensar que hubo un creador. Por esta razón, los creacionistas y demás grupos antievolucionistas odian tanto al demoniaco Darwin y su diabólico libro de 1859.
Como vemos pues, el ataque creacionista no es racional, sino emocional –o algo parecido-. Sin embargo, hacen de la retorica su mayor arma, utilizando sofisticadas palabras y un lenguaje rayándole al lenguaje científico y filosófico-intelectual, para así hacer ver a sus ideas como algo mas que unos bonitos anhelos de fe. Un creacionista, en su objeción contra este articulo bien me podría decir, “solo estas utilizando ataques ad hominem y no demuestras que el creacionismo sea mentira ni que la evolución sea verdad”. En parte, tienen razón y en parte se equivocan. Tienen razón al decir que con todos estos artículos no e demostrado la veracidad de la evolución, pero eso es por que el objetivo de estos artículos no es difundir un hecho científico, sino el denunciar un movimiento pseudocientífico como es el creacionismo con todo y su alias “diseño inteligente”.
Yo no soy biólogo –aunque, si me gustaría serlo. Viéndolo bien, debí de haber escogido biología en vez de filosofía ¿no creen?- para hablar de las pruebas de la evolución, de eso se han encargado los científicos desde hace poco mas de 150 años. Si usted se interesa por lo que es la evolución, cómo funciona y que razones tienen los biólogos para creer que la teoría tiene un fundamento en los hechos, estudie biología o lea algunos libros buenos sobre el tema como “Las Musas de Darwin” de José Sarukhán o “Los Dragones del Edén” de Carl Sagan –entre otros títulos de divulgación científica-. Así que tienen razón amigos creacionistas, yo aquí no me e ocupado de demostrar la veracidad de la evolución, ni me ocupare –por ahora- de ese asunto. En cambio, me he ocupado de intentar mostrar los fallos lógicos, científicos y filosóficos con su postura cuya base es única y exclusivamente la fe basada en el cristianismo (hablando del mundo occidental. También hay creacionistas islámicos basados en el Corán).
En fin, una vez aclarado el punto, me gustaría aclarar uno más. En este capitulo me centrare en un “tipo” especifico de creacionismo, para así refutarlo –tal y como lo piden señores creatas-. En esta ocasión analicemos por un momento al llamado movimiento del Diseño Inteligente o DI, por sus siglas; para sus partidarios, son “una cosa aparte” de los creacionistas, para los escépticos, no son mas que una corriente refinada de creacionistas. Por años, los movimientos antievolución habían denunciado la poca evidencia que supuestamente tiene la evolución y que la evolución no es algo científico, sino que solamente es un “asunto de fe”. O sea, solo intentaban comparar a la evolución con su corriente de pensamiento, mas no aseguraban que la idea de la creación fuera un hecho científico –aunque siempre denunciaron que el creacionismo se debe enseñar en las clases de historia y ciencias naturales-.
Con un aire igual de fundamentalista como el de hace medio siglo –y mas atrás-, con intenciones militantes de entrometerse tanto en la política como en la educación publica, los creacionistas –aunque suene irónico- “evolucionaron” en sus tácticas de persuasión, incluyéndose la etiqueta de “científicos”. Así pues, continuaron –y continúan- diciendo que la evolución no es ciencia, sino fe, pero esta vez aseguran que hay “razones científicas para creer que el universo fue diseñado por alguien”. Para apoyar tan insostenible afirmación, recurren algunos de los conceptos más modernos de la pseudociencia –pero nada nuevo en el debate del darwinismo-: la complejidad irreductible y el principio antrópico. Si lo se, yo también me impacto cuando alguien menciona esas cosas en su platica; parece algo que solo un científico que se la pasa horas en un laboratorio entendería ¿o no?
De manera breve, la complejidad irreductible –término acuñado por el partidario del DI Michael J. Behe- no es más que una forma de decir “argumento del diseño”. De forma más simple, el concepto se refiere a que los organismos vivos aparentan tener una complejidad en su fisiología, comportamiento y mecanismos biológicos, que es básicamente imposible el pensar como es que tan perfectas maquinas hayan evolucionado de otras “maquinas” mas simples. La complejidad irreductible asegura que órganos como el corazón o el ojo, o incluso organismos como los flagelos, son tan complejos que es ridículo pensar que pudieron haber evolucionado, por que –según esto- si le quitas una parte a esa “maquina” entonces ya no podría funcionar, por lo tanto, la evolución por selección natural, como un proceso de “ensayo y error” que dura millones de años simplemente no pudo ocurrir en la vida terrestre. Suena interesante, complejo y aparenta ser un argumento científico, pero como se habrán dado cuenta –espero que si-, he utilizado dos veces la palabra “aparenta”, y es ahí donde se encuentra la falla de la complejidad irreductible. La idea de que la vida “aparenta” una complejidad irreductible, es comparable con la idea de que la Tierra “aparenta” ser plana ante nuestros ojos. Una cosa son las apariencias, otra muy distinta, es la realidad. Y en realidad, sabemos que la evolución no consiste en “quitar y poner” pedazos de una maquina, y en tal caso que fuéramos maquinas irreductibles diseñadas por un diseñador, este diseñador hizo un trabajo horrible, pues el diseño es defectuoso. Ejemplo de ello son las muelas del juicio y el coxis, los cuales no sirve para nada; y lo que la evolución nos muestra de éste ultimo, es que es una cola reducida por la selección natural, mientras que las muelas del juicio son un remanente de una boca con mas dientes para masticar alimentos crudos y raíces duras. Como homínidos bípedos erguidos, la cola –que brinda equilibrio y soporte a los animales que la tienen- nos resulta inútil, por lo que los genes encargados de su crecimiento simplemente se “apagan”. Un ejemplo mas es el bello de nuestro cuerpo. ¿Alguien se a preguntado para que nos serbia hace millones de años y el por que hoy es inútil biológicamente hablando? En fin, somos –de ser verdad- productos de un diseñador poco inteligente.
La complejidad irreductible, reduciéndola –paradójicamente- hasta un punto de simplicidad, nos permite ver que su argumento descansa en lo que es aparente para nosotros. La argumentación de la complejidad irreductible de Behe no es más que una actualización del viejo argumento del relojero.
Ahora, ¿Qué es eso de principio antrópico? Dejando de lado la biología, algunos partidarios del DI, junto a apologistas y teólogos, argumentan que el universo y sus leyes físicas tienen un ajuste fino, casi como si el universo estuviera preparado –y diseñado- para hacer que la vida exista. Los partidarios de esta teoría interesante aseguran que las leyes de la física son tan perfectas y tan “benévolas” con la vida, que el universo simplemente tuvo que haber sido ideado por alguien. Lo que los creacionistas aseguran por supuesto, es que ese alguien es dios.
El principio antrópico ciertamente da mucho que pensar. Por ejemplo ¿Por qué las leyes de la física son tal como son y no de otra de manera? Esta pregunta, simplemente queda fuera del alcance de la especulación científica; posiblemente nunca sabremos el por que, o posiblemente no existe ese por que. De igual modo, nunca sabremos si en realidad no hay un por que, y así hasta el infinito. La física responde a esta pregunta con un desalentador “no lo se”. La filosofía, rebasa sus especulaciones hasta alcanzar respuestas metafísico-ontológicas, las cuales, solo quedan en la especulación creativa de un pensador desquehacerado. Mientras que los teólogos y apologistas responden y gritan: “¡Ese ‘por qué’ es Dios sin duda alguna!” Los creacionistas, adoran las respuestas teológicas, así que se quedan con ese grito. Desde luego, los problemas surgen entre teólogos y apologistas cuando se pregunta ¿Cuál dios es la respuesta a ese ‘por qué’ y por qué ese dios es la respuesta al ‘por qué’ inicial?
Sin embargo, los partidarios del DI “escapan” de esta problemática al quitar la palabra “dios” y cambiarla por “diseñador inteligente”. Una vez secularizado el término, la pregunta de cuál diseñador, es ridícula y no tiene lugar. Empero, el diseño inteligente –y el creacionismo en general- no es capaz de responder un problema fundamental: si todo tiene una causa –un telos, como decimos en las clases de filosofía- y si todo fue diseñado, entonces ¿quién diseñó a nuestro diseñador? Traducido “en cristiano”, si todo fue creado ¿quién creó al creador? Los creatas comunes y los teólogos y teístas en general, responden que esa pregunta es ridícula, por que dios “es la causa última y no necesitó de ser creado, ya que él es eterno”; por supuesto, para mí, alguien que responda algo como eso es algo bastante ridículo. ¿Qué razones tenemos para pensar que el “dios creador” de nosotros es la causa ultima y no el dios creador del dios que nos creó; o el dios que creó al dios que creó al dios que nos creó y así hasta el infinito? Probablemente nos responderían un “por que un dios creador de dios creador de dios creador de dios…” es estúpido. Nosotros podríamos contestar “Es cierto, pero eso aun así, no es razón para pensar que el dios que nos creó es la causa ultima”. ¿Qué obtendremos como respuesta? Un brinco al principio del debate, pues nos responderá: “la razón es por que dios es la causa última” y usted preguntará, otra vez, lo mismo, a lo que le responderán lo mismo y volverán al inicio, a menos que uno de los dos llegue aceptar la postura del contrario. Lo cual es bastante improbable –uno por convicción [el creacionista] y otro por conocimiento [el herético evolucionista]- .
Como vemos, solo es un razonamiento circular y no una explicación real. Si a eso le agregamos el problema de que no tenemos razones para pensar que hubo una “creación” o un diseñador, simplemente no veo como podría sostenerse una tesis de este tipo.
Conclusiones: el creacionismo del diseño inteligente, aun secularizándose y utilizando palabrería técnica, sigue siendo un movimiento anti evolución que sigue utilizando los mismos argumentos obsoletos e inválidos que utilizaba el creacionismo hace 150 años; prueba de ello es el capitulo que Darwin dedica a sus detractores en El Origen de las Especies. Las afirmaciones y argumentos siguen siendo los mismos y siguen siendo tan falsos hoy como lo eran hace 150 años.
El diseño inteligente, aunque lo niegue, sigue siendo una vertiente de la pseudocientífica “ciencia creacionista”, solo que evita las palabras “Dios”, “Biblia” o “Yahvé”; pero sigue siendo un movimiento antidarwinista que de científico no tiene nada. Sin embargo, el debate sobre el principio antrópico –junto con el entendimiento correcto de la evidencia científica de la evolución y la retorica creacionista- involucra conceptos y definiciones algo complejas. Tal vez demasiado como para quedarse solo con un artículo de humilde calidad hecho por un estudiante humilde y desquehacerado como yo. Así que como siempre digo: ¡Estudien, profundicen, pregunten, duden con duda razonable! Pero sobre todo, nunca dejen que nadie piense por ustedes.
SI TE INTERESA ESTE TEMA
* El Mito delFlagelo, un articulo de Mark Perakh que refuta la pseudociencia de la complejidad irreductible, traducido en días recientes por ChileSkeptic.
*El CasoCientífico contra Dios, ensayo de Víctor Stenger, es una interesante reflexión sobre la improbable existencia de un creador o “diseñador inteligente”. Traducido al español por el blog de Fernando G. Toledo, Razón Atea.
*La sección El Diseñador poco Inteligente, del blog de divulgación científica y denuncia a las pseudociencias, La Ciencia y susDemonios, muestra de manera clara y divertida los fallos del Diseño Inteligente y su nula mentalidad científica.
*La versión traducida de El Diccionario Escéptico contiene las entradas delArgumento del Relojero, vistos desde una perspectiva critica. Sin embargo, las versiones mas actualizadas y completas de esta enciclopédica obre de pensamiento crítico se encuentran en su enlace original en inglés.
*El Espejismo de Dios, de Richard Dawkins, Editorial Espasa, 2006. Dawkins explica el cómo la evolución, como hecho científico, demuestra que no hay un diseño inteligente en la naturaleza.
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